¡Hola!

Y primero que nada EAH no me pertenece solo las pido prestadas para esta pequeña historia.

Ya tenia muchas ganas de escribir algo sobre Cerise desde que vi la serie de EAH, ademas de que soy una gran coleccionista de estas muñecas. Cerise es mi favorita y me gustó mucho de pareja con Daring desde lo que paso en el baile de coronacion. Tambien desde que vi en un capitulo a Duchess con Sparrow me agradaron mucho. Esta historia es mas sobre ellos y es algo que se me vino a mi pervertida cabeza al ser ellas mitad lobo y cisne me encanto la idea de hacer algo mas hot y pervertido con este tema del celo.

Aclaraciones y advertencias: Cerise&Daring. Duchess&Sparrow. Escenas subidas de tono. Lemmon, Lime, y cualquier otra clasificación de descripciones explicitas de sexo. Mayores de 18 o leer bajo su responsabilidad.

¡Espero les guste la lectura y disfrutenla!

Capitulo 1

Cerise Hood corría a gran velocidad atravesando el bosque encantado. Carmine, su lobo mascota, la seguía detrás. Llevaban alrededor de una hora corriendo sin parar y sin descanso. La chica no quería detenerse hasta haber saciado esa ansiedad que la carcomía desde adentro.

Desde el día anterior Cerise había despertado con inquietud alrededor de su cuerpo, una agitación que se extendía desde sus largas piernas hasta lo profundo de sus partes más intimas. Y ese ardor crecía conforme dejaba transcurrir el tiempo sin hacer nada y sin poderlo evitar. No sabía cómo detenerlo.

Estaba segura que las extrañas sensaciones por las que pasaba eran causadas por su parte mitad lobo, pero aun así no sabía cómo pararlas y para colmo no podría preguntar a su padre pues el Sr. Gran lobo feroz se encontraba de viaje por parte de la escuela.

Al ser maestro, el director Grimm lo había enviado como representante de Ever After High a otra escuela vecina y ahora no tenía a nadie con quien comentar lo que le pasaba. Su madre, la Caperucita roja, no podría ayudarla pues era humana y Cerise en estos momentos se sentía más lobo que humana.

Las agitaciones se hacían cada vez más palpitantes en sus sensibles miembros y no podía ver a un chico inundado de hormonas sin querer arrojarse a él. Esa no era ella, ese comportamiento no era parte de ella. Con los chicos más bien era tímida y reservada, cómo es que ahora sentía la necesidad de saber a qué sabría la boca de uno de ellos y en especial de cierto rubio.

Aumentó su velocidad mientras sacudía esos pensamientos de su cabeza pero sin éxito alguno. Las vibraciones que recorrían su cuerpo al pensar en ese rubio no la dejaban tranquila llegando hasta sus partes más sensibles que se estremecían de… ¿excitación?

¿Pero, qué demonios le ocurría?

Cerise no era tonta y tenía una vaga suposición de qué era lo que le pasaba. Siendo mitad lobo era lógico que estas criaturas pasaran por un estado de estimulación en los diferentes órganos del cuerpo, especialmente los sexuales. Y eso siempre ocurría en ciertas temporadas del año. Pero esto nunca le había ocurrido a ella, nunca lo había sentido antes. ¿Por qué ahora?

Como no podía quitar esas sensaciones de ella, trataba de reprimirlas con extensas y exhaustas carreras por todo el bosque encantado. Así terminaba demasiado cansada y rendida para no seguir pensando en su estado hormonal de excitación. Pero este día el ejercicio no le daba resultado, más bien parecía todo lo contrario.

Después de correr toda la mañana y perderse sus clases, terminó exhausta y sin fuerzas acostada sobre un llano en lo profundo del bosque. Su respiración agitada ocasionaba que su pecho subiera y bajara repetidas veces mientras Carmine, acostado a un lado, se encontraba igual que ella.

Se volvió hacia su mascota mientras lo acariciaba con ternura.

-Carmine te hice correr demasiado – habló con culpa la chica. – Ve con la manada y descansa.

