Era la excusa y el día perfecto.
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Era la excusa, una excusa Los trabajos de la universidad, la teoría, preparar el examen...cualquier idiotez era buena si podía conseguir su objetivo; ir a la casa de Naruto una vez más.
¿Llegaría el día en que no tendría ningún pretexto que poner? Seguramente. Pero ya pensaría en eso cuando llegase el momento.
Su obsesión tenía nombre propio; Minato. El padre de su compañero de clase, sí, de hecho era la única razón para seguir con ese juego.
-¿Terminamos lo de hoy en mi casa, Sasuke? -Naruto recogió los libros de encima de su pupitre y los tiro dentro de su mochila, para seguidamente y casi sin cerrarla irse disparado hacia la salida -¡He quedado con Kiba antes, pasate sobre las cinco! -alzo su mano a modo de despedida y en un pestañeo más ya no estaba.
Sasuke bufo y se dispuso a recoger sus cosas con más calma. No tenía prisa y de hecho no tenía ningún problema para acabar esos estúpidos cálculos de matemáticas que les había mandado el profesor, pero si los dejaba a medias, sabía que la recompensa sería enorme.
Y solo de pensarlo se le llenaba el pecho de pura alegría y le hacía sentirse estúpido por ello, pero al mismo tiempo, malditamente feliz.
¿Por qué había acabado viciándose a esas breves y extrañas visitas? El solo hecho de verlo preparar la merienda o la cena o algún té que a veces les traía. Mirarle de reojo cuando entraba o observable antes de irse si estaba en la sala mirando la televisión, o limpiando.
¿Cómo podía llegar a ser tan tonto? Se conformaba con tan poco, pero si podía solo verle , ya tenía más que suficiente.
Y así iban pasando los días, y cada día dejando sus deberes a medio hacer o los trabajos incompletos, que serían la excusa perfecta para volver a ver esos ojos de cielo.
Se estaba enamorado de un completo desconocido al que solo había dicho hola y adiós un par de veces y que solo veía de vez en cuando.
¿Era patético ese comportamiento? Estaba claro que un hombre de esa envergadura, maduro y con una familia ya formada no iba a mirarle nunca con otros ojos que no fuesen los de una figura paternal. Pero ya hacía tiempo que había dejado eso de lado y simplemente se dedicaba a disfrutar todo lo que podía.
···
Definitivamente estaba algo desesperado ese día. Solía ser muy puntual y apenas eran las cuatro y media. Pero decidió tocar el timbre para no exasperarse más.
Cuando la puerta se abrió y le tuvo de lleno, enfrente y cara a cara su corazón sin poder evitarlo se le disparo por completo.
-Oh, Sasuke -le enseño su sonrisa perfecta y Sasuke simplemente se quedó estático -Por favor pasa. Naruto ha salido hace un rato, pero si habíais quedado no creo que tarde -se hizo a un lado y dejo la puerta completamente abierta para que entrase.
-Bueno, hemos quedado a las cinco, es que hoy he sido más rápido -se excuso tratando de sonar coherente.
Y otra vez esa sonrisa.
-No te preocupes, pasa -empezaron a caminar y Minato se dirigió hacía la cocina, no sin antes indicarle con la mano que le siguiese -Ven, ¿quieres tomar algo? ¿comer alguna cosa?
-No, no.
-No seas tímido -le guiño el ojo y al estar en la cocina empezó a sacar un par de tarrinas de helado del refrigerador -A Naruto le encantan. Te gusta el helado, ¿verdad?
-Sí, claro -acabo diciendo sintiéndose idiota poco después.
¿Por qué tenía que ponerse tan tenso? Solo estaba siendo amable con él, ya que era el invitado y nada más. No tenía que imaginarse nada raro.
-¿Vuelves a ayudar a Naruto con alguna cosa? Me alegro de que tenga a un compañero tan bueno como tú -argumento sin perder ni una pizca su sonrisa.
Sasuke tomo una de las pequeñas tarrinas y asintió.
-No es nada, a mí también me ayuda.
Por sorpresa de Sasuke está vez Minato se hecho a reír tomándole desprevenido.
-No se lo comentes, pero Naruto ha repetido hasta la saciedad que eres el primero de la clase y que siempre tienes las mejores notas. Por el contrario este hijo mío se pasa demasiado tiempo a su aire, no se lo toma en serio y ese es el problema. Le repito constantemente que si no se esfuerza no podrá seguir el ritmo y no puede ser que estés siempre pendiente de él.
-¡Ah no...que va! -de inmediato tuvo el impulso de contestarle -No….No me molesta -termino diciendo sin estar seguro de que decirle.
