No poseo los derechos de ningún personaje presentado aquí.

Ya no queda nada de ti. Puedo verlo en tus ojos, Raven. Estás vacía. No hay vida ya en tus ojos; no tienen chispa, como creo que algún día la tuvieron. La luz no iluminará tu rostro otra vez, lo sé. Estás fría, eres fría. Tengo esperanza por un segundo y al siguiente se desvanece. No queda nada de ti, Raven. Lo veo en tus ojos.

Las paredes blancas nos rodean. La lluvia golpea la ventana. Mientras duermes entre los muertos. La luz pálida nos envuelve. El frío invierno parece no pasar y el cielo regresa a ser gris.

Me he mantenido a tu lado todo este tiempo, mientras los días pasan eternamente. No me alejado de ti. Me puedo aferrar a ti, y me puedo aferrar a tu vida, pero no puedo traerte de vuelta. Persigamos la oscuridad juntos, Raven. Si tú vas, yo te acompañaré. Podemos decir adiós para siempre y largarnos de aquí.

¿Y si cantamos el himno de los ángeles y decimos el último adiós? Si no queda nada de ti, tampoco queda nada de mí. Me aferro a ti, pero eso no te regresará a la vida.

Raven, no queda nada de nosotros, ¿te das cuenta? Te fuiste y juré acompañarte. No ha llegado el día en el que haga un juramento que no vaya a cumplir.

Ya cantaste tú el himno. Ahora es mi turno.

Adiós Raven. Te veo pronto.