Advertencia: Este fic contiene spoilers del 1x21, si no quieren saber, no lo lean.


El mundo se mueve en cámara lenta, incluso, si presta atención puede jurar que una canción sirve como fondo musical para la escena de su vida que se lleva a cabo en ese justo momento. Rachel corre en dirección de Jessie, creyendo que con cada paso el corazón va a salirse de su pecho por la emoción. Él, mientras tanto, sonríe de manera encantadora, con ese porte de chico inaccesible, esperándola, sin moverse un ápice. Ella está demasiado feliz, tanto que es incapaz de darse cuenta el segundo exacto en que la escena romántica se transforma en una pesadilla.

El viento ondea suavemente su cabello mientras se detiene y algo en la mirada de Jessie cambia, es casi imperceptible, pero le da un rumbo diferente al escenario. Y entonces, el primer impacto llega directo a su cabeza.

Él ya no sonríe, pero tampoco hace nada para detener los siguientes golpes. Uno tras otro, sin descanso. Rachel está congelada, no sabe qué hacer. Es una maldita estatua que no puede moverse. Toda su adolescencia ha sido tratada de esa misma forma, pero eso no evita que en el pecho se forme un nudo que le imposibilita respirar correctamente.

"¿Por qué?" –quisiera gritarlo, pero su voz esta tan perdida como cuando enfermo.

No es el dolor de los golpes lo que la hace cubrirse el rostro. Es la indignación, es la impotencia, es la furia, pero por encima de todo; la decepción. No se explica cómo demonios el chico que decía amarla es capaz de presenciar su degradación tan estoicamente. Eleva la vista y aunque en el fondo, las lágrimas están ahí, suplicando por ser derramadas, Rachel solo espera. No sabe precisamente que es lo que espera, y de igual manera lo hace.

Todo es ruido sin sentido, pero logra entender un par de frases antes de que Jessie se acerque por fin a ella.

-Hazlo –le pide; en ese momento, cree que ya no le importaría un poco más de humillación –Rómpelo, como rompiste mi corazón –es en vano decirlo, ahora entiende todo. Mientras las voces de sus amigos vuelven a acosarla como ecos fantasmagóricos, repitiéndole que tenían la razón que debió escucharlos cuando le advirtieron.

-Te amé –responde, como si de verdad lo sintiera. Pero solo son palabras vacías con poco o nada de valor. En el momento en que el cascarón se rompe contra su frente, también lo hace un poco más su corazón.

Ellos se van con sonrisas gemelas.

Ella se queda ahí… vencida, destrozada y cubierta con los restos de lo que más tarde pesara en su conciencia. Porque fue tonta, porque creyó que el amor era un chico de ojos lindos y sonrisa brillante, porque es una perdedora. Porque siempre lo fue.


NA: Esta es mi primera participaciòn en el fandom, y quizà no es tan perfecta como querìa que lo fuera, pero... tenìa ganas de escribir esta escena.