Lo único que me pertenece es la situación, lo demás es de nuestra JK Rowling.
"Querida Daphne:
Desde hace años te conozco, tanto que siento conocerte como a la palma de mi mano. Te he visto a lo largo de estos quince años en las mejores situaciones y en las peores, justo como cuando caíste de aquel árbol y dos de tus dientes se cayeron por el impacto. Aún recuerdo tus gritos de acusación contra Draco por haber sido él quien te desafío a subir por el ave que se encontraba entre las ramas.
Otros de mis recuerdos son más agradables; como cuando me diste el primer regalo de Navidad o el abrazo que nos dimos después de saber que Slytherin había ganado el torneo de quidditch en el primer curso.
Sé que posiblemente te preguntarás el porqué de todo esto. Bien, necesitas saber, (y yo necesito expresarlo), que te quiero. Te he querido desde hace mucho tiempo. No sabría decir exactamente cuándo fue que este sentimiento nació, te has dado cuenta, al igual que todo Hogwarts, que me interesa mucho Malfoy.
Esa es la mayor razón de mi confusión. Desde pequeña mi madre me decía que algún día me casaría con alguien de nuestra clase, tendría hijos y sería muy feliz por siempre. Ahora veo que eso no es del todo cierto. Si llegara a casarme con Draco o cualquier otro muchacho sería muy infeliz.
La única persona que me interesa eres tú, sé cuán raro puede parecerte. Pero si me dieras la oportunidad podría mostrarte que no es una idea tan descabellada.
Espero que me hagas saber si tú tienes algún tipo de sentimiento parecido hacia mí. Si así fuera me gustaría saberlo inmediatamente.
Sinceramente tuya, Pansy P."
Pansy Parkinson leyó nuevamente la carta antes de sellarla. Se encontraba frente a una de las lechuzas, estaba decidida a enviársela a su querida amiga.
Se sobresaltó al escuchar un ruido, giró hacia las voces que se acercaban. Una fugaz mirada de decepción cruzó su rostro al ver llegar a Greengrass tomada de la mano por Theodore Nott.
–Hola, Pansy. ¿Has venido a dejar correspondencia para Draco? –se soltó de Nott para poder atar una carta a una de las lechuzas.
–Ah, sí, sí, claro –tartamudeó sin poder evitarlo al tiempo en que se guardaba la carta en un bolsillo de la túnica–. Pero acabo de decidir que mejor se la daré directamente.
–Creo que esa sería una mejor opción, no es como si fuera una sorpresa para Malfoy –susurró Theodore con una nota de malicia en la voz, sujetó nuevamente la mano de Daphne.
Al notar tal gesto Parkinson arrugó la carta entre su puño. Asintió y recompuso la sonrisa.
–Vayamos a desayunar, muero de hambre –sin esperar respuesta alguna se adelantó a salir primero del lugar.
Antes de dirigirse al gran comedor se desvió a un aula en donde se reprendió a sí misma por lo que había estado a punto de hacer. Rompió la carta y quemó los pedazos para no dejar evidencia alguna de tal desliz.
Al sentarse en la mesa de Slytherin, junto a Daphne y sus amigos, había decidido que sería mejor una vida junto a Draco o alguien como él que un rechazo de Daphne, su única amiga y su más grande amor.
