Resultado de estar a las 3 de la mañana, drogada a mas no poder con altos niveles de azucar y colesterol corriendo por mis venas...eso explica muchas cosas.

Disclaimer: BTR no me pertenece pero eso no importa, mientras ellos no sepan que los uso en mis alocadas y perturbadoras historias, no los lastima xD.


Nueva York. La gran Manzana, el lugar donde los sueños se hacen realidad o así dice el slogan, donde los niños llegan y se convierten en estrellas. Donde las estrellas se convierten en leyendas. Y los infortunados terminan empapados por los taxis en las esquinas, en Time Square.

Como el caso de cierta chica rubia que caminaba con prisa por el boulevard, escurriendo el agua de su largo cabello rubio cenizo y maldiciendo por lo bajo al taxista que acelero al doblar en una esquina que era casualmente en la que ella estaba aguardando para cruzar. Ese día iba a empeorar y lo sabía.

Ahora intentaba escurrir el agua del borde de su falda negra a medida de continuaba caminando y tropezando con la gente por no observar el camino, igual se disculpaba ganándose malas miradas. Suspiro agobiada al ver su teléfono, tenía que entrar en 5 minutos y aun tenía como 30 calles por delante para llegar, echo a correr agradeciendo que tenía unos zapatos sin tacón o ya estaría reclamando el suelo bajo sus pies.

En menos de 10 minutos llegaba sin aliento a la entrada del edificio de oficinas de la 5Ta Avenida. Ni Usain Bolt la hubiera podido superar.

Subió al ascensor y se dirigió al piso 23 donde la aguardaba su jefe, un respetado y famoso abogado. Así es, ella era secretaria de un abogado. Era un trabajo tedioso pero pagaban bastante bien para alguien que no tiene estudios universitarios, pero que mas daba, le gustaba estar en Nueva York aun si eso dependía vivir en un departamento compartido por su mejor amiga quien fue la que la arrastro hasta este país convencida de que aquí encontraría lo que ansiaba.

-Hola Mila –tras abrirse las puertas del ascensor la saludo un hombre alto de traje y corbata. Un hombre de cabello oscuro, piel blanca y ojos azules, su jefe, Arthur Wallace.

-Hola, señor –saludo ella respetuosa saliendo del ascensor y acercándose a su escritorio, justo de frente al aparato del que acababa de salir.

El piso donde trabajaba era muy espacioso, la recepción era la típica sala de espera con el mostrador donde ella se sentaba por horas a recibir clientes, un poco más lejos estaba la puerta hacia una pequeña cocina donde tomaba sus descansos y prepara café ocasionalmente, también un lugar donde los clientes podían esperar tranquilas y al final del pasillo un gran ventanal con vista completa de la ciudad.

-¿Estás bien? Esta empapada –señalo el hombre a su ropa mojada.

-Sí, sí, estaré bien, solo buscare una toalla y me secare –le dices con despreocupación, dirigiéndote a la cocina.

-¿Estás segura?

-¡Mas que segura! -grita desde la habitación buscando entre los gabinetes.

Unos 15 minutos después con el cabello seco y la ropa aun en proceso se posiciona en recepción con la computadora pasando algunos documentos y organizando citas. Lo típico del trabajo.

El resto del día fue lo normal; gente yendo y viniendo, mandados a la imprenta de una calle abajo a imprimir cosas, traer el café, otra vez a la imprenta, etc.

Estaba tomando su segundo descanso disfrutando de una taza de te cuando su teléfono suena. Sonrió al ver la cara de una chica de cabello rojo y piel blanca haciendo una mueca en el teléfono y con el nombre "Joe" como identificación.

-Hooooooola….-

-¡Porque tardaste tanto en responder! –una voz grito del otro lado aturdiéndola por un momento.

-¡Solo tarde 3 segundos! –reprocho Mila.

-¡3 segundos en donde ya podría haber matado a unos idiotas que se creen músicos! –la voz se oía cansada –mira, solo te llamo para mantener mi mente ocupada de estos idiotas.

-¿Qué paso ahora? Pensé que hoy tenían una sesión con una nueva banda de…de –Mila chasqueaba los dedos con la respuesta cosquilleando su lengua.

-Rock pop progresivo –resoplo su acompañante telefónica –con toques de una mierda que no tiene sentido y solo las dicen para sonar "cultos e interesantes" ¡por dios!

-Tu decidiste trabajar en un estudio de grabación –dijo Mila haciendo un poco de memoria –así que no vengas a quejarte.

-No me quejo de mi trabajo –repuso la voz –me quejo de la gente que se dice llamar "músico" cuando no saben nada. Eso me molesta porque me hacen perder tiempo a mí y a Nick junto al resto de nosotros.

