Los personajes de Candy Candy son propiedad de Kyoko Mizuki, Yumiko Igarashi y TOEI Animation Co., 1976. Usados en este fic sin fines de lucro.

*Capitulo 1: En las penumbras del dolor

A lo lejos se podían oír el repicar de campanas que con tristeza anunciaban aquella tarde un sombrío acontecimiento que se estaba desarrollando en el cementerio privado de los Ardley. Esas campanadas eran las únicas voces que se escuchaban ente el doloroso silencio que prevalecía en el lugar en donde se estaban llevando a cabo los funerales de un miembro de la familia.

De entre todos los presentes, se podía distinguir la figura de un joven al que este evento lo había afectado mucho. Archibald se encontraba devastado ante la realidad que estaba viviendo, el sepelio de su hermano Stear. Aún cuando el servicio religioso había terminado y casi todos se habían marchado, el joven miraba impávido a su madre quien se sujetaba de su padre; la mujer estaba a punto de perder la compostura mientras lloraba sin parar. No era para menos ya que todos estaban conmocionados ante de lo que eran testigos...era un espectáculo lleno de angustia el ver a Patty, aquella chica que fue tan especial para el inventor, desgarrándose por dentro debido al gran dolor que la embargaba al tiempo que se aferraba firme a la cruz de una tumba vacía.

Con tristeza el joven castaño aún se lamentaba por los eventos que se habían desarrollado durante esa misma tarde... después de que el féretro vacío fuera depositado bajo tierra, una devastada anciana lloraba amargamente sobre sus rodillas. La Tía Abuela estaba desconsolada ante la pérdida de uno más de sus hijos y en cuanto Archie se acercó a ella para consolarla, la matriarca se volvió para decirle,
-¡Prométeme que jamás irás a la guerra!- su mirada estaba firme en la de él -...¡Tú también Neal!- ahora se había vuelto hacia donde estaban los Leegan -...ustedes son lo único que queda de la familia...Anthony se ha ido, Stear ha muerto...yo no podría con otro dolor como éste- sus brazos se posaron firmes en el suelo como tratando de sostenerse -...yo no tendré las fuerzas para vivir más si algo llega a pasarles- gruesas lágrimas rodaban por su rostro.
-...- el joven castaño la miraba impotente, pero era su deber apoyarla por lo que le respondió -nada nos sucederá a nosotros, no piense en eso Tía...por favor venga conmigo- la tomó del brazo y en cuanto estuvo de pie tanto Sarah como Eliza Leegan se acercaron a la matriarca para ayudarla a caminar de vuelta a la mansión.

Esta fue una traumática experiencia para el sensible muchacho quien jamás había visto la vulnerabilidad de la matriarca...ante sus ojos se dejó ver lo que ella era en realidad, una madre agobiada por la partida de sus queridos hijos. Como si no hubiera sido suficiente dolor el haber perdido a su sobrino favorito, ahora tenía que lidiar con la desaparición de uno más de ellos. Efectivamente, el cuerpo de su hermano jamás fue recuperado y muy al contrario de lo que sucedió con el joven Brown, tuvieron que conformarse con un sepelio en donde sus restos estuvieron ausentes. Con este hecho sería muy difícil para la familia llevar un duelo y resignarse a dejarlo descansar en paz.

Pero entonces, sus pensamientos fueron llevados de nuevo al presente cuando su querida amiga Patty gritaba desesperada mientras se rehusaba a aceptar que su querido Stear había muerto. Entre lamentos se le escuchaba decir que el joven le había prometido regresar y ella se rehusaba a aceptar que ya no podría hacerlo...en el delirio de su angustia, golpeaba la tumba exigiéndole volver para cumplir con lo prometido, reclamando también que no fue suficiente el haber recibido sólo una carta en donde le explicaba los motivos por los cuales partió a la guerra.

Todos miraban a la histérica jovencita en silencio pero Annie fue quien se acercó a ella para convencerla de regresar, finalmente Patty cedió a la petición de su amiga y ambas abandonaron el lúgubre lugar que la hizo perder la cordura sumiéndola en la desesperación.

Sin embargo, después de convencer a sus padres para que también regresaran a la mansión, Archie por fin tuvo la capacidad para reflexionar un poco sobre la muerte de Stear y el efecto que ésta había causado tanto en la vida de la familia como en la suya propia. El joven no había tenido un sólo momento de paz desde que recibieron el fatídico telegrama en donde les informaron de la desaparición de su hermano, su intensa búsqueda y de la decisión de darlo por perdido al tiempo que su nombre se contaba ya entre las listas de las numerosas bajas del frente francés.