¿Qué iba a decirle? ¿Qué todo se reducía a verle a él? Sí, estaba claro que era muy superior a Naruto en cuanto a inteligencia y preparación y que no necesitaba ninguna ayuda extra, de hecho era siempre al contrario, era Naruto quien le copiaba y pedía que le ayudase, pero daba igual. Porque su verdadero objetivo conseguía satisfacerse.
Minato entrecerró un poco los ojos dulcemente.
-Va, siéntate y cómete eso.
¿Era necesario explicar por qué le gustaba? Le encantaba. Y no solo por lo que podías apreciar a simple vista, su dulzura y encanto personal. Tenía que admitir que era todo un hombre, ese tipo de hombres que le atraían. Muy atractivo, apuesto y para que negarlo, muy sexy.
Había llegado incluso al extremo de llegar a masturbarse pensando en él. Y no solo una vez. No era muy dado a ese tipo de cosas, nunca lo había sido, pero era un hombre y como tal tenía unas necesidades que llenar. Pero desde que pudo entablar contacto con él, había intensificando esa practica, al punto de llegar a hacerlo bastante a menudo. Imaginando e idealizando como sería tocarle, besarle, rozarle o tan siquiera que le mirase fijamente a los ojos.
Él era muy popular entre las chicas y siempre le habían comentado lo guapo que le veían. Se podía decir que las tenía a sus pies, aunque no eran de su interés. En cuanto a los chicos, aunque más discretamente, también era popular entre ellos. Por alguna extraña razón siempre le habían interesado más los tipos mayores que él, mucho mayores. Quizás porque resultaban más interesantes y un desafío. Desafío que sin duda había encontrado en el padre de Naruto.
Desde el primer día que lo vio lo supo, Era su tipo. Uno de esos con los que orgullosamente le gustaría ir de la mano y besarse en público.
Volvió a la realidad al volver a escuchar la voz de Minato hablarle.
-Tus padres deben estar muy orgullosos de ti -argumento contundente.
-Vivo con mi hermano mayor. Mis padres murieron en un accidente hace un tiempo.
En la cara de Minato quedo reflejada enseguida la sorpresa ante lo dicho y mostrando esta vez una expresión seria volvió a hablar.
-Lo siento. Mi hijo no me había contado nada sobre eso. Siento haber sacado el tema.
-Es algo que superé en su momento.
-Pero siempre es duro recordarlo, eso ha sido un error mío -concluyo -Mi mujer también murió hace unos años, estaba enferma -Sasuke atento a sus palabras no descuidaba ningún detalle del que tenía enfrente -Pero nos las hemos arreglado. Para Naruto fue muy difícil al principio, pero por suerte eso no le llevo por el mal camino y hoy puedo decir que es un chico alegre y con un gran futuro por delante.
Hablaba con entusiasmo de Naruto y no era para menos ¿no? Al fin y al cabo era su padre. Pero por enfermo que pudiese parecer sentía algo de celos y no solo celos, también envidia. De que todas aquellas palabras no fuesen dirigidas hacía él.
Lo que daría por que algún día pudiese llegar a hablar con esa efusividad sobre él.
De pronto el sonido de la puerta les hizo reaccionar y en unos segundos el culpable del estruendo apareció.
-¡Heyy Sasuke! Hoy has venido pronto -dijo tirando la mochila por el suelo -¡Hola papa! -le dio un beso en la mejilla y se fijo en lo que estaban comiendo -¿Estáis comiendo helado sin mí?
-Hay más en el refrigerador -contesto Minato dispuesto a coger otro – Si tenéis mucho que estudiar os puedo subir algo más después.
-No creo que podamos estudiar mucho -dijo Naruto tomando asiento al lado de Sasuke -He quedado con unos colegas en media hora y vamos a jugar un partido en el descampado.
-¿Partido? Se supone que lo primero es lo primero -por primera vez Sasuke apreció el lado autoritario de un Minato algo descontento -El partido puede esperar.
-Pero papa si todavía tenemos un par de días para entregarlo todo, es una tontería amargarse por eso. Además avanzare un montón si tengo media hora con Sasuke -saco su lengua y Minato le miro seriamente.
-Que no me entere yo que te estás aprovechando de su amabilidad.
-¡Que noo! -bufo volviendo a coger su mochila del suelo -¿Subimos a mi habitación?
Ambos chicos empezaron a subir las escaleras de la casa hacía el cuarto del rubio.
-Que pesado se pone mi padre a veces -se quejo abriendo su habitación y dejando pasar a Sasuke.
-Eso es porque se preocupa por ti.
