Este es el primer fanfic que escribo. Espero que les guste y si quieren que cambie algo me lo pueden decir, acepto cualquier tipo de críticas.
—¡La voy a matar! ¡Voy a hacer que la maldita bastarda hija de puta se coma sus propias entrañas!
Merrill solo se quedó mirando fijamente a la pequeña niña humana enfrente de ella que empezaba a gritar y a hacer un escándalo. Aunque los arboles del bosque donde se encontraban cubrían el ruido y ella de verdad dudaba que hubiera alguien a la redonda, sabía que no era la mejor opción el que hubiera una niña pequeña gritando a todo pulmón con el lenguaje de un pirata, un bandido o un cliente habitual del Ahorcado. Así que decido que el mejor curso de acción era calmar a la niña enfrente de ella.
Al verla hecha una furia recordó con una mezcla de cariño y humor la primera vez que la vio. en los muelles de la Ciudad de las Cadenas la confundió con un niño, el cabello corto y sucio junto con el jubón de cuero ayudaron mucho a su confusión. Algo que sin duda ella quería desde el principio. Sin embargo, ahora, después de mas de cuatro semanas viajando juntas a través del mar del Despertar, anclando en Amaranthine y viajando por el Camino Real hasta Refugio, Merrill podría identificar perfectamente a la niña que viajaba con ella, y que, desde que resolvieron el problema del Bann Franderel hasta ahora, se había mantenido en un silencio que ponía a la elfa bastante nerviosa. Un silencio que ella empezaba a extrañar.
—¿Supongo que te referirás a la maga que... —Merrill no pudo terminar la frase pues su joven acompañante la interrumpió con una mirada asesina y un grito enojado.
—¡SI MERRILL! ¡ME REFIERO A LA MALNACIDA HIJA DE PUTA QUE ASESINÓ A MIS PADRES! —Su grito espantó a la elfa, la cual se acercó a ella para intentar calmarla, un intento fallido pues la niña apartó su mano mientras se alejaba mas de ella—. ¡No me toques! ¡No necesito que nadie me calme! ¡Y menos una puta maga! ¡Especialmente una puta maga de sangre! —La niña se arrepintió de sus palabras al instante, pues el rostro usualmente amable y gentil de Merrill se tornó en la misma máscara fría que había visto la noche que partieron de Kirkwall—. Oh no, Mer, no, no, no, no quería lastimarte o herirte sólo estaba enojada y no sabía lo que decía por favor no te...
—No, no te preocupes Arya, lo entiendo, es difícil convivir con un monstruo, con una abominación. Fenris y Anders me lo repetían a menudo, y Hawke me lo dijo una vez, aunque ella estaba ebria y supongo que no lo quería decir en serio. —Su voz tenía un toque de dolor, mezclada con la melancolía que le producía el recordar sus años con sus antiguos compañeros y su antigua vhenan—.No te preocupes da'len, estoy acostumbrada al odio que ocasiona el temor a la magia de sangre.
—Mer, en serio, no, no, no lo decía en serio, solo...
—Arya, no estoy molesta, en serio.
—No... ¿no estás enojada? ¿Conmigo? ¿De verás? —Arya preguntó mientras agachaba la mirada y se quedaba observando fijamente las sucias y desgastadas botas de cuero crudo que vestía.
—No da'len, toma mucho mas que unas cuantas palabras para herirme. —Dijo mientras se acercaba a la pequeña niña y le acariciaba la cabeza tiernamente—. Aunque, no creo que sea bueno que empieces a gritar. Alguien podría escucharnos y estoy muy cansada después todo lo que hemos pasado.
—Oh mierda, lo olvide, perdona Mer, se que no debes estar bajo mucho estrés desde lo de West Hill y yo solo te hago la vida mas difícil de lo que ya es, carajo.
Merrill solo sonrió ante esta afirmación. Y también ante el lenguaje malsonante que definitivamente no había aprendido de ella.
