Capítulo 1
"En las caballerizas del castillo"
El reino de Marcill vivía en una paz inigualable, la reina Swan había gobernado a la perfección hasta ese día, hace algunos años se había divorciado del que fue su esposo, el rey Charles, sin embargo al ser ella la descendiente directa seguía siendo la monarca principal. En los últimos meses la reina a pesar de no ser tan grande, había decidido que su hija, la princesa Isabella ya tenía edad suficiente para heredar el trono y ser la gobernante del reino, sin embargo para eso ella necesitaba casarse primero, pero no era algo de lo que la reina debiera preocuparse.
-Madre, esto es absurdo – dijo Isabella mientras la mucama le colocaba el corsé
-Tonterías Isabella- contestó la reina paseándose por la habitación de su única hija – Tu eres la heredera única al trono, tarde o temprano tienes que gobernar
-Prefiero tarde que temprano- dijo- es tonto madre, tengo 18 años no puedo llevar a un reino yo sola
-Por eso te casarás hija mía – la reina se sentó y comenzó a abanicarse un antiguo abanico de la abuela traído desde las islas Filipinas – Yo te apoyaré
-Madre, ¿No has pensado que al casarme con un príncipe tendré que mudarme con él? Muy posiblemente yo será la reina de su reino, no del nuestro- dijo fastidiada bajando los brazos después de amarrar el listón del corsé
-Pero ¿Qué crees que soy niña? – Preguntó su madre- Por supuesto que lo he pensado, por eso te casarás con un segundo descendiente, no uno primero
-¡Que inteligente de tu parte!- dijo resoplando y dejándose caer en la cama
-Niña grosera- se levantó René moviendo la cabeza- será mejor que te prepares para la noche, hoy tendrás visitas
-Lo sé, vendrán los chalanes de los príncipes- dijo
-¡Isabella!- se quejó René- son sus mensajeros o embajadores, te prohíbo que les hables así, tendrás que comportarte como la dama que eres
-Lo haré mamá – dijo poniéndose de pie y dirigiéndose a la puerta de su habitación
-¿A dónde vas?- preguntó la reina al ver a su hija salir de la habitación
-Alguna parte del castillo debe ser más divertida que mi habitación- gritó desde el pasillo, la reina de inmediato se puso de pie y se dirigió al lugar donde había desaparecido su hija
-¡Bella! No quiero que vayas a las caballerizas – gritó su madre
-Como digas madre- dijo Isabella bajando
-Ésta niña me terminará sacando de mis casillas- dijo la reina- Rosalie, por favor no te demores, te necesito en la sala de estar, esos nuevos cojines no se colocarán solos- exigió la reina
-Si alteza- Rosalie contestó haciendo una reverencia y observando como René salía de la habitación con su pomposo vestido turquesa.
Isabella bajó impaciento dirigiéndose a las caballerizas, claramente no le haría caso a su madre, nunca había tenido contacto cercano con los trabajadores del castillo, su madre desde pequeña le había dejado en claro que ellos eran por mucho inferiores a ella, y que únicamente debería hablar con gente de su altura. Su padre por lo contrario solía tratar bien a la servidumbre, no entablaba largas conversaciones pero era más amable que su madre, sin embargo sin él en el castillo, hablar con la servidumbre de había vuelto algo prohibido mejor dicho mal visto. No obstante Isabella hacía caso omiso de todo eso y más aún porque hacía ya poco más de un año que el joven Edward había llegado al castillo, y había llegado también al corazón de Isabella.
Cuando llegó a las caballerizas se quedó observando el trabajo que se realizaba en el lugar, Timothy un viejo canoso y regordete cepillaba a los caballos, otro anciano mal encarado que por lo que sabía Bella se llamaba Amos, le daba de comer a los caballos, y aquel joven de cobrizos cabellos y ojos verdes que había cautivado su corazón cargaba grandes costales y los llevaba a la parte trasera de las caballerizas.
-¡Niña Isabella!- exclamó con ternura Timothy -¿En qué la podemos ayudar?- preguntó aun cepillando a los caballos -¿Necesita algo? Me alegra verla por aquí
-En realidad yo solo venía- comenzó a decir percatándose de que Edward la miraba mientras apilaba los costales en una esquina- a cepillar a Carlotta, temo que la última vez que lo hice fue hace ya algunos días – mintió
-¡Vaya!- exclamó Timothy- Me alegra saberlo, porque justo en estos momentos Amos y yo tenemos que entrar a la cocina, quedamos en ayudar a las cocineras y se nos está haciendo tarde, ¿Verdad Amos?- el mal encarado únicamente volteó a ver a Timothy, resopló y giró los ojos sin decir una sola palabra – Ten querida- dijo extendiéndole el cepillo- nosotros nos retiramos, ¡Carlotta, te quedas en buenas manos!- dijo a la yegua y jalando a Amos quien se limitó a hablar.
