A/N: ¡Hola chicos! Se que dije que actualizaría esta historia en fines de semana pero como estoy a pocos meses de terminar la Universidad, el tiempo lo uso para hacer investigaciones para la tesis. Además, también volví a escribir los capítulos por que los sentía muy mecánicos en cuanto a la redacción, espero que ya me hayan quedado mejor.

Trataré de subir otro capítulo en estos días que me quedan de vacaciones. (No sé por qué se llaman vacaciones si sólo es una semana pero bueno).

Disfruten de la lectura. :)


Runnin' Home to You (español)

Capítulo 1: Lo que el futuro pueda traer.

5 DBY

Una joven mujer con cabello muy corto y teñido en morado y con una armadura del mismo tono estaba observando la próspera ciudad desde una vieja torre de comunicaciones, sin embargo, ella no le prestaba mucha atención a la ciudad, su mente estaba pensando en las últimas palabras que Ezra Bridger, su mejor amigo le había dicho:

"Sabine, cuento contigo."

Ella suspiró, habían pasado cinco años desde que él había desaparecido con Thrawn y la Quimera - el Destructor Estelar de Thrawn – y muchas cosas habían pasado desde ese día.

Lothal había sido liberado de la ocupación Imperial y lenta y seguramente, el planeta empezó a sanar; el Emperador había muerto un par de meses atrás y el Imperio estaba derrotado. Ella todavía no podía creer que había sobrevivido para ver el fin del Imperio, sin embargo, se sentía mal por Kanan. Él se había sacrificado para salvar a Hera, a Ezra y a ella y ella deseaba que él hubiese conocido a su hijo, Jacen pero también sabía que Kanan sabía de él. Había muchas cosas que Sabine no conocía sobre la Fuerza pero Kanan una vez le dijo que aún después de morir, los Jedi todavía podían sentir y ver lo que pasaba en la galaxia, ella sonrío sabiendo que Kanan estaba orgulloso de Hera por haber criado a su hijo mientras ella continuó luchando con la Rebelión.

La Mandaloriana suspiró otra vez, ella había estado en Lothal por cinco años ayudando a reconstruir pero todo se sentía extraño, como si algo faltara y ella lo entendió dos meses después de haber liberado Lothal.

Sabine tenía muchos remordimientos pero el más grande era no haberle dicho a Ezra lo que realmente sentía por él. Es cierto que la primera vez que se conocieron fue algo incómodo, especialmente porque él actuaba como un sabelotodo y coqueteaba con ella todo el tiempo; cada vez que él le hacía un cumplido, ella lo rechazaba pero después del primer Día del Imperio (el cumpleaños de Ezra) que él pasó con ellos, ella notó un pequeño cambio en su personalidad.

Es cierto que él siguió haciendo bromas y coqueteaba con ella pero ya no era tan común como antes. Ella empezó a disfrutar de su presencia e incluso hicieron una rutina después de cada misión: los dos se sentaban a hablar sobre cualquier cosa para relajarse y para olvidar por un momento la guerra. Al principio fue algo aburrido, ya que Ezra no sabía muchas cosas, así que él sólo se sentaba y la escuchaba hablar sobre arte o sobre sus artistas favoritos pero poco a poco, él también le empezó a contar historias de Lothal antes de la llegada del Imperio y los recuerdo más felices que tenía de sus padres.

Todo cambio cuando él, Kanan y Ashoka fueron a Malachor; Kanan estaba ciego, Ashoka perdida y Ezra había traído un holocrón Sith que había encontrado en el maldito planeta. Su personalidad cambió drásticamente, él ya no sonreía o hacía bromas, en vez de eso, se encerraba en la habitación que compartía con Zeb por horas y sólo salía a comer o para alguna misión pero lo que más le preocupó a Sabine fueron las miradas frías que él tenía cuando peleaban con los Stormtroopers. Ella sabía que ese no era el Ezra que ella conocía, este era alguien diferente intentando destruir lo que quedaba de la personalidad de Ezra.

Afortunadamente, la influencia del holocrón Sith se fue a tiempo y ellos siguieron hablando como antes pero también ella notó lo mucho que Ezra había crecido en seis meses y que ya no era un niño. Él estaba más alto, un poco más musculoso y más sabio.

