Durante las rutinarias tardes de las ciudades se podía oír en las radios la música de una joven cantante, esta era conocida como "Sweet Candy". Las melodías de sus canciones solían ser muy alegres y su estilo de música era mas bien, pop mezclado con sorprendentes sonidos o en ocasiones con instrumentos clásicos como el violín.
Muchos seguidores de esta particular cantante aseguran sentirse extrañamente reconfortados después de oír las melodías de sus canciones, es decir, la tristeza, el enojo y todo sentimiento perturbador desaparece cuando las hermosas notas de sus canciones se adentran en los oídos de los oyentes.
Sweet Candy era una bella adolescente de unos quince años, ella demostraba una frágil apariencia y sus rasgos eran tan finos como los de una muñeca; tenía el cabello largo de un color rubio rojizo, siempre lo traía amarrado con dos coletas, su tez era pálida y tenía grandes ojos azules.
En su vida diaria, tanto en el espectáculo como en su vida normal, se le veía constantemente con ropas de alegres colores, tanto sus blusas como sus vestidos estaban decorados con cintas y volantes, además llevaba consigo prendedores de tiernos animales y entre otras cosas que eran muy monas.
En la vida privada el nombre real de la chica era Marina Peacet, "Sweet Candy" fue solo su nombre artístico. La jovencita siempre tenía un aire alegre, infantil, divertido y despistado, pero ella podía ser madura en situaciones serias.
En ese momento vivía en las periferias de la ciudad de york-shin, era un lugar rodeado de hermosos campos, praderas y unas pocas casas que habían alrededor.
Marina tuvo una familia muy humilde, sin embargo ellos vivían muy felices; Ella sabía que fue adoptada, en realidad no conocía a sus verdaderos padres, ni tampoco sabía de donde venía, solo estaba enterada que fue encontrada de bebé por sus actuales tutores, sin embargo eso ya no le importaba, solo estaba agradecida que su padre Yashasan y su madre Pherix hayan cuidado de ella todo este tiempo.
Yashasan, su padre era un hombre moreno, alto y musculoso, él fue un maestro de Nen, así que siempre estaba entrenando a algunos novatos que estaban interesados en aprenderlo, y Pherix, su madre, era una mujer de ojos y cabello oscuro, ella tuvo un carácter muy servicial, sin embargo tenía muchas habilidades en el combate.
La joven Marina era casi una experta en artes marciales porque su padre le había enseñado esto desde que era pequeña, él creía que era esencial que su hija aprendiera ese arte de pelea para defenderse de este mundo tan peligroso.
Además desde que era pequeña demostró un gran talento hacia la música, tenía una voz tan bella que podía entrometerse en lo mas profundo de los corazones, era un habilidad muy innata. Su madre quiso que toda esta perspicacia fuese desarrollada, así que envió a Marina a un curso de violín cuando tenía seis años y ella lo aprendió rápidamente.
Años más tarde, por su amor a la música y para apoyar económicamente a sus padres, Marina quiso ser cantante y afortunadamente obtuvo el éxito.
Pero no todo en su vida fue color de rosa, ella no era un ser humano cualquiera, había algo que no le gustaba, y gracias a ese "algo" paso por un episodio muy traumático en su vida que jamás olvidaría.
Fue en su primer año de escuela, Marina tenía solo siete años de edad, un día cualquiera algunos niños traviesos decidieron encerrarla en una sala, ellos permanecían escondidos adentro de esa para mofarse de las reacciones de la inocente niña, Marina por su parte estaba muy asustada, como todo niño no le gustaba la idea de estar sola y encerrada, ella gritaba y golpeaba la puerta para salir y cada vez su desesperación era mayor, y los niños se reían silenciosamente, de pronto ellos vieron en Marina algo que los dejo helados y sin habla. Uno de los profesores pudo oír los golpes de la pequeña Marina y en el momento en que él abrió la puerta, la niñita pudo observar que su profesor tenía una cara de espanto mientras la miraba y ella no entendía porque pasaba esto.
- ¿Qui...quien eres re...realmente ? - preguntó el profesor petrificado y con un hilo de voz.
- ¿profesor, que es lo que tengo? ¿porque me mira así? - gritó con desesperación la infante.
Enseguida los niños salieron de sus escondites mientras la miraban horrorizados.
- ¡Es un demonio! es un demonio! - gritó asustado uno de ellos.
- Debemos huir de aquí! - habló el otro niño casi sin aliento.
Los dos chicos corrieron desesperadamente mientras gritaban con exasperación, seguidos por el profesor.
- Oigan esperen! ¡por favor díganme, que es lo que está pasando! - gritaba y lloraba la confundida niña. Ella comenzó a caminar por los pasillos mientras sollozaba y la gente con la que se cruzaba la miraban con miedo y se alejaban de ella mientras Marina pedía una explicación de todo eso. Entonces la pequeña rubia corrió hasta los baños de la escuela, ella quería saber que tenía su cara que era lo que asustaba a todos y cuando ella se miró al espejo dio un grito de espanto al ver una escena tan horrorosa que jamás borraría de su mente, su vida cambió drásticamente en el momento en que percibió que sus ojos ya no eran azules, sino un rojo brillante.
- ¡¿Que es lo que me esta pasando? ¡¿Que es lo que me esta pasando? - gritaba con pavor mientras estaba sentada en el suelo con sus manos en la cabeza, ese fue uno de los momentos más traumáticos de su vida, no entendía porque sus ojos se tornaron de ese color, no sabía quien era en realidad, la pequeña solo deseaba despertar de esa horrible pesadilla y ser una persona normal como los demás, Marina deseó jamás haber nacido así.
Después de todo eso sus padres se enteraron de todo, ellos solo pudieron consolarla, pero al parecer ellos realmente sabían algo sobre el verdadero origen de Marina, pero estos tenían sus razones para no contarle nada a su hija adoptiva, quizás sería demasiado doloroso para ella y en ese momento ya cargaba con un trauma que le había acabado de ocurrir. Esa no fue la última vez que se vió en aquel estado, cada vez que estaba muy perturbada mentalmente aquel rojo brillante volvía a dominar el iris de sus grandes ojos.
Días más tarde la pequeña rubia y su familia abandonaron el lugar donde vivían por las constantes molestias de los vecinos, ellos creían que Marina era una especie de demonio y lo mejor era que se alejara de allí por el bien de todos.
Entonces así fue como la familia Peacet se traslado a vivir a las periferias de la ciudad de York - shin.
Los años fueron pasando y Marina fue superando aquel terrible momento, ella pensó que lo mejor era aceptarse como es, y aprovechar lo bella que es la vida, porque no solucionaría nada aislándose del mundo; Así que a la edad de doce años comenzó a usar unos lentes de contactos del mismo color de sus ojos pero que camuflarían muy bien si sus ojos se vuelven a retornar rojos para evitar que las personas se enteren de su verdadera naturaleza. Un año más tarde ella cumpliría su sueño de ser una cantante y se transformaría en "sweet Candy".
En el momento en que Marina ya era toda una adolescente y tenía catorce años Yashasan le daría un importante noticia.
