Summary: Una mañana después de un día de fiesta con el equipo de Amefuto de Saikyodai, Mamori se despierta en una habitación sin siquiera reconocerla y lo más sorprendente era que no estaba durmiendo sola.

Disclaimer: Los personajes utilizados en este fic no son de mi propiedad (ya me gustaría a mi que Hiruma fuera de mi propiedad) , pertenecen única y exclusivamente a sus respectivos autores.

-Alcohol-

Una mujer hermosa de cabello largo y castaño caminaba tranquilamente por el campus de su universidad, llevaba unos papeles en las manos que había realizado la noche anterior justo antes de salir con sus compañeros a celebrar su entrada triunfal en la semifinal de su primer torneo en la liga universitaria de futbol americano.

Le dolía la cabeza y estaba cansada, era la primera vez que bebía alcohol, al principio no quería pero luego Agon la engañó y terminó bebiendo. Cuando llevaba un rato caminando, todos esos dolores que no la dejaban moverse con soltura se acentuaron, a lo lejos vio algo extraño, una silueta bastante grande, rara pero conocida, le sonaba de algo la forma pero no sabia de que podía ser. Con forme se fue acercando un color rojo se fue haciendo visible en la silueta.

Mamori se paró y miró con cara extraña la estatua ante ella, no podía creerlo, tenia que hablar con Hiruma y echarle la bronca, las locuras de ese chico no tenían fin.

—¿Qué hace un Devil Bat aquí en medio?— Dijo Mamori acercándose a la estatua.

La chica fue directa a la figura del Devil Bat y la acarició, habían pasado muchas cosas desde que habían jugado con el uniforme de los Devil Bats, exámenes, graduaciones y por supuesto la entrada a la universidad, no podía negar que echaba de menos esos días escandalosos en el equipo de amefuto de Deimon, en la nueva universidad hacían lo mismo, entrenamientos, estrategias, videos, pero todo había cambiado, menos Hiruma, todo era diferente. Sonrió al recordar las locuras que hacia Hiruma y le dio pequeños golpecitos a la estatua.

—¿Hiruma es lo único que te queda? Luego dices que no te gusta ¡Ya-Ha! he descubierto tu secreto—Escuchó Mamori

—¿Eh?—Dijo la chica mirando a todas partes—¿De donde viene esa voz?

—De aquí—Dijo el Devil Bat comiéndose a la chica.

Mamori, asustada y confundida se encontraba en una profunda oscuridad. No veía nada y tampoco sabia lo que estaba pasando, ¿se la había comido un Devil Bat? Su cabeza empezaba a dar vueltas y su dolor empezó a aumentar considerablemente.

La chica abrió los ojos encontrándose con una oscura habitación, no se veía nada pero comprendió que lo del Devil Bat gigante había sido solo un sueño, con un dolor bastante real, pero un sueño después de todo.

Miró la habitación en la que se encontraba en ese momento, no sabia que hora era y sus ojos parecían no acostumbrarse a la oscuridad así que lo dio por imposible y volvió a tumbarse en la cama.

Después de un rato, empezó a tener frío y se acurrucó más entre las sabanas, no conseguía calentarse , y se percató que había algo que sí desprendía calor a su lado, era extraño pero no le dio importancia y fue acercándose así a la fuente de calor. Minutos después, consiguió calentarse un poco, el objeto a su lado era como una pequeña estufa y se fue acercando más y más hasta que se golpeó contra él, ese objeto no estaba ni muy duro ni muy blando, era cómodo, y consiguió acomodarse en ello a la perfección, era como si esa estufa estuviera hecha a su medida.

Mamori notó como dos brazos la abrazaban y la acercaban aún más a la estufa, estaba en la misma gloria, caliente y cómoda, esos brazos musculosos y delgados que la abrazaban le hacían sentir segura y su corazón se aceleraba solo con sentir su tacto…

Un momento, Mamori abrió los ojos sin conseguir distinguir lo que tenia en frente, ¿Brazos delgados y musculosos? ¿desde cuando las estufas tenían brazos delgados y musculosos? Entonces ¿estaba durmiendo con alguien?, pero ¿con quién? No recordaba absolutamente nada de la noche anterior solo que había bebido una sustancia extraña pero nada más, ¿alguien se habría aprovechado de ella cuando estaba borracha? de repente la imagen de Agon intentando acercarse a ella apareció en su mente, estaba segura de que ese mujeriego seria capaz de aprovecharse de ella, pero no quería creerlo.

