Disclaimer: League of Legends y sus personajes no me pertenecen, solo uso a sus campeones como buen invocador que soy.
Capítulo 1
Malas decisiones
-Con ese nivel de poder, les recomiendo retirarse.
Pero apenas decir esas palabras y enorme espada acabo con los pocos hombres que la rodeaban.
-O morir… lo que prefieran ustedes- terminó Lux viendo que ya ninguno se movía.
-Ya deja de estar bromeando- recomendó Garen dando un golpe seco con su espada, limpiándola, al momento que un grupo grande de demacianos se juntaban con el par.
-Sí, lo lamento… aunque no te lo tomes tan serio. Ha estado muy fácil- siguió opinando la dama de luz viendo la considerable diferencia en números de los noxianos contra los suyos.
-Mi general, también se nos ha informado que en la parte norte del bosque consiguieron la victoria y está todo bajo control- se le informó al varón.
-Lo ves ¿Fácil?- insistió Lux.
-Es justamente eso lo que me molesta- inquirió- ¿Desde cuándo los noxianos mandan a los suyos de a pocos a morir, sabiendo de nuestras fuerzas?
-Quizás no sabían de nuestras fuerzas, nos subestimaron y aseguramos este bosque. Una decisión muy mala. Mala táctica.
-Mmmm- bufó poco convencido, mirando para la parte alta del bosque, donde se encontraba la base, tan lejos y tan bien protegidas por el perímetro de guardia en el que estaban ahora- no lo creo.
Lux siguió la línea de visión del general y poco a poco lo que este había captado se hizo muy evidente.
-¿Eso es… humo?- apenas pregunto y los gritos comenzaron a llegar desde allí.
-¡General! ¡Nos atacan!
-¿Quién necesita un enorme ejercito cuando puedes tener una mente brillante?- se preguntaba una esbelta pelirroja mientras sacaba su cuchilla del rostro de un hombre ya muerto- ts ts ts- chasqueaba su lengua- tanto musculo y ni una sola neurona aquí.
-¡General! ¡Ya dieron la alarma!
-¿Eres idiota? Le prendimos fuego a su base, nosotros mismo dimos la alarma, ahora deja de decir obviedades y ayuda a llevar el cofre antes que tengamos a todo su ejército encima- ordeno y el soldado noxiano se alisto con sus iguales a llevar el cofre- ya saben qué camino tomar, los demás, síganme. Todavía tenemos un espectáculo muy rojo que dar.
-¡Por allá! ¡Se fueron por allá! ¡Se llevaron el cofre!- gritó uno de los hombres cuando Garen y los suyos llegaron a la base, no se hicieron de esperar y rápidamente tomaron el camino indicado.
-¡Lux!
-¡Sí!- asintió la maga entendiendo a la perfección, lanzando un rayo de luz, pudiendo asi visualizar a los enemigos- Van a pie, a gran velocidad, pero llevan el cofre entre ellos y eso lo demora, unos 70 o 80 metros adelante… Katarina está con ellos.
-Ya veo- asintió el mayor y tomando aire aumento su velocidad- ¡Por Demacia!
El grito alertó a los enemigos en frente, recibiendo el impacto a los pocos segundos. Los demacianos controlaron rápidamente a los pocos incautos pero Garen notaba la ausencia de cierta pelirroja.
-¡No la veo!- gritó Lux mientras desarmaba a dos enemigos.
Garen inspeccionó con velocidad cuando escuchó el sonido de unos caballos, al instante de entre la maleza cinco poderosos jinetes aparecieron arrasando con algunos de sus soldados bajo las herraduras de sus animales.
Los cincos se dirigían a donde estaba él, listos para hacer lo mismo, pero Garen, con su enorme espada derribo a dos de ellos. Al pasar a su lado, vio que uno de ellos llevaba un cofre.
-¡Yo lo recupero!- grito la maga, siendo la única que podía alcanzar la velocidad de los jinetes.
-¡No, Lux! ¡Es una trampa!- alcanzo a decir su superior pero la chica estaba decidida y confiada. Con uno de sus rayos aturdió al caballo cuyo jinete llevaba el cofre y este cayó al suelo.