Primero, había tenido que consolar a la afligida Tía Abuela seguida por una muy histérica Patty, no sin mencionar también a una angustiada Annie quien no se despegaba de su lado y que constantemente lloraba sumiéndolo aún más en su propia depresión. En sí nunca tuvo el tiempo o el espacio para pensar en si mismo y en vez de eso, se convirtió en el ancla que la familia necesitaba... esto realmente lo tenía exhausto y a un punto de la quiebra emocional.

Pero todos estos lúgubres pensamientos se desvanecieron al darse cuenta de la pequeña figura que lo miraba a la distancia, escondida detrás de un árbol mientras presenciaba a lo lejos el funeral de su querido primo...se trataba de Candy, quien había permanecido a cierta distancia para evitar un enfrentamiento con la Tía Elroy quien le había prohibo terminantemente el asistir.

Al percatarse de su presencia, el galante joven se apartó de los demás para acercarse a ella y cuando la tuvo al frente, su única reacción fue el de abrazarla para buscar el consuelo mutuo ante la gran pérdida de ambos. Archie la envolvió entre sus brazos, consciente por vez primera de la cercanía de la muchacha al tenerla junto él. Su mente entonces sólo trataba de recordar en que momento del pasado había sucedido algo parecido, pero no encontró ninguno.

Al cabo de unos minutos se separó de ella...ambos se miraron con tristeza por un momento y pensando que ella lo seguiría e iría con él, se encaminó en silencio junto a los demás para dirigirse de vuelta a la mansión, ya que sus padres lo estaban esperando.
Inconsciente de lo que sucedía a su alrededor y aún distraído por la sensación de haber tenido a Candy tan cerca de él, continuó su camino, pero entonces sintió como unos pequeños brazos sujetaban el suyo y se dio cuenta de que alguien lo había estado acompañando durante todo el trayecto... por alguna extraña razón, no lo había notado. Al volverse a mirar de quién se trataba, se sorprendió en descubrir que era Annie quien sollozaba en silencio junto a él, mientras continuaban sumidos en su gran pesar.

En ese momento Archie sintió en su interior una desagradable sensación que le oprimió el pecho, por alguna razón ahora le incomodaba sentir a esta muchacha a su lado. Por un momento creyó que se trataba de Candy pero al reconocer su error, no pudo evitar girar sobre su hombro para comprobar si la rubia aún seguía en el mismo lugar de antes... para su disgusto, ella ya se había marchado. Bajó la mirada y continuó sumido en sus cavilaciones hasta que por fin entraron en el salón.

Mientras tanto en la capilla no muy lejos de ahí, Candy se encontraba de rodillas frente al altar, sumida en una oración sin fin que era interrumpida por los recuerdos del gentil inventor... recordó no sólo su primer encuentro sino todas y cada una de las aventuras que vivieron juntos. Pero las palabras dichas por el inventor en la plataforma del tren donde se encontraron por última vez, la embargaban. Con un gran suspiro la chica se culpó por no haber reconocido en esa extraña despedida el mensaje que Stear trataba de decirle...el que jamás se volverían a ver. De manera extraña, Candy estaba convencida de que su primo de alguna manera intuía que nunca más regresaría.

Con estos pensamientos, la chica comenzó a llorar desconsolada mientras una figura se presentó a su lado sin que ella lo notara. No fue sino hasta que una varonil voz llamó su atención que la chica se percató de la presencia del hombre junto a ella,
-¿Es usted la Señorita Candice?-
-Sí...¿quién es usted?- lo preguntaba al tiempo que se secaba las lágrimas con el dorso de la mano.
-Permítame presentarme, soy Vincent Brown, el padre de Anthony.-

Candy lo miró fijamente sin creer lo que veía...jamás se imaginó tener un encuentro con el padre del fallecido muchacho, por lo menos no ahora bajo estas tristes circunstancias. El hombre le ofreció el brazo al tiempo que le sugirió que salieran al jardín, ahí podrían hablar más a gusto, ella aceptó y fue tras él. Una vez afuera el Sr. Brown continuó diciéndole,
-Acabo de llegar a Chicago con los padres de Alistair, ellos deseaban mucho ver a su hijo pero jamás pensaron en encontrarse con estas terribles noticias.-
-Deben sufrir mucho...al igual que cuando usted perdió a Anthony- sus lágrimas volvieron a recorrer su rostro.
-Por muy doloroso que sea el sufrimiento debemos superarlo...- agregó tristemente el marino.

