HOLA AMIGOOOOS CREE UN NUEVO FIC ESPERO LES GUSTE! Dejen reviews y lo más importante... ¡nah! ¿Qué más importante que los reviews? Leaaannn.
Capitulo 1: si tan solo pudiera decirte hola
Sentada frente a la pared de su nueva habitación se hallaba aquella dulce y joven conejita de 5 años. Estaba aburrida, no podía jugar con su madre pues estaba ocupada con la mudanza, miró hacia la ventana unas cortinas hondeaban y mas allá veía el sol brillante y el prado verdoso pero si no podía jugar con nadie ¿de qué serviría salir afuera? Volteó de nuevo frente a la pared blanca, se recostó en su brazo derecho y sintió algo duró en la palma de la mano: un lápiz, se levantó y sin pensarlo dos veces comenzó a esbozar en la pared un dibujo de un zorrito de dos colas al que puso por nombre Tails, en ese momento nací yo.
-Tails...hola...Tails- saludó con su pequeña manito, la miré sin cambiar la postura en la que fui dibujado, por alguna razón no quise hacerlo, la seguí mirando cómo me sonreía, orgullosa de su obra. Se levantó y corrió hasta su madre en la cocina.
-¡Mami¡ ¡Mami¡ ¡ven por favor¡- cuando salió de la habitación me moví y comencé a analizar mi cuerpo estaba hecho de tímidos trazos y mi color era blanco como la pared, moví un dedo luego el otro hasta mover mi mano, mis brazos y todo mi cuerpo se me hacia extraño ser un dibujo, recosté mis manos de la pared e intenté extenderla pero parece que mi límite era aquel muro de piedra blanco y de allí no saldría.
-¿qué sucede? ¿Porqué estas tan apurada?- en cuanto escuché a su mamá entrar volví a mi posición original y miré decaído la expresión de horror de su rostro al verme.
-¿Cream, no te he dicho qué no rayes la pared?- le gritó su madre a regañadientes.
-¡no lo borres mami!- le rogó aquella conejita. Su madre se dio la vuelta y fue a buscar la lata de pintura para borrarme.
-¡no mamiii! ¡No lo borres! Es mi amigo...- insistió en llantos, su madre desistió en cuanto escuchó la palabra "amigo" ya que Cream no había sido capaz de hacer amigos en toda su vida, no por timidez ni nada parecido es que ella buscaba un amigo...diferente, pero todos en su escuela eran iguales: luego de preguntar su nombre y jugar un rato con la pelota se olvidaban de ella e iban con otros niños a jugar dejándola sentada en un banco sola. Por esta razón Cream decidió crearme, era una forma de tener amigos y no volver a sentirse sola.
Su madre suspiró y olvidó el asunto, abandonó la habitación dejándola conmigo. La conejita caminó hacia mí se limpió las lágrimas y me sonrió.
-te salvé- me dijo sin esperar una respuesta.
Así fue como nací, un pequeño desacuerdo de su madre se volvió un aliento para su hija y para mí, porque desde ese momento cada vez que ella se iba todos los días a la escuela yo me quedaba en su habitación y caminaba por la pared de un lado a otro viendo el espacio donde descansaba mi amiga y la cuna donde me dio la vida.
Aprovechaba cuando la madre, al parecer de nombre Vainilla, venía a recoger los juguetes tirados y dejaba la puerta abierta para salir y ver la casa entera, ver las habitaciones ¡e incluso ver qué había dentro de los muebles huecos! Cuando notaba que Vainilla rondaba por allí corría, me escondía y luego continuaba mirando las cosas sin motivo alguno, solo era... para conocer el lugar donde pasaría el resto de mi vida antes de que Cream creciera y decidiera borrarme o hasta que se volvieran a mudar y los nuevos dueños desagradaran mi existencia y terminaran acabando conmigo en una mano de pintura.
Mi vida como dibujo no era muy alentadora, no tenía nada qué hacer y en 3 días ya conocía la casa de extremo a extremo. Claro que había muchas cosas que aún no había hecho, como hablarle a Cream, por ejemplo.
