Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a Stephenie Meyer. Yo solo los ocupo para dar rienda suelta a mi imaginación
Cambie algunos apellidos para no enlazar a todos como parientes, espero no les moleste.
A leer :D
A Corazón Abierto
Ni la Muerte ni el recuerdo podrán contra este Amor.
Summary: Dos mundos completamente desconocidos chocan entre si por cosas del destino.
Edward Cullen: Un muchacho joven y con toda una vida por delante, una clase de hombre en extinción según muchas mujeres, pero él siempre fiel a su guitarra y sus libros.
Una noche siente un insoportable dolor en el pecho.
Es victima de un ataque cardiaco.
Isabella Swan: Una exitosa escritora, joven pero prometedora, alegré y enamorada.
Y en plena despedida de soltera recibe un llamado que le cambiará la vida.
Un trasplante salva la vida de Edward pero… ¿y si ese corazón trasplantado fuese mas que solo un musculo vital? ¿Y si ese corazón nuevo sintiera emociones desconocidas para el muchacho?
Decide buscar a algún familiar del donador pero solo consigue conocer a su prometida…Isabella Swan.
Al parecer ese corazón no había dado el último latido por aquella mujer…ni ella había perdido completamente a su prometido.
Capitulo 1
"Un Dolor Insoportable"
Aquella mañana Edward Cullen se despertó a duras penas, casi destrozando el despertador con la mano.
—5 minutos más — suplicó al aire
Se levantó desganado y refregando sus ojos con el dorso de sus manos.
Entro a la ducha para lograr despertarse completamente.
Cuando bajó a desayunar su padre ya se había ido a trabajar o quizás ni siquiera había regresado de su turno en el hospital.
El muchacho ya ni se asombraba de aquello, prácticamente se había criado solo después de que su madre — Elizabeth— había muerto en un accidente cuando él tenía 12 años.
Edward nunca se quejó por que Carlisle no pudiera pasar suficiente tiempo con él, o mucho menos por que no hubiese podido ir a la graduación de su hijo. Lo entendía, su padre salvaba vidas, eso era algo mucho más importante que nada, o por lo menos eso trataba de hacerse creer.
Sacó un vaso y se sirvió leche, se la tomó de un sorbo, tomó su mochila y las llaves del volvo que le había regalado su padre por entrar a Harvard hace un par de años.
Y salió con rumbo a la universidad.
En otro lugar de la ciudad Bella abría los ojos. Estaba a un paso de cumplir su sueño.
Entrar del brazo de su padre, vestida de blanco y en el altar mirándola con adoración, James, el hombre con que había decidido pasar el resto de su vida
La última vez que lo había visto había sido en la tarde del día anterior, cuando almorzaron juntos en su restaurante favorito.
La muchacha estaba segura de que él era el hombre perfecto, aunque no hubiese conocido a ningún otro con el cual poder compararlo. Ya que James había sido su primer amor y su primer beso y próximamente su primer y único hombre.
Bella admiraba a su prometido, llevaban casi 3 años de noviazgo, se habían conocido cuando ella había entrado al instituto y él estaba por cursar ultimo año.
Al año próximo ya eran novios, su relación fue mágica y como siempre ella lo había imaginado.
Ese hombre compartía el hecho de que ella quisiera llegar virgen al matrimonio y refrenaba cualquier situación riesgosa.
Ambos se adoraban y habían preparado juntos la boda — por supuesto que también había participado su cuñada Alice — pero el solo hecho de que ´le se interesara por participar lo hacían adorarlo más.
Se duchó mientras tarareaba el vals de los novios, desayuno y salió rumbo a la editorial a buscar el bosquejo final de la publicación de su libro.
Aun recordaba cuando su profesor de literatura había encomendado que hicieran un relato mitológico, a la muchacha siempre le habían llamado la atención los seres de la noche. Y fue así como obtuvo la nota máxima en su trabajo y el descubrimiento de su talento innato como escritora. SU profesor la ayudo a distribuir sus narraciones entre las editoriales hasta que la reclutaron para publicar su obra.
La tarde llegó rápido y los nervios en el estómago de Bella eran casi incontrolables. Mañana a primera hora sería el día, se ataría hasta que la muerte la separara de su amor.
Mientras tanto Edward, faltaba a clases por ir a su lugar favorito en aquella superficial y vacía universidad.
La sala de música.
Al fondo del lugar brillaba su negro amor, el piano de cola. Reluciente, con sus teclas blancas a la vista, casi llamando a que el muchacho las rozara e hiciera música.
Ese era el gran deseo y la mayor frustración de Edward, no poder haber sido músico…haberse tenido que conformar con estudiar para abogado por que su padre así lo había querido, por que no estaba dispuesto a alimentar a un músico vago de por vida.
Así pasó toda la tarde entre partituras y composiciones propias, acariciando con devoción las teclas de marfil.
Salió de la sala con la noche encima, compró un café de paso y se montó nuevamente en su Volvo.