—De hecho me gusta que estés conmigo. Mi viaje seria mucho mas aburrido y tedioso sin ti.
—¿En serio? Lo... ¿Lo dices de verás, de veritas?
—¡Claro! —Exclamó Merrill con una sonrisa en su rostro, tal vez una de las pocas sonrisas que había mostrado en meses.
—¿A pesar de que no me calle y muchas veces nos hayan descubierto por ello?
—Si, Arya.
—¿Aún con el hecho de que no podamos pisar Pico de Dragón bajo amenaza de ejecución por lo que le paso al hijo del Arl?
—Si, Arya.
—¿Incluso con el asunto del oso y la doncella de...
—Si, incluso con el asunto del oso y la doncella del Arl Wulff. —Interrumpió Merrill mientras se sonrojaba notoriamente—. Aunque tienes que admitir que el humano se parecía demasiado a un oso como para que no intentara salvar a la chica.
—Merrill. —Dijo Arya mientras la miraba fijamente—. El "oso" tenía pantalones y tenía un estoque en su cinturón. Ademas iba gritando "Liebrecilla, Liebrecilla, ¡Oh Liebrecilla!"
—No es mi culpa el confundirlo con un oso. —Respondió Merrill indignada—. Ciertamente olía como uno. —Dejó de hablar un momento y luego continuó hablando mas rápido que antes—. No es que diga que se como huele un oso o que el hijo del Arl oliera como uno, aunque si oliese como uno no importa lo que el Arl haya dicho, sino que supongo que un oso huele verdaderamente mal. Digo, en el Bosque de Brecilia nos encontrábamos con osos que no olían especialmente mal. Aunque nos asegurábamos de ponernos unas cuantas hojas de menta antes de salir del campamento y aun así...
—Merrill. —Arya intentó interrumpirla, sin éxito.
—Y, oh por Mythal, lo que de verdad olía mal no eran los osos, eran los zorrillos que nos encontrábamos, una vez...
—¡Merill! —Por segunda vez, Arya intentó interrumpirla, sin éxito.
—Lo peor no era que Tamlen y Mahariel volvieron sin nada, lo peor fue...
—¡MERRILL! —Arya gritó mientras Merrill comenzaba a hablar acerca de la vez en que Mahariel fue rociado por un zorrillo y lo que tuvieron que hacer para que no apestara a todo el clan.
—¿Eh? Oh, perdón, última vez que divago, te lo prometo.
—Mer, esta es tu décima "última vez" que divagas.
—...
Las dos chicas solo se miraron fijamente.
La elfa adulta, con su vallaslin resaltando de una cara con algunas pequeñas arrugas visibles al igual que una cicatriz poco notable que le cruzaba desde la ceja del ojo derecho hasta la comisura de la boca, un cabello negro corto, que le llegaba hasta el cuello; vestida con una cota de malla vieja y cubierta de óxido, tapada por una túnica verde con unos adornos de obvio origen dalishano, mientras a la espalda llevaba un bastón de mago, el cual podía pasar fácilmente por una gran rama de roble.
La niña humana, con un cabello negro que tenía unos pequeños detalles de plateado por aquí y por allá cortado de forma irregular, unos ojos pequeños color verde que recordaba al musgo que aparecía en los árboles caídos en los bosques, una naricita larga con el tabique desviado, unas orejas un poco mas grandes que las de un humano, las cuales una persona común podría confundir con las de un elfo si no prestaba suficientemente atención; vestida con un jubón de cuero crudo, con unos calzones de tela café y unas botas negras un poco grandes para alguien de su tamaño, a la cintura llevaba el único recuerdo que conservaba de su hermano: una bonita espada hecha de silverita pura, tan delgada y pequeña que parecía hecha a su medida.
