Holaaa! Feliz Díaa, bueno hoy subo una nueva historia..
Sailor Moon: La Vida continúa…
Trata sobre 3 años luego de la batalla contra Sailor Galaxia, las chicas están por ir a la universidad y bueno los chicos Seiya, Yaten y Taiki viven ahora en la tierra de hace 2 años.
~ Disclaimer: Sailor Moon es un manga creado por Naoko Takeuchi.
~ Sailor Moon: La vida continua ~
Capitulo 1:
El nuevo hogar
Los pasos hicieron eco dentro del nuevo departamento que anhelaba poder darle la bienvenida a sus nuevos dueños, provocando un estremecimiento de felicidad en los rostros de las tres chicas que se encontraban dentro con una sonrisa, cada una arrastrando una gran caja con posesiones.
– Vamos Serena, Mina apresúrense – La voz de Lita se escuchó resonar escaleras abajo con emoción en su voz hacia sus compañeras que se encontraban en el piso de abajo.
– Este lugar es hermoso – Ami acomodó algunas cajas dentro del departamento para no estorbar en el camino.
– Y no hay que olvidar que es grade y espacioso – Coincidió Rei sonriente – pero…
– ¿Pero qué? – Pregunto Lita
– ¿Cómo es posible que los padres de Serena le dieran de regalo un departamento así de grande? – La muchacha pelinegra dejó escapar un suspiró mientras se dejaba caer en el sofá que se encontraba en el centro de la habitación, justo en donde lo habían dejado los de la mudanza.
– A mí también se me hizo un poco extraño eso – Lita asintió. Se detuvo en el centro de la habitación mientras observaba lo que le rodeaba. El nuevo hogar era bastante grande, como había resaltado su amiga, tenía cinco habitaciones, dos baños y una cocina bastante grande que provocaba un escalofrío correr por su espina dorsal ya que no veía la hora de comenzar a sacarle provecho a ese lugar en especifico.
Con la cortesía de los padres de cada una de las muchachas, queriendo contribuir en algo en aquel nuevo hogar, el departamento ya se encontraba amueblado y listo para comenzar a vivir. Los muebles no eran viejos ni de segunda mano, eran nuevos y aunque no mostraban tener una apariencia completamente de lujo se veían bastante bien y cómodos, que era más importante. En la sala principal había un gran sofá de color negro, elegante, (y probablemente fue decidido de ese color para que cuando Serena hiciera algo malo no se notara en lo absoluto), a su lado había dos sillones individuales frente a un televisor que se encontraba en frente. En las paredes había varios cuadros, un pequeño estéreo y un librero. Junto a la sala, habían dos grandes ventanas corredizas que daban hacia un pequeño balcón con la vista de todo el lugar.
Junto a la sala principal estaba el comedor. Una gran mesa rectangular de color café rojizo con seis sillas y un florero con tulipanes que tenían una tarjeta de bienvenida.
Lita se paseo por el departamento mientras observaba las habitaciones, ni tan grandes ni tan pequeñas, lo suficientemente cómodas para cada una. Si bien estaban amuebladas con cosas normales como las camas, cortinas en las ventanas y escritorios, aun les faltaba el toque principal de cada futuro dueño, algo que destacaría cada habitación de forma individual.
– Este lugar debió costar una fortuna – Lita murmuró con sorpresa mientras se detenía a mirar a sus amigas.
– Tienes razón, considerando el lugar en donde se encuentra ubicado, la inmensidad del propio departamento y muchos otros puntos a resaltar, yo diría que su valor se estimaría a más de lo que podríamos ganar todas juntas en un solo año – Ami explicó mientras paseaba por el lugar observándolo.
– Tienes que estar bromeando – Lita sonrió nerviosa.
– Puede ser, sin embargo, ya que nuestros familiares lo pagaron entre ellos, podríamos decir que somos afortunadas – Continuó la muchacha – Nosotras nos haremos cargo de pagar la luz, el agua y esas cosas. En cuanto a otro tipo de gastos, eso también entra en "nuestro cargo"
– Pensándolo bien, una parte de mí se siente contenta de que Serena sea tan torpe como siempre o de lo contrario su padre jamás habría sugerido encargarse del departamento y nos habría tocado vivir en una caja – Lita rió suavemente, recordando con una sonrisa cuando la joven princesa había mencionado en alguna ocasión la posibilidad de vivir todas juntas.
– ¿Por qué demoraran tanto estas dos? – Pregunto Rei molesta.
– Seguramente se habrán entretenido en algo más – Ami considero la posibilidad conociendo a las personalidades de ambas chicas.
