Esa vez...
Era un día normal para cualquiera a excepción de una chica con cabellera rosada su nombre Hikari, que cada vez que sonreía un sol resplandeciente se observaba en el cielo cerca de ahí, pero esa noche era diferente la chica se encontraba en trance después de haber regresado esa tarde de sus deberes. La chica llego rendida a la casa que compartía con sus compañeros llamados Naoko y Zero.
—Solo u-un poco…más, ya casi llego.. –Dijo Hikari con voz sutil —
Tocando la puerta insistentemente
Una chica de estatura promedio y con un cabello con color a moras abre la puerta, al abrirla asombrada grita ¡Hikari! Rápidamente, se le acerca, la ayuda a entrar y la recuesta lentamente sobre el sillón.
—Hikari, ¡Que sucede contigo, te dije que no salieras hoy! –Le reclama con un tono molesto—
Sube rápidamente las escaleras y se escuchan voces en un tono bajo susurrándose. De pronto un chico alto, con un cabello color blanco baja junto con Naoko, seguían susurrándose entre sí.
—Oye, te dijimos que no fueras a los deberes hoy ¿Recuerdas? —Le dijo el chico de cabello blanco con un tono molesto—
—De que rayos hablas, pff panplinas, ¡Estoy bien! —Exclamo moviendo los brazos hacia arriba rápidamente —
Realmente se encontraba mal, la cabeza le dolía, tenia alta fiebre, sentía un profundo dolor en su estomago como si mil truenos la estuvieran golpeando al mismo tiempo, en verdad estaba muy enferma.
— ¿Alucinas, que rayos haces con tus brazos? ¿Te sientes muy mal? ¿Qué has tomado hoy?
—De que hablas, me siento p-perfectamente ¡¿Y qué tal tu día?! —Dijo retorciéndose recostada en el sillón—
—No crees que sería bueno darle algo, ya sabes para que se mejore y se relaje un poco? —Exclamo la chica de cabellera morada—
—Es justo lo que iba a decir, ¿quieres que vaya por eso?
—No es necesario iré de pasada ya que iré a recoger una ropa que vi hoy que esta ¡super linda! Ya verás cómo me veré, ¡se te caerá la baba Zero!
—Eh…esta… ¿bien? — Hace un guiño y le sale una gotita de agua estilo cómico—
Naoko sale por la puerta.
—Y bueno, loca que ¿tal tu día enfermo?
— ¡De maravilla! De hecho hoy vi algo muy lindo
— ¿Y que fue lo que viste?
—Un chico, un chico de cabello hermoso..
—Já, ¿tanto como el mío? —ríe sarcásticamente
—Eh, de hecho era igual al tuyo, el cabello más lindo que he visto…sonara estúpido, pero ¿¡Ya te dije que tienes un cabello hermoso!? —Lo dice acercándose a él—
— ¡¿Estás bien!? Mierda, que te pasa, ¿será que uno en verdad alucina cuando está enfermo? —Le dice haciéndose para atrás—
—He, ¿qué haces? ¿Hablas contigo mismo de nuevo?
—Creo que te estás volviendo loca —Se levanta dirigiéndose hacia la cocina—
El chico piensa en que le está sucediendo porque piensa en todo eso y el porque de pronto se sintió diferente a como solía hacerlo al ver a Minna.
— ¿Qué rayos me pasa? —Se da golpeteos en la cara—
El chico se asoma por el pasillo dirigiendo su mirada hacia el sillón en donde esta Hikari, pero algo lo confunde.
— ¿En donde esta? —Lo dice pensando asombrado—
Sentía un respiro por detrás del cuello, ella estaba detrás de él, el voltea rápidamente y se asusta cayéndose al suelo.
—Hola, que haces, ¿preparando chocolate, es para mí jeje?
— ¡Que rayos, como llegaste aquí! —Le grita
—Salí a comprarme un pan, te tardaste mucho y me dio hambre
— ¿Como que saliste? ¿Cuando y como? que ni cuenta me di
—Si que eres distraído niñito, aun mas que yo como tu dices —Lo dice comendo a mordidas su pan— mm...
La chica se le queda mirando a este
Sabes, últimamente me siento un poco rara...—Bostezando— he estado muy estresada, solo quisiera dormir y ya... —Moviendo su cabeza de un lado al otro—
—Se como te sientes, suele pasarme lo mismo a veces, no tienes por que preocuparte siempre estare al tanto de tus problemas, ayudándote siempre en lo que pueda nunca lo dudes.
—He, que lindo eres, te lo agradezco… de corazón..
Enseguida la chica se acerca hacia él con sus brazos extendidos y le plantea un abrazo cayendo hacia sus brazos, rápidamente la atrapa y se vuelve una escena de cariño parecido al amor.
—No sabes cuánto…me suele la cabeza...ehg—Nótese que está ardiendo en fiebre—
De pronto un sonido muy parecido al de una puerta abriéndose se torna en el ambiente, aquella chica de cabellera morada había regresado con su ropa y el medicamento para Hikari.
—Naoko, ¡Qué bueno que regresaste!
—Eh, claro, ¿que haces abrazándola acaso paso algo mientras no estaba y no me quieren contar?
—De que hablas, claro que no solo se quedo dormida, traes su medicamento, parece que la fiebre le aumento
—Ah, etto… si, también traje un termómetro —Lo dice extendiendo la mano para dárselo—
—Quieres ponérselo tu, mientras vuelvo, iré un momento a mi habitación por una cosa —exclamo el chico—
—Claro no hay problema Zero—con una sonrisa en su boca—
El chico se retira de ahí y Naoko se queda con Hikari poniéndole el termómetro
—Hikari, curiosamente me encontré a tu amiga Minna cuando iba hacia allá y le conté que te sentías mal, supongo que ella sabe más que yo, te conoce desde hace 7 años, también me dijo que decías cosas estando enferma y cuando te mejorabas no recordabas nada de lo que decías o las cosas que hacías, ¿es verdad?
—Q-Que... yo quiero la rebanada grande, jj.. —se da una vuelta en el sillón—
—Cielos que me sucede no recordé que Zero me dijo que estaba dormida —La chica toma su ropa y la lleva a su dormitorio—
P-Pero no puedo...si, no… ya lo sé, ahh si…claro… —susurrando dormida—
En eso el chico baja con algo en sus manos y se acerca a ella
Lo quiero mucho... aunque, no sea yo... pues, yo…—Se voltea en el sillón de nuevo dando la mirada hacia la pared y se escucha un ronquido sutil—
El chico solo escucha eso último, pensando en con que o con quien fue de lo que estaba hablando dormida
—Esta loca volvió a hablar dormida, jamás cambiara, aunque sin embargo jamás quiero que lo haga. —una pequeña sonrisa se torna en su rostro al mismo tiempo que el chico la tapa con la manta que trajo de su habitación—
FIN
