Descargo de responsabilidades: No son de mi propiedad la serie The Blacklist ni tampoco la serie de NRDD como tampoco lo son los derechos de autor en general o cualquier mercancía que de ellas se deriven. El propósito del siguiente relato es, mera y únicamente, el entretenimiento y de ninguna manera fue hecho con fines lucrativos.
Nicky, Ricky, Dicky y Dawn paseaban por el parque frente a su casa en sus bicicletas, sus padres no lo sabían pero en ese parque vivía un muchacho de su edad, Zack, era un niño de la calle; se conocieron un día que andaban por el parque y se lo toparon buscando comida en uno de los botes de basura, desde ese día cada vez que iban al parque llevaban un sándwich de jamón y queso junto a una lata de refresco. Ese día le había tocado a Dawn llevar la comida para su amigo que estaba, como siempre, sentado a la sombra de un árbol abanicándose con su cachucha de color café, traía una camiseta azul marino con un cráneo encerrado en un engrane cosidos en tela roja, pantalón de mezclilla azul muy sucio de las rodillas con un cinturón de cuero grueso café, tenis grises con manchas de todos los tonos de café y verde que puedas imaginar.
—¿Qué cuentas Zack?— dijo alegremente Nicky mientras se sentaban los cuatro junto a su amigo; no fue sino hasta entonces que notaron que tenía los ojos rojos y las mejillas machadas de lágrimas y tierra, —¿Qué sucede Zack?— pregunto Dawn en un tono casi maternal, mientras sobaba su espalda, Zack se limpió las lágrimas con su mano libre —No es nada Dawn, no se preocupen— fingió un sonrisa —estoy bien, mejor hablemos de su semana—Zack nos puedes decir lo que sea, te prometemos que siempre estaremos a tu lado— le dijo con solemnidad Ricky, mientras los otros tres asentían. Esta vez la sonrisa en el rostro de Zack fue genuina —Muchas gracias—
