Capitulo 1: Introducción
La llamada les cogió por sorpresa.
-¿Sí?
-¡Hola Carlisle!
Inmediatamente reconoció la voz y una enorme sonrisa apareció dibujada en su rostro.
-¡Eleazar, amigo! Es un placer saber de ti, ¿Cómo van las cosas por allí?
-Bien, bien, ¿Y por los bosques de Forks?
-La paz reina. De vez en cuando alguien nos viene a visitar pero se soluciona pronto, los lobos siguen vigilando La Push, que es de gran ayuda.
Hacía dos años que la guerra había finalizado y las cosas volvían a estar en calma, a su manera.
-Me alegra muchísimo saber eso, compañero- respondió Eleazar con completa sinceridad. Llamábamos- continuó- porqué Camen y yo queríamos saber si podríais concedernos un gran favor.
-Por supuesto- contestó Carlisle sin pensarlo- Después de vuestra ayuda a mi familia, ayudaros no es ningún favor, es una ofrenda.
-Muchas gracias, amigo- declaró el Moreno- Verás, después de que Carmen viese a la pequeña Reneesme a Carmen se le "descongeló" el instinto maternal. El caso es que aquí en Alaska, Carmen conoció a una niña de la cual se enamoró completamente, la pequeña Lizzie , de dos años de edad. Elisabeth, Lizzy, tiene una hermana mayor, de 17, un tanto solitaria y problemática pero, te prometo Carlisle, que es más de lo que muestra.
-Continua, por favor- suplicó.
-El caso es que Carmen descubrió que la hermana mayor, Sky, era maltratada psicológicamente por el padre de estas; así que Carmen se hizo pasar por psicóloga y educadora para acercarse más a las niñas. Descubrimos que la madre de estas había muerto por cáncer y el padre le echaba la culpa de ello a Sky, y esta de por sí ya se lo echaba. Carmen- suspiró- la encontró inconsciente en los servicios de su instituto. Había intentado quitarse la vida.
-Vaya…-dijo Carlisle con tristeza. Esme se acercó a el, sentándose ligeramente sobre el escritorio. El médico puso el manos libres, aunque no hiciera falta ya que había escuchado todo desde la otra punta de la casa- Esme escucha.
-Hola Eleazar- habló la encantadora mujer.
-Un placer escuchar tu dulce voz, Esmeralda-habló Carmen, que se encontraba con su marido.
Tras una leve pausa Eleazar continuó.
-El caso es que dos días después el padre de las niñas, que no sabía nada de lo sucedido, decidió "abandonar la ciudad". Metió a las niñas en el coche familiar y se fueron. O eso dijo…-hizo una pausa- El padre había cortado los frenos, expresamente.
-¡Cielo Santo!- exclamó sorprendida Esme que se llevó una mano a la boca.
-Sí…-contestó Carmen- El coche quedó completamente destrozado y Sky resultó gravemente herida ya que se soltó el cinturón de seguridad para proteger del impactó a la pequeña Lizzy. Faltó poco pero llegamos a tiempo. Sky se recuperó sin necesidad de transformarla y la pequeña Lizzy solo tenía pequeñas magulladuras, gracias al cielo- comentó Carmen con un tono esperanzador.
-Me alegra oír eso, muchísimo- habló Carlisle, el cual escuchaba atentamente.
-El hecho esta en que habíamos pensado en cambiar un poco de aires… Nos gustaría que Sky se relacionara con gente de su edad…y bueno Reneesme tiene la misma edad física que ella, pensamos que quizás se llevarían bien. Además, la pequeña Lizzy es adicta a los resfriados, ¿A que sí, cariño?
Y tras el auricular del teléfono se escucho la ligera risa de una niña pequeña y las carantoñas que Carmen le proporcionaba.
-El favor, sería, quedarnos en vuestra casa durante un tiempo…hasta que encontremos algo por allí.
-Pedirnos eso nos ofende- comentó Carlisle mirando a su mujer- y hablo en nombre de los dos. Esta casa siempre estará bajo vuestra disposición. Además, ahora que cada uno vive en su casa, hay más espacio para las niñas.
-Muchísimas gracias, a los dos- se sinceró Eleazar- esas niñas significan mucho para nosotros. No obstante, contribuiremos con la fuente de alimentos.
-¡No podemos aceptar eso!
-Insistimos, amigos.
-¿Y cuando tendremos el placer de disfrutar de vuestra presencia?
-Dentro de una semana, ¿os parece bien?
-Por supuesto. Apañaremos todo para la comodidad de las niñas.
-Os lo agradeceremos eternamente- habló Carmen- muchísimas gracias.