-Son los gajes del oficia, sería peor si no tuvieras un empleo.

-Lo sé, debería estar agradecida de tener trabajo blablabla –la rubia se rio.

-Pues sí, debes recordar, ahora yo debo regresar al mío. Mi descanso se termino.

-Ok, nos vemos en casa.

Luego de la despedida termino la llamada y continúo con lo suyo, tratando de ganarse el pan de todos los días haciendo lo que estaba acostumbrada a hacer. Sin ser interrumpida o alterada por alguna cosa inusual. Normal, demasiado normal.

Pero lo que ella no sabía es que ese día su vida tendría un pequeño giro argumental que lo cambiaría por completo.

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Mila caminaba distraída ya de camino a casa, aun había un poco de sol asomándose por los altos edificios de Brooklyn. Suspiraba del cansancio que acarreaba sus huesos, el dolor estaba matando a sus pies y realmente esperaba ya estar en casa, tomar sopa y ver alguna loca película de comedia romántica con su mejor amiga para olvidar el trabajo y su vida por un rato.

Pero entonces su teléfono volvio a sonar, era su amiga de nuevo.

-¿Ahora qué? –pregunto Milla agotada.

-¿Dónde estás? –la chica respondió al otro lado haciendo ruidos extraños, al parecer de estar masticando algo –así compras dulces y vemos una peli.

-Claro, si…-suspiro la rubia observando a su alrededor –estoy dos cuadras más arriba, justo en frente de un Benny's, comprare dulces, chocolate y…-

-Y pepsi, no olvides la pepsi y te golpeare si la olvidas.

-Bien, la pepsi también no te preocupes, llegare en unos minutos, ve buscando la peli.

-OOOOOOk, nos vemos maldita –saludo canturreando antes de colgar.

Milla observo su teléfono al final de la llamada preguntándose la razón por la se seguían llamando de esa forma o mejor dicho lo que la gente pensaría al oír como se llamaba, pero eso era parte de su amistad porque sin insultos y nombres de ese tipo nada tiene chiste.

Al fina sonrió mientras guardaba el aparato en su bolso y buscaba su billetera, entrando al local pero una persona salió en ese momento y choco contra ella.

-L-lo lamento –se disculpe rápidamente cuando ella estaba dispuesta a gritarle pero se contuvo, solo fue un accidente pero noto que era un chico alto, camiseta oscura, chaqueta de cuero, gorro de lanilla y llevaba lentes oscuros –realmente lo lamento.

-Descuida, solo fue un accidente –ella sonrió y paso a su lado entrando al lugar.

El chico se volvió a observarla, solo por un segundo, con algo de culpa para entonces acomodarse los lentes y salir de allí con una bolsa en mano y con la otra tomando las llaves de su auto que estaba justo estacionado en frente. Y se marcho.

Otro detalle más que pasaba desapercibido por la vida de la chica, solo para continuar lo suyo.

Minutos después salía del local de dulces, masticando una barra de regaliz y husmeando en la bolsa de compras para cerciorarse de llevar todo cuando nota que le faltaba algo.

-Mierda, me estoy olvidando la Pepsi –exclamo asustada –mejor vuelvo y la compro o Joe se enfadara-

Se da la vuelta con intensión de volver pero entonces pisa algo que suelta un chillido de dolor. Aturdida mira a sus pies y ve un pequeño cachorro blanco y negro lamiéndose su pata derecha, la que ella piso. En ese instante se sintió la peor persona del mundo porque todos saben que jamás, jamás debes pisarle la patita a un perro sin que no te arrepientas luego.

-Oh, lo siento, lo siento, lo siento –repetia con rapidez, apenada, agachándose y tomando al cachorro entre sus brazos quien levanto su cabeza y ella noto que tiene un ojo azul y el otro oscuro. Cosa muy común en muchos perros, y otra cosa es que era muy adorable con esa mirada y sus orejas apuntando hacia arriba, habiendo olvidado lo del tropezón –aw, eres una cosita hermosa…me pregunto por qué estas solo….-

Se preguntaba en voz alta para sí misma, el cachorrito se acurruco en su pecho en el proceso, siendo aun mas irresistible para ella dejarlo abandonado allí.

Joe odiaba los perros.

Y bueno, se le iba a pasar el enojo viendo la película.

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-¡al fin llegas! –grito una chica pelirroja, de piel blanca y ojos café desde la cocina al oír la puerta del apartamento abrirse.

Su residencia era en un edificio que anteriormente había sido un almacén ahora remodelado para ser de block de apartamentos muy amplias a un precio razonable. La cocina estaba separada por una mesada donde generalmente usaban para desayunar, camino por la sala hasta la entrada para recibir a su amiga.

