Los personajes no me pertenecen, son de Tite Kubo-sensei, yo solo escribo la trama.
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Nunca es demasiado tarde
By Lu Hatake
Ella estaba segura de que lo amaba, estaba decidida, esa misma tarde le declararía su amor. Había caminado muchas cuadras para llegar allí, y también había tenido una gran lucha contra su orgullo por varios meses hasta que el orgullo cedió, convencido por el corazón. Justo estaba por llegar a la cuadra de Ichigo cuando se lo topó al doblar la esquina. Perfecto.
— ¿uh?, Rukia –exclamó sorprendido de encontrársela –. ¿Qué haces por aquí?, tu casa esta hasta el otro extremo de la ciudad, ¿viniste hasta aquí tu sola?
— sí... es que –lucía severamente nerviosa –. Tengo que decirte algo importante.
— ¿Estás bien? –preguntó con preocupación, viéndola con una ceja enarcada. Ella actuaba raro.
— sí, solo que... yo... –se sonrojó súbitamente, enseguida intentó controlarlo y a la vez concentrarse en lo que le quería decir– emm... llevamos muchos años de conocernos y... he visto señales y...
— Rukia... estas portándote muy extraña, ¿qué te pasa?
— ¡Déjame hablar tonto! ...yo –tomó valor, era ahora o nunca. Era el momento justo, se reprendió mentalmente por no hablar, tenía que decirle o se acobardaría y sería otra lucha interna durante meses– te... amo -dijo por fin, con la voz temblándole, al igual que sus manos blancas.
Ichigo abrió grandes los ojos, se quedó sin habla mirando a la cabizbaja Rukia quien no quería mostrar sus ojos violáceos.
De pronto, por esa misma calle, Inoue llegó corriendo hacia donde estaban ellos.
— ¡Kuchiki-san! –Saludó extremamente feliz mientras se aferraba al brazo de Ichigo, quien por cierto estaba más hecho piedra que una estatua—. No te imaginas lo que pasó, ¡después de tanto insistir al fin Kurosaki-kun me dijo que sí! ¡Soy su novia! ¿no es genial, Kuchiki-san?
El mundo de Rukia se destruyó en ese segundo, Ichigo era su todo y se lo habían arrebatado sin que ella pudiese siquiera empezar a luchar.
— M… me alegro por ustedes –habló con firmeza, controlando sus lágrimas a la perfección – Debo irme –enseguida dio media vuelta y salió corriendo.
— Rukia espera... –intentó detenerla en vano, pues la pelinegra ya iba muy lejos porque corría como una diosa de la velocidad.
— Kurosaki-kun, ¿ocurre algo? –Inoue levantó el rostro para verlo, pues su novio era muy alto.
— No sé... me siento extraño –musitó mientras veía cómo Rukia desaparecía al doblar una esquina.
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Al día siguiente, en el Instituto Karakura, Rukia no había asistido a clases y eso preocupó a Ichigo.
"¿Que habrá pasado con ella?... Rukia..." pensaba constantemente entre clase y clase.
Al terminar el deber escolar de ese día, el pelinaranja fue a buscarla a su departamento, en el cual había vivido sola los 3 últimos años tras la muerte de sus hermanos; Byakuya y Hisana.
— Lo siento joven –dijo la recepcionista del lugar —ella no ha venido aquí desde ayer.
— ¿Cómo dice? –se sorprendió al escuchar eso. ¿Qué Rukia no había regresado desde ayer? Eso era sumamente raro.
"¿Rukia... dónde estás?"
Demonios, Rukia no estaba, no fue a clases, no llego a dormir y no tenía móvil al cual hablarle porque la tonta siempre lo olvidaba en algún parque o en la escuela y justamente entre esos días el dichoso móvil lo había perdido en el metro, por lo que no contaba con un celular ahora.
"¡Demonios! ¡¿Dónde se ha metido esa enana?! ¿Y si le paso algo por lo de ayer?"
De inmediato Ichigo llamó a la mejor amiga de Rukia: Hinamori.
— ¿hola? – su voz se escuchaba triste tras la bocina.