Para la chica estas palabras retumbaban en su mente...ella sufrió mucho con la muerte de Anthony pero eventualmente tuvo que superarlo, sin embargo se preguntaba si el sufrimiento que tenía ahora por Stear se volvería también un recuerdo...uno tan sofocante como lo era el de Anthony.

Sus cavilaciones fueron interrumpidas cuando el padre del joven se acercó a ella diciendo,
-Sé que Anthony fue feliz al conocerte...tanto como lo fue Stear al conocer una chica tan gentil como lo es Patty.-
-...- de la emoción Candy lo abrazó y mientras lo hacía se preguntaba si el calor que desprendía el hombre era el mismo que se sentiría junto a un padre...uno cálido y dulce.
-Candy...me despido...- se apartó de ella para mirarla mientras colocó sus manos sobre sus hombros -...reanudaré mis viajes por el mundo, navegaré por mucho tiempo...-
-Cuídese mucho- respondió ella.
-Gracias...espero que la próxima vez que nos veamos te vea sonreír- ella asintió solamente y sin más el hombre le hizo una venia para luego encaminarse por los jardines hasta perderse de vista. Fue un extraño y breve encuentro que Candy jamás olvidaría.

Por otra parte, el ambiente en la mansión era tenso...en cuanto llegaron Patty se había desmayado sucumbiendo ante la debilidad causada por la falta de apetito y por no haber podido conciliar el sueño por varias noches. Mientras una muy preocupada Annie atendía a su amiga en la habitación contigua, Archie continuaba en la sala con sus padres quienes se lamentaban por todo lo ocurrido,
-Nada de esto hubiera pasado si hubiéramos vivido juntos...no fuimos los mejores padres- se reprochaba Janis Cornwell.
-Debimos llevarlo con nosotros a Saudí Arabia- se recriminó el Sr. James.
-...- Archie los miraba impotente -...es inútil querer culparse, Stear tenía esa idea fija en la cabeza y no importando donde estuviera se hubiera enrolado en el ejército- dijo muy a su pesar.

Entonces Janis se levantó para lanzarse a los brazos de su hijo,
-¡No quiero que mueras...prométeme que nunca nos dejarás!- su hijo permaneció mudo y mientras seguía llorando la mujer comenzó a delirar en su gran dolor de madre -Archie...has llegado a ser tan alto como tu hermano...¿era Alistair más alto que tú?-
-Sí madre- respondió como en un susurro.
-¿Era más grande, más fuerte que tú?- el joven no podía creer que su madre lo estuviera comparando con su hermano, no comprendía del todo lo que ella pretendía.
-Sí...-
-¡Es horrible!...su cuerpo no nos fue devuelto y no pude mirarlo por última vez, no pude ver a mi hijo una vez más...nunca veré el hombre que llegó a ser, los únicos recuerdos que me quedan son de cuando era tan sólo un pequeño...¡jamás volveré a verlo!- de lo desgarrador que fue su dolor, la pobre madre se dejó caer de rodillas frente a Archie.
-Madre...por favor- fueron las únicas palabras del galante muchacho mientras gruesas lágrimas se vieron por su rostro, en ese momento Archie se desahogaba llorando por primera vez desde la fatídica noticia.

No obstante en la habitación, Patty había estado escuchando todo lo dicho por los señores Cornwell...ella estaba como perdida en su mente sólo repitiéndose que Stear nunca más volvería a estar a su lado y que jamás le podría dar un beso que le fue negado con su partida. La chica se atormentaba ante la idea de que el inventor no se despidió de ella y que sólo unas cuantas líneas en una carta que le dejó, fueron la despedida entre ellos.

Para la tímida y gentil Patty esto fue demasiado y comenzó a descargar todo lo que llevaba en su interior rompiendo cuanta cosa estaba en la mesa frente a ella. En ese momento Annie entró acompañada por Candy, quien recién había llegado al escuchar sobre el desmayo de Patricia. De inmediato, Candy la sujetó de sus brazos y le pidió calmarse pero la inglesa gritaba histérica,
-¡Ya no quiero vivir!...¿de qué sirve estar con vida si Stear se ha ido?-
-No digas tonterías- trataba de calmarla.
-Déjame...quiero morir, deseo reunirme con él- lloraba y gritaba desconsolada.

