En la época Heisei: tú y yo
Epílogo
Kagome nunca viajó a través del tiempo por el pozo. No estuvo en la época Sengoku y no conoció a Inuyasha.
Inuyasha continuó sellado en el árbol sagrado hasta el periodo Heisei. Por lo tanto, la perla, desapareció del mundo.
Sobre el árbol sagrado se fijó un hechizo que impedía ver al medio demonio.
Solo unas determinadas personas de buenas intenciones podían…
También se sitúa esta historia antes de que Shinichi se convirtiera en Conan y le ocurriera todo lo de la Organización, por supuesto.
Capitulo 1 – ERA HEISEI-
Nuestro gran detective acaba de resolver un caso y no se encuentra de buen humor. Esa persona, el asesino, le ha dado varios problemas a lo largo de la resolución del caso y , además , cuando se ha resuelto del todo, ha escapado y les ha costado tiempo y esfuerzo a los polis y al detective apresarlo. Después, el asesino se ha reído de él diciendo que algún día se vengaría.
Por esto, Shinichi se encuentra en un mar de preocupación y temor.
Para tranquilizarse, dispar sus dudas, etc,..deambula por la ciudad de Tokio , sin un rumbo fijo.
Por fortuna, sus pasos lo guían a una parte de la ciudad más rural, un templo lleno de jardines y sakuras. Sin saber a donde se dirige, sube las empinadas escaleras de piedra hacia un lugar totalmente desconocido para él, dejándose llevar por un sentimiento de paz y tranquilidad.
Aquel lugar es mágico. Parece una gran plaza con 3 pequeños edificios, se distingue estupendamente el lugar sin industrializar, campestre, sin toque urbano, aislado de la ciudad.
Se decide por adentrarse más, hasta que sus ojos se posan en un árbol muy alto y marchito, sin vida.
Sin darse cuenta, ve algo en el árbol que le hace cuestionarse. Es una persona. Hay un joven de pelo plateado, orejas de perro y ropajes más bien de otra época, muy lejana, en el tronco del árbol.
Shinichi pestañea. No se lo cree. Quizá el cansancio le esta jugando malas pasadas. Se da la vuelta, se frota los ojos y vuelve a mirar, esperando no volverlo a ver.
No. Ahí esta, enfrente suyo. Con la misma postura, clavado con la misma flecha en el tronco del árbol, la misma extraña persona.
Ahora, ya no es mentira. A Shinichi le entra la curiosidad. ¿Quién es esa persona? ¿Si está herido de muerte, por qué…por qué no es un saco de huesos?
Si estuviera muerto debería ser un esqueleto, o al menos oler mal,- piensa.
¿Quiere eso decir que hace poco que le han atestado el golpe?
Kudo se acerca preocupado al cuerpo. No tiene sangre de la herida e la flecha, extraño. Lo que está viendo va en contra de todo lo que ha leído en sus novelas de asesinatos,…
Además, esa persona, tiene una expresión muy serena en su cara, como si solo estuviera dormido.
….¡Pum, Pum!...
Shinichi siente cerca el latido del corazón de esa persona. No está muerta. Aún vive. Le toma el pulso en la muñeca para asegurarse de lo que ha sentido.
Al comprobar que está vivo le suelta la muñeca, pero otra mano, fría y con unas uñas largas, lo apresa.
-¡Tú! ¿Qué estás haciendo? – se escucha la fuerte voz de alguien cercano.