Dos personas tan diferentes que se habían encontrado por azares del destino en el muelle apestoso de una ciudad que vivía por su nombre. Kirkwall. La Ciudad de las Cadenas. Cuna de la Rebelión de los Magos. La Ciudad con Demasiados Malos Recuerdos Como Para Que Merrill Se Pudiese Quedar Ahí. La Ciudad donde Arya podría conseguir pasaje barato hacia Ferelden.
Dos chicas que en medio de un bosque a menos de un día a caballo de Refugio, el último destino para ambas, que tenían metas completamente diferentes empezaron a reírse a carcajadas. Estuvieron riéndose por un buen rato, hasta que se detuvieron para tomar un poco de aire, ambas tenían lagrimas en los ojos y una gran sonrisa idiota en sus rostros.
—¿Sa... Sabes algo Merrill? Tenia... Tenia mucho tiempo que no me reía así. —Dijo entrecortadamente Arya.
—Se... Se a lo que te refieres. —Respondió Merrill con otra sonrisa sincera en su rostro—. Desde que Duquesa se orinó en la nueva túnica de Anders mientras estábamos en la Costa Herida. —Iba a empezar a reírse otra vez pero pensó mejor las cosas y tuvo que contenerse con toda la voluntad que tenía—. Pero creo que deberíamos ir a dormir.
-Aww, ¿Tenemos que? —Respondió Arya con un tono de voz falsamente dulce—. Me prometiste que me contarías la vez en la que Fenris despertó en la misma cama que Bethany y Carver los persiguió por toda Bajaciudad.
—Bueno, de hecho también los persiguió por parte de Altaciudad y fue cuando Marian tuvo que intervenir, pero solo complicó mas... —Pensó su respuesta por un momento—. Si, si tenemos que, si queremos llegar a Refugio a tiempo para el Cónclave. Y yo tengo que llegar temprano si quiero rescatar a Varric de la mujer que se lo llevó.
—¿Y quién es la mujer que lo secuestró?
—No sé, lo último que supe de los informes que tenía Aveline antes de que me descubriera hurgando en los documentos de su oficina es que una Buscadora de la Verdad había visitado Kirkwall dos días antes de la desaparición de Varric.
—¿Una Buscadora de la Verdad? ¿Y que estaba buscando?
—No lo se, pero sea lo que sea creo que Varric no la pudo ayudar. Tal vez se enojó y decidió llevárselo. Aunque es raro que Varric no supiera lo que la Buscadora estaba buscando, Varric es la persona, o enano, mas inteligente que conozco. Bueno, después de Marian. Y de Isabela. Y tal vez después de Duquesa. Una vez casi le gano en las cartas. —Su rostro mostró una mirada de confusión—. Estoy segura que hizo trampa.
—Bueno, entonces esta hecho. —Dijo Arya con una sonrisa grande en su rostro que mostraba sus dientes impares y amarillentos—. Tu buscas a Varric, lo encuentras, y después nos reunimos para cazar a mi maga. Le hago comer sus propias entrañas y la mato. Entonces nos largamos de ahí, regresamos a Kirkwall y vivimos felices por siempre en el Ahorcado. O en la mansión del Vizconde, no soy exigente.
Merrill la observó con una mirada triste en su rostro. Quería rescatar a Varric si, y sabía que su amigo podría cuidar de la niña una vez ella se encargara de la maga que había asesinado a su familia en Ostwick y que extrañamente sabia que se encontraría en el Cónclave. Sin embargo, la palabra "Hogar" le sonaba ajena y extraña. Ella no tenía lugar alguno que pudiese considerar como su "Hogar". Kirkwall dejó de ser un hogar para ella desde la muerte de Leandra y la forma en como afecto a Hawke. Desde el ataque qunari a Kirkwall y lo que ellos le intentaron hacer. Desde las tensiones entre magos y templarios después de que nombraran Campeona a Hawke. Desde que Anders voló la Capilla y dio inicio a la Rebelión. Desde que tuvo que asesinar a una Marethari poseída por Audacia. Desde que vio con profundo dolor en su corazón el odio y repulsión en los ojos de su antiguo clan. Desde que vio los ojos grisáceos, las heridas sangrantes y los cuerpos sin vida de su antiguo clan, su antiguo Sin embargo, esos sucesos no significaban nada para ella. No, su antiguo vhenas murió cuando Tamlen desapareció en el maldito Eluvian. Desde que Mahariel se fue con los Guardas Grises. Desde que Mahariel se enamoró de una shemlen. Desde que Mahariel se fue para no volver. Desde que su vhenan se olvido de la pobre e idiota Merrill. No había tenido un hogar desde que sus únicos amigos se fueron y ella tuvo que cargar con la maldición de la Magia de Sangre por un estúpido intento en rescatar un poco de su antigua y feliz vida.