-Ya lo sé, pero se pone muy pesado. Es muy como tú, lo quiere todo perfecto y es super puntual. Siempre esta con el..."Acuérdate de que hacer tal cosa" "Tienes que estudiar para ser alguien de provecho", bla bla…
-¿Y acaso no tiene razón?
-Puede, pero aún somos unos chavales, también hay que disfrutar.
-Una cosa es disfrutar y otra hacer el vago como tú, dobe.
-¡Ehh, ¿a quién llamas dobe?
-Dobe, idiota, lo mismo da -Sasuke solía picarle muy a menudo y es que Naruto era el típico chico muy fácil de liar con cualquier cosa.
-¡Pongámonos ya con esto que quiero irme ya!
Después de un par de minutos en los que sacaron sus cosas y tomaron asiento para empezar con sus tareas, Naruto ya estaba empezando a bufar, superando la poca paciencia de Sasuke.
-¡¿Qué coño te pasa?!
-¿Y esto cómo es? No me entero de nada.
-¿Cómo que no te enteras? Pero si nos lo han explicado hoy. -le cogió la hoja -¡Va, dame eso!
Sasuke en un plis plas tuvo el problema resuelto y Naruto le miro entusiasmado.
-¡Por dios, eres un crack! -afirmo convencido al ver como lo había resuelto con tanta rapidez y facilidad.
-No es que sea un crack, es que tú eres un lerdo.
-Buah, que pocas ganas tengo de hacer esto – dijo sinceramente.
-Pues vete. Por mí no te quedes.
-¿Qué? -le miro algo alucinado -Se supone que quedamos para hacerlo juntos. No puedo irme.
-Si tantas ganas tienes de ir al partido, vete ya, que ya me quedo yo terminando esto. Tampoco es que quede mucho.
Definitivamente sería lo mejor. Que Naruto se fuese y pudiese quedare a solas, acabaría más rápido.
-¿Lo dices en serio? ¡Hostia Sasuke, eres genial! -de pronto y como si eso fuese la mayor felicidad que le hubiesen podido decir en años, se levantó deprisa, eufórico-Pues le digo a mi padre que he terminado antes y me piro. Me sabe mal dejarte solo, la próxima vez , te debo una.
-Claro.
Salió más que contento de la habitación, revolucionado y a toda prisa.
-Qué simple es -comento para si Sasuke.
Aunque él también lo era. Quizás en el fondo y aunque fuese por diferentes motivos, ambos iban a la suya. Por lo que les interesaba.
Se puso serio en terminar, aunque todavía tenía para rato.
Cuando hubieron pasado un par de minutos, alguien toco la puerta y la entreabrió haciendo que Sasuke se girase.
-¿Puedo pasar?
-Por supuesto, pasa.
Minato entro con una bandeja de pasteles y algunas galletas de té.
-Ya que el desagradecido de mi hijo ha decidido dejarte solo, yo no iba a poder dejarte sin ninguna recompensa -le dedico una sonrisa y le tendió la bandeja .Come lo que quieras.
Sasuke abrió la boca sin saber muy bien como contestarle.
-Muchas gracias…
Y es que no estaba para nada acostumbrado a lidiar con esa sonrisa que cada vez que se la mostraba le parecía que su corazón iba a estallar en dos.
-Bueno, si puedo ayudarte en algo más. Ya hace tiempo que dejé los estudios, pero no creas, se me daban bien -alegó un tanto modesto.
-Oh, no creo que sea necesario, pero gracias.
Minato se fijo en loa apuntes de Sasuke. Impecables, no solo por su buena escritura y redacción, sino por su forma de plasmarlos en papel, fáciles de leer para quien tuviese que mirarlos y de entender para memorizar y aprender. Sin duda era un chico inteligente, y con un talento excelente que desbordaba buenos modales y profesionalidad en lo que hacía.
Se sorprendía de que hubiese llegado a tal extremo sin la ayuda, ni el apoyo de sus padres.
-Ese hermano del que me has hablado antes -se atrevió a preguntar -¿Te apoya mucho?
-Hm….-Sasuke se penso un poco la respuesta -No siempre. Está muy ocupado con sus propias cosas, y siempre que le decía que me enseñase o me ayudase, me decía que la próxima vez. Al final casi nunca hacíamos nada, por eso estoy acostumbrado a hacer las cosas por mí mismo.
-Ya veo – apoyo una de sus manos en el hombro de Sasuke -Nunca cambies. Puedes estar realmente orgulloso de ti.
Esas palabras no supo muy bien, si por quién eran dichas o por la magnitud de ellas, pero hicieron eco en la mente de Sasuke, que tuvo dificultades para procesarlas hasta después de un par de segundos.
¿Por qué le estaba diciendo aquello?