Alguien golpeó el vidrio de su auto.
— Hey Ed, necesitaba hablar contigo — habló Rosalie Hale cuando Edward bajó el vidrio.
Ella para ojos de cualquier hombre, era sin duda la mujer más hermosa que existía.
Con su rubio y ondulado cabello cayendo en cascadas hasta su cintura, y sus curvas marcadas en la medida exacta. Labios carnosos y ojos azules…pero de mirada fría.
Edward siempre había pensado que era una mujer frívola y manipuladora, así como todas habían demostrado ser.
— Te escucho — dijo Edward bajándole un poco el volumen al estéreo.
— Pues mañana se casa una amiga y…me preguntaba si te gustaría ir conmigo a la fiesta.
— Hmmm, sabes que no me gustan esas cosas Rose — habló el muchacho medio disgustado.
— Si, lo se pero…pensé que te gustaría ir — habló la muchacha mientras le levantaba coquetamente una ceja.
— No puedo, de todos modos tengo muchísimo que hacer, lo siento. Invita a Emmet, de seguro querrá ir contigo. — le dio una sonrisa.
Emmet McDonoban siempre había estado enamorado de Rosalie, desde que la conoció en la secundaria, incluso casi había explotado su cerebro para poder ser aceptado en Harvard. Pero nunca había sido capaz de decirle lo que sentía por miedo a ser rechazado, ella era la mujer más hermosa en la facultad y la veía prácticamente como un amor platónico, por eso Edward siempre hacía lo que estaba a su alcance por relacionarlos ya que Emmet había sido su mejor amigo desde el kínder- Garden y se lo debía por haberlo soportado más de 20 años.
Rosalie lo miró ceñuda pero intentó darle una sonrisa falsa, ¿Cómo se atrevía Edward Cullen a rechazarla otra vez? , siempre hacía lo mismo, que ¿acaso estaba ciego al no darse cuenta que clase de mujer tenía al frente y que más de la mitad de la facultad daría su vida por salir con ella?
Era un tonto al rechazarla, pro sin lugar a dudas el hombre más guapo que conociera.
Alto y de piel como la crema, con su despeinado cabello broncíneo que contrastaba perfecto con sus ojos verdes, llenos de secretos que daría todo por saber. De una voz tan suave como el terciopelo, pero cargada de masculinidad, al nivel de hacerla temblar con solo escucharla.
¿Qué tenía que hacer ella para que Edward Cullen notara siquiera que existía?
En casa de Bella, todo estaba preparado, Alice le había preparado una despedida de soltera sorpresa. La había mantenido en secreto toda esta semana y casi moría por no poder contárselo…
Ya tenía todo listo, el cotillón instalado y la comida servida.
Acababa de telefonear a las chicas que vendrían, solo eran unas pocas, las más cercanas.
Ángela, Rosalie, Jessica y ella.
Alice sabía que Jasper también estaría haciendo lo mismo para James, en su departamento. Jasper Hale era la otra mitad de Alice, el hombre que el destino le había puesto en el camino, lo conoció luego de que llegara del ejército una tarde de verano, cuando ella estaba en la casa de Rosalie, quien a su vez era la hermana de Jasper.
Desde que se miraron supieron que vivirían el uno para el otro.
Vivian hace casi un año juntos, pero ninguno de los dos veía el matrimonio necesario para realzar su inquebrantable amor.
El timbre sonó y corrió a abrir la puerta.
Eran las chicas que llegaban con las bebidas.
— Bella se morirá cuando vea esto — Jessica exclamó divertida
— Contrataste un stripper supongo ¿no? — Rose demando saber.
— Rose, que cosas dices — se alarmó Ángela
— Shhhh las tres, esta es una sorpresa para nuestra amiga, y SI a todas sus preguntas — rió Alice.
Se escondieron en silencio mientras Alice llamaba a Bella.
— Amiga ¿Dónde estás? — preguntó inocente la chica
— Acabo de bajarme del auto de James, fuimos a cenar juntos — suspiró ella
— Si, si ,si cuñadita, el amor…eso quiere decir que ¿estas en el edificio?
— Si ¿Por qué lo preguntas? No estas tramando nada malo ¿verdad?
— Nada de eso Bella, no te preocupes, te veo allá entonces. — habló Alice y finalizó el llamado.
— Ok, Bella está en el edificio, a esconderse todas — gritó la chica mientras apagaba la luz de la sala y se escondía tras la cortina del ventanal.
Apenas guardó su celular en el bolsillo Bella supo que Alice no estaba diciendo la verdad, su amiga se había estado comportando algo extraña la última semana.
Se encogió de hombros y subió por el ascensor.
Sacó las llaves del bolsillo de su chaqueta y apenas abrió la puerta y prendió la luz sintió un estruendoso ruido y un Sorpresa descomunal.
Sus amigas mas cercanas aparecieron de detrás de los muebles y la sala estaba decorada por cotillón de fiesta.
Picadillo y bebidas con o sin alcohol descansaban en la mesa del comedor.