No, ella no regresaría a Kirkwall, ya había ayudado a demasiados refugiados en la ciudad, ellos podrían cuidarse así mismos ahora. Vagaría por Thedas, buscando un poco de calma en el olvido que solo la soledad de las llanuras le podría otorgar, esperando que, tal vez, y solo tal vez, encontrase lo que de verdad buscaba, lo que buscaba la noche en el muelle cuando se enfrentó a los violadores que querían abusar de Arya, lo que buscaba cuando decidió ayudar a los pobladores de West Hill que sufrían el acoso de los Templarios, y lo que buscaba desde hacia años. La paz y serenidad que ofrece el frío pero cálido abrazo de la muerte.
Pero no era algo que le pudiese decir a una niña de diez años. O algo que ella pudiese entender.
—¡Claro! —Dijo Merrill con una sonrisa en su cara—. Podrías conocer a Varric, Aveline estoy segura que ella te caerá bien, es un poco dura y seria pero tiene buenos sentimientos, ¡Sebastian está en la ciudad ayudando a reconstruirla así que también lo podrías conocer! No es tan interesante como los demás, pero es un príncipe, así que tal vez tenga historias interesantes, ¡Oh! Tal vez ya se haya conseguido una esposa, Sebastian no era precisamente el hombre mas guapo de Kirkwall, pero tenía su encanto.
—¡Y tal vez podríamos vivir en la Hacienda de Hawke!
—Pensé que querías vivir en el Ahorcado. —Merrill se dio la vuelta mientras lanzaba unos encantamientos para evitar invitados no deseados durante la noche.
—Bueno, una vez mientras viajaba con los Valo-Kas, ¿Ya te conté de como los conocí? Si creo que ya, bueno el caso es que Shokrakar y Katoh discutieron porque Sata-Kas hizo que nos corrieran a todos de una villa cerca de Montsimmard y no nos pagaron por ello, algo que hizo que Shokrakar se la pasase quejándose de la falta de pago por cerca de cuatro horas, así que cuando cayó la noche tuvimos que descansar en una taberna, pero el dueño de la taberna tenía una hija la cual llamó la atención de Adaar, y bueno, Adaar siendo la vashoth caliente que es, decidió que era buena idea...
Arya siguió contando la historia de como Adaar le hizo una proposición un poco indecente a la hija del tabernero, proposición que la misma aceptó, mientras, Merrill seguía lanzando los encantamientos que alteraban los arboles, torciendo ramas y troncos a su voluntad, haciendo que tomasen las formas que ella desease para protegerse de bandidos, templarios o magos rebeldes. Aunque ella sabía que se había declarado un alto al fuego desde que la Divina había convocado el Cónclave para poner un fin a todo esto, y que no había bandidos tan tontos que se atreviesen a atacar tan cerca de Refugio, sin embargo su mas grande preocupación eran los soldados de la Capilla, sentía inseguridad ante la posibilidad de que las encontrasen y que la misma mujer que secuestró a su amigo le hiciese daño a su nueva amiga.