-¿Tú crees?
-¡Por supuesto! -Sasuke sintió la calidez de su mano por encima de la tela de su camiseta y se estremeció -No lo dudes nunca.
-Me alagas -termino diciendo Sasuke algo cohibido.
-¿No vas a probarlos? Los he hecho yo -comento alegremente dejando la bandeja a un lado del escritorio -Aunque no tienes porque, simplemente quiero que te sientas como en casa.
Sasuke bajo la mirada y apretó sus labios meditando las palabras que decir.
-En realidad no me gusta mucho el dulce -confeso tomando desprevenido al mayor.
-¿No? ¡Vaya! ¡Habérmelo dicho! ¡Y yo ofreciéndote dulce desde que has llegado! ¡¿Por qué no me lo has dicho?!
-No quería ser grosero -se defendió.
Y sí, era la verdad. No era muy del dulce, pero si se lo ofrecía Minato se lo comía con gusto y le sabía a gloria.
-Bobadas, podría haberte ofrecido otras cosas. No quiero que te lo comas a la fuerza -Minato tomó la bandeja otra vez y se dispuso a llevársela.
-¡No, espera! ¡Los voy a probar! -cuando se levantó precipitadamente intentando alcanzarle, no se fijo en que había la mochila de Naruto tirada por el suelo y tropezó haciendo que Minato se tambalease , consiguiendo que finalmente cayesen los dos al suelo -¡Auch!¡Oh mierda, he hecho que se caiga todo!
Casi de inmediato se puso a recoger los pasteles que se habían esparcido por el suelo, cuando Minato le tomo del brazo y le paro.
-Ha sido un accidente, no es nada. Lo haré yo.
Tan ensimismado estaba que paso por alto que estaba casi encima de Minato por la caída, y lo tenía a escasos centímetros. Podía aspirar su embriagadora fragancia masculina que le hizo perder un poco su razón. Trago saliva de inmediato y tuvo que contenerse al máximo para no ponerse excesivamente nervioso, más de lo que ya estaba.
-¿Te has hecho daño? -Minato se levantó y le alargo la mano para ayudarle a levantarse -Ya le digo mil veces que no deje todo tirado por el suelo que es peligroso, pero ni caso -suspiro y al observar que Sasuke no se movía le acaricio el brazo -¿Te ayudo?
-Ah sí -enseguida le correspondió y se puso en pie sintiéndose mal por lo ocurrido.
Se había ensuciado la comida que había hecho el propio Minato por una tontería de no fijarse donde pisaba.
-Tú sigue con lo tuyo. Traeré algo para limpiarlo -alegó saliendo poco después de la habitación.
Volvió a su silla y al estudio y a los pocos segundos se percató ¿Sería por lo inquieto que estaba? Pero no lograba estar en lo que tenia que estar. Divagaba. Con Naruto era coser y cantar, pero al saber que estaba allí , con él a escasos metros, los dos solos, y sin nadie que les pudiese interrumpir, hacía que mil y un pensamientos cruzasen su mente.
¿Sería que había vuelto a estar con alguien desde la muerte de su esposa? ¿Tendría alguna aventura? ¿Le gustaría alguien? Por supuesto que no hablaba de esos temas privados con Naruto, aunque más de una vez había tenido el impulso de preguntarle.
Se removió y fingió estar muy concentrado en sus cosas cuando Minato volvió a entrar con un cubo de agua y una fregona para limpiar. Empezó a limpiar en silencio, sin mediar palabra. Silencio que no hizo más que inquietar a Sasuke.
-Necesito ir al baño -dijo de sopetón , levantándose de golpe y saliendo del cuarto sin siquiera mirarle.
Se encerró en el lavabo, puso el pestillo y por primera vez desde que hubo llegado se descargo por completo; se puso de cuclillas y dio varias bocanadas de aire, una detrás de otra, como si le costase respirar y necesitase aire urgentemente. Poco a poco fue normalizando la respiración, pero su corazón seguía bombeando a mil.
Mierda, ¿por qué? Por qué tenía que ser así? ¿Por qué no simplemente podría comportarse como un ser humano civilizado? Se sentía un ser extraño y perturbado, enfermo, que lo único que se le pasaban por la cabeza era hacer cosas desparvadas con ese tipo rubio.
Le habían entrado ganas de vomitar de la tensión. Había deseado tantas veces poder quedarse a solas con él y ese día, ese día perfecto que todo había salido sin querer, no conseguía mantenerse tranquilo, no al menos para poder encararlo como debía.