El pequeño lobo la obedeció dirigiéndole una última mirada a su ama para después perderse entre los árboles. Fue entonces cuando Cerise se dio cuenta que se encontraba sólo a unos metros del lago que se hallaba en lo profundo del bosque.

Se incorporó lentamente mientras se dirigía hacia él. Se sentía caliente, demasiado caliente. A lo mejor un buen chapuzón en el agua helada del lago calmaría las agitaciones que se descontrolaban dentro de su cuerpo.

El lago se extendía frente a ella pero algo había llamado su atención. En el ambiente se podía escuchar una tenue melodía tocada por una guitarra y al entornar sus ojos, Cerise se dio cuenta que algo chapoteaba en el agua.

Se escondió detrás de una enorme roca a la orilla del lago mientras veía como Duchess Swan chapoteaba en él.

Extendía sus brazos y se movía al ritmo de la melodía, se encontraba bailando sobre el agua como siempre acostumbraba. Pero Cerise advirtió que sus movimientos eran diferentes a los habituales. Algo en ella la hacía ver diferente, sensual, como si estuviera cortejando con su baile.

Duchess volvió su mirada hacia algo en especial y fue entonces que Cerise se percató de donde provenía esa melodía.

Sparrow Hood sentado bajo un árbol, recargado en el tronco y con sus piernas extendidas; se encontraba tocando la guitarra y sonreía libidinoso mientras veía como Duchess se movía para él.

Cerise se aferró a su capa, mientras el ardor dentro de ella se intensificaba al sentir la tensión sexual entre esos dos.

Vio como Duchess mientras baila no llevaba sus zapatillas de ballet ni sus medias blancas, su melena caía suelta sobre la espalda y su vestido blanco era lo único que cubría su cuerpo. La melodía había terminado y la chica cisne se había acercado lascivamente hacia el músico acomodándose sobre su regazo.

Cerise apretó sus piernas sintiendo una agradable presión en su intimidad al tiempo que mordía su labio inferior. Sus mejillas estaban rojas al ver como Duchess, aun sentada entre las piernas del músico, meneaba sus caderas lentamente contra la entre pierna del chico mientras los labios de ambos se perdían en un húmedo beso dejando ver de en vez sus lenguas jugando entre ellas.

El ardor entre sus piernas se hacía cada vez más doloroso al ver aquella escena. Su intento por calmarlo apretando sus piernas no funcionaba y su respiración se hacía irregular. Sus mejillas podían hacer juego con su capa roja pero aun así Cerise no podía moverse. Se encontraba temblando por la excitación como para poder dar un paso.

Pero aun así lo intentó. Y al escuchar una rama romperse debajo de su pie deseo no haber dado ese paso.

-¿Que fue eso? – alcanzó a escuchar que preguntaba Sparrow al tiempo que Cerise se hacía pequeña detrás de esa roca.

-No hagas caso. – habló Duchess relamiendo sus labios, mientras dirigía su vista hacia cierta enorme piedra. – Mejor volvamos a la escuela. Lizzie pasara todo el fin de semana con su madre... sabes lo que eso significa. – Le dirigió una mirada sensual mientras se incorporaba para pesar del chico.

Pero Duchess tenía una ligera sospecha de qué había sido ese ruido. Y lo iba a averiguar.

-Te veo en mi habitación. – mandó la chica cisne mientras caminaba hacia sus zapatillas a la orilla del lago. – En un momento te alcanzo.

Sparrow un poco desanimado por el repentino cambio obedeció y desapareció a través del bosque, mientras Duchess se dirigía hacia la gran roca de donde se podía distinguir una sombra saliendo de ésta.

Al ver dicha sombra, Duchess tenía una idea de quién podía estar tras la piedra y al acercarse descubrió a una muy delicada Cerise sentada de rodillas sobre el suelo con sus manos entre sus piernas y una cara totalmente ruborizada y azorada con sus enormes ojos dilatados y su respiración entrecortada.

Duchess sonrió de lado.

