Sólo.. Marie.
- ¿En qué piensas?- preguntó curioso.
Créeme papi, realmente no quieres saberlo. Me castigarías por años si te dijera todo lo que pienso.
- Nada de más. Simplemente estoy acostumbrándome a la idea de irme.- respondí.
No mentí, estaba pensando en eso, sólo que no específicamente de esa forma. En como podría escaparme de mi -tan indeseado- futuro hogar, por ejemplo.
Creo que no necesito acostumbrarme, porque tengo la vaga idea de que no duraré mucho allí.
- No llores,- insistí mientras nos despedíamos en el aeropuerto. - En serio, volveré.
- ¿Cumplirás?- repetía con la mano en el dije de la amistad que compartíamos. Ella era mi mejor amiga desde que tengo noción del mundo. Brillaba la 'B' colgada a su cuello. -Bella, ¿vendrás?.
- Violette..- ella continuaba sollozando. -Viole..- como solía llamarla.
- ¡Es que te voy a extrañar demasiado!- chilló abrazándome.
- Yo también..- susurré en su oído.
- Iré a verte,- insistió.
- Vale, te estaré esperando..- respondí.
Caminé hacía el embarque recordando ese abrazo, iba a necesitarlo mucho en las siguientes semanas, o meses..
-'If there's a future, we wont it!, now ow ow ow ow ow ow'..- cantaba tranquila durante el viaje. El muchacho sentado a mi lado parecía no molestarse con mi canto.
- Oye, niña..- me llamó.
- ¿Sucede algo?- dije, quitándome un auricular para escucharle.
- ¿Eres cantante?- le miré confusa.
- Claro que no,- respondí con obviedad.
- Tienes una voz hermosa, deberías sacarle provecho.- aclaró. Le miré sin compredender.
Giré mi cabeza ante tal incómoda situación y continué mi canto. Para mi suerte el viaje era rápido y cuando quise notarlo, estaba desembarcando en el aeropuerto de Seattle.
El móvil vibró en mi bolso mientras me sentaba en la sala de espera.
¿Has llegado?, ¿estás bien?. -V.
Comencé a teclear mientras sentía a alguien acercarse a mis espaldas, a una distancia un poco incómoda. Le ignoré, después de todo estaba en un lugar público, y envié mi mensaje.
He llegado, tranquila.. no me gusta que te preocupes, te estresas.. -B.
- ¿Isabella Swan?- preguntó una voz femenina a mis espaldas.
Me giré lentamente y le ví. Era ella. La mujer que había dado la vida, la mujer que me había abandonado tantos años, ahora se encontraba a mis espaldas, a una distancia incómoda, esperando por una respuesta.
- Sí, mamá, soy yo.- respondí con suspiro exasperado.
- Ven hija, levántate y abrázame.- dijo con emoción.
Una emoción que no compartía. Me levanté y cumplí sus deseos, si empiezo bien, tal vez esto sea más llevadero, tal vez me sea más fácil cobrarme todos estos años.
- Isabella, te ex..- comenzó pero el corté. Detesto que me llamen de esa manera, yo soy Bella. Bella, y solamente Bella.
- Sólo Bella.- interrumpí con una suave irritación en mi voz.
- Nunca me sentí cómoda llamándote de esa manera..- comenzó otra vez. Debería aceptar que es mi nombre y llamarme como yo lo deseo.- ¿Marie?.- insistió.
Suspiré y asentí, por lo menos yo adoraba a mi abuela Marie.
- Vamos para casa.. todos están esperándote.- dijo sonriente.
Oh, mierda.
- Tu hermana está muy emocionada, quiere conocerte.- comentó en el camino. Mi hermana.. eso sonaba tan extraño.. después de todo yo fui criada creyendo que era hija única. Hasta ahora creo que es la única persona que quiero conocer hoy.
- También quiero conocerla..- respondí por lo bajo.
El resto de viaje fue igual. Ella comentaba, yo respondía secamente o con monosílabos.. algunas veces hasta la ignoraba.
- Dejaré que Mary te muestre la casa, ¿vale?.- preguntó luego de estacionar el carro frente al garage. Asentí.
- Vale.- respondí indiferente.
Espere a que ella abandone el automóvil y recosté mi cabeza en el asiento. Suspiré y abrí violentamente la puerta, para luego abandonar el carro de manera tranquila. Asoté la puerta al bajar y suspiré.
- ¡Marie!- chilló alguien corriendo hacia mí.- ¡Bienvenida a casa!- dijo abrazándome.- Yo soy Mary, tu hermana..- dijo con una enorme sonrisa.