La chica sacó la cabeza de entre las sabanas y se acercó al rostro de la persona que la abrazaba, cuanto más se acercaba al rostro más olores venían a su nariz, pólvora, menta, loción y café.

Cuando le vio la cara a la persona a su lado gritó y se separó de él lo más rápido que pudo perdiendo el equilibrio y cayendo al suelo. El chico que estaba en la cama no se había asustado por el grito, pero sí se había despertado y miraba a la chica desde la cama con una sonrisa diabólica.

—Oye jodida manager son las cinco y media de la mañana necesito dormir—Dijo Hiruma encendiendo la luz de la mesita de noche para poder ver a la chica tendida en el suelo

Mamori ,quien aun no había asumido que se encontraba en la misma cama con Hiruma Youichi, estaba sentada en el suelo con uno de sus pies aun encima de la cama y medio desnuda, porque era como se tenia que llamar eso, estar medio desnuda. En la parte de arriba llevaba una camiseta roja y ancha que dejaba su hombro al descubierto y no parecía ser suya (más bien parecía el antiguo uniforme de los Devil Bats de Hiruma) y en la parte de abajo llevaba solamente su ropa interior que no sabia por qué agradecía que estuviera todavía allí.

Mamori miró al suelo con las mejillas coloradas como tomates pero no se movió ni un centímetro, ya que sentía la mirada de Hiruma sobre ella. El chico se movió y cogió algo que estaba en la mesita. Cuando Mamori volvió a mirar al chico vio que este llevaba en sus manos un teléfono móvil y que apuntaba hacia ella.

—¿Qué… qué haces Hiruma-kun?—Dijo Mamori ahora roja de rabia

—¿Qué? ¿En serio pensabas que no iba a aprovechar esto jodida manager? Mira como estás, es perfecto para mi cuaderno demoníaco— Dijo sonriendo y con la vista fija en el teléfono.

—¡Dame eso Hiruma-kun!—Dijo ella subiéndose en la cama y forcejeando con Hiruma quien no opuso ninguna resistencia—¡Borrada!—Dijo ella de rodillas encima de Hiruma.

—kekeke

—¿y tu de que te ríes? He borrado la foto ¿no?—Dijo Mamori dándole vueltas al teléfono.

—De este teléfono sí—Dijo Hiruma con la misma sonrisa de antes—Pero antes de que la borraras la he mandado a otro sitio, kekeke. Por cierto, estás encima de mí.—Mamori se puso de todos los colores, era cierto, estaba encima de él.

Cayó en la cama boca arriba con los ojos cerrados, había perdido de nuevo contra el quarterback demoniaco.

Giró la cabeza hacia Hiruma quien ahora parecía haberse quedado dormido, seguramente estaría muy cansado, el partido había sido algo duro y seguro que agradecía un poco de descanso, la chica se quedó estática un segundo, ¡no le había preguntado que era exactamente lo que le había hecho esa noche!

Miró a Hiruma con intención de despertarlo pero fue inútil, antes siquiera de tocarlo se paralizó al ver al quarterback tan tranquilo durmiendo, no era la primera vez que lo veía dormir, hacia unos años había llegado hasta a taparlo con su propia chaqueta, pero ahora… era… tan distinto, se veía muy atractivo con algunos de sus pelos rubios cayéndole por el rostro, su respiración tranquila, su olor a menta y pólvora, su pecho al descubierto y sus finos labios entreabiertos. Mamori fue acercándose poco a poco a esos labios sin darse cuenta de lo que hacia, parecía que estaba hipnotizada por el demonio quien abrió los ojos notando a respiración de la chica tan cerca de él.

—¿Qué haces jodida Manager? ´¿Le estás haciendo un examen a mi jodida cara?—Dijo Hiruma con una sonrisa torcida y con clara intención de burlarse de la manager.

Mamori volvió a ponerse colorada y se separo de la cara de Hiruma lo más rápido que pudo, no podía creer lo que había estado a punto de hacer. Miró de nuevo al quarterback, se notaba que quería una respuesta a la pregunta que había hecho antes, estaba segura que lo hacia para burlarse de ella y en ese momento estaba en blanco, no se le ocurría nada para decirle porque tanto él como ella sabían perfectamente lo que iba a hacer tan cerca de su rostro.