-Vaya Cerise, parece que tu también pasas por esto. – habló altanera.

La primera reacción de Cerise al ver a Duchess frente a ella fue disculparse por espiarlos pero todo eso se le olvido al escuchar lo que acababa de decir.

-¿D-De que hablas Duchess? – preguntó tratando de calmarse un poco. – ¿Que es por lo que estoy pasando?

La chica cisne la examinó pensativa.

-Parece que es la primera vez que pasas por esto. - Cerise la miraba interrogativa mientras Duchess sonreía. – No te preocupes yo comencé el año pasado. Y al principio es doloroso pero cuando tienes a alguien que te ayude todo se vuelve más sencillo. – Sonrió con placer. – Créeme.

Cerise aun no entendía nada de lo que la pelinegra decía y al parecer lo reflejaba en su cara:

-Oh por favor. – se desesperó la chica cisne. – ¿Todavía no lo captas, Cerise? - Se apuntó a ella misma con su mano: - yo soy mitad cisne, tú mitad lobo y Bunny Blanc mitad conejo. Y aunque no estoy muy segura a lo mejor ella también este pasando por esto.

Cerise abrió los ojos sorprendida al escuchar a Duchess.

¿Cómo es que sabía su secreto?

-No soy tonta Cerise - habló Duchess leyendo los pensamientos de la chica caperuza. - Podrás engañar a tus amigas pero no a mí. –hizo un ademan con su mano no dándole importancia. – ¿Gran velocidad, apetito feroz, gruñidos y aullidos impulsivos? ¿A quién engañas? Pero no te preocupes no le diré a nadie, se podría decir que pasamos por lo mismo. Y yo también quiero mi final feliz así que no dejare que lo arruines.

Cerise no pudo hacer nada más que asentir con su cabeza. Al menos sabía que Duchess no diría nada de su secreto pues como ella decía se parecían y ahora las dos, al parecer, estaban pasando por algo que aun no entendía.

La pregunta aquí era ¿Qué era eso?

-Duchess, entonces dime… - la voz de Cerise sonaba insegura. - ¿Qué me pasa?

Duchess soltó un suspiro. Después de todo lo que dijo, la caperuza frente a ella aun no sabía de lo que hablaba.

-Celo, Cerise. – habló sin pudor. – Estas en celo.

-¿Qué?

Aunque muy dentro de ella tenía esa vaga suposición no quería que fuera real.

-¿Te has sentido extraña estos últimos días? ¿Te has querido lanzar a cualquier chico con hormonas calientes? ¿O a alguno en especial? ¿Te sientes inquieta y excitada por cualquier cosa?

Cerise aun no podía creer lo que escuchaba, y a todo lo que Duchess le preguntaba solo podía pensar en un a todas esas preguntas y a cierto rubio que se le venía a la cabeza.

- Tus feromonas están a flor de piel. Es natural que los animales pasen por esto. Y siendo mitad de uno, nuestras hormonas están estimulando a los diferentes órganos de nuestro cuerpo. Especialmente los sexuales.

-Entonces lo que quieres decir es que… que yo… - trataba de hablar Cerise sin éxito. – Que yo haga… eso… p-pero yo… yo…

Duchess sonrió disfrutando esa situación.

Ella había pasado por todo esto el año pasado pero gracias a Dios ella tenía a su madre para explicarle. Y Cerise era parte lobo por su padre. Se compadecía de ella, era un tema muy delicado para tratar con tu padre. A lo mejor por eso sentía simpatía por ella y trataba de ayudarla.

-Cerise- la llamó. – También puedes buscar ayuda. Yo ya tengo a alguien para estas circunstancias especiales. – Sonrió dando una mirada por donde Sparrow se había ido. – Y claro, puedes mantener eso en secreto. No queremos que toda Ever After High se entere de nuestros problemitas personales.

La chica lobo aun no podía digerir las últimas palabras de Duchess cuando ésta siguió hablando:

-Y no te preocupes el celo solo es una vez al año. Me imagino que fue hasta ahora que despertó contigo pues ya estás en edad. Como te dije yo pase por eso el año pasado y siendo yo mitad ave dure alrededor de un mes y medio con esto. Tú eres mitad lobo así que imagino que serán alrededor de veinte días en celo.

