Disclaimer: I don't own Rizzoli & Isles, just borrowing them for fun

Era sólo martes por la noche, pero Jane se sentía como si hubiera estado trabajando una semana entera día y noche. Había llegado a casa hacía media hora, se había preparado un sándwich para cenar, y ahora estaba tirada en el sofá viendo un resumen de las mejores jugadas de los partidos de baseball disputados el fin de semana. Justo cuando su mente empezaba a desconectar del caso en el que estaba trabajando oyó que alguien llamaba a su puerta.

Intrigada por quién podría querer hacerle una visita a esas horas se levantó del sofá y fue hacia la entrada de su apartamento.

- Jane, soy Frankie, dijo al oír los pasos de su hermana acercándose al otro lado de la puerta.

Abrió la puerta y dejó pasar al joven Rizzoli.

- ¿Qué te trae por aquí a estas horas?, preguntó Jane.

- Necesitaba hablar contigo, respondió con tono serio.

- Me estás asustando, ¿ha pasado algo?

- No, es sólo que hay una cosa que me ronda la cabeza y no puedo dejar pasar más tiempo sin hacer nada al respecto.

- Ok, soy toda oídos, dijo sentándose en el sofá y haciendo un gesto para que su hermano la acompañara.

- Buf, parecía muy sencillo hablar de esto contigo en mi cabeza, pero ahora contigo delante… ¿prometes no enfadarte conmigo?, dijo Frankie nervioso y algo asustado.

- ¿Has conseguido entradas en primera fila para los Red Sox y no vas a llevarme?, preguntó Jane.

- No, no es nada de eso.

- Bueno, entonces prometo no enfadarme.

- Estoy enamorado de alguien del trabajo, dijo sin atreverse a mirar a su hermana a los ojos.

- Oh, Frankie, me alegro por ti, comentó Jane con una sonrisa.

- Hay más… es un hombre.

Jane quedó confusa durante un instante por la revelación de su hermano.

- ¿Quieres decir que estás enamorado de un hombre?

- Sí

- ¿Por qué iba a enfadarme contigo? Anda ven aquí, dijo abriendo sus brazos para envolver cálidamente a su hermano. Sabes que te quiero, y eso no va a cambiar nunca.

- ¿Qué va a pensar Ma de todo esto?

- Sabes que su amor es incondicional también. Y estamos en Massachusetts, no creas que te vas a librar de que te agobie con cuándo te vas a casar y a darle nietos. Tampoco descarto que se convierta en la nueva presidenta de PFLAG en unos meses…

- ¿Debería decírselo a él?

- Es Frost, ¿verdad?

- ¿Por qué crees que es él?, dijo Frankie sorprendido.

- Oh vamos, sois prácticamente siameses. Nonna siempre decía que uno debe arrepentirse de las cosas que hace, no de las que no hizo. No te condenes a no ser feliz por no tener el valor de afrontar tus sentimientos.

- ¿Pero qué dirán en la Comisaría?

- Para empezar, nadie tiene por qué enterarse. Y si se enteran, tú sólo tienes que demostrar tu valía profesional, cosa que ya has hecho, lo que hagas en tu vida privada no es asunto suyo. Si tienen algún inconveniente con eso es su problema.

- Entonces, ¿crees que debería confesar mis sentimientos y que escudarme en lo que pueda decir la gente o la reacción de Ma sería algo cobarde?, preguntó Frankie.

- Sí, eso creo.

- Ok, tengo una última cosa que confesar.

- Como sean las entradas te mato

- No, la verdad es que no estoy enamorado de Frost, ni de ningún hombre, dijo mirando a los ojos a su hermana.

- No entiendo nada, ¿a qué viene todo esto entonces?

- Sólo quería saber lo que realmente piensas cuando tú no eres la protagonista.

- Sigo sin entender nada.

- ¿Por qué no tienes el valor de decirle a Maura que la quieres?

Jane se quedó estupefacta por varios segundos. Cuando por fin pudo hablar de nuevo, no fue para negar que quisiera a su amiga.

- No lo sé

One-shot?