Quizás lo mejor sería irse y ya volvería a intentarlo otro día ¿Pero intentar el qué? Sabía que en el fondo todos los días iban a ser iguales. Sí, lo sabía, pura amabilidad, cien mil sonrisas, su perfume, esos ojos azules celestiales y nada más. .Por supuesto que no le tomaría de la cintura y le diría de irse a la cama, por supuesto que no le diría que le parecía guapo, ni ninguna de las cosas que a veces su imaginación le hacía recrear. Entonces ¿qué demonios estaba intentando hacer? En el fondo se estaba dañando a si mismo. Sí, lo sabía, pero…
Un par de golpes en la puerta le hicieron reaccionar.
-¿Todo bien, Sasuke? Estaré en la cocina si necesitas algo -comento y Sasuke oyó como se alejaba.
Volvió a suspirar y coger aire. Como siguiese así un día le daría un ataque.
Se lavo la cara con agua fría y se dispuso a salir. Realmente por tanto ajetreo se sentía cansado y algo aturdido, incluso mareado. Volvería, acabaría los deberes cuanto antes y se iría de allí.
Cuando volvió a entrar se encontró todo el suelo fregado y limpio, olía bien, y de paso había ordenado todos los trastos que había esparcidos por el suelo. Había dejado la cama, que antes estaba llena de ropa de Naruto, despejada. Se sentó un momento y finalmente se tumbo en ella.
Por suerte y Naruto no tenía ni la más mínima idea del porque siempre aceptaba ir una y otra vez a su casa. Ni se imaginaba como llegaría a reaccionar si se enteraba, ¿Y si lo hacía Minato? ¿Cómo reaccionaria? ¿Sería tan dulce como solía serlo?
Entrecerró los ojos y sin darse cuenta se quedo dormido.
No fue hasta que Minato regreso a la habitación un tiempo después hasta que se despertó.
-Sasuke… , te has quedado dormido.
Esa voz...Sí, la conocía, ¿Cómo no iba a conocerla?
Entreabrió los ojos despacio y al verle se exalto.
-¡¿Qué!? ¡¿Me he dormido?! ¡¿Qué hora es?! ¡¿Y Naruto?! -se alzo precipitadamente encontrándose a escasos milímetros de Minato.
-Naruto todavía no ha vuelto, solo han pasado 20 minutos. Me he quedado preocupado, por eso he subido a ver si estabas bien. ¿Cansado?
Por dios, tenía que estar soñando y si de verdad lo estaba no quería despertarse.
-No lo sé, me he dormido sin querer -paso una de sus manos por su cabello y tenía la frente sudorosa.
-¿Seguro que estas bien? -inquirió depositando una de sus manos en su frente, y dándose cuenta enseguida que estaba caliente -Quizás solo sea por el sobresfuerzo o un poco de cansancio acumulado, pero juraría que tienes algunas décimas de fiebre. Será mejor que lo dejes por hoy -termino diciendo.
-Sí…
Lo de que estaba caliente ya podía notarlo él mismo. Sentía toda su piel bullir y como si le faltasen las fuerzas. ¿Sería que se había puesto enfermo?
Cuando quiso incorporarse de la cama y ponerse en pie sus piernas le fallaron y Minato tuvo que sujetarle.
-¡Oye cuidado! -lo agarro por la cintura y lo mantuvo en pie, sujetándole fuertemente -No es adecuado que hagas movimientos bruscos. Siéntate.
Sasuke obedeció. Volvió a sentarse y de pronto todo le daba vueltas.
-Que mierda me pasa… -dijo en voz alta a la vez que cerraba los ojos.
-Mírame -Minato se puso de cuclillas delante suyo para ponerse a su altura -¿Qué te pasa, estas mareado?
Pudo verse reflejado en aquellos ojos cristalinos y aunque tuvo el impulso de desviar su mirada, no lo hizo, ya que quizás jamás volviese a tener esa oportunidad. Y darse cuenta de eso, le quemaba.
¿Por qué tenía que conformarse con simples momentos puntuales? ¿Tenía que confiar en la casualidad y que cualquier otro día pudiese tenerle delante, tan cerca como le tenía ahora?
-Minato yo…
Si sus ojos pudiesen hablar…
-… -bufo y se echo las manos en la cara.
Maldita sea ¿Así de cobarde era? Tenía miedo, miedo de todo, de echarlo todo por la borda, que por supuesto la cercanía conseguida se borrase en un segundo por culpa de una frase. Una estúpida frase que podía cambiarlo todo para bien o para mal.
Asustado, abandonado, afligido, desesperado, así se sentía.
Minato se percató que tenía escalofríos y enseguida le arropo con una pequeña manta que estaba encima de una silla al lado de la cama.