Cerise la miró con pánico al escucharla.

-V-Veinte días… - soltó en un susurro ahogado.

-Sí, pero no me hagas mucho caso. Deberías de informarte bien, además…

La chica de la capa roja ya no podía seguir escuchándola, todo eso era muy repentino y era demasiado para ella. Simplemente era demasiado.

¿Qué podría hacer? Ahora tendría miedo de estar en la escuela y que en cualquier momento podría arrojarse sobre un chico y…

¡Oh no! ¿Qué haría? ¿Por qué le pasaba esto a ella?

Vio como Duchess hacia un ademan de despedida sacándola de sus pensamientos mientras se alejaba de ella. Pero antes de desaparecer completamente entre el bosque alcanzo a decirle:

-La primavera acaba de empezar, Cerise. Disfrútalo, veras que pronto te acostumbraras.

Pero Cerise no pensaba de ninguna manera en disfrutarlo. Tenía miedo y pánico. Serian veinte días muy largos en los cuales trataría de reprimir sus instintos o ceder a ellos.

Pero por ahora veía el lago frente a ella y sólo quería meterse en el agua helada y calmar sus impulsos.

Sí, eso serviría.

o-o-o-o-o

La noche cayó en el lago cuando Cerise estaba a punto de irse, sólo se había calmado un poco gracias a ese baño. Pero al salir de las heladas aguas podía sentir como las gotas se deslizaban suavemente sobre su piel aun caliente. Eso la hacía estremecerse hasta la punta de los pies, y el viento que rugía en la gélida noche la traspasaba como manta hasta en sus zonas más sensibles.

Su piel estaba como de gallina y sus pezones se endurecían por el agradable frio. Así que después de estar un poco húmeda, se cubrió sólo con su vestido y su caperuza la cual la tenia hacia abajo pues su larga melena aun seguía muy mojada.

Se encamino hacia los dormitorios de la escuela con sus pies descalzos sintiendo la agradable vegetación que tenia debajo de ellos a cada paso. Sólo esperaba que al llegar a su cuarto, Cedar estuviera dormida y no se diera cuenta de su llegada tardía. Aunque siendo Cedar, Cerise podría jurar que dormía como un tronco, literal, así que era difícil despertarla. Al menos tenía eso a su favor.

Pero no sabría qué les diría mañana a Raven y Madeline si le preguntaban por su ausencia de hoy, a lo mejor se podía inventar que estaba enferma.

Venia tan sumida en sus pensamientos que no se había dado cuenta que había llegado a la sala de estar, el lugar donde se dividían los dormitorios de chicas y chicos. Ya era entrada la noche así que todo estaba vacío y oscuro, muchos de los estudiantes ya se encontraban durmiendo en sus respectivas habitaciones.

Y con ese pensamiento nunca se esperó la grave y atractiva voz que pronunciaba su nombre a sus espaldas sorprendiéndola:

-Cerise…

La aludida se volvió rápidamente al escuchar su nombre y el fuego en su vientre creció al ver al causante de todo su deseo.

-Daring.

Daring Charming se encontraba de pie frente a ella con los pantalones del piyama azul oscuro y solo una camisa interior blanca cubría su marcado abdomen de la cual también podía apreciar mucha de su piel en sus bien formados brazos.

-¿Qué haces aquí? – preguntó Cerise que comenzaba a sentir un acaloramiento por todo su cuerpo. Tratando de controlar los impulsos por arrojarse sobre él y no importar dejarse llevar por sus instintos.

¿Por qué tenía que encontrarse exactamente con él cuando al fin había calmado sólo un poco sus hormonas en el lago? Ahora por su culpa éstas volvían a aparecer excitándola lentamente.

El chico alzó una de sus manos donde un vaso con agua reposaba contestando así a la pregunta de la chica, para después dejarlo en una mesita cercana.