—Yo… estaba… ¡Mirando la madera del cabezal! es que me parecía que había un golpe pero no lo veo ahora—La chica acarició el cabezal de la cama con sus manos.

Hiruma comenzó a reírse como un poseso, esperaba una escusa mala pero esa era la peor escusa que había oído en su vida. Mamori miró al chico cada vez más roja y entonces detrás de él pudo distinguir un escritorio lleno de papeles, algunos de futbol americano que ella misma había escrito y otros que le llamaron la atención, se levantó ya que en el ángulo en el que estaba no podía verlos bien, ¿eran papeles o fotos?

—No toques esos malditos papeles— Dijo Hiruma con voz ronca y seria—Si ya de normal es difícil entender tu letra lo único que me faltaba es que me movieras los que tengo ordenados

—¡Oye! No escribo mal— Infló los mofletes

—Como veo que no me vas a dejar dormir…—Cambió de tema radicalmente—voy a darme una ducha pero no toques nada ¿comprendes?

La chica lo miró con una expresión un poco confundida sin responderle, no sabia de que eran esos papeles y la insistencia de Hiruma por que no los tocara había despertado en ella una curiosidad que la mataba por dentro, lo que alerto al chico, quien se dio cuenta de que la mirada de la manager no iba dirigida a él sino a los papeles que había dejado atrás.

—Para seguridad de mis papeles, será mejor que salgas de la habitación mientras me ducho, eso si, como escuche tus pasos dentro de la habitación… kekeke—No acabó la frase pero Mamori comprendió lo que quería decir—Lárgate maldita manager—Cogió una de las toallas del cajón de la cómoda y se fue camino al baño mirando de reojo a la chica—¿Se puede saber por qué me miras tanto? ¡vamos mueve el culo hacia el comedor! ¿o…vas a acompañarme en la ducha? Kekeke

La chica negó con la cabeza y salió de la habitación rápidamente para que Hiruma no viera el sonrojo que había causado esa ultima pregunta en ella. No sabia que le pasaba pero algo era cierto se estaba convirtiendo en una autentica pervertida, lo que el rubio dijo le estaba pasando factura y su imaginación también. Se sentó en el suelo sujetándose la cabeza con las dos manos intentando tranquilizarse un poco, su corazón latía muy rápido y no sabia por qué, tal vez y solo tal vez, se había enamorado aun más del demonio. Hacia un tiempo, se había dado cuenta que la presencia del chico la hacia sentir cosas muy diferentes de las que le hacia sentir la presencia de otros y eso le hizo darse cuenta de algo que al principio le parecía imposible. Se había enamorado del quarterback demoniaco, la actual torre de control de Saikyodai.

Desde el otro lado de la habitación y sin que la chica se diera cuenta, unos ojos diabólicos la miraban con bastante curiosidad.

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Dentro del baño y con la mente más clara, Hiruma dejó que el agua caliente se llevará algunos recuerdos de la otra noche, por culpa de lo sucedido no pudo dormir bien y encima estaba el tema de la maldita manager que tenia que despertarse a las cinco de la mañana cuando él por fin se había dormido. Sus labios se torcieron en una sonrisa al recordar todo el lío en el que se había metido la noche anterior por culpa de la manager.

Flash back

Todo el equipo de futbol americano de la universidad Saikyodai estaba celebrando su reciente victoria, al principio pensaban que no podían ganar porque su rival era la universidad que llevaba ganando el torneo tres años seguidos sin embargo, desde la llegada de los alumnos de primero (Agon, Yamato, Hiruma, Taka, etc), eso había cambiado, pudieron ganar con una victoria más que aplastante y eso tenían que celebrarlo.

En medio de todo el jaleo, Hiruma estaba algo aburrido, le costaría admitirlo pero esas fiestas sin tener al maldito gordo y al maldito viejo no eran lo mismo ni por asomo, la única con la que tenia más confianza era con la maldita manager pero ésta, estaba demasiado ocupada hablando y riendo con el jodido exeyeshield.21

La fiesta transcurrió normalmente, no ocurría nada interesante, nada hasta que el jodido rastas se sentó al lado de la maldita manager completamente borracho y pidiéndole a la manager que se fuera con él a dar una vuelta, la manager, como siempre, lo ignoró y siguió hablando con el jodido exeyeshield. Agon, al verse ignorado, quiso vengarse y cambió el contenido de la copa de Mamori bajo la atenta mirada de Hiruma quien lo veía todo desde la barra.