-¡Lo tengo!- exclamó con júbilo, habiendo recuperado el objetivo.
-Yo te tengo- alcanzó a escuchar desde lo alto al momento que algo la golpeaba con fuerza en la nuca.
-¡No!- gritaba el mayor, mientras se intentaba acercar al lugar donde su compañera caía al suelo y una pelirroja le apoyaba su zapato en la cabeza, pero los pocos hombres que quedaban en su contra le impedían avanzar.
Sus hombres se apresuraron a reducir a los enemigos, lo hicieron en poco tiempo, pero cuando Garen se acercó a donde estaba el cofre ya no había rastro de los otros tres jinetes, ni de Katarina y tampoco de Lux.
-¡Señor!- lo llamó uno de sus hombres luego de varios minutos intentando seguir alguna marca, pero inclusive las huellas de los caballos no aparecían por ningún lado- señor, malas noticias.
El hombre se acercó con otros dos que venían por atrás, traían el cofre recuperado.
Garen notó entonces que era sutilmente diferente al que había custodiado por semanas. Lo abrió sin dar más vueltas y encontró un montón de piedras con una nota.
"Tan grandes y tan lentos"
Katarina cabalgaba ya con pereza junto a sus demás aliados. El sonido del rio por donde estaban pasando y el cielo anaranjado le daban los últimos toques de calma que necesitara.
Olía a sangre. Le costaba imaginar un escenario mejor que este para poder descansar.
A lo lejos divisó la desembocadura del rio, el mar ya se hacía no muy lejos de ellos. El enorme barco parecía un pequeño bote a la distancia, pero en la orilla ya la esperaba su embarcación.
-Entretenido, aunque muy fácil. Te lo dije- comentó mientras desmontaba y el agua no le llegaba hasta las rodillas.
-Si tú los diriges, hermana, claro que será exitoso, pero no debes confiarte tanto de los demacianos- le contestó una mujer cuya parte inferior era semejante a la cola de una serpiente.
-Solo mataron un docena de los nuestros entre todos ellos, solo mis cuchillas habrán matado más que eso. Ellos son los confiados, caer tan fácil en una distracción de 4 hombres cerca de su campamento, penoso…
-Quizás- concordó su hermana, mirando sobre su hombro.
-No nos siguen. Yendo por el rio y con viento a favor no iban a encontrar nuestro rastro, éramos poco y así somos veloces… algo que los demacianos no entienden. ¿El cofre llego bien?
-Sí, ya está en el barco. Vámonos- la apresuró-Algún día tu altanería nos costara más que una docena de vidas-siguió Cassiopeia y subió a uno de los dos botes, sin dejar de notar una carga que traía la pelirroja, pero no haciendo comentarios al respecto.
-Seguramente ninguna que valga la pena.
Lux se sentía terrible. Todo estaba oscuro, tenía náuseas y un horrible dolor en la nuca.
Creyó escuchar a alguien tocando una puerta, luego está siendo abierta.
-Ah… el capitán… ¿En qué le puedo servir?…- las voces le llegaban cortadas y confusas.
-Solo informarte que llegaremos a destino por la mañana- las voces parecían distantes de momentos- no es que me importe lo que traigas o no contigo… no es parte del trato… eso es un mago… mi barco…
Juntas con las frases a medias Lux sentía el movimiento lento pero contaste del suelo en el que estaba, la oscuridad de a poco comenzó a disiparse.
-Conozco bien a los magos… no dará problema… controlado…
-Bien…
Nuevamente la puerta rechinando, cerrándose, pasos cada vez más cerca, olor a cera quemándose.
Algo la tomó de los hombros, su cara dejo el duro piso resintiéndose de la incomodidad, la hacían sentarse.
La oscuridad se siguió disipando, la luz que la rodea no era más que tenue velas en un compartimiento revestido de madera. Seguía sintiendo un vaivén debajo de ella.
Su vista se esforzó más en enfocarse en algo rojo brillante que tenía en frente, cabello, y luego en aun más brillantes ojos verdes que la miraban con insistencia a solo centímetros de los suyos.