En ese momento llegó Archie a escena y fue testigo de la gran furia que invadió a su querida Candy, la chica le había dado una sonora bofetada a su amiga en un intento de calmarla,
-¡Eres una tonta!- la rubia respiraba agitada ante el asombro en los ojos de Patty quien se llevó la mano al rostro -...¿crees que muriendo harás feliz a Stear?- argumentó.

Todos fueron presa de un gran silencio, Annie lloraba sin saber qué hacer mientras Archie contemplaba la escena anonadado...sólo se escuchaban los sollozos sordos de Patty y la fuerte respiración de Candy tratando de calmarse. Sólo fue después de unos momentos que por fin la rubia se animó a decir,
-Todos queríamos mucho a Stear...lo único que podemos hacer es estar unidos para darnos fuerzas y superar este gran dolor...en vez de recordarlo como un soldado que murió traigamos a la memoria a ese gentil y tierno Stear a quien todos queríamos mucho.-

Todos miraban conmocionados a la rubia, ella tenía razón...de alguna forma ellos cuatro aún se tenían y contaban mutuamente para salir adelante. Archie entonces entendió que no sería fácil vivir con el vacío que su hermano había dejado en cada uno de ellos, pero en ese momento tomó la resolución que él no sólo cuidaría de Annie y Candy, sino también de la que fue la novia de su hermano.

Al día siguiente y mientras se encontraba caminando solo por los jardines, Archie recibió una visita inesperada, se trataba del fiel asistente del Sr. Williams. El hombre por fin hacía su aparición ya que no se le vio durante los funerales,
-Señor Archibald, por favor reciba mis más sinceras condolencias.-
-Gracias George...veo que a ti también te ha afectado su partida- agregó mirando al sombrío rostro del Sr. Johnson.
-Su muerte ha sido una gran pena para todos...recuerde que los conocí a ustedes desde muy pequeños.-
-...- Archie entonces comprendió lo mucho que tantas personas habían querido a su hermano, pensó que aún si no hubieran sido parientes y sólo amigos, le hubiera tenido un gran aprecio.
-He venido para informarle que llegaron los efectos del Señor Alistair- le explicó George sacándolo de sus cavilaciones -pensé en traerlos de inmediato y en estos momentos se encuentran con sus padres-
-Iré en seguida, te lo agradezco.-

Sin demora el galante joven se dirigió hasta la habitación de sus padres y debido al gran pesar que lo invadió, decidió permanecer detrás de la puerta que estaba entreabierta; ante la idea de ver las pertenencias de su hermano, sintió que se sumiría aún más en su dolor y no quería que su familia fuera testigo de su quebrantamiento. Por lo que se quedó de pie ahí escuchando,
-...mira James, aún en el frente no dejaba de hacer sus inventos...- era Janis hablando.
-Prometiste no llorar más querida- su esposo la consolaba.
-Es difícil no lamentar su pérdida señora- intervino Patty -todos lo queríamos mucho...yo, más que nadie- y se la escuchó llorar una vez más.

Al oír esta conversación, Archie se dio cuenta de cuán grande era el dolor de Patty,
-Gracias Patty por haber amado tanto a mi hermano- fueron sus pensamientos mientras las lágrimas corrían sin parar por su rostro.

El castaño joven decidió que por esa tarde había tenido suficiente tristeza y nostalgia como para sumirse aún más en su dolor, por lo que abandonó el lugar en silencio para refugiarse a sus habitaciones. Ya tendría la mente y ánimo en otra ocasión para contemplar los objetos que alguna vez estuvieron en las manos de su querido hermano Stear.

Lo que no sabía este atribulado muchacho es que todo se estaba confabulando en su vida para llevarlo muy pronto ante una encrucijada, una en donde tendría que poner a un lado estos tristes y nostálgicos sentimientos. Para eso tendría que sacar fuerzas internas que ni él mismo sabía que poseía y enfrentarse a sus propios miedos...todo para decidir si estaba dispuesto a darse una oportunidad, la cual podría darle lo que tanto había estado anhelando y soñando por tanto tiempo.


Notas:

Bienvenidos a una más de mis historias. Como ya se habrán dado cuenta este Fic es uno dedicado a Archie.

Muchos de los eventos y diálogos se basaron en el manga, sólo hice algunas variaciones. En especial la parte de Patty que en lo personal se me hizo un tanto extrema y evité aquí para no incomodar a nadie.

Gracias por su apoyo y espero que esta historia les guste también.

Un abrazo
Adriana