Después de un rato, a la jodida manager le entró la risa floja, Hiruma suponía que no soportaba bien el alcohol y lo apuntó en su libro negro haciendo también una grabación con la cámara de su móvil, para burlarse un poco de ella cuando ésta ya estuviera sobria.

La manager quien se notaba afectada, y mucho, por el alcohol se levantó dejando al jodido exeyeshield a mitad de conversación y caminando con dificultad hacia la barra, se acercó a Hiruma y se sentó encima de él abrazándolo.

Hiru…ma-kun—Dejó de abrazarlo pero aun permanecía sentada encima de él—Tú…—Empezó a reírse como loca dejando reposar su cabeza sobre el hombro de Hiruma y comenzó a hacer pequeños círculos en el pecho de éste.

Cuando la risa de la maldita manager se tranquilizó un poco, Hiruma suspiró e intentó seguir aguantando el equilibrio en el taburete donde se encontraban ya que el peso de la chica hacia que eso se tambaleara un poco.

Debería llevar a su novia a casa, seria mejor que ninguno de esos hombres la viera en este estado—Dijo el barman refiriéndose a Agon y algunos hombres que habían intentado anteriormente hablar con la jodida manager.

Hiruma lo pensó por un rato, la cosa era quedarse en una jodida fiesta que no le interesaba o coger a la maldita manager y largarse haciendo que ésta le contara sus más oscuros secretos por el camino. La segunda opción le gustaba más porque podría llenar su libro negro con secretos de la jodida manager y porque de tanto circulito en el pecho se iba a volver loco.

Vamos maldita manager nos vamos a casa—Dijo tratando de bajar a Mamori.

No… estoy bien así—Dijo a duras penas y con un tono bastante infantil— No me dejes aquí, yo quiero estar contigo— En ese momento el corazón de Hiruma dio un vuelco pero desconocía la razón.

He dicho nos vamos, no he dicho me voy—Consiguió que la chica se pusiera de pie pero no lo soltó, lo agarró de la camiseta y no lo dejaba levantarse— Joder, ¿tienes cinco años?

¿Nos vamos… juntos? —Había ignorado la pregunta de Hiruma y sonreía a más no poder

Sí—Contestó Hiruma de forma seca y cortante

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Después de un rato y enfrente de la puerta de casa de la chica se veía a dos personas, un chico apoyado en la pared y con cara seria y una chica a la que le había dado otra vez la risa floja.

¿Cómo hemos llegado a esta jodida situación?—Dijo el chico suspirando— No están tus padres, no hay nadie en tu casa y encima no encuentras las llaves—La chica asintió —¿y ahora que?

No lo sé pero tengo frío—Mamori abrazó de nuevo al chico y empezó a meterle las manos bajo la camiseta haciendo que Hiruma soltara todo tipo de insultos

¡Maldita manager saca las manos de ahí! ¿me escuchas? —La cogió del brazo y intentó quitar las manos de la manager de su espalda—¡Saca tus jodidas manos del interior de mi maldita camiseta!

No… tengo frío en las manos y tú estás tan calentito—Hiruma estaba cada vez más convencido esa maldita mujer tenia mentalidad de un niño de cinco años.

Cuando consiguió sacar las manos de Mamori de debajo de su camiseta le preguntó donde podrían ir para dejarla allí pero… No había nadie en casa del maldito Camarón y tampoco podría dejar a su maldita manager en cualquier lugar así que decidió llevar a la jodida borracha a su casa.

Minutos más tarde, ya en casa de Hiruma, Mamori estaba muy emocionada por estar allí, se imaginaba una casa desordenada estilo a lo que encontró en la casa club de Deimon la primera vez que entró pero no era así, estaba bastante limpio, no muy limpio pero bastante . Las paredes eran blancas lo que contrastaba con los muebles de madera oscura y algunas de las armas que estaban tiradas por el suelo, pero para ella ese contraste era totalmente perfecto.

Después de un rato, Mamori perdió la paciencia y fue en busca de Hiruma que estaba buscando unas mantas y ropa que pudiera usar la chica para dormir.

Hiruma-kun —Lo abrazó por detrás y le dio un pequeño beso en el cuello—Tardas mucho…—Hiruma se separó de ella más rápido que si lo hubiera hecho el mismo Sena y le dio la manta

Mamori al ver la reacción del rubio se entristeció y lo miró con una expresión entre el llanto y el odio. Se giró y empezó a quitarse la camiseta con el rubio aún presente.

