Nota: Desde que jugué estos juegos quise escribir como me imaginaba que sería la historia de Ike y Soren, ahora ya con muchos años de retraso me he decidido!
Nunca es tarde para escribir IkexSoren! Los amo 3
El ruido inundaba y bombardeaba la cabeza de Soren, invadía cada espacio de sus pensamientos… no sabía con claridad sí su disgusto interno provenía del mismo bullicio, la voz de las personas, multitud de gente, protocolos o toda la situación en sí. Estaba sentado en la mesa principal en el Castillo de Crimea donde se celebraba la coronación de la Princesa Elincia a Reina, allí se encontraban sentados las más altas autoridades de Crimea y todo Tellius, además del puesto de honor que se le otorgo al Héroe de la guerra del rey loco, Ike y su estratega estrella, Soren. Este se encontraba sentado apartado unos puestos más allá de Ike, quien era el centro del atención junto a Elincia.
Una hipnotizante atmosfera no ayudaba a pensar con claridad al sabio de viento, después de los discursos de Elencia, Caineghis y ahora el de Sanaki se encontraba adormecido…. miro a su lado derecho ahí unos puestos más allá estaba Ike que apoyando su cabeza su mano derecha mientras se le entrecerraban los ojos por el tedio y aburrimiento, una sonrisa se dibujó en los labios de Soren ante tal imagen.
Al terminar el discurso de Sanaki, la multitud aplaudió energéticamente, llenos de esperanza y renovados, sin duda una nueva era comenzaba con el fin de la guerra. Soren reaccionó y aplaudió junto al público, pero Ike seguía igual, incluso parecía aún más dormido. Mientras Elincia aplaudía con unas pequeñas lágrimas en sus ojos producto de la emoción, miro a su lado a Ike.
-Mi Lord Ike – le dijo suavemente en voz baja sin obtener respuesta. – Mi Lord -dijo tomándole el hombro delicadamente.
-Eh… - dijo algo confundido abriendo los ojos. - ¿qué sucede?- Preguntó algo confundido.
-Vamos, es la ceremonia – dijo sonriendo con los ojos. –Pronto tendremos que hacer nuestra actuación principal. –dijo en voz baja de forma discreta acercándose al oído del peliazul.
-Ah, ya veo, gracias Elincia- dijo cruzándose de brazos con tranquilidad y recuperando la compostura.
Ike se acomodó y dejo caer su peso en el respaldo de la silla. La verdad se sentía demasiado incómodo con todo lo de la ceremonia, protocolos, tratos especiales y demás cosas, no entendía bien lo que ocurría, sólo se limitaba a seguir las ordenes de Elincia, de hecho ni si quiera estaba vestido acorde a la ocasión… llevaba su traje de siempre en compañía de su Ragnell, sólo asistió a la ceremonia debido a que Soren y Titania le habían aconsejado asistir para ayudar a Elincia y Crimea.
Soren se sentía incómodo al igual que Ike, pero tenía varias razones… ¿sería el ambiente? ¿la luz? ¿ el bullicio?... entre su silencio e indiferencia ante las palabras de los demás autoridades pudo deslumbrar su principal preocupación: la presencia de Ike en medio de todas esas personas… especialmente Elincia. Su comandante hoy daba un salto gigantesco para su historia, a pesar de que el sabio había proclamado que seguiría a los servicios de él, quizás todo podría cambiar hoy… después de todo… nunca se había sentido digno de trabajar al lado de él.
-Diablos – dijo enojado al ver la cercanía entre Ike y Elincia, pase lo que pasará, no se alejaría de él pensó.
-¿Qué ocurre Soren? – dijo una voz femenina pequeña. Era Sanaki que estaba sentada a su lado después de dar su discurso. –Te ves nervioso… - agregó. Soren se sorprendió y giro su cabeza hacia ella.
-Emperatriz Sanaki, no es nada… sólo olvide completar unos informes – mintió mirando fríamente a los ojos.
-Tus palabras no coinciden con lo que siento… tus ojos… al mirar hacia nuestra derecha… veo una expresión de amor y preocupación tan grande, es muy parecida a cuando Sigrun o Sephiran me miran preocupados por algo… no puedo equivocarme – dijo en voz baja la maga mirando hacia delante donde se encontraba toda la multitud sentada observando la ceremonia.