—Así fue como 30 mercenarios Tal-Vashoth, una niña pequeña y una cabra preñada terminamos durmiendo juntos en un pequeño cuarto de una apestosa taberna, aunque creo que tendríamos que haber agradecido que el tabernero no nos hubiese echado afuera por que... —Sin embargo, Arya no pudo terminar de contar la razón por la que el tabernero los hubiera echado afuera, porque fue entonces cuando vio la maravilla que había hecho su amiga. Los árboles parecían que se hubiesen agrandado, creciendo mas allá que los demás árboles del bosque. Sus ramas se habían extendido de tal manera que la pequeña zona en que se encontraban estaba protegida de las inclemencias del tiempo. Pero lo mas sorprendente era la manera en que todo se había formado. No parecía la obra de algún mago poderoso, sino que parecía algo completamente natural, como si por azares de la naturaleza los arboles hubieran crecido de esa forma.
—Por el Hacedor Merrill. —Suspiró Arya—. Es, es hermoso. Es lo más hermoso que he visto en mi... ¡MERRILL! —La pequeña niña se horrorizó al ver a su amiga en el suelo, mas pálida de lo normal, con los ojos cerrados y un hilillo de sangre corriendo por su nariz. Rápidamente se arrodilló junto a ella, y acercó su cabeza a su pecho para asegurarse que su amiga siguiese respirando. Fue entonces cuando la elfa abrió sus ojos, lo que hizo que Arya se pusiera de pie de repente, Merrill se dio la vuelta y empezó a vomitar el contenido de su estómago junto con un líquido rojo espeso. Arya sólo se quedo pasmada mirándola.
—¿Me... Merrill? —Arya pregunto con voz queda.
—Tra... Tranquila, estoy bien. —Respondió Merrill con dificultad mientras se limpiaba la bilis y la sangre de la boca—. Sólo que realizar esto me costó mas maná de lo que esperaba, supongo que afectó mucho el que nunca supiera bien como realizar este hechizo.
—Merrill, por favor, no te vuelvas a esforzar así. No quiero que termines peor de lo que ya estás.
—¿Qué dices? Pff, por favor, estoy bien. —Acto seguido la elfa intentó levantarse. Solo para caerse de bruces sobre el pasto.
—¡Por el Hacedor! —Exclamó Arya mientras la ayudaba a levantarse—. ¡Merrill tienes que acostarte! No quiero que tu condición termine empeorando.
—En serio Arya, estoy mejor, solo tengo que... —Su acompañante la interrumpió de forma brusca.
—¡¿Mejor?! ¡Merrill acabas de vomitar sangre! ¡SANGRE! ¡Hay algo mal contigo, lo quieras ver o no!
—No es la primera vez que vomito sangre. Una vez comí un pastel de fresas y frambuesas echado a perder, así que mi vómito fue rojo. Aunque, ahora que lo pienso creo que fue por las frutas y no por la sangre.
Arya solo se le quedo mirando, mientras la luna llegaba a la parte mas alta del cielo y su luz traspasaba las hojas de los arboles. Fue bajo una noche bajo la luz de la luna cuando tuvo que escapar de Ostwick y olvidarse de todo relacionado con su antigua vida. Todo excepto la maga que había acabado con su familia.
Había perdido mucho. Su hermano, Jon, había huido un año antes del ataque a su familia y desconocía su paradero actual. Tenía la vaga esperanza de que hubiese escuchado las noticias y la estuviese buscando, sin embargo, después de más de dos años de lo ocurrido dudaba que el la recordase. Se había separado de la antigua compañía de mercenarios que la había adoptado los valo-kas para intentar seguir una pista acerca de la ubicación de la asesina. Lamentablemente, se trataba de una pista falsa y terminó perdida en Starkhaven, fue ahí, sin embargo, donde se enteró del Cónclave. Y sabía en el fondo de su corazón que si había un lugar donde podría encontrar a la asesina era en el Cónclave. Tal vez sólo se estuviese aferrando a una esperanza vana, o tal vez fuera el Destino, pero decidió que tenía que llegar al Cónclave de alguna manera. Así fue como decidió ir a Kirkwall para conseguir pasaje a Ferelden. Y fue en los muelles donde se encontró a Merrill.