– ¡Mina! Ya termina la llamada y ayúdame. Rei va a matarnos, ya casi siento la mirada asesina sobre nosotras – La voz de Serena mezclada con un energético llanto resonó con fuerza. La muchacha dos coletas de odango sostenía en unas manos una caja que parecía ganarle en fuerza.
– Sí, solo un segundo, Serena – La muchacha del listón rojo en su cabello alzó un dedo mientras sostenía su teléfono celular en la mano junto a su oído – Lo siento, es que Serena quiere subir a ver el nuevo departamento y no deja de quejarse sobre cargar las cajas
– ¿No deberías estar ayudándola también? – Murmuró una voz masculina del otro lado de la llamada.
– Debería...
– ¡Mina!
– Sí, sí, solo un segundo más.
– Ya van cerca de diez segundos.
– ¿Y ya viste cómo es el nuevo departamento? – Dijo la voz del otro lado.
– No, aún no.
– ¡Ya fue suficiente! – Espetó la muchacha arrebatando el celular de las manos de la chica – Yaten, lo siento pero Mina está ocupada ahora. Te manda saludos y dice que te ama. Nos vemos en otra ocasión.
Tras haber dicho aquellas palabras, cortó la llamada y le extendió el teléfono a la chica con una mueca molesta. La rubia frunció el ceño tomando el celular y guardándolo en su bolsillo.
– Eso fue grosero.
– Rei nos va a regañar.
La muchacha resopló de mala gana – Está bien, vamos – Se inclinó hacia la rubia para tomar la caja que se encontraba haciéndole peso y luego se dirigieron hacia el piso de arriba para poder entrar en el nuevo departamento.
Con un fuerte grito, Serena se encogió de hombros cuando frente a ella los cabellos negros de la sacerdotisa se encontraban misteriosamente esparcidos en el aire como siempre que ella lograba verlos (en una alucinación) cuando la muchacha estaba enojada. La advertencia de un peligro inminente avecinándose y el infundir temor en sus víctimas. Serena se estremeció.
– ¿Por qué demoraron tanto? – Exigió saber la muchacha.
– Culpa mía – Dijo Mina dejando sorprendida a todas - ¿Qué?
Serena parpadeó sorprendida, ya que lo último que esperaba era que la chica se culpara a sí misma – Na-nada.
– Bien, dejando de lado el retraso tenemos que distribuir las habitaciones. Las he mirado y hay cinco como decía el folleto, tiene dos de ellas con vista al océano y tres que dan hacia la montaña – Lita explicó con calma – No están amuebladas, pero las camas están ya dentro.
– Lo sacaremos a la suerte – Mina dijo con una sonrisa amplia en su rostro mientras alzaba un dedo.
– Creo que es una mala idea – Serena se estremeció al pensar en que ella no tenía nada de suerte.
– Que Ami se quede con una de las habitaciones con vista al océano – Rei se encogió de hombros despreocupada – Siempre está estudiando, así que le vendría bien tener una vista pacifica. Además, creo que lo más adecuado para Mercury es estar junto al mar
Mina dio un salto con una sonrisa – ¡Oh! Porque tiene poderes sobre el agua.
– No creo que eso venga al caso.
– Por mí está bien – Serena se encogió de hombros – ¡Pero me pido la otra habitación con vista al mar!
Corrió hacia las habitaciones con una sonrisa en el rostro mientras Mina le gritaba que era una tramposa. La chica soltó una risa que resonó por todo el lugar, haciendo saber a sus compañeras que sus días de diversión no habían terminado en lo absoluto y vivir juntas iba a ser un comienzo y posiblemente un infierno. Cinco chicas, un baño. Sí, iba a ser un infierno.
Tras horas de haber tardado en acomodar sus cosas en su nueva habitación, un sentimiento de melancolía envolvió sacó a Serena por completo. Sus pertenencias eran las mismas que había tenido durante toda su vida, no había nada nuevo y todo era viejo. En su memoria, el fuerte recuerdo de lo que había sucedido hacia casi un mes atrás estaba grabado a fuego en su mente.
Se había esforzado, se había matado estudiando y finalmente, gracias a todo el sacrificio que tuvo que dar había logrado entrar en la universidad que deseaba. Había sido difícil y una tortura, pero lo había logrado bajo su propio merito y con la ayuda de las chicas, claro. Sola jamás lo hubiera logrado. Todo ese sufrimiento tuvo su recompensa, y es que pasar tanto tiempo con las chicas estudiando hizo que durante una sesión dejara caer con un tono despreocupado las palabras:
– Deberíamos vivir juntas.