Soren no respondió, Sanaki había dado en el clavo… no podía creer lo evidente que era cuando se trataba sobre sus mismos sentimientos… Mordió su labio inferior impotente al no poder responderle y quedar descubierto.
La orquesta comenzó a tocar una canción que se escuchaba por todo el salón, potente, fuerte… con ritmo… bailable. El corazón de Soren comenzó a latir más fuerte y intentado aparentar poco interés apoyo su cabeza en su brazo derecho y posó su mirada sobre Ike.
Elincia estaba de pie tomando a Ike por el brazo para ayudarlo a levantarse del asiento, por su lado Ike se veía algo sorprendido y nervioso… era el momento que la princesa le había mencionado… su entrada principal. Una voz fuerte interrumpió la música.
-¡Damas y caballeros! Con ustedes la Reina de Crimea, Elincia y el Heroe de Tellius, Ike.
Elincia tomó de la mano a Ike y caminaron juntos hasta el centro del salón. Todo el público presente aplaudió de forma descontrolada al verlos a los dos juntos… las voces comenzaban a murmuran en voz baja "¿Nuestra Reina Elincia y Sir Ike son pareja?" " que linda pareja de tortolos". Ike se rascaba el cabello nervioso con su otra mano mientras sostenía la de Elincia con fuerza.
-Mi Lord Ike – dijo Elincia mirándolo con dulzura. – Esta es nuestra pieza de baile, el baile real – dijo tomándose su vestido naranja con la otra mano.
-¿Baile? –dijo extrañado.
-Sí, estoy segura de habérselo mencionado antes mi Señor – le respondió.
Seguramente lo había hecho Elincia, pero Ike no lo recordaba… era malo para recordar detalles, sobre todo protocolos… para eso tenía a Titania y Soren a su lado. Elincia soltó su mano y se inclinó en señal de respeto ante Ike debido a que él no hacia ningún movimiento.
-Mi Lord Ike, ¿me concedería esta pieza? – le preguntó nerviosa extendiéndole su mano.
-Claro, Elincia – le respondió Ike tomando su mano.
-Sólo siga mis pasos – dijo Elincia.
-¡Vamos hermano! – se oyó dentro de la multitud gritar a Mist, estaba muy emocionada, era primera vez que vestía de gala y estaba en un evento tan importante.
La Reina y el Héroe caminaron juntos de la mano hasta el centro, Elincia levanto la mano junto la de Ike y se acercó a su cuerpo.
-Abracé mi cintura, mi Lord- dijo feliz. – Y nos moveremos al son de la música ambos- ordenó Elincia. Ike obedeció sin reclamo…en realidad no sabía nada del tema, a pesar de sentirse incómodo con todo… se sentía muy cómodo con Elincia, lo cual hacia que la situación fuera pasable. Se alegró de que fuera ella y no otra persona.
Soren miraba de reojo, cerrando y abriendo los ojos desde su asiento, se sentía sumamente incomodo al ver a Ike tan cerca de Elincia… se estomago estaba apretado como nunca antes, Sanaki lo miraba entre risitas.
Comenzaron a moverse al ritmo de la música de manera muy natural, Ike daba algunos pasos en falso, pero Elincia retomaba el paso al ritmo del peliazul haciéndolo más fácil para él.
-Mi Lord Ike – dijo Elincia. – Acérquese más a mí, así será más fácil seguirme el paso – le aconsejó.
Entonces el Comandante, estrecho a la Reina contra su cuerpo, estaban tan cerca que ambos torsos estaban pegados, la cabeza de Elincia se posaba sobre el pecho de Ike. Ambos podían sentir el calor de sus cuerpos y el ritmo de su respiración, Ike respiro hondo de alivio y sintió el aroma a manzanilla proveniente de los cabellos de ella, era tan agradable y delicada pensó Ike.
-Tienes razón – dijo sonriendo Ike a Elincia.
-Mi Lord, hay algo que necesito decirle – dijo levantando su cabeza y mirándolo a los ojos.