-No hace falta que digas nada -dijo sin saber muy bien que trataba de decirle -Puedes quedarte todo el tiempo que haga falta hasta que te sientas bien -¿Te traigo alguna cosa?
-¡No, no te vayas! -alzo la voz sin pretenderlo y Minato enseguida volvió a acercarse y esta vez tomo asiento a su lado, sentándose encima de la cama también.
No estaba en la mejor condición física pero realmente se sentía como un sueño, poder tenerlo tan cerca, tan y tan cerca que hasta se creía capaz de percibir el cálido aire que salía de sus pulmones.
Tumbo su cabeza hasta apoyarla en el brazo de Minato, el cual utilizo como respaldo. Minato lejos de rechazar ese inusual acercamiento, lo acogió encantado. Rozo el pelo negro de Sasuke en un par de caricias y movió el brazo hasta que la cabeza de Sasuke quedo recostada en su pecho.
-Seguro que no es nada, te vas a poner bien -susurro dulcemente.
Sasuke había cerrado los ojos y Minato se permitió observarle detenidamente, como nunca antes había tenido oportunidad de hacerlo.
Piel nivea, tez impoluta y suave , pelo del mismo tacto, lacio y sumamente brillante. Tenia el cuerpo de un chaval de su edad, delgado pero a la vez fornido. Parecía tan indefenso, como un niño necesitado de cariño al máximo, al que hay que proteger y dar calor. Sin duda le hacía sentir una extraña sensación.
Finalmente y después de varios minutos la cabeza de Sasuke termino recostada en las piernas de Minato. Sasuke se acurruco y dejo que Minato siguiese tocado su pelo. Solo el silencio reino en el cuarto, el silencio y el retumbar de dos corazones agitados.
-Debería irme -pronunció Sasuke al cabo de un rato.
-¿Deberías? Si no te sientes bien no tienes porque irte. Y si decides irte te acompañare, no vas a irte solo a estas horas y en tu estado -afirmo convencido.
-Solo ha sido algo pasajero, estoy mejor -se incorporo poco a poco, añorando enseguida la calidez que le proporcionaba el cuerpo y las caricias de Minato.
Por supuesto que no quería irse, y si fuera por él se quedaba en esa casa de por vida. Al lado de quien deseaba estar de verdad. Pero no era tan sencillo como eso.
Nunca hubiese pensado que pudiese llegar a tener ese tipo de acercamiento con él, al menos no tan rápido. Pero por ciertas circunstancias había terminado acurrucado entre sus piernas y nunca iba a olvidar aquello.
Sasuke se levantó esta vez con las fuerzas renovadas, un tanto descolocado pero lo suficientemente bien como para mantenerse firme. Empezó a recoger sus cosas del escritorio. Minato se quedo mirándole desde la cama.
-¿No estás saliendo con nadie? -preguntó Sasuke dándole la espalda.
Era una pregunta extraña, por supuesto que lo era, pero ya que mas daba. Sentía que tenía que matar esa ansia y lo había estado meditando tanto en su cabeza que ya no podía más.
-¿Salir con alguien? Haha -echo una pequeña risa -No, que va, yo…
Antes de que pudiese continuar su frase Sasuke le corto en seco.
-¿Qué opinas de alguien como yo?
Hubiese quedado mejor un "¿Saldrías conmigo?" o "Eh, pues yo tampoco salgo con nadie", pero no era tan fácil superar sus miedos. El solo hecho de pensar en decir esas cosas sonaba aterrador.
Se mordió los labios y espero ansioso una respuesta.
Minato un tanto descolocado por la repentina pregunta, pero mostrándose siempre natural le contesto sinceramente.
-Eres un universitario brillante, uno entre un millón, con unas cualidades magnificas y un saber estar que muchos envidiarían. No te conozco mucho, pero salta a la vista.
Sasuke apretó sus nudillos y un par de hojas que tenía cogidas cayeron al suelo. Se giró de repente mostrando su expresión afligida.
¿Iba a echarse a llorar? ¿Lo haría? Antes muerto que mostrar esa repugnante faceta a Minato. No a él, ya tendría tiempo de llorar cuando llegase a casa. Aún si tenía que pasarse toda la jodida noche lloriqueando como un crío, pero no delante suyo.
Aún así, esas malditas ganas de llorar...
-¿Y eso es todo? -dentro suyo imploraba una respuesta más extensa, aunque fuese fingida. Un algo, un detalle que le hiciese creer que había valido la pena tanto esfuerzo -No me refería exactamente a como me ves como estudiante.
Minato se levantó y cambió su expresión a una más seria.
-¿Como hombre?
Sasuke por primera vez abrió sus ojos sorprendido. Y para Minato eso no paso desapercibido. Cierto que a veces se pasaba de descuidado, pero sabía prestar atención.