De repente un brillo nuevo apareció, uno que conocía bien. Su báculo, justo en frente de ella. Vio como unos guantes negros lo agarraban de una punta a otra… y luego su querido objeto se quebró a la mitad con un ruido que la hizo reaccionar.
-¡No!-gritó poniéndose de pie al instante, tambaleándose, sintiendo que su dolor empeoraba y siendo invadida por unas inmensas ganas de vomitar.
Su vista comenzó a recorrer su rededor con velocidad, buscando cualquier información de donde se encontraba.
En efecto se encontraba en una cabina de madera, una habitación chica, había una cama y escritorio, una ventana justo detrás de ella, miro atrás sin dudarlo. Se ponía el sol en el inmenso mar, ni rastro de tierra.
Volvió a concentrarse en el interior donde su vista se posó nuevamente en su brillante y roto báculo y entonces miró furiosa a quien lo había estropeado.
-Parece que ya tengo toda tu atención. Bien- comenzó Katarina sonriendo de lado y tirando las dos partes del báculo a un costado- Ahora, haz el favor de ser una buena niña, y quítate la ropa.
-¡Estás loca si crees que hare eso!- le gritó y su cuerpo se resintió del esfuerzo que estaba haciendo.
-Agh… que horrible voz tienes- comentó con aburrimiento la pelirroja- Los magos siempre llevan cosas consigo que los ayuda con sus hechizos y fuerza… Mana ¿Verdad?- preguntó pero solo recibió la misma mirada dura- como ese bastón que acabo de romper.
-No sabes lo que hiciste
-Pues parece que te fastidie bastante con eso, así que estoy conforme. Ahora, quítate la ropa. Estoy muy segura de que aparte de la "para nada discreta" armadura brillante que llevas, debes tener más de estos artefactos escondidos en tus prendas.
Lux apretó los dientes, revisaba hábilmente su entorno buscando algo que la ayudara.
-No vas a salir de esta. No pierdas tu tiempo, te contestare las pregunta que seguramente se están generando en esa brillante cabeza vacía que llevas- se burló- Sí, estas en un barco, y sí, este se encuentra sobre agua, mucha agua, kilómetros y kilómetros de agua. Sé que puedes volar pero no tanto, se te acabara la energía antes de que siquiera veas tierra y morirás… quizás devorada por un tiburón con suerte. La opción de tomar este barco y regresar con él tampoco es una opción viable ya que está llena de noxianos y tiene un capitán muy…mmm ¿Cómo lo diría? intenso y amante de su barco- terminó reflexionando- puedes pasarte viendo otras opciones y seguir buscando algo que te salve, pero créeme, es una pérdida de tiempo. Ahora deja de perder "mi" tiempo y quítate la ropa.
-No- contestó contundentemente la rubia, intentando ponerse en guardia.
-Los magos, aparte, necesitan mana para realizar cualquier ataque o defensa. Tú no tienes. Te quite tu catalizador- dijo señalando el báculo roto- puedo apostar que el golpe que te di en la nuca te está matando y que no te queda ninguna energía luego de batallar en tierra. ¿Quiere que sigas humillando tus oportunidades? Debe ser muy desalentador para ti- siguió burlándose la pelirroja pero seguía recibiendo la misma mirada dura- Si insistes.
Katarina sacó una de sus dagas y en un pestañeo rompió la armadura y las prendas de Lux. Todo cayó al suelo de madera al tiempo que los cabellos de la pelirroja se acomodaban quedando en la misma posición inicial.
Lux se cubrió con las manos, abrazándose luego a si misma a su ropa interior y arrinconándose en una de las esquinas de la cabina.
Su captora aprovechó entonces para abrir la única ventana y tirar una por una las prendas que estaban en el suelo, luego los trozos de armadura que fácilmente cedieron a su metal y por ultimo las dos partes del báculo.