La imagen perturbó a Soren de una manera impresionante…. Nunca abandonaría a Ike, su felicidad máxima era servirle, pero ahora no estaba seguro de poder aguantar la compostura en esta situación, se sentía demasiado incomodo… quería que el baila terminara ahora de inmediato.
-Suficiente – dijo el sabio de viento mientras se levantaba de la silla.
Todo el salón se había desordenado un poco, todos se habían levantado de la silla y se preparan para bailar después de ellos, Naesala miraba con ojos de presa a Leanne, Gatrie había divisado unas señoritas bastante interesantes, Mist había obligado a Rolf a aprenderse una coreografía que bailarían, etc… Nadie noto cuando el pelinegro abandono el salón por una puerta que daba a los jardines tapándose los ojos con la manga de su túnica. Ahora estaba a salvo de todo ese ruido, imágenes, miradas… Respiro hondó.
Ike seguía en la pista de baile junto Elincia, ahora se habían un unido algunos reyes con parejas. En la dirección que mirara Ike sólo recibía apoyo: Ranulf apoyado sobre los hombros de Mordecai lo saludaba, Titania le asentía con la cabeza en señal de aprobación, Mist le lanzaba besos a lo lejos, Sothe lo miraba con una sonrisa, todos… menos Soren…. No lo encontraba por el salón…. Mientras daba vueltas con Elincia entre sus brazos buscaba a su estratega entre la multitud sin poder encontrarlo.
-Mi Lord- volvió a insistir Elincia. Ike la miro nuevamente.
-Sí, dime – le respondió ahora prestándole atención.
-Hace ya un tiempo… - dijo entrecortada y algo emocionada. –Quiera contarle algo muy importante para mi… se trata sobre usted…. ¡No! – dijo avergonzada. – Es sobre mí…usted es una gran persona, con un corazón justo y valiente, La Diosa lo puso ante mí para guiar mi camino y así servir a mi gente – dijo ya más tranquila. – Yo deseo… que usted pudiera quedarse más tiempo en Crimea, en mi castillo – dijo sin rodeos. – Yo….-Ike la interrumpió bruscamente.
-Elincia, agradezco tus palabras profundamente, también has sido parte importante de mi camino últimamente, pero ahora mismo debo hacer algo importante….necesito que me disculpes, especialmente ante los nobles – dijo mientras soltaba su mano y cintura. – Podemos hablar de esto tranquilos después. – agregó mientras tomaba distancia de ella.
El peliazul salió de la pista de baile en dirección a donde estaba Soren anteriormente, todo el mundo lo miraba al dejar sola a Elincia, pero parecía no importarle realmente. La Reina quedo sola en la pista de baile con sus manos apretadas a su pecho fuertemente, sentía una tristeza enorme y frustración al no poder llamar la atención de su héroe, pero debía mantener la compostura… era su ceremonia de coronación. A los segundos de quedar sola, se acercó una figura familiar para ella a la pista de baile.
-Mi Reina, su majestad – dijo Geoffrey arrodillándose frente a ella. – ¿Me permitiría bailar la siguiente pieza junto a usted? – dijo mirándola a los ojos. – Sé que no soy digno de tal honor, pero mi corazón y alma me obligan a pedirle algo de su tiempo.
-Geoffrey… no…. – le respondió extendiéndole la mano, el la aceptó y se levantó. – Nunca será un desperdicio de tiempo el compartirlo contigo y… seria para mí un honor que el comandante de mis caballeros reales bailase conmigo en esta ocasión tan importante– le dijo con mucha serenidad.
El caballero tomó su mano con más fuerza y la atrajo hacia su cuerpo, Elincia lo abrazó de vuelta con fuerzas mientras unas lágrimas brotaban de sus ojos.
-Tranquila su Majestad, tómese su tiempo – le dijo su gran amigo, su caballero.
-Geoffrey… - dijo aliviada de todo lo que había pasado recientemente, con el había encontrado un lugar seguro donde su pena se transformaba en paz. Desde lejos veía como la figura de Ike se perdía entre la multitud. Comenzaron a bailar de forma muy natural, la multitud no se percató de todo lo que había ocurrido y aplaudía a la Reina y su Caballero ahora en el centro de la pista de baile.