Toma maldita manager sin esto poco vas a hacer—Hiruma sin inmutarse le dio la camiseta del uniforme de los Devil Bats para que se cambiara.

La chica comenzó a llorar y cogió la ropa que el chico le ofrecía. Hiruma pensó que el motivo de su llanto eran las típicas fases del borracho por eso no le dio importancia. Había visto en su vida tanta gente borracha que ya se sabia esas fases de memoria: primera fase, risa tonta; segunda fase, comportamiento infantil o honestidad (con esa fase había conseguido llenar su libro negro con oscuros secretos de borrachos); tercera fase, llanto incontrolado (era ahí donde se encontraba su manager)

¿Por qué?—Hiruma salió de sus pensamientos y empezó a mirar a la mujer que tenia enfrente—¿Por qué nunca me miras? ¿Por qué… por qué no te fijas en mi? Yo…

La chica salió corriendo hacia el comedor aun con lagrimas en los ojos y dejando a Hiruma petrificado en su habitación, no entendía que había pasado, la chica le recriminaba por no hacerle caso, pero si no estuviera consciente de ella, jamás habría dejado que ella estuviera tan cerca de él, la habría alejado como había hecho con todas las mujeres que se acercaban a él. En ese momento Hiruma estaba enfadado, no sabia por qué estaba tan molesto pero… estaba seguro que tenia que ver con la maldita mujer que había salido de su habitación con lagrimas en los ojos.

Cerró la puerta de su habitación, se quitó la ropa y la remplazó por los pantalones cortos que usaba para dormir. Cayó en la cama agotado, había tenido partido y práctica sí, pero su agotamiento venia provocado por la borracha que se encontraba en su comedor, esa maldita mujer que sobria a duras penas controlaba y borracha no podía controlar.

Hiruma-kun—Escuchó un segundo antes de que la chica saltara a la cama—Tengo frío…

Hiruma abrió los ojos y vio que la chica se había metido dentro de las sabanas. Se incorporó y la intentó echar suavemente de la cama pero la castaña comenzó a llorar de nuevo, Hiruma rodó los ojos en señal de aburrimiento y volvió a intentar echarla pero Mamori no se iba a dar por vencida tan fácilmente.

La chica lo obligó a tumbarse en la cama y se sentó justo encima de él colocando sus piernas a los lados de Hiruma, inmovilizándolo. Hiruma iba a regañarle pero antes que eso pasara la chica lo besó. Hiruma nunca hubiera pensado que eso podía pasar y correspondió el beso por unos segundos hasta que su mente se aclaró y consiguió separar los labios de la castaña de los suyos propios. La chica empezó a llorar de nuevo esta vez intentado parar su llanto y limpiar las lagrimas que no paraban de caer. Probó a hablar con ella para tranquilizarla pero la chica repetía y repetía lo mismo entre sollozos.

¿Por qué… no te das cuenta? ¿Por qu…é me rechazas? Si yo…—La chica paró en seco y comenzó a mirar al chico debajo de ella como si quisiera perforarlo con la mirada— ¿Por qué me enamoré del Demonio? ¿Por qué te amo?

Hiruma observó por un segundo a la mujer que tenia delante, su cabello caía revuelo por delante de sus hombros, sus ojos azules lo miraban vidriosos y a punto de desbordarse y su labio inferior temblaba como una hoja. La poca luz que se colaba por la puerta hacia que lo único brillante en toda la habitación fuera esa mujer que lo observaba esperando un movimiento por parte del chico. Para Hiruma, esa mujer borracha que tenia encima sollozando de manera descontrolada, era lo más hermoso que había visto nunca, un autentico y jodido ángel.

¿Sabes cuanto tiempo he estado controlándome estúpido ángel? Te la voy a cobrar con creces kekeke

Cogió al jodido ángel por el brazo y la acercó a él para besarla. Esa mujer lo había vuelto completamente loco, necesita sus besos, sus caricias, su cuerpo. Olvidó completamente que esa mujer estaba borracha y cambió su puesto con el de ella quedando encima de la maldita manager, los besos eran cada vez más intensos haciendo que el rubio se encendiera por minutos. Hiruma comenzó a bajar por el cuello de la jodida manager besando todo lo que se encontraba en su camino, la manager intentaba reprimir los sonidos que salían de su boca pero sin conseguirlo lo que a Hiruma le hizo sonreír.