-Oye elegí la nueva película de Ryan Gosli-se detuvo al notar a su amiga sosteniendo una pequeña bola de pelos que meneaba la cola, miro a Mila y esta le sonrió culposa –una parte de mi quiere matarte, y la otra quiere saber porque trajiste ESO –señalando al perro –aquí aun sabiendo las reglas.

-Por dios, no podía dejarlo solo.

-¿Cómo sabes que esta solo?

-Porque se notaba perdido además de que intente buscar a alguien cercano que lo conociera pero no había caso, además mira su carita –estrecho su mejilla contra el animal que se restregó con placer –es muy liiiiiindo, y su nombre es Fox.

-¿Ya le diste nombre? –pregunto la pelirroja, cruzada de brazos.

-Yo no se lo di, aquí lo dice –señalo al collar azul en su cuello, directamente al pendiente que tiene la inscripción "Fox Maslow" escrita en ella –vamos, al menos por hoy nos lo quedemos, te prometo que a primera hora de mañana busco a su dueño.

Hubo silencio unos segundos.

-¿Lo prometes? –inquirió Joe incrédula.

-Lo prometo por…por Keith.

Sabía que con eso la convencería. Joe torció los labios enfadada y simplemente marcho hacia la sala. Milla reprimió un gritillo de alegría mientras levantaba a Fox con sus brazos y celebraba. Despues siguió los pasos de su amiga y se fue al sillón dejando a Fox en el suelo para que explorara el departamento.

-Aquí tengo los dulces, y la Pepsi como lo prometí –comento la rubia dejando la bolsa sobre la mesa de café frente al sofá.

-Tengo novedades –oyó murmurar a Joe desde la cocina con la vista pegada a su teléfono –y son muy buenas.

Esta vez levanto la cabeza con una sonrisa plantada de oreja a oreja.

-¿es de mi incumbencia?

-Emmmmmmmm, no pero te lo dire de todas formas –apremio Joe con descaro –Twitter esta prácticamente al borde del colapso con tantos fans twiteando.

-¿Sobre qué? Y yo pensaba que odiabas Twitter –argumento Milla desenvolviendo un chocolate y engulléndolo.

-Y odio Twitter, pero desgraciadamente tengo que tener los ojos pegados en el por el trabajo, además al parecer un tipo famoso anda pidiendo información sobre su perro que acaba de perder hace unas…horas…-Joe se detuvo y miro a Milla que le dirigió una mirada confusa.

-¿Qué pasa con eso?

Joe no respondió, simplemente dejo el teléfono y salió corriendo a la habitación, Milla no entendía y preocupada por la reacción se levanto y se fue hacia allí casi chocando contra su amiga que regresaba sosteniendo a Fox en sus brazos.

-¿Q-que harás con él? –la rubia estaba ahora preocupada por el pequeño animal.

-Este –aspiro con fuerza la pelirroja –es el perro de James Maslow.

-¿De quién? –chillo Milla.

-No lo sé…pero vamos a averiguarlo.

Minutos más tarde, ambas estaban sentadas frente al ordenador, Fox entre las piernas de Milla durmiendo, buscando información de su dueño.

-Aquí esta –señalo ella a la pantalla –según Wikipedia, es un actor, cantante y bailarín estadounidense, de origen Newyorkino. Es mas conocido por interpretar a James Diamond en la serie de televisión de Nickelodeon "BIG TIME RUSH"

-Mhmp, tiene cara de muñeco –comento Joe.

-¡Que dices, es guapo! –la chica no evito sonreir al ver la foto de el.

Un chico de piel morena, cabello café, ojos avellana con toques de verde y una gran sonrisa sorpresa iluminando su rostro. Vaya si era guapo. De inmediato Fox se levanto y casi se lanza sobre la computadora de no ser por la rubia que lo sostiene, ahora esta ladrando al parecer por ver a su dueño.

-Es el, definitivamente.

-Ok, entonces este tipo, Maslow, es famoso….tiene muchos fans por su contador de seguidores en twitter….-Joe acaricio su barbilla casi pensativa, su amiga podía anticipar que significaba. Estaba planeando algo, malo, cosa que nunca terminaba en algo bueno.

-Conozco esa mirada –espeto Milla –ah no… ¿Qué estas planeando?

-Nada.

-Nada bueno, dirás –corrigió al rubia –no sé que es, pero con Fox ni si te ocurra –atrajo al perro contra su pecho por instinto.

-¿Con la bola de pelos? Si claro, lo que yo quiero proviene de este tipo.

Ella señalo la foto de James, Milla volvió a mirar confundida a su amiga quien sonreía de lado, vilmente.

-¿A-a que te refieres? –tartamudeo la rubia, aguardando una buena respuesta pero sabía que eso no iba a pasar.

-Pediremos rescate por el perro.