El sétimo año en Hogwarts había concluido con la mejor de las noticias para Sirius Black: su prima Bellatrix se había prometido en matrimonio con un muchacho que tenía nombre de reno y apellidaba Lestrange.
-Una pareja de miedo- comentó Remus Lupin, leyendo la carta que acababa de llegarle al muchacho.
-Con razón Bella no estuvo aquí el último mes- recordó Peter, poniendo los ojos en blanco luego.
-Desde cuando la llamas Bella?- preguntó Sirius, mirando de arriba abajo a Colagusano.
-No veo la emoción- admitió James- al contrario, si yo fuera tú haría todo lo posible por alejarme lo más que se pueda de mi familia por un tiempo, por si te quieren mezclar en los asuntos matrimoniales-
-James tiene razón- apoyó Peter.
-No entienden verdad?- Sirius se puso de pié de un salto, su rostro irradiaba una luz potentísima de felicidad- esta es la mayor oportunidad que tengo para deshacerme de Bellatrix. Se va a casar! Eso significa que no la voy a ver nunca más dentro de unos meses... y a la larga, ojalá no tan larga, significa que también se va Narcisa-
-Y Andrómeda-
-No me ayudes Remus- pidió Sirius de mal talante
-Solo estoy diciendo la verdad-
En su defensa, James y Peter asintieron.
-Pero es excelente que Bellatrix se vaya de tu casa justo cuando vuelves a vivir ahí ¿No?- rescató James- a menos que quieras... ya sabes... no ver a ninguna de tus primas nunca más... ya sabes... porque mi casa siempre va a estar abierta para ti-
Sirius sonrió
-Tengo que regresar, Andrómeda me necesita-
-Ella también puede venir, los Potter somos generosos-
-No James, gracias. Tengo que aprender a enfrentar a mi familia-
-Esa es más madurez de la que me esperaba de ti, amigo- admitió Remus Lupin, poniéndose de pié y cargando su maleta
Era el último día en Hogwarts, es más, mientras todos los alumnos corrían por todo el castillo buscando ordenar sus cosas o lloraban llenos de nostalgia, ellos estaba echados ante el lago del Gran Calamar y tan frescos como lechugas. La despedida que habían hecho el día anterior les bastaba como para no verse en muchísimos años.
-Tengo que despedirme de Lily- admitió James, limpiándose los pantalones del pasto.
-Hey! Demasiado tarde, vas a tener que despedirte de ella adentro- Remus lo tomó del brazo y le cambió el rumbo.
-Una vez prefecto, prefecto para siempre- dijeron Sirius y Potter al mismo tiempo.
Peter estalló en carcajadas, mientras que Remus empujaba a James para que siga el camino hacia Hogsmeade, en donde tomarían el tren que los llevaría por última vez. Sirius silbaba alegremente su canción favorita y de vez en cuando soltaba algunas palabras seguidas por conjunciones sin sentido que iban en lo que se suponía era el lugar de las partes que no se sabía de la canción.
La vida del muchacho Black estaba lista para ser mejor de lo que había sido en los años anteriores y por fin se moría de ganas por llegar a la mansión, quería abrazar a Andrómeda y decirle que se iba a quedar con ella para siempre, o hasta que alguien decida darle el dinero para comprarse su motocicleta y entonces... ambos se irían por fin de la casa que tanto les molestaba.
Planeaba ser un auror después de eso, dedicarse a tener una hermosa casa chiquita con su prima, vivir juntos de lo que ambos ganaban y ser famoso ¿por qué no?. Se iba a separar por fin de la fama de su apellido y no iba a ser un Black más, iba a ser Sirius Black. Y no iba a dejar que a su prima le impusieran un apellido que ella no quería llevar, nadie la iba a obligar a casarse con nadie y ambos sería Black para siempre o hasta que Andrómeda se enamore realmente...
Con una sonrisa verdaderamente prometedora imaginaba como sería dentro de 10 años, cuando él se encuentre con sus amigos, imaginaba a James casado con Lily y teniendo un par de hijos, un moreno y una pelirroja con la misma cara de idiota que tenía James... también veía a Remus casado con un tranquila chica que a lo mejor era muggle y con un solo hijo y finalmente a Peter con millones de niños con cara de rata chirriando a los lados.
Tenía muchos planes para ser un joven tan desorganizado como decían que era.
-Bueno, ya llegamos ¿me dejas ir a despedirme de la chica que me gusta?- preguntó James, volviéndose hacia Remus.
-Está bien- el joven lo soltó con una sonrisa- pero luego te queda el trabajo que ir a buscarnos-
-Por eso te quiero cada día más!!-
James salió como un bólido corredores arriba, buscando a la pelirroja y dejando a sus amigos en busca de un compartimiento lo suficientemente alejado como para que nadie viniera a molestarles la celebración.
-Oye Sirius-
-Si Pete?-
-He estado pensando-
-No me digas eso!-
-Idiota, es en serio-
-Habla-
-Y que hay si es que tú eres el siguiente?-
-Siguiente de que?-
-Ya sabes, tan tan tatan- finalizó Colagusano con el tarareo de la Marcha Nupcial.
-Yo? JA! Has estado pensando demasiado mi querido saltamontes-