Me gustaba observarla mientras ella jugaba en su habitación, aunque sola sus peluches le hacía una buena compañía, una mejor de la que yo podría ofrecerle. Cada vez que lloraba tenía ganas de abrazarla y decirle que todo estaba bien pero una pared nos separaba. Como leí "la peor forma de extrañar a alguien es estar a su lado y saber que nunca la podrás tener" una frase que atormentaba mi mente cada vez que pensaba en mi dulce Cream y lo mucho que lamentaba haber nacido como un dibujo y no como una persona real, alguien con quien ella pudiera jugar y contar con que siempre estaría a su lado, sin dejarla jamás.
Cierta tarde estaba sentado sin nada que hacer viendo por la ventana un pajarito posado en el marco dando brinquitos de un lado a otro al parecer buscando algo de comer, en ese preciso instante sentí en la barriga un extraño rasguñito seco acompañado de varios rugidos, creo que por primera vez sentía hambre pero poniéndome a pensar ¿Cómo podría comer? Me llegó una idea a la cabeza, Cream podría dibujarme algo de comer, no era mala idea solo tenía que esperar a que llegara, pero tendría que enfrentarme al hecho de que para pedirle comida tendría que atreverme a hablarle algo que me negué a hacer por miedo de que no le cayera bien y se decidiera por borrarme, pero viéndolo de otro modo si no comía algo corría el riesgo de morir de hambre así que decidido esperé que llegara.
-¡buaaaaaa!- oí un llanto y me acerqué a la puerta para ver, Cream lloraba y su madre no podía calmarla, corrió hasta la habitación sin notarme en el marco de la puerta yo me quité para que no me lastimara al cerrarla. Volví a mi lugar y no me molesté en poner mi típica postura puesto que se había tapado la cara con sus manos.
Ahora sí, este es el momento ideal, tengo que hablar este es el momento ¡hazlo ya!
-Em... ¿por qué lloras?- me atreví a decir, aunque la timidez tenía apoderada una parte de mí y me obligó a decirlo en voz baja, aunque lo suficiente para que oyera. Quitó una mano y se levantó confundida.
-por aquí- meneé las manos para que pudiera localizarme.
-¿Tails?- se acercó y colocó sus manos en la pared -¿tu dijiste eso?-
-si- dio un brinco hacia atrás y se tapó la boca del susto, pero luego se calmó, volvió a acercarse pero con una gran sonrisa entusiasmada.
-¡Tails! ¡Puedes hablar!- saltaba de alegría.
-¡sí! ¡Y todo gracias a ti! Por cierto ¿por qué llorabas?- recosté mis manos de la pared. Me estaba arrepintiendo de habérselo recordado al ver en su cara de nuevo el dolor y la tristeza, se sentó en la cama y sacó de su bolso un osito de peluche todo roto, el botón que hacía de ojo lo tenía colgando, la boca la tenía descocida, además el algodón se le estaba saliendo por el cuello, creo que sé que sucedió...
-Sally Acorn, una niña mayor que yo se enojó conmigo porque defendí a otro niño al que estaba molestando, tomó mi peluche lo rompió y lo pisó, y luego se fue riendo ¡ahora está todo destruido!- sollozó.
-mmmm...¡ya sé! ¿Podrías dibujarme un lápiz, por favor?- ella asintió y dibujó un lápiz poco más pequeño que mi estatura, la cual era de unos 20 cm. Le pedí que se tapara los ojos y cuando le dije que ya podía abrirlos su rostro se tornó de una alegría indescriptible al ver el osito de peluche con un lazo de corbatín y una frase en la barriga que decía "te quiero" igual al real.
-¡qué bonito! ¡Me encanta! ¡Gracias te quiero mucho Tails eres el mejor amigo que jamás tendré!- el corazón me dio un vuelco, sentí que mil mariposas volaban a mi alrededor, sentí que flotaba, sentí que ese momento, esa sonrisa, esa alegría que ella me entregó era el inicio de una dulce vida juntos, donde los juegos y las risas no faltarían, ese día para mí fue el mejor y espero que haya más días como ese y mejores.
Espero que les haya gustado dejen reviews y recuerden ELMO SABE DONDE VIVEEEESSS 8)