-¿Si yo contesto a tu pregunta vas a contestar tú a la mía? -hablaba directo, no como antes, y no es que estuviese siendo agresivo ni nada parecido, pero logró que Sasuke se sintiese intimidado -¿Qué me dices?
-¿Cual es esa pregunta?
Ambos se miraban fijamente.
-La misma -sonrió y se acerco unos pasos recogiendo del suelo las páginas que habían caído -No iba a ser tan malo. Simplemente si yo contesto a tu pregunta, me harías el favor de contestarme tú también? -le tendió las hojas y Sasuke las cogió.
El mundo se estaba volviendo loco o simplemente delirante, al punto que se había metido de lleno en la boca del lobo.
-Lo haré -dijo finalmente pero sin estar muy seguro de como iba a contestarle apropiadamente.
-De acuerdo -como si tuviese que elegir las palabras adecuadas, Minato se tomo su tiempo antes de continuar -Intentaré ser lo más conciso posible. Sería absurdo negar lo evidente, eres guapísimo y volverías loco a cualquiera.
Era un cumplido, un alago que nunca imagino escuchar realmente de Minato. Una simple frase que cualquier otra persona se hubiese tomado como un simple elogio, para que para él, dicho de esa boca, significaba un mundo.
Juraría que se le habían subido los colores y tuvo el impulso de simplemente hacerse el desentendido, tratando de concentrándose en alguna otra cosa.
-¿Satisfecho con la respuesta esta vez? -pregunto el rubio un poco juguetón al darse cuenta del nerviosismo de Sasuke.
-Tú también eres guapísimo – la ronca voz de Sasuke salió clara a pesar de su estado -Y me vuelves loco.
No estaba planeado ni mucho menos. Ni siquiera sospechaba que Minato iba a decirle algo semejante. Lo había dicho y pasase lo que pasase, iba a aceptar las consecuencias.
Minato muy por el contrario de lo que esperaba Sasuke no cambió su expresión. Seguía neutral, mirándole fijamente a los ojos, sin perder detalle, como si estuviese analizándole punto por punto, como si tratase de adivinar lo que pasaba por su cabeza.
¿Le había escuchado? Le había dicho que le volvía loco y seguía ahí como si nada, sin ninguna reacción. Quizás lo había malinterpretado y …
¡No, no! Ese no era el momento para montarse películas.
Minato acoto toda la distancia que les separaba y se puso delante de él, solo un par de centímetros les separaban de rozarse.
-¿Te das cuenta de lo que acabas de decir?
-Tú me has preguntado -contesto arisco, sin tener muy claro como hacerlo.
-Te doblo en edad -dijo como si tuviese la obligación de sacarselo en cara.
-¿Te crees que eso me ha importado alguna vez?
Sí, estaba sonando borde, le salía así. Y no porque quisiese, pero tenía la sensación que debía defenderse.
-No te enfades -paso su mano por la cabeza de Sasuke y desordeno varios de sus mechones -Voy a ir a preparar la cena, si quieres puedes quedarte a cenar con nosotros.
-¿Qué?
Sasuke tuvo el impulso de gritarle. ¿Se estaba evadiendo? ¿huyendo? ¿O simplemente le daba igual? Había escuchado su confesión ¿y no iba a decir nada? Simplemente irse y ¿hacer como si nada hubiese pasado? Eso era peor, peor que no habérselo dicho. Le hacía sentirse miserable, ignorado y rechazado.
Cuando Minato estaba a punto de abrir la puerta para marcharse un deje de voz resonó en la habitación.
-Nunca debí habértelo dicho.
Minato no se giro hacia él pero paro el paso.
-¿Para qué? Si ya sé que solo soy un niñato y seguro que piensas que solo es un capricho….Quizás lo sea, un capricho de mierda….Sí, debe ser eso… -su impotencia había llegado al límite y hablaba con despecho y rabia -Tranquilo que ya no tendrás que volver a verme la cara, no volveré por aquí nunca más.
Y una lágrima se le escapo. Había prometido no llorar, pero la situación se había desbordado y si simplemente no iban a volver a verse tampoco importaba.
En un abrir y cerrar de ojos Minato volvía a estar delante suya y esta vez cogiéndole con fuerza del brazo lo arrincono hasta la pared que había detrás.
-¡No vuelvas a decir eso! -dijo secamente y fijando ambas pupilas -Ambos somos adultos, comportate como tal. No hagas que cambie mi opinión sobre ti.
Sasuke se mantuvo callado, su cuerpo se tenso al máximo, no solo por la cercanía sino por como le estaba hablando. No conocía ese tono y formas de Minato.