Introdujo sus manos debajo de la camiseta de ella y se fijo en que ni siquiera llevaba sujetador, no le molestó, era mejor ya que de todas formas el sujetador lo molestaría, le quitó la camiseta y comenzó a besar todas las partes que se encontró a su paso. Esa mujer era lo más hermoso que había visto en su existencia, sus pechos no eran ni muy grandes, ni muy pequeños y su piel era suave y blanca.

Ella se cansó de ser observada y le cambió de posiciones con el demonio, quería algo del demonio que solo él le podía dar. Empezó a besar su pecho y cuando llegó a los pantalones se los quitó, le molestaban demasiado. Se quedó un poco parada e indecisa a la hora de quitarle la ropa interior a su demonio así que optó por seguir besándolo, en vez de quitarle la prenda. Después de un rato de besos y caricias, Hiruma decidió que era hora de volver a cambiarle el sitio a su maldita manager, era demasiado lenta y de tanto cambio de posición eso parecía más una ruleta. Ella protestó, pero se le pasó con unos cuantos besos en el cuello.

De repente, Hiruma sintió que el cuerpo debajo de él se relajaba, su respiración se volvió tranquila y sus manos, que anteriormente estaban en la espalda del rubio, cayeron a los lados como si no tuvieran vida. Hiruma se separó del cuello de la manager y la miró de forma que sus ojos se encontraron con unos ojos azules tapados por los parpados de su dueña. Mamori se había dormido a mitad de la faena.

Hiruma se dio la vuelta y suspiró, esa mujer lo tenia bien cogido, primero lo hacia enloquecer y luego se dormía sin siquiera esperarse a que acabara con ella. Había olvidado por completo una de las fases más importantes del borracho: Sueño incontrolado.

Aunque con todo lo que había estado a punto de pasar, no podía enfadarse con ella, no después de que ella le desvelara el secreto más oscuro que tenia, ella amaba al Demonio Hiruma Youichi.

Hiruma sonrió sin darse cuenta y comenzó a acariciar la cara de la jodida borracha que dormía con una sonrisa a su lado.

Umm… Hiruma…kun—Dijo esta entre sueños.

En ese momento Hiruma mostraba una sonrisa tan sincera en sus labios que cuando se dio cuenta negó con la cabeza para quitar la cara de idiota (según él) que se le había puesto. Otro ruido a su lado volvió a llamar su atención y se dio por vencido, tal vez podía perder su mascara de demonio cuando nadie miraba.

Joder maldita mujer ¿Qué me has hecho?

Después de un rato, pensó que lo mejor que podía hacer era ponerle la ropa a la borracha y unirse a ella en su idea de dormir ya que estaba realmente cansado. Cuando cerró los ojos notó un movimiento a su lado y se percató que los brazos de la manager, aun dormida, se pegaban a él como si fuera un oso de peluche. Decidió no hacerle caso al cuerpo calido que tenia en la espalda y dormir pero no podía, así que separó un poco a la maldita manager para poder conciliar el sueño pero ésta se volvió a pegar a su cuerpo.

Mierda, no puedo dormir

Fin del flash back

Hiruma paró de ducharse y comenzó a secarse un poco por encima, su cabello estaba muy mojado y eso le molestaba, pero lo que más le molestaba era el silencio que había en esa casa, de normal él se duchaba con la música tan alta como podía y en ese momento, con tanto silencio, parecía no estar en su propia casa. El silencio no duró mucho ya que un grito femenino a todo volumen lo asustó, se colocó la toalla con la que había salido y salió disparado a socorrer a su maldita manager.

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Bueno hasta aquí el primer capítulo, espero que les esté gustando mi fic aunque este va a ser muy corto, solo va a tener un capítulo más. Por cierto, lo he vuelto a hacer, los he vuelto a interrumpir a mitad del lemon, y juro que no lo hago adrede.

Tengo la impresión de que en este capítulo no me ha salido un Hiruma como en mis otras historias pero bueno… intentaré arreglarlo XD

Y aquí otra vez pidiendo reviews, quería dar las gracias a todas las personas que escriben reviews, muchos de ellos me ayudan a mejorar para así traer nuevas y jugosas (ya será menos) historias.

De nuevo, ¡gracias por todo!

Rei-sama 18