Isabella tomó el cepillo y se acercó sonriente a la yegua, comenzó a cepillarla mirando una y otra vez al lugar donde estaba Edward, buscándolo impaciente ya que se había perdido de su vista.
-Si agarras así el cepillo, podrás abarcar más en el cepillado– dijo Edward tras ella y tomando su mano para mostrarle como agarrar correctamente el cepillo. Colocó su mano sobre la de ella y dirigió los movimientos de Bella
-Gracias- susurró ella mientras disfrutaba el momento
-No tiene que agradecer su alteza- dijo Edward soltándola
-¡Edward! – Se quejó- sólo Bella, no tienes que llamarme su alteza
-Lo siento señorita- dijo
-¡Edward! – Volvió a quejarse- ya habíamos hablado de eso- le informó dejando de cepillar y mirándolo – somos amigos, es molesto que me trates como si fueses superior a ti – dijo triste -¿es que acaso ya no seremos amigos?- preguntó
-No me mal entiendas- dijo Edward avergonzado- somos amigos- dijo- somos amigos Bella- susurró su nombre- es sólo que yo sigo siendo en empleado, el chico de los caballos, un pobre de la aldea y tú eres la futura heredera al trono Bella, no entiendo cómo podría funcionar nuestra amistad- explicaba- me tienen prohibido hablar contigo, si tu madre nos viera me despiden
-Al diablo mi madre Edward- dijo- yo seré la reina como dices y puedo hacer lo que se me plazca, nunca he tenido un verdadero amigo y desde que llegaste al castillo te has convertido en eso, te he contado mis alegrías y mis temores, solo te pido eso, tu amistad- dijo amarrando a Carlotta y saliendo de la caballeriza
-Tienes mi amistad Bella- dijo dejándose caer debajo de la sombra de un árbol- lo sabes, no pienso defraudarte, pero entre nosotros existe un gran trecho, quisiera poder decirte no hay ningún problema, pero soy pobre y tú la princesa, mi trabajo está de por medio
-¿Qué sucede Edward?- preguntó- ¿te han amenazado?
-Amos comentó que la reina no quiere verte por las caballerizas
-Mi madre está loca, no le hagas caso, soy mayor de edad, puedo hacer lo que quiera- dijo Bella
-Bella, hablo enserio- se quejó
-Yo también hablo enserio, no permitiría que nadie te saque del castillo- afirmó Bella – sobre mi cadáver lo harían
-Gracias- susurró Edward
Ambos se quedaron callados observando las caballerizas, solían sentarse ahí y hablar por horas sobre cosas sin sentido
-Mi madre no sabe que estoy aquí- se atrevió a decir Bella
-No deberías desobedecerla
-Edward- dijo Bella en voz baja – me comprometerán a un matrimonio que yo no quiero- le soltó la sopa a su amigo
-Lo sé- afirmó- todos en el castillo hablan de tu próximo matrimonio
-¡No quiero!- se quejó- tengo otras prioridades, quiero casarme con alguien que ame, quiero ver el mundo, quiero salir de este lugar antes, el castillo es todo lo que conozco ¿Qué hay en el pueblo?