Cuando Sabine se dio cuenta de esto, empezó a tener extraños sentimientos hacia él. A veces sentía mariposas en su estómago cuando él estaba parado al lado de ella o le daba una sonrisa pero ella logró controlar el sentimiento e intentó negar que sentía algo por Ezra pero después de quedarse con su familia en Krownest, ella se dio cuenta de que la persona a la que más había extrañado había sido Ezra y eso fue todo lo que necesitó para darse cuenta de sus sentimientos hacia él.

Esos sentimientos crecieron durante las siguientes semanas después del rescate de su padre y cuando decidieron ir a Lothal, ella fue la primera persona en ofrecerse para la misión. Ella había visto todo el apoyo que Ezra le había dado los últimos cuatro años y que la había acompañado a rescatar a su padre, así que sintió que debía hacer lo mismo por él. No fue sino hasta la muerte de Kanan que se dio cuenta de que debía decirle a Ezra sobre sus sentimientos; ella vio lo mucho que Hera se culpaba por no decirle a Kanan que lo amaba o por creer que tendría más tiempo con él, Sabine no quería ese tipo de remordimiento pero cada vez que le quería decir a Ezra sobre sus sentimientos, las palabras le fallaban y entonces, él desapareció.


Una nave la sacó de sus pensamientos, miró hacia arriba y vio una nave Jedi dirigiéndose a la ciudad. La Mandaloriana sonrió y entró a la torre para agarrar su bolso y su casco, luego bajó y se subió a su air bike y se dirigió a la ciudad. Mientras conducía por las planicies, los lobos de Lothal corrían al lado de ella; llegó al edificio donde había pintado el mural de familia Fantasma una semana después de la liberación de Lothal.

Tocó la imagen de Ezra deseando que él estuviese con ella pero también sabía que lo encontraría donde quiera que estuviese y lo traería a casa. Ella se volteó y vio a Ashoka vestida en una capa blanca y sosteniendo un bastón. La Mandaloriana se puso su casco y caminó hacia la Torguta.

"Estoy lista." Sabine dijo.

"Lo siento, Sabine pero ya no será necesario buscar a Ezra." Ashoka respondió.

La Mandaloriana se quitó su casco. "¿A qué te refieres? ¿Sentiste algo en la Fuerza?" Preguntó preocupada. "¿Él está...?"

"No, no. Nada de eso. Él aún está vivo, lo sé." Ashoka dijo.

"Entonces, ¿qué estamos esperando?" Sabine dijo.

"Sabine, no será necesario ir por él." La Torguta dijo.

"¿¡Por qué dices eso!?" Sabine preguntó algo molesta, había estado esperando cinco años para volver a Ezra y ahora Ashoka le estaba diciendo que no debían ir por él.

"¡Él está contando conmigo, Ashoka! ¡Él mismo lo dijo!" La Mandaloriana dijo enojada.

"Lo sé, Sabine." La Torguta respondió.

"¡No tienes idea de lo mucho que él significa para mí y para los demás!" La Mandaloriana dijo. "¡Necesito decirle lo que realmente siento por él!" Dijo ella con lágrimas en sus ojos.

"Sabine, por favor déjame explicarme antes de que empieces a discutir de nuevo." Ashoka dijo.

La Mandaloriana respiró profundo y esperó la explicación de Ashoka.

"Estaba en camino hacia acá cuando sentí una presencia en un sector cercano y fui a checar. No podía creer lo que veía cuando lo vi pero él me dijo que estaba listo para regresar a casa." Dijo ella.

Sabine miró a Ashoka no creyendo lo que decía pero cuando la Torguta señaló a la nave, su aliento se quedó atrapado en su garganta.

Parado en la cima de la rampa, había una figura cubierta. Sabine notó que era un hombre por su estatura pero no podía ver su rostro ya que estaba cubierto por la capucha de la capa café que traía puesta. Ashoka asintió y la figura bajó, se paró al lado de Ashoka y bajó su capucha.

"Hola, 'Bine." Ezra dijo con una sonrisa en su rostro.

Los ojos de Sabine se agrandaron y su casco se resbaló de su mano y cayó en el suelo con un fuerte clank mientras sus ojos escaneaban cada milímetro del rostro de Ezra. Ella sabía que era él.

"¡Ezra!"