-La ropa interior también- agregó cruzándose de brazos y esperando pero Lux se abrazó aún más fuerte, aunque ya no tenía esa mirada decidida y desafiante, parecía humillada- ¿Sabes? Estas cuchillas pueden hacer mucho más que solo atravesar armaduras. Imagínate la facilidad con la que pueden despellejar a alguien. Vamos ¡Obedece!- insistió pero solo hizo temblar un poco a su rehén- ¿Prefieres morir? Te daré un consejo niña. Escúchame bien. Si mueres ahora, todo se termina y los demacianos perderán una buena arma en esta guerra. Piensa en tu gente. Si vives volverás a ellos y tendrás una oportunidad de vengarte de mí. Ganar la guerra y demás. Si vives sigues, si mueres se termina todo aquí… así que… La ropa ¿Por favor? Antes de que todo se termine para ti.
Pasaron algunos segundos sin que ninguna de las dos se moviera, pero la impaciencia de la pelirroja la llevo a tomar sus dagas de nuevo, aunque sin usarlas esta vez, solo ese movimiento basto para que la rubia dejara de sostener las pocas prendas que quedaban y la dejaran caer.
-Buena chica- felicitó guardando las dagas de nuevo. Ahora la tenía completamente desnuda e inofensiva, fácil de controlar, solo llevaba algo más consigo- También la vincha- agrego señalando con la cabeza el listón que llevaba en los cabellos.
Lux hizo caso, se quitó con ambas manos su listón negro, extendiéndoselo a quien le hablaba, pero Katarina no dejo de mirarla a los ojos.
Sus instintos nunca le fallaban y fue entonces cuando desde la mano que se le extendía una descarga de energía salió haciendo volar toda la zona donde se encontraba.
Cuando la maga se acercó al borde del enorme hueco que había hecho en la pared donde antes estaba la ventana, buscando por el mar a su enemigo, sintió el filo de una daga apoyada en su garganta.
-Otra mala decisión, niña- comentó molesta la pelirroja detrás de ella.
Rápidos pasos se escuchaban a las afueras de la cabina y la puerta no tardo en abrirse de nuevo.
-¡No sé cuál sea tu concepto de bajo control! ¡Pero obviamente no pensamos lo mismo!- gritó un embravecido hombre, muy grande, con ambas patas de madera y pelo oscuro. Atrás de él comenzaron a asomarse más miradas curiosas.
Lux se apuró a cubrir su cuerpo con las manos y escabullirse nuevamente a un rincón, sentándose, intentando cubrir lo más que podía su desnudez de la mirada de todos esos hombres.
-Un pequeño error de cálculos- admitió Katarina- mis hombres lo arreglaran en unos minutos, descuida.
-¡Mi barco!- gritó el hombre- ¡Te dije que tuvieras cuidado con mi barco! ¡Solo te trasportamos! ¡No somos ningún buque de guerra o algo con lo que puedas entrar a…!
-Sí, sí, con todo lo que se te pagó te puedes comprar tres barcos más- lo calló aburrida de la charla- mis hombres arreglaran este hueco ahora- dijo y le hizo señas a algunas de las miradas, rápidamente algunos hombres se movieron. Desapareciendo y apareciendo luego con tablas de madera y herramientas- no tienes de que preocuparte.
El capitán bufo aun molesto.
-Otro incidente más y los echare a todos por la borda- amenazó, dándose la vuelta y alejándose.
Katarina suspiró y les dio indicaciones a sus hombres para que dejaran todo impecable. Sus hombres eran pocos a comparación de la enorme tripulación a mando del capitán. Convenía hacer caso a sus palabras.
Su vista se posó entonces en la maga que seguía arrinconada cubriéndose. En dos pasos llegó hasta ella y jalándola con brusquedad del brazo la hizo parar.
-¿Sabes lo que les pasa a los niños malos que no quieren dormir de noche?- preguntó sin obtener una respuesta de la rubia.
Con la misma brusquedad comenzó a jalarla hacia afuera de la habitación, haciéndola caminar y trastabillar con lo rápido de sus pasos. Pasaron por un pasillo donde varios hombres silbaban y disfrutaban del espectáculo. Llegaron a la parte externa del barco, el sol ya se había metido.