-Solo estoy siendo coherente -por primera vez a Sasuke le pareció ver inseguridad en las palabras de Minato -Te pido por favor que tú también lo seas.
El mayor sintió que el mundo se le venía abajo cuando un par de lágrimas más se escurrieron por el rostro de Sasuke. Creía poder manejar la situación y de hecho lo estaba haciendo, hasta que sin saber muy bien porque había empezado a flaquear, desde el momento que sintió que simplemente no podía salir de esa habitación sin más. Y que si lo hacía no iba a volver a verle.
-Deja de llorar,,, -esta vez hablo bajando su tono duro a uno ya particular, cálido y calmado -Sasuke…
Se fijo en los labios de Sasuke, que apenas y podía alcanzarlos con solo bajar un poco su cabeza. Ni siquiera podía acordarse de la última vez que había besado a alguien. Tantos años sintiendo que nunca más volvería a aparecer nadie que llegase a hacerle querer besar otra vez.
¿Como sería su tacto?
Deslizo una de sus manos hasta la nuca de Sasuke y bajo un poco hasta quedar cerca de su oído.
-Cuando he dicho que volverías loco a cualquiera hablaba muy en serio… -susurro muy despacio, consiguiendo que se le erizase la piel a Sasuke.
-¿Incluso a ti? -paso una de sus manos por su cara y se quito la marca de lágrimas que había quedado.
-Especialmente a mí….
Cogió una pequeña bocanada de aire y sin querer pensárselo dos veces tomo la boca de Sasuke. Quiso aumentar el agarre atrayéndole hacia él lo más que pudo. Sasuke tomándole desprevenido, simplemente se agarro a la camiseta de Minato y dejo que este siguiese su camino.
Al ver que era correspondido Minato decidió ir un poco más allá y abrir más la boca para intensificar el beso a uno más profundo. Sasuke se acostumbró rápido y con agilidad le cogió el ritmo y participo en el beso abriendo también su boca.
Estuvieron besándose e intercambiando su saliva durante pasado un minuto que simplemente para ellos fue efímero.
Cuando se separaron la agitación de Sasuke se hizo más que evidente y un cúmulo de sentimientos y emociones encontradas estallaron todo a la vez, devolviéndole a la realidad. Una realidad que parecía irreal, al haber podido probar esa boca que tanto había deseado. Y ahora podía afirmar con contundencia que su sabor era indescriptible.
-Perdoname. Llevo mucho tiempo sin… -dejo la frase a medias y trato de encontrar alguna respuesta en Sasuke -No quería…
-Ha sido perfecto -se adelanto a decir convencido -Si hubiese sabido que besabas tan bien me hubiese atrevido a decírtelo antes…
Estaba siendo absolutamente sincero. Y no era solo porque le gustase, pero besaba bien, muy bien, sabía como manejar al contrario.
-Por favor Sasuke -esta vez puso su mano en su mejilla -Soy un hombre como tú y tengo mis límites…
Sasuke entendió a lo que se refería, ya que él lidiaba con el mismo problema.
-Siempre me he comportado como un padre excepcional y disciplinado, como me enseñaron siempre a mí. Y quizás ese fue mi error desde el principio, dejar de lado mis propios deseos para cubrir los de los demás.
-¿Te refieres a Naruto?
Minato asintió.
-En un segundo has puesto mi mundo patas arriba y has hecho que me olvide de todo eso. Anteponiendo mis deseos a cualquier otra cosa…. ¿Qué me has hecho? ...
No esperaba una respuesta, porque no la necesitaba pero lanzo la pregunta al aire siendo consciente de que ese pequeño había logrado lo que nadie, volver a hacerle sentir. Sentirse vivo.
Le dio un pequeño pico en los labios y esta vez salió de la habitación. Sasuke no le paro, ni le dijo nada. Sabía que necesitaba su espacio también.
Recogió sus cosas y cuando lo tuvo todo listo bajo las escaleras. Hecho un vistazo en la cocina y allí estaba, preparando la cena. Naruto suponía que no tardaría en llegar.
-¿Vas a quedarte a cenar?
-No, mi hermano me espera.
Los dos compartieron miradas.
-Voy a irme que se me hace tarde y….
-Sasuke
El aludido callo.
-Gracias.
El moreno se dio media vuelta y emprendió su camino hacia la salida. Con la cabeza en alto y una pequeña sonrisa que irremediablemente se había dibujado en su cara y que le era imposible borrar.
Tantas excusas había puesto como días habían pasado. Y si la excusa y el día perfecto habían podido coincidir, irremediablemente había sido hoy. Un día que no olvidaría jamás.
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