Pero el chico le respondió con otra pregunta mientras la examinaba detenidamente. La chica venia húmeda y parecía inquieta, nerviosa:

-¿Por qué estas mojada, Cerise?

Daring al ver la apariencia de Cerise muchas preguntas lo asaltaron. Además de que en todo el día se había dado cuenta de la ausencia de ella en las clases. Ahora se la encontraba en mitad de la noche, empapada y comportándose de una manera extraña.

¿Qué ocurría con ella?

Se acercó lentamente mientras no apartaba sus ojos de los de ella. Del largo cabello castaño de la chica aun caían gotas de agua las cuales dejaban un pequeño charco en el suelo.

-Emm…yo… estaba – La chica frente a él trataba de excusarse y a lo mejor no era de su incumbencia pero de cierta forma estaba preocupado por ella.

Cerise era una de las pocas, o mejor dicho la única chica que no era una de las tantas damiselas que estaban en apuros. Como se lo hiso ver en el juego de Librobol ella era más que eso. Y ciertamente eso lo había cautivado de cierta manera. Había bailado con ella en el baile de coronación y le agradaba bastante. Podría llamarla y tener la confianza de decirle amiga y no como las típicas chicas de las que siempre estaba rodeado.

Y aunque le gustaba estar rodeado de gente que lo idolatraba con Cerise era diferente. Ella era franca, autentica y aunque algo reservada, decía las cosas como eran. Con ella podía conocer partes de él mismo que no sabía que existían.

Mientras tanto Cerise sentía la cercanía del chico como algo peligroso. Si seguía acercándose no sabía de lo que sería capaz. Y fue entonces que Daring llegó hasta ella mientras le tendía una mano y tocaba un mechón de su cabello húmedo ocasionando que de su boca saliera un gemido.

-Oh por Dios Cerise, estas muy caliente.

Cerise ya no lo escuchaba. Se había perdido al sentir la tersa mano de él sobre su tibia mejilla, se había perdido, totalmente.

Entre sus piernas el ardor y el dolor eran insoportables. No sabía que excitarse de tal manera podía ocasionar tanto dolor. Y solo por tener a ese chico frente a ella.

¿Por qué siempre era con Daring? ¿Por qué le sucedía esto con él?

Ella era una chica loba y aunque era penosa con los chicos siempre se sentía atraída hacia el líder de la manda. Daring era ese chico al que todos amaban e idolatraban. Al que todos siguen y quieren ser como él. El típico líder, el típico macho alfa entre la sociedad.

¿Sería por eso que se sentía tan perdidamente atraída hacia él en su estado de celo?

No podría estar segura pero no encontraba alguna otra explicación.

Al sentir la otra mano del chico sobre su rostro, entonces había perdido la compostura. Junto sus piernas entre sí para frenar la excitación hundiendo sus manos entre ellas. Sus gemidos se hacían cada vez más fuertes al tiempo que se deslizaba rendida hacia el suelo.

-¡Oh Dios, Cerise!

El rubio frente a ella parecía verdaderamente preocupado. Se inclinó a su altura y la tomó por los hombros al tiempo que unos pasos en el corredor se dejaban escuchar lentamente acercándose.

-Parece que viene alguien, vamos Cerise te ayudare.

Si los atrapaba ahí algún maestro podrían castigarlos a los dos o peor aun sancionarlos. Pero la chica no podía moverse. Daring la tomó entre sus brazos cargándola como princesa mientras se apresuraba hacia una de las habitaciones.

-Mi habitación era la más cercana, pero en cuanto el pasillo este libre te llevare a la tuya.

Hablaba el rubio en un susurro pegado a la oreja de Cerise. Causando cosquillas, aumentando el fuego. Mientras el chico la depositaba sentada sobre el suelo alfombrado de su habitación pues aun seguía aferrada a su cuello.

-Dexter no está.- seguía murmurando sobre su oído. – Así que puedes descansar un rato si gustas.

Al volver su mirada hacia ella, Daring se petrificó. Algo en Cerise era diferente.