— ¿Qué es todo esto? — gritó sorprendida Bella
— Tu despedida de soltera mujer, ¿creíste que no te haríamos una? — Jessica rió
— No me digas que no la querías — Rosalie agregó
— Yo sabía que no era buena idea — replicó Ángela, la más cuerda y tímida del grupo.
— No seas aguafiestas Ang — Alice le pegó un suave codazo en las costillas. Y se dirigió a mi para ponerme un sombrero con una "Avergonzadora" forma.
Todas se rieron de Bella cuando se lo vieron puesto.
— O Dios Mío, tu gorro tiene forma de preservativo — Ángela se alarmó
— Por favor, como si no los conocieras — Rosalie habló socarrona.
La noche transcurría entre risas, charlas y bebidas, las chicas se divertían como si fuese el último día que tuvieran para hacerlo.
Todas gritaron cuando el stripper entró por la puerta disfrazado de repartidor de pizza y le bailó a Bella haciendo que esta se pusiera más roja que un tomate.
— Voy a matarte, pequeño duende diabólico — bufó Bella a Alice, quien le sacó la lengua
— Es para que vayas adquiriendo experiencia — Jess se burló
— Somos tus amigas, agradécenos por hacerte un favor. — Rosalie agregó
Bella de pronto sintió un escalofrío que la recorrió de pies a cabeza y una horrible sensación en la boca del estómago…un presentimiento.
Mientras tanto Edward manejaba a toda velocidad en la carretera camino a su casa.
Escuchando a "Queen" con el estéreo a todo volumen y cantando desaliñado " I Want to be Free"
De la nada sintió una molesta punzada en el pecho, que lo hizo callarse de golpe. El dolor se fue intensificando a medida que la canción avanzaba y el auto iba disminuyendo su velocidad. La molestia se estaba desviando a sus brazos, sus piernas y su cuello
Comenzó a sentirse mareado y la cabeza le palpitaba fuerte.
El dolor se estaba tornando insoportable…lágrimas le comenzaban a correr por las mejillas.
Ahogó un grito en el volante y aparcó a la orilla de la carretera.
Ya casi no podía respirar, y el dolor en el corazón casi le estaba quitando la conciencia.
Tomó su celular y le marcó a su padre.
— Papá…mi corazón…está fallando — susurró Edward y se le escapó un grito desgarrador.
— ¡Donde estas hijo! — Carlisle demando saber desesperado. Sabía que su hijo sufría de esos problemas desde pequeño.
— En la carretera a unos 10 minutos de cas… — Edward ya no pudo más, era hablar y morirse ahogado o callar y dosificar el aire.
El aparato se estampó contra el piso del auto y Edward se derrumbó contra el volante.
El celular de Bella vibró en su bolsillo.
Se alejó hacia su habitación para contestar, ya que la música en la sala hacía casi imposible escuchar bien.
— ¿Hola?
— ¿Srta. Isabella Swan? — una voz femenina habló
— Si, ella habla
— La llamo desde el Hospital Central de Boston. — Bella sintió como subía su estómago a la garganta
— ¿Que pasó? ¡Le paso algo a mi padre!
— ¿Es usted la novia del Sr James Duson? — la mujer preguntó
— Si, soy yo, ¿le pasó algo? — el presentimiento se hizo más desagradable.
—Srta. Swan el Sr Duson…sufrió un derrame cerebral y…murió — habló la mujer sin mayores preambulos
Bella soltó el celular de golpe y cayó arrodillada al piso.
Su prometido, el hombre con el que había decidido pasar el resto de su vida estaba…muerto.
¿Y ahora como podría ella continuar con su vida?
Un grito desgarrador se escapó de su boca y las lágrimas salieron como un mar por sus ojos. Se estaba ahogando en sollozos hasta que sus amigas llegaron a la habitación
— Bella ¿que pasó? — Alice preguntó desesperada.
— Alice…James.— la muchacha susurraba con voz quebrada
— ¿Qué le pasó a mi hermano? —Alice demandó saber casi al borde de la histeria
— Me acaban de llamar del hospital…James está….James está muerto. — Bella soltó a llorar en el hombro de Alice, mientras silenciosas lágrimas caian tambin por el rostro de su amiga.
¿Su único hermano muerto?
— Un trasplante de corazón es lo único que puede salvarlo Carlisle — Eleazar habló preocupado a su compañero
— Lo se amigo, pero… ¿de donde sacamos uno?
— Hace un rato falleció un paciente…Carmen acaba de llamar a sus familiares…en su ficha decía que él era donador de órganos…quizás…podamos usar su corazón en Edward.
Hola!
Está es mi 3era historia...salió de mi ser espontaneamente
OMG! Yo la amé...pero no se si ustedes jejeje :$
Porfavor haganme saber q les pareció dandole al botoncillo verde :D
AHi me dicen si meresco aplausos golpes o de plano q me linchen kajskajskajs
Gracias por leerme
Saluditos desde Chile ;)