- Un gusto en conocerte, hermanita..- le regalé una pequeña sonrisa sincera. Ella no merecía sufrir lo que mi madre me hizo.- ¿Quieres mostrarme la casa?..- le invité.
- ¡Claro, vamos!- tomó mi mano y corrió hacia adentro.
Recorríamos la casa mientras ella no dejaba de mostrarme cada uno de los cuartos y contarme historias.
- ¿Quieres que te ayude con tu equipaje?- preguntó dulcemente al llegar en mi habitación.
- Vale, me sería super-útil tu ayuda.. también así podremos conocernos mejor.- ella me sonrió dulcemente y comenzamos a abrir las cajas que había enviado hace unos días.
- Bella, ¿te parece si jugamos a las '20 preguntas'?- ofreció.
- ¿'20 preguntas'?, ¿cómo es eso?..- cuestioné.
- Mira, tú me haces una pregunta, y yo te hago una a tí, hasta llegar a 20 y así vamos conciéndonos mejor.
- Supongo que sí, sería una forma fácil de conocernos.
- Vale, ¿quién comienza?
- Tú, conoces mejor el juego.
- Recuerda que tienes que responde exactamente lo que te pregunté, sin mentir.
- ¿Puedo rechazar preguntas?.
- Claro, eso se debate.
- Vale, comienza.
Dudó unos momentos.
- ¿Qué edad tienes?.
- 15, ¿y tu?
- 12.- sonrió.
- ¡Buah!, pareces mayor..- a pesar de su constante emoción y energía, puede percibirse que es una niña madura.
- Gracias.- sonrió.- ¿Cumpleaños?- preguntó curiosa.
- 13 de septiembre, ¿y el tuyo?.
- 20 de diciembre.
Continuamos con las preguntas, incluso superando las 20.
- ¿Qué significa esa 'V' en tu cuello?.. ¿tienes novio?.
- No, es por mi mejor amiga, Violette.
- Lindo nombre, ¿es francés?.
- Sí, su madre es francesa.
- ¿Hace cuanto se conocen?.
- 12 años..
- ¿Puedo hacerte una pregunta un poco.. extraña?.
- Dime.
- ¿Qué se siente tener una amiga?..
En ese momento me congelé. ¿Mary no tenía amigas?, una niña tan dulce, tan activa, tan madura.. tan agradable.
- ¿No tienes amigas?.
- No.. mh, como explicarlo..
- Hazlo como puedas, creo poder seguirte.
- Sí, tengo amigos, pero no amigas mujeres. Sólo a Jasper y Edward.
- ¿Por qué?.
- No me llevo bien con las niñas de mi edad ahora. Antes.. recuerdo que cuando eramos pequeñas todas teníamos sueños, luchabamos por ellos, compartíamos secretos que no pasaban a ser notícia escolar. Ahora sólo son niños, fiestas, maquillaje de moda, poco estilo, poco carácter.
.. No es para malinterpretarme, me encanta la moda, y algún día me gustaría ser dueña de una firma reconocida. Pero no por eso tengo que correr atrás del último grito, yo creo que tengo que tener estilo propio, y adaptar la moda a mí.
Como lo dije, esta niña es muy madura para su edad.
- ¿Continuamos con el juego?.
- Vale..- me caminé hasta quedar a su lado y besé su frente.- Tranquila Mary, no quiero que te preocupes.. te estresa.- suspiré.- Me recuerdas mucho a mi Viole.- ella sonrió y besó mi mejilla.
Continuamos el juego, hicimos un par de preguntas simples. Música, películas.
- ¡Niñas, a cenar!- gritó mamá.
- Vamos, toda la familia espera por conocerte.- dijo emocionada. Suspiré, realmente no sé si quiero cenar esta noche.
Si no fuese porque veo a Mary tan emocionada, no iría.
- Invité a Edwrd y Jasper, pero no me confirmaron nada, ya que mamá estaba a nuestro lado.
- Mamá,- todavía no me acostumbro a llamarle de esa manera.- Nos hubiese avisado.
- No lo creo, ella no acepta que ellos sean amigos míos, probablemente estén con Jacob.
- ¿Jacob?- ¿quién era ese tal Jacob?.
- Nuestro hermanastro, ¿mamá no te habló de él?.
Dudé un momento. Tal vez lo haya nombrado en algún momento, y yo la ignoré.. no lo creo.
- No, nunca me habló de un tal Jacob.- contesté un poco molesta.
- ¿Vamos a cenar?.- preguntó nuevamente.
- Vamos..- suspiré.
Caminamos escaleras abajo y cruzamos la sala hacia el comedor.