Ike miraba para todos los lados en busca de Soren…. No parecía estar por ningún lado, confundido se acercó a la mesa de honor sin tener éxito. Suspiró decepcionado de no encontrarlo… el sabia como era su estratega de sensible, además nunca dejaría su lugar sin alguna buena razón y eso lo preocupaba aún más. Posó sus manos sobre la mesa sin ninguna idea de donde podría encontrarlo cuando sintió el peso de una mano posarse sobre su hombro, volteó de manera inmediata esperando que pudiera ser su querido amigo, pero se encontró el tierno rostro de su hermana.
-¡Hermano! ¡Estuviste fantástico! – dijo Mist sonriéndole con los ojos, pero al ver la expresión de preocupación Ike dejó de sonreír. – Ike, ¿pasó algo?.
-Mist… - dijo cambiando su actitud frente a ella para no preocuparla, de todos modos… más que una preocupación real sólo eran presentimientos y pensamientos de él. –Todo está bien, ¿han disfrutado de la celebración? – le preguntó.
-¡Pues claro que sí! – le respondió un poco más serena. –La comida ha estado exquisita, la música un deleite y hemos hecho muchas bromas con respecto a todo lo ocurrido, mucha gente se acerca a nosotros a darnos las gracias por ayudarlos, la verdad se siente algo extraño – le respondió Mist.
-Claro, yo todavía no me acostumbro a todo esto, es muy diferente a lo que estamos acostumbrados – dijo apoyando sus puños en sus caderas, tratando de disimular y olvidar su preocupación.
-Hermano…. – dijo la Valquiria juntando sus manos en su pecho. - ¿Estás buscando a Soren? – lo lanzó rápido y nerviosa mirando directamente a sus ojos azules. Ike quedó mirándola perplejo, ¿Cómo era que su hermana se había dado cuenta?.
-Mist… -dijo algo complicado el héroe.
-Lo sé, lo veo en la expresión de tus ojos y movimientos, no he quitado la vista de ti en toda la ceremonia, papá y mamá estarían muy orgullosos de nosotros, no he dejado de pensar en eso…- tomó una pausa y trago saliva. –Ellos desearían vernos felices y… aún siento que algo te tiene intranquilo a pesar de todo…
-…. pero ¿a qué te refieres? – preguntó extrañado por la rara pregunta y palabras de su hermana.
-¡Lo sé! – dijo decidida, se abalanzó sobre su pecho y lo abrazo fuertemente.- Yo siempre te querré hermano – dijo apretando su rostro contra su cuerpo. – ¿tú quieres mucho a Soren, no hermano?.
-… - se quedó un instante pensando el peliazul. Desde hace tiempo no había podido dejar de pensar sobre su amigo, desde aquellas conversaciones que habían tenido donde le había confesado todo su sufrimiento por ser media parte Laguz, gran parte del día cuando no estaban en el campo de batalla lo observaba desde lejos intentando imaginar lo que había sido para Soren sobrepasar todo eso sólo para verlo a él, Ike ahora sólo quería protegerlo y hacerlo sonreír, evitar que tuviera que enfrentar más dolor.- Claro que sí Mist, él es nuestro estratega, amigo, es muy especial para mí – dijo mirando hacia el frente sin pensar más.
-Entonces ve por él – le respondió mientras dejaba de abrazarlo y daba un pequeño salto hacia atrás con los brazos abiertos. – No tienes que estar en un lugar donde no te sientes cómodo, yo siempre los apoyaré, después de todo solo quiero verlos felices a ambos – dijo aumentando aún más la distancia entre los dos. Ike la observo detenidamente asombrado, había subestimado mucho a su hermana, a sus ojos ahora mismo parecía toda una mujer.
-Gracias- le respondió.
-Por allá – dijo señalando Mist a una gran puerta que daba a los jardines traseros del castillo.
Ike entendió inmediatamente a lo que se refería, tomo pasó firme y se dirigió en dirección a la puerta, Mist lo miraba mientras se alejaba de ella. Se sentía feliz la valquiria, todo iba mejorando, deseaba que su hermano volviera a sonreír y olvidar todo el sufrimiento y odio que había guardado por tanto tiempo.
-Mamá… Papá… gracias – dijo Mist caminando en la dirección contraria hacia la fiesta.