Sus rostros se encontraban muy cerca el uno del otro, pues la chica aun tenía sus brazos alrededor de su cuello, y lo que vio en su rostro lo dejo sin aliento.

Cerise estaba sonrojada, azorada y con sus enormes y hermosos ojos dilatados. Brillaban tanto que Daring podía sentirse inundado por ellos. Y al mirar sus labios ya no pudo apartar su vista de ellos. Estaban entreabiertos, tan rojos y se veían tan exquisitos…

Pero eso no era todo, algo en ella lo atraía más a acercarse. No sabría explicar si era su esencia, o su estado que la hacía ver más frágil, o lo que sea pero lo atraía enloquecedoramente.

-Daring

Su voz había sonado tan sensual y deseosa en esa simple palabra que no pudo resistirse.

Aprisionó su cintura con sus firmes brazos atrayéndola más hacia sí. Sus labios habían capturado los de ella en un desesperado beso al tiempo que Cerise le correspondía soltando un gemido de placer. Sus labios se sentían carnosos y deliciosos, jamás había pensado en besar a su amiga hasta ahora. Pero también se sentían calientes sobre los de él. Fue entonces que Daring entró en razón separándose abruptamente de la chica.

¡Estaban calientes! Cerise estaba enferma y el solo había pensado en besarla.

-Cerise yo… lo siento. Estas enferma y yo solo… - se sentía despreciable. – No es de caballeros aprovecharse de una dama. Voy a traerte algo seco para que no empeores.

El rubio se había incorporado mientras tomaba una de sus camisas interiores y se la tendía a Cerise.

-Toma, póntelo.

Su mirada avergonzada no la miraba.

Mientras Cerise estaba peor que nunca, había probado algo de él y… le había gustado. Maldición la excitación se hacía cada vez más intensa y solo la había besado.

Se había puesto el camisón sin mangas negro que le había dado Daring pero no podía moverse más. Seguía sentada en la alfombra con su dolor aferrado entre sus piernas mientras el chico se había metido en una de las puertas de la habitación dejándola sola para vestirse.

¡Maldición! La excitación la carcomía y no sabía qué hacer.

Daring al entrar de nuevo a la habitación encontró a Cerise en la misma posición, sentada en el suelo, sus manos entre sus muslos, mientras el fleco ocultaba su rostro. Entonces ella realmente se sentía mal. El rubio se acercó preocupado temiendo que la fiebre de Cerise fuera muy fuerte.

Se acercó inclinándose hacia ella mientras levantaba su rostro con ambas manos para verla a la cara.

-Daring…- de los ojos dilatados de la chica pudo ver como éstos le hablaban suplicantes. – duele… Daring, duele mucho.

Entonces Daring la notó. Notó a una Cerise que nunca creyó ver: débil y anhelante.

Su camisa interior le quedaba grande y los tirantes se resbalaban a ambos lados dejando ver su hombros desnudos y el nacimiento de sus pechos. Sus manos aferradas en el centro de sus piernas se movían inquietas ciñendo el camisón hacia ese lugar dejando descubierto gran parte de sus muslos. Estaba sonrojada, y a punto de explotar.

Daring no pudo controlarse.

-Cerise ¿Qué me estás haciendo?

La deslizó delicada pero rápidamente sobre la alfombra al mismo tiempo que la besaba y retiraba las manos que ella tenía en su intimidad remplazándolas por las de él. Estaba húmeda y completamente mojada, la podía sentir atreves de sus bragas.

Cerise al sentir el caliente tacto de los dedos del chico en su sexo dejo escapar un gemido de placer. Al fin había liberado esa tensión que se había acumulado en ella todo ese día. Esos gemidos que liberaba por cada roce de la mano del chico en su intimidad la hacían sentirse libre.

Ya no le importaba nada, solo el chico que tenia sobre ella y esas manos que le daban placer.

o-o-o-o-o

Continuara…

Que les parecio?

Espero les haya gustado y en el siguiente capitulo continuara en donde estos dos se quedaron. ;)

Gracias por leer y espero sus Reviews! :3