Allí encontré una gran mesa con un banquete sobre esta. Allí había muchas personas que
no conozco, bien vestidas, arregladas para recibirme.
Y yo aquí con una gran sorpresa de la moda, unos jeans gastados y una simple blusa blanca, dando buenas impresiones.
- Marie..- dijo Mary tirando de mi blusa.- siéntate junto a mí..- pidió.
- Vale..- respondí tranquilamente. Nos sentamos junto a mi madre, y fui yo que -para mi suerte- quedé en medio.
- Marie,- llamó mi madre.- ellos son mi marido Billy, su hijo Jacob, Jasper y Edward, amigos de Jacob. Seth, sobrino de Billy y Sue, su madre.- prensentó a todos.- Ella es Marie, mi hija.
Odiaba las presentaciones estúpidas, es obvio que era yo. Mary me había dicho que desde que se supo que vendría fui el tema de conversación en casi todo momento.
- Vale, mamá. Buenas noches a todos.
- Te estábamos esperando, Marie.- dijo Sue sonriente.
- Con lo que tu madre contaba de tí para todos ya eres parte de nuestra família.- comentó Billy amablemente.
- Sé que seremos muy buenas amigas..- murmuró Mary en mi oído.
- Ya podemos comenzar.- exclamó Jacob.
- Aprende a controlar tu apetito.- comentó Jasper.
En ese momento noté que Edward me estaba mirando fijamente, le miré con la interrogante en mis ojos.
Moduló un suave 'Bienvenida' y una sutíl sonrisa. Sonreí de vuelta y luego me giré a hablar con Mary.
- Bella, vamos..- invitó Mary mientras ordenábamos la cocina.
- ¿A dónde?.- pregunté.
- Vamos a ver el juego en la sala.
- ¿De qué?.
- Baloncesto.
- Preferiría ir a mi habitación y acabar de arreglar mis cosas.
- Vale, ¿puedo ir contigo?.
- Claro..
Estuvimos ordenando en silencio, sólo música de fondo.
- Mary,- llamó mamá desde la puerta.- Es hora de dormir.
- Mamá..- renegó.
- Mamá, ¿puede dormir conmigo esta noche?.- ví como el rostro de Mary se iluminaba. Mamà lo pensó un momento y finalmente..
- Vale, que descancen mis niñas..- dijo y salió.
- Cierra la puerta.- pedí. Lo hizo y corrió hacia mí.
- ¡Gracias, Marie!- chilló y me abrazó.
Seguimos ordenando y luego comenzamos a notar que ya no había ruidos en casa.
- ¿Quieres postre?- preguntó. Dudé un momento.
- Claro, vamos.- murmuré.
Bajamos las escaleras lentamente y vimos el reflejo de la televisión en la sala. Escuchamos un grito en bajo volumen seguido de un grito apagado. Nos miramos con confusión y fuimos a ver qué es lo que estaba sucediendo.
Una imagen de película. Jasper y Jacob estaban abrazados susurrando vaya a saber qué, parecía que temblaban y estaban muy asustados. En la televisión brillaba una película de terror en su peor momento.
La situación era un poco divertida.
- ¿Y Edward?.- preguntó Mary.
- Aquí.- dijo sombriamente este a nuestras espaldas. Mary gritó y corrió al lado de Jasper mientras yo me parelizé en mi lugar y comencé a temblar.
No recuerdo mucho de todo eso pero en algún momento acabé sentada en las piernas de Edward y él no dejaba de disculparse.
- Marie, discúlpame, en serio no quise asustarte.
- ¡Edward ya cállate!- gritó Mary.- Tú mismo me haz dicho que cuando alguien está en shock no presta atención a lo que le dicen, se paraliza completamente.
- Basta..- renegué y me abracé al pecho de Edward.
Éste comenzò a jugar con mi cabello y me abrazó más a tu cuerpo. Para mi sorpresa, no me sentìa incómoda con tal cercanía, incluso conseguí relajarme luego de la tensión de shock. No puedo creerlo, asustarme tanto por algo tan simple. Suspiré.
- Marie, ¿comeremos postre?.- pregunta Mary. Lo había olvidado. Asentí e intenté levantarme, pero algo me lo impedía.
- Estoy un poco mareada..- susurré. Edward me atrajo más hacia él.
- Vale, iré con Jasper y traeré para todos.- dijo.
- Buscaré otra película.- avisó Jacob.
- Comedia, por favor.- rogué.
- Vale,- rió este.
Esa noche vimos 'Las aventuras de Dick & Jane' algo simple, que todos conocíamos.