En un principio ni ella se había dado cuenta de lo que sucedió, simplemente paso y ya estaba, y para cuando se había dado cuenta de lo que había dicho había sido tarde porque cada una de sus amigas estaba procesando la información. Entre burlas y risas, las chicas habían aceptado de una u otra manera que el tiempo que pasaban juntas superaba el tiempo que pasaban en sus propias casas.
Una conversación llevó a otra y de alguna manera, en la que Serena sospechaba que el abuelo de Rei tenía la culpa, los demás padres se habían enterado y habían decidido ayudar a las chicas con ese asunto. Su propio padre derramo tantas lagrimas que parecía que convertiría la casa en una piscina y mientras cargaba las cajas de la mudanza en el camión y lloraba al mismo tiempo no dejaba de decir que su pequeña niña había crecido, que esperaba que no llevaran chicos al edificio, que se centrara en sus estudios (algo casi imposible) y un montón de otras cosas que Serena no recordaba debido a que todas fueron ahogadas por las lagrimas de su padre.
– Este lugar es genial – Dijo la rubia para ella misma.
– Serena – Del otro lado de la puerta, alguien llamó.
Con una mueca en sus labios, se levantó de la cama observando su nueva habitación nuevamente: mismos objetos, diferente posición. Abrió la puerta encontrándose con Lita que le sonreía ampliamente.
– Espero no molestarte - dijo la castaña - Vamos a tener una reunión sobre el departamento
La chica se encogió ligeramente. Cada vez que la palabra reunión saltaba a relucir siempre era por algún tema serio de algún loco intentando dominar el mundo. Ella no esperaba que sus días como Sailor Scout hubieran terminado, pero al menos esperaba tener un tiempo de paz antes de otra batalla.
Minutos más tarde, las cinco Sailor Scout se encontraban reunidas en la sala del nuevo departamento para poder conversar sobre temas que no debían ignorar y para pasar el tiempo juntas.
Rei observó en sus manos una libreta en la cual había estado escribiendo los cargos para cada una de ellas, quién haría la comida, quién tiraría la basura, horarios de limpieza y entre muchas otras cosas más. Alzó la mirada encontrándose con los brillantes ojos de Mina, listos para soltar alguna idea estúpida que Serena aceptaría y que Ami gentilmente desecharía intentando razón con las chicas.
– Deberíamos conseguir un auto.
– ¿Un auto? – Serena parpadeó.
– No suena a una mala idea, pero ahora mismo conseguir un auto es demasiado – Ami dijo con un tono suave que hizo desinflar el humor de la rubia – Tenemos el departamento, pero aun tenemos muchas cosas en las que organizarnos antes de pensar siquiera en comprar un auto. Alguien tiene que sacar una licencia primero, hay que estudiar muy duro para ello. También está el tema de la universidad y también...
– De todos modos no podríamos comprar un auto ni aunque estuviera en oferta – Rei ignoró a Ami que seguía enumerando las razones por las cuales no era factible hacerlo. Sin levantar la mirada de la libreta, ella siguió dando su explicación – Serena se gastaría todo el dinero en dulces y nos haría falta para poder pagarlo
– ¡Rei!
– Es la verdad – Alzó la mirada la pelinegra.
– No, no lo es.
– Sí lo es.
– Ya comenzaron de nuevo – Lita suspiró antes de alzar la mirada – Por cierto, ¿qué hay de Luna y Artemis?
Ami se detuvo un momento mientras miraba a la muchacha con calma – Se quedarán con Serena y Mina, como siempre. Será como si nada hubiera cambiado.
– Sí, definitivamente – Mina alzó la mirada hacia sus compañeras peleando – nada ha cambiado
Las otras dos chicas soltaron un suspiro coincidiendo con la rubia. Tanto la luna como marte se encontraban en una batalla verbal que haría que cualquier niño de cinco años se sintiera avergonzado por tener esa edad. Su pelea era tan simple como repetir "si" y "no" en respuesta a lo que la otra decía.
Departamento nuevo, mismas compañeras. Nada tenía por qué cambiar, seguirían siendo ellas mismas hasta el final.
Continuara...
N/A: Primer capítulo de la historia de Sailor Moon, espero que les haya gustado. Actualmente estoy editando los capítulos, así que habrán cambios de todo tipo, pero la trama principal no se moverá. No quise borrar la historia por completo para poder reescribirla, así que decidí simplemente editar los capítulos. No estoy segura de cuánto tiempo tomará hacerlo, así que si acabas de comenzar a leer y te parece raro que haya 2 tipos de narración completamente diferentes, una demasiado básica y otra más detallada... ahora sabes por qué, jeje, pero si no te has topado con esto entonces felicidades, comenzaste a leer después de que fue editado por completo.
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