-Bella, tú tienes la fortuna de vivir aquí, mira todo lo que tienes, es estupendo, en el pueblo no encontrarás más que pobreza y cosas comunes- decía Edward
-Exacto Edward- dijo- cosas comunes, gente normal y tranquila que no tiene que vivir con la realeza
-Gente preocupada por sus deudas, gente que sufre de hambre o frío- prosiguió Edward
-Mi madre se ha esforzado porque en el reino no exista tal cosa- dijo ella
-Lo sé y es fabuloso, si algo he aprendido en el tiempo en el castillo es que por muy indiferente que sea tu madre con la gente que no es de su nivel su prioridad es la bienestar de su reino, y trata de que no exista tal cosa, las exportaciones a otros reinos son fabulosas y el comercio es exquisito, muchos visitan Marcill por su belleza, por las bellas artesanías y por el exquisito pan del pueblo, pero Bella, desgraciadamente hay cosas que son crueles en el mundo, la guardia lucha contra los gitanos y paganos, pero ellos entran una y otra vez a robar, pero le roban a los que no tienen, no a los ricos, nadie se da cuenta de eso, hay que pagar impuestos y rentas, conseguir el dinero es lo difícil no hay suficientes trabajos el reino es pequeño, hay que comprar comidas, mantener familias, el reino oculta muchos secretos Bella, por muy perfecto que parezca sigue siendo injusto para los pobres, los impuestos son menores pero si no los pagas se duplican y triplican y se vuelven impagables- dijo propiciando su silencio corto- ¿sabías que a cambio de una deuda esclavizan a la gente?- Bella simplemente negó con la cabeza- Tu madre aprobó ese decretó hace algunos años, si tu familia es deudora de impuestos o aranceles, la guardia tiene derecho a llevarse a un miembro de tu familia como esclavo a cambio de saldar la deuda, es una forma de presionar al pueblo a pagar, pero por más de querer pagar si no existe el dinero es imposible pagarlo, muchos han sido esclavizados y torturados son muy crueles- terminó de decir
-¡Santo cielo Edward! Yo no sabía- decía asustada- mi madre siempre ha dicho hacer lo mejor para su reino
-¡Y lo intenta hacer! No digo que no- dijo- solo que no todo es justo
-¡Es horrible! – dijo- Edward, yo no seleccioné mi familia antes de nacer, corrí con suerte si la quieres llamar así, con la misma suerte que tú y que cualquier otro tiene, soy un fracaso como realeza no me gusta nada de esto- suspiró- después de todo lo que me has dicho ahora tengo más ganas de conocer al pueblo, a lo mejor y mi destino es ayudarlos, es mil veces mejor que decretar leyes sin saber que pasa, ¡Quiero ir Edward!, quiero conocer el pueblo
-No puedo llevarte como si nada- dijo
-Claro que sí- aseguró- yo misma informaré en el castillo que iré, me pondré el vestido menos llamativo, y me aseguraré de que nadie en el pueblo me reconozca, nunca he salido del castillo, no muchos saben cómo luce la princesa- contaba emocionada
-No es tan fácil- decía pensativo
-Si lo es- dijo emocionada- mañana iremos
-Bella, no creo que debamos enserio- dijo
-Sin peros- aseveró- ¡He hablado!
-Si su majestad- bajo la cabeza Edward- Conocerá el pueblo, pero será discreta
-Basta de formalidades, prometo ser discreta- gritó emocionada
Estuvieron hablando durante un buen tiempo, el regreso de Timothy y Amos fue la señal para volver a sus deberes respectivamente. Bella volvió al castillo con flores que recogió durante su camino de regreso en el jardín, eso haría más tolerable su informé sobre su próxima visita al pueblo.
-La princesa estuvo bastante tiempo aquí joven Edward- dijo Timothy
-Cepillo a Carlotta hasta el cansancio- mintió Edward
-Ya veo- mintió Timothy, notando el cepillo de la yegua debajo de un árbol frente a la caballeriza – Joven Edward ¿Cómo está tu madre?- preguntó el viejo
-Como siempre- dijo cabizbajo- papá ha dicho que es algo crónico seguramente, ya no podemos ir al médico del pueblo, no nos alcanza
-Lo lamento mucho hijo- dijo- espero se mejore, estoy seguro que tú y tus hermanos hacen lo mejor que pueden
-Eso intentamos- dijo Edward- gracias al cielo no se está muriendo nuestra madre, pero si está enferma y eso no nos facilita la vida
-Todo mejorará joven Edward- afirmó Timothy- El que pierde la fe se desmorona, pero aquel que sigue luchando y mantiene la fe en alto todo lo puede, muchacho te conozco desde pequeño y eres un guerrero, las adversidades que enfrentan—Edward lo interrumpió
-Siempre las hemos vivido Timothy- dijo con pesadumbre. Nací pobre y moriré pobre, lo único que quiero es paz en mi familia, no tener preocupaciones- terminó de decir Edward, dando por concluida esa platica. Le resultaba pesado hablar de la situación de su familia, prefería guardarse los secretos para él y para nadie más.
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Hola a todos, aquí les dejo esta nueva historia, me entusiasma mucho y tengo grandes planes para ella, espero que también sea de su agrado y me puedan decir que es lo que opinan con un REVIEW! Se los agradecería muchísimo! jejejejejje
Gracias por darle una oportunidad y leerlo
Nos leemos la próxima vez
Saludos!