— Hinamori, soy yo Ichigo Kurosaki…
— Ichigo, fue terrible –se apresuró a decir –. Es Kia-chan… – comenzó a llorar sin poder soportarlo más. Al escuchar su llanto, Ichigo se tensó completamente, algo malo había ocurrido con Rukia.
— ¡¿Hina, que paso?! –gritó desesperado.
— Mamá me dijo llegando de la escuela que... –sollozó, pero se esforzó por hablar claro – La atropellaron ayer –le confió con la voz en un minúsculo hilito.
El pelinaranja sintió que la sangre se le iba de la cara, se sintió muy mareado y con el corazón palpitándole como un loco.
— Rukia está bien, ¿cierto? –Era tonto, a esa enana no podía pasarle nada, era Rukia.
— No.
— ¿Cómo que no?
Dioses, que Hinamori hablara rápido, Ichigo se sentía que estaba a punto de un colapso nervioso.
— Murió.
Silencio. Sus oídos dejaron de percibir cualquier sonido. Sus ojos se abrieron de par en par. Dejo caer su móvil al suelo y éste se quebró. Estaba paralizado, Rukia no podía estar muerta, imposible, recordó lo de ayer, cuando ella se fue corriendo después de que la inoportuna de Inoue llegó... era culpa de Ichigo, el debió detenerla, no cabía duda, era todo su culpa.
Unos pocos minutos después, Ichigo se desmayó en plena calle.
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Días después...
Llueve, hasta el mismo cielo está triste.
Un grupo de personas vestidas de negro y con sombrilla en mano se encontraban frente a una tumba en medio del fúnebre cementerio.
— Murió de amor –susurraban algunos siendo escuchados por el triste Ichigo –Dicen que cuando los paramédicos la atendían repetía el nombre de un muchacho.
En el cementerio estaban presentes los mejores amigos de la fallecida, como: Hinamori con su novio Toshiro haciendo hasta lo imposible por consolarla, Renji, Ukitake, la familia Kurosaki, Hanataro, Uryuu, Chad, Mizuiro, Asano, entre otros, pero Inoue no estaba, había decidido no asistir ya que Ichigo había terminado con ella por celular hace un día y estaba muy mal.
Estaban todos al parecer. Y alguien más también. Atrás de todo ese grupo se encontraba algo traslúcido, como si fuera una cinta de película de antaño, era Kuchiki Rukia, blanca y pálida, invisible ante los ojos humanos, observando a todos.
La tormenta se hizo más fuerte de un momento a otro y las personas abandonaron el lugar dejando a Ichigo solo, le había prometido a su familia que después los alcanzaría y éstos decidieron darle su espacio.
Se hincó ante la tumba de Rukia, su verdadero amor, sí, la amaba, pero se había dado cuenta muy tarde... ella no volvería mas. Musitó un suave Te amo desde aquí, solo para ella. El pelinaranja empezó a derramar lágrimas, las cuales se confundían por la lluvia en su rostro; estaba empapado.
No pudo soportarlo más. Tenía que llorarla.
— ¡RUKIAAA! – soltaba gritos desgarradores, como si eso pudiese devolverle a su amada.
Se levantó y caminó entre el mar de tumbas para salir del cementerio, abatido, triste, con los hombros caídos en un aspecto miserable.
¿Qué me pasa? ¿Qué es esta luz que emana de mi tumba y de mi corazón fantasma?... ¿estoy... regresando a mi cuerpo humano?... Ichigo...
El pelinaranja caminaba cabizbajo, no volvería a sonreír, eso era seguro. De pronto escuchó unos pasos dirigiéndose a él, volteó a ver quién era y... sus ojos se iluminaron... brillaron.
— Rukia... –exclamó.
No podía ser posible. Ahí estaba ella.
— Nunca es demasiado tarde para amar...
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Fin
Primer One-shot, creo que no me salio tan mal... Dejen reviews, cirticas constructivas y como puedo mejorar.
Sonrian :)
Bye
03/07/14
Bien, no quise borrar la nota que escribí, me dio sentimiento, aún si es muy corta. Por mucho tiempo me resistí a editar este one-shot porque me recordaba el cómo había mejorado como escritora pero un día entre a leer el fic y tenía demasiados horrores, digo, errores, haha, así que decidí finalmente editarlo.
Sin más, muchas gracias por leer, querida/o lector.