Y fue bajo la luz de la luna que esta le salvó la vida.
Su relación fue difícil al principio. Le agradecía que la hubiera salvado de los violadores la noche en el muelle, pero no confiaba en ella, no desde que vio como usaba la magia de sangre para ocuparse de ellos, haciendo un corte en su propio brazo y haciendo que uno de ellos se lanzara contra los otros para después suicidarse y hervir la sangre en el otro asaltante.
—Bueno, bueno. Miren que tenemos aquí chicos, pensé que eras otro huérfano mas, pero no solo eres una chica sino que también nos trajiste dinero. —La cara picada con viruela del hombre se torció en una retorcida sonrisa—. Parece que nos sacamos la lotería.
Arya empezó a alejarse mientras sacaba su espada de su cinto—. ¡Aléjense si no quieren morir! ¡Se cómo usar esto! ¡Los mataré si dan un paso más¡ —Uno de los compañeros del hombre de la cara picada, que tenía un parche en el ojo derecho, se acercó mientras sacaba un sable de hechura antivana, su otro compañero sacó un hacha oxidada mientras el hombre de la cara picada se quitaba su capa para descubrir un espadón templario.
—¿Estás segura que quieres vértelas con nosotros? No solo somos más, sino que estamos mejor armados. Morirías antes de que siquiera pudieras gritar "¡Auxilio!"
—Deja que intente Cort, las prefiero cuando pelean. —El hombre del hacha oxidada dijo mientras se relamía los labios—. Además, es joven, apuesto que ni siquiera ha tenido su primera sangre. También las prefiero vírgenes.
—Tu prefieres a cualquier tipo de mujer Rep. —El hombre del sable antivano habló. Tenia una voz grave y en su cara se observaba una mirada seria, se dirigió a Arya—. Mira niña, danos tu dinero, deja que Rep y Cort hagan lo que quieran contigo y te aseguro que saldrás viva de esta.
Arya escupió al suelo mientras les miraba con odio—. Vete al diablo, prefiero morir peleando antes que ser la puta de ustedes tres. —Sabía que sus oportunidades de sobrevivir eran nulas. Había visto a Adaar entrar en una pelea contra 5 soldados armados y salir casi sin ninguna herida de gravedad, pero Adaar era un qunari, con armadura de hierro rojo y un hacha capaz de partir un árbol grande en dos de un tajo. Ella solo era una niña de 11 años armada con una espada pequeña y un jubón de cuero , pero si iba a morir al menos intentaría llevarse a uno de ellos por delante. De preferencia al tal Rep.
—Deja de intentar ser un caballero Kern, si la perra quiere morir yo digo que le demos el gusto.
—Bueno, al menos te di una oportunidad. —Contestó Kern mientras empezaba a sonreír—. Lastima que esta será una pelea corta. Hubiera disfrutado oírte gritar.
Arya tomó la posición defensiva que le había enseñado su hermano hace tres años. Intentaría que ellos atacaran primero, de esa manera podría esquivar los ataques de los tres. El más peligroso era Cort, su espadón le daba mas rango de ataque que a los otros dos, así que intentaría estar lo mas lejos posible de el. Rep tenía solo un hacha oxidada, además por los trapos sucios alrededor de su pierna suponía que había sufrido una herida recientemente, lo que haría que se moviera mas lento. Sería el primero al que asesinaría. En cuanto a Kern, un sable antivano sería mas rápido que un sable normal, sin embargo el parche de su ojo derecho le daba la ventaja al atacar desde la izquierda, por lo que intentaría mantenerse a la izquierda de Kern en todo momento.
