Capitulo uno: Profundo dolor
Las lagrimas empañaban su rostro, el dolor inundaba su alma... Aun no entendia porque de un dia para otro estaba tan sola.
Sus amigos, casi hermanos con los que paso por una guerra tras siete años de amistad ya no le hablaban. Segun ellos, los habia traicionado, y por eso la ignoraban, todo por enamorarse completamente de la persona equivocada.
flash bach
-Por favor- les rogaba la castaña a sus hermanos del alma.
-Nos das asco, revolcandote con una asquerosa serpiente todo este tiempo- le decia Ginebra Weasley mostrando en sus ojos lo mucho que la repudiaba.
-Harry- musito con la voz temblando.
-Te enredaste con el enemigo Her.. Granger- escucharlo llamarla por su apellido fue como dagas en su corazon.
-De todo lo que ese miserable te grito en el gran comedor coincido en una cosa- continuo su pelirrojo amigo, a quien consideraba su primer amor- eres una cualquiera, para mi estas muerta.
Asi sin mas se marcharon dejandola sola en la sala comun ante la atenta mirada de sus compañeros de casa.
fin flash back
Desde ese dia todos murmuraban a su paso, e incluso los profesores la miraban con cierto desprecio. Ya no era la heroina de guerra, tampoco la prefecta perfecta, ya no era nada.
Dejo el libro en las estanterias y camino hacia la salida de la biblioteca, le dio una sonrisa a la bibliotecaria pero no recibio una a cambio. Secandose las lagrimas se dirigio hacia su refugio, su cuarto en la torre de premios anuales.
Al llegar al retrato que daba entrada a su torre pronuncio la contraseña, y lo que vio la dejo helada. Alli desnudos teniendo sexo salvaje se encontraban Astoria Greengass y Draco Malfoy. Ambos, al percatarse de su publico se miraron con una sonrisa perversa.
-¿Que sucede sangre sucia?- pregunto el rubio sin detener su agarre en su amante.
Hermione no contesto, solo subio las escaleras hacia su dormitorio,y una vez cerrado su puerta se permitio derrumbarse, su corazon habia terminado de romperse.
El la habia cambiado, ya no habia esperanzas de que todo haya sido un malentendido y el se hubiera dado cuenta de su error.
Ya nada tenia sentido, quizas fuera cobarde pero no soportaba continuar con su miserable vida. Con su varita conjuro una navaja perdida entre las cosas de su baul y con dos movimientos termino con su agonia.