Katarina le doblo el brazo por la espalda haciéndola chillar cuando llegaron al borde de estribor.
-Déjame mostrarte- dijo y la empujó con fuerza haciéndola caer al mar, donde el golpe con el agua y su cuerpo dolió aún más de lo que se escuchó.
-¡Hombre al agua!- gritó alguien en algún lado del barco.
Cassiopeia que había visto todo desde cuando su hermana salió de su cabina se acercó a ella y miraron juntas como la maga salía a la superficie, haciendo un gran esfuerzo por mantener su cabeza afuera.
-¿Tanto ruido solo para matarla?- preguntó sin dejar de ver como la cabeza rubia se hundía y salía varias veces- ¿No volaban los magos?
-Los que tienen energía sí- contesto sin mucho interés- con la poca que le queda quizás se ahoga en un par de minutos.
-¿Entonces solo la trajiste a bordo para humillarla un poco más antes de matarla?
Como respuesta, Katarina se dio vuelta, y volvió a estribor con una soga, tirándola.
Ambas hermanas vieron como la maga la tomaba y con mucho esfuerzo de su parte intentaba subir por ella. Pero cada vez que avanzaba 2 metros se resbalaba 1.
-Vaya que son débiles algunos demacianos- se quejó viendo como sufría su rehén con solo tener que subir una soga.
-Tu misma dijiste que no le quedaban fuerzas.
-Es la idea, no queremos que el barco vuele en mil pedazos ¿Verdad?
-¿Si tanta amenaza es, porque la tienes con vida?
-Creo que nos puede ser de utilidad. Debe valer mucho dinero y seguro nos da ventaja un rehén tan importante. Es conocida y muy querida por los demacianos. La querrán con vida.
-Es conocida por matar muchos noxianos y estropear planes, sí- agregó Cassiopeia- a los noxianos nos conviene muerta.
-Debatible, creo que la ventaja que nos puede dar va más allá de tu imaginación.
-Si es lo que crees.
Lux luchaba por no caer de la soga, miraba hacia arriba y todavía le quedaba la mitad del viaje. Nunca le pareció que sería difícil solo sujetarse a una soga. No estaba acostumbrada a esos esfuerzos, prácticamente vivía de su magia.
Una brisa helada le pego en al desnuda piel que todavía llevaba mojada por el agua salada. Escarmentando de frio tomo aire e intento seguir subiendo.
Estaba casi en el borde, sin aliento y sintiendo sus músculos arder cuando al levantar la vista el brillo de un cuchillo apareció en sus narices.
-Baja un par de metros- le ordenó Katarina teniendo firmemente la daga cerca de su cara. Lux volvió a darle una mirada de odio- baja un par de metros o te juro que cortare la soga y tendrás que subir por otra de nuevo.
Lux apretó su mandíbula, pero obedeció, recordando el esfuerzo que tuvo que hacer para llegar hasta el borde. Bajo unos metros y se quedó quieta y dura cuando casi se resbala.
-Buena niña- dijo la pelirroja y se sentó en el borde, viendo como la noche ya caía sobre ellas.
SI mantenía a la maga exhausta y esforzándose hasta el borde de sus fuerzas no representaría ningún otro problema.
Sabía que sostenerse de una soga requiere esfuerzo y que cada minuto que pasa tú mismo peso pareciera ser más y más. Ella había pasado días colgada y su rehén daba fe de no haber subido por una soga en su vida.
Situación controlada.
Pasado unos minutos Lux volvió su vista hacia arriba. Katarina no la miraba, solo miraba el cielo, pero aun así le habló.
-Siento tu mirada de desprecio sin tener que verla. Mientras sigas teniendo energía para odiarme y desafiarme te quedaras ahí- comentó y luego de algunos segundos bajo su vista a la rubia, que ahora parecía verla con mayor rencor. Sonrió por la actitud- va a ser una larga noche.
Nota del autor:
¡Nuevo fic! ¡Que excitante es esto! XD
Si les gusta, aquí abajo tienen para escribirme y dejarme Review. Actualizare tan pronto deje de tener exámenes XD