Antes de que siquiera pudiera empezar a relajar los músculos de su cuerpo como le había enseñado Katoh una figura delgada y no muy alta apareció de repente.
—¿Qué están haciendo aquí? El niño es huérfano así que no creo que sean sus padres. Además no se parecen en mucho a el. —La voz era femenina, además que era un poco mas aguda que la voz de un humano, por lo que Arya dedujo que era una elfa. Con toda seguridad la elfa que había conocido horas atrás. La posible elfa se acercó mas a ellos y la luz de la luna le iluminó el rostro. Reconocía el vallaslin de Fen'Harel de ella, al igual que sus ojos verdes tan parecidos a los suyos. Su tono tan dulce y su manera tan dulce de actuar le habían parecido raras, sin embargo le compró un dulce de azúcar en los puestos de Bajaciudad por lo que le cayó bien. No quería que saliera herida de este enfrentamiento, o peor.
—¡Vete! ¡Huye de aquí!
—¿Pero por qué? ¿Qué está pasando aquí? Y si ustedes no son su familia ¿Qué es lo que quieren con el?
Rep se burló de sus preguntas—. Por el Hacedor, la elfa es tan estúpida que se dejó engañar por el disfraz de la perra. Creo que les dejaré la niña a ustedes, yo prefiero a la elfa.
—¡NO! ¡DEJENLA FUERA DE ESTO!
La elfa dalishana empezó a retroceder mientras sacaba una pequeña daga de su manga. Rep y Cort la vieron y empezaron a reírse a carcajadas, mientras que Kern se acercaba lentamente a Arya.
—¡Mira Cort! ¡La estúpida orejas de punta cree que puede hacernos frente con un pequeño cuchillo! ¡Yo le enseñaré lo que es un arma de verdad!
Fue en este momento cuando ella puso el cuchillo sobre su muñeca y se hizo un corte profundo, el líquido carmesí empezó a manar de la herida mientras se elevaba en pequeñas gotas rojas, al mismo momento en que sus ojos empezaban a tornarse de un color oscuro y el ambiente empezaba a enfriarse más y más. Arya podría jurar que incluso las marcas en la cara de la mujer empezaban a tornarse rojizas.
—¡Mierda! —Gritó Kern, quien se acercó a sus compañeros, dejando a una petrificada Arya atrás—. ¡Es una jodida maga de sangre!
—Aléjense del niño y no habrá ningún problema. —La voz de la elfa era diferente, tenía un matiz mas grave con un ligero tono de ira en ella—. Váyanse de aquí, no vuelvan y no pasará nada.
—¡Al diablo con eso! ¡Los monstruos como tu fueron los que volaron la Capilla de Kirkwall! ¡Cuando te matemos nos reconocerán como héroes, ya no tendremos que robar en los caminos y podremos... —Sin embargo, Kern se detuvo de repente, su voz se volvió un quejido leve y se puso rígido.
—¿Kern? ¿Qué te pasa? —Preguntó Rep justo antes de que el hombre del sable antivano se le lanzase encima y de un tajo le volase la cabeza. Su cuerpo decapitado cayó con un sordo sonido mientras el hacha oxidada dejaba un sonido metálico en el ambiente. La elfa dalishana estaba concentrada, con un ceño en su cara y grandes gotas de sudor en su frente.
—¡Por el Hacedor! —Exclamó Cort mientras veía como su antiguo socio acercaba el sable a su propio pecho y lo hundía en silencio. Fue entonces cuando Kern se liberó del control de la maga y empezó a gritar a todo pulmón. Hasta que un relámpago le impactó en la cabeza, haciéndole un agujero irregular en la misma—. Maldita orejas de punta... ¡NO ME CONTROLARÁS! ¡¿ME ENTIENDES?! ¡PREFIERO MORIR A SER TU PUTO ESCLAVO HIJA DE...
Fue entonces cuando la elfa, haciendo otro corte en su brazo apuntó este al último hombre que seguía vivo el cual se detuvo en seco y empezó a gritar, mientras la sangre le empezaba a brotar de la nariz, orejas y ojos, el cual se derrumbó en un charco de su propia sangre y se calló. Para siempre. Entonces cortó un pedazo de su túnica la cual uso para vendarse el brazo herido. Arya seguía petrificada en su lugar.
—¿Estás bien? ¿Esos tipos no te hicieron daño?
Arya reaccionó ante la voz de ella, se puso de nuevo en la posición defensiva que le había enseñado su hermano, aunque sabía que poco le valdría contra una maga de sangre.
—Oh, perdona, siempre se me olvida presentarme, soy Merrill, aunque creo que ya nos conocimos, si no me equivoco, y eso es algo que me pasa muy a menudo, eres el niño al que le compre el dulce de azúcar ¿no es así?
—A... ¡Aléjate de mí!
—Tranquilo, no tienes nada de que preocuparte, ellos están muertos así que...
—Eres una maga de sangre. Intentarás hacerme algo parecido.
—¿Qué? Oh, no, no, no, no, solo quería ayudar y...
—¡QUÉ TE ALEJES! ¡NO CONFÍO EN UNA MALDITA MAGA DE SANGRE!
Y, a pesar de su desconfianza y odio iniciales, Arya tuvo que viajar con ella hasta Ferelden, y de ahí hasta Refugio y durante todo ese tiempo Arya aprendió mas y mas de ella, se volvieron amigas, hasta el punto de preocuparse seriamente ante el hecho de que Merrill pudiese morir por el uso excesivo de su magia en su situación actual.
—Por favor Mer, no quiero que te esfuerces demasiado, sabes que no estas en condiciones de abusar de tu magia.
—Yo... —Merrill analizó la situación un momento y dijo—. Esta bien, prometo que no me esforzaré tanto al usar la magia otra vez. Aunque me pregunto como calentaremos el agua y la comida ahora.
Arya dejó que una sonrisa pequeña le cruzara el rostro—. No te preocupes, de eso me encargo yo. Además, tenemos que dormir, mañana es el gran día, ¿recuerdas?
Merrill también sonrió—. Si, si recuerdo, así que vamos a dormir.
Y así fue como terminó la noche, con las dos chicas acurrucadas bajo la sombra que las ramas de los árboles ofrecían. Y, por un rato, se olvidaron de sus tragedias y dramas personales. Y por un rato, solo existían ellas dos, los árboles y la luz de la luna.
PRÓXIMO CAPÍTULO: LA LLEGADA A REFUGIO. PARTE 2.
—¿Sabes Cadash? Cuando me ofrecí a este trabajo, no al de cuidar que los magos y templarios no empezaran a sacarse los ojos, sino el de cuidar tu operación de lirio en el Cónclave, no pensé que terminaríamos así.
—¿Cómo? ¿Persiguiendo a una dalishana a través del Templo?
—No olvides a los asesinos tevinteranos.
—Como podría. Después de que uno de ellos casi te corta los cuernos.
—Tienes razón. ¿Crees que ella tenga algo que ver?
—No, no creo, se ve tan perdida como nosotros.
—Es linda.
—¿Oh enserio? Supongo que ya te olvidaste de la pobre Maris Cadash.
El qunari solo sonrió ante la afirmación de su amiga enana.
—Por favor, me ofendes, no hay elfa o humana que se pueda comparar a tu belleza.
—Claro que no, ahora... ¿Eh? Mira, alguien se acerca a la elfa.
—¿Qué? Me pregunto quien será... ¡¿ARYA?!
La aludida se sobresaltó al escuchar su nombre, al igual que la dalishana que se encontraba a su lado—. ¡¿ADAAR?!
Fue entonces cuando una voz antigua, llena de orgullo y maldad se escuchó a través de los pasillos.
—¿INTRUSOS? MATEN A LA ELFA Y A LA HUMANA.
