Aclaración: Este es el primer Fic que escribo y está basado en el manga y anime Shaman King, con la introducción de algunos personajes del juego Power of Spirits del mismo y uno mismo creado por el autor de este fic (o sea yo). Ninguno de los personajes me pertenecen, son propiedad de Hiroyuki Takei y de la empresa Konami.

La historia se centra un año despúes del torneo de Shamanes, relatando las nuevas aventuras de nuestros queridos amigos.

Espero que les guste y sigan la historia.

Capitulo 1: Rutina

Un pequeño rayo de luz se empezaba a colar por la ventana y definía cada uno de los objetos que se encontraban en la habitación. La tenue luz poco a poco se termino de filtrar hasta posarse en el rostro del dueño aquel cuarto. Un despertador comenzó a sonar con un chirrido de campanas y una mano se asomo desde el futòn tanteando a más no poder para silenciar el aparato. Cuando finalmente logro dar con el objeto, toco la campanilla y este detuvo su sonido. La mano quedo flácida sobre el despertador y se oyó un leve suspiro. Como pudo el muchacho se incorporo hasta quedar sentado sobre las cobijas de su futón dejando ver a la luz del sol filtrado, un rostro adormilado que se tallaba los ojos con tranquilidad. Su cabello castaño, un tanto desordenado fue recorrido por una mano con pereza mientras el chico trataba de despabilarse. Miró el reloj despertador con los ojos entrecerrados y vio que eran las 6 de la mañana. Suspiro por segunda vez.

-Aww! Sinceramente no sé porque Anna aun me hace seguir la rutina de entrenamiento, sabiendo que el torneo se pospuso- dijo el muchacho para sí mismo mientras se recostaba nuevamente en el futón con los brazos detrás de su cabeza y los ojos cerrados.

En ese momento alguien corrió con rapidez la puerta de la habitación sobresaltando al joven castaño.

-Yoh…- dijo una voz suave- ¿Qué se supone que haces aun en la cama? Ya deberías de haberte vestido y salido a correr los 20 km que te tocan hoy- termino de decir la muchacha con tono amenazante.

-¡Ay! Annita, ya estaba por salir- Dijo Yoh mientras se levantaba a toda prisa y recogía la ropa que había dejado arriba de un mueble.

Cuando se volvió para ordenar el futón se encontró con los delicados ojos negros que tenía su prometida. No pudo evitar sonreírle a la rubia itako cuando esta poso su mirada en el.

-Te conviene que para cuando regreses de entrenar esté listo el almuerzo, ¿Oíste?- Dijo Anna saliendo de la habitación con paso decidido. Estaba destinado que tendría que correr mucho más que 20 km para llenar el espacio que separaba la hora del desayuno con la del almuerzo.

En la Pensión En, en el distrito de Funbari, era casi normal que Yoh Asakura obedeciera las rutinas de entrenamiento de Anna, no solo porque sabía que eso lo fortalecía, sino que se quedaría también sin cenar sino cumplía. Hacia un año que el torneo de Shamanes se había pospuesto, hasta una nueva señal de los grandes espíritus, haciendo que Yoh y sus amigos volvieran a sus determinadas rutinas. Ren y Jun estaban en China, la relación con su familia era mucho más estable y pasaban la mayor parte del tiempo atendiendo los asuntos de la dinastía Tao. HoroHoro se encontraba con Pilika en Hokkaido llevando a cabo la siembra del campo de Fuki. Ryu se dedicaba a viajar de un lado a otro junto a Tokageroh y de vez en cuando se aparecía en Funbari a visitarlos. Chocolove trabajaba en un restaurant en Los Ángeles mientras escribía en su tiempo libre sus nuevos chistes (cabe mencionar que la mayoría de las veces no eran muy buenos), Lyserg había empezado a concurrir a la universidad de Oxford, en su querida tierra inglesa, mientras que Fausto y Eliza se habían instalado en la pensión por el trabajo de médico que tenia Fausto en el hospital de la ciudad, así que los cuatro convivían tranquilamente. Obviamente no faltaban las reiteradas visitas de Manta a la casa de su buen amigo.

Termino de ordenar la habitación, se vistió con sus tan usados pantalones azules de entrenamiento y su remera blanca, recogió su cabello con una coleta, tomo sus tan preciados auriculares naranja y salió escaleras abajo hacia la cocina.

En el comedor se encontraba la dupla de Fausto y Eliza tomando el desayuno apaciblemente, sentados uno al lado del otro y cortejándose como siempre lo hacían. Yoh paso de largo y tomo un panecillo de la cocina y se sentó en el recibidor para colocarse las pesas que Anna le obligaba a usar cuando corría. Se calzo sus típicas sandalias y salió al exterior a trote lento.

Era una hermosa mañana de verano, el sol tibio rosaba la piel de los brazos de Yoh mientras que la suave brisa se colaba por su cabello. Después de haber andado un rato a trote lento, a lo lejos distinguió la silueta de su preciado amigo Manta.

-Buenos días Yoh!- dijo el pequeñín con una sonrisa de oreja a oreja al ver a su amigo.

-Buenos días Manta- dijo Yoh con una sonrisa sin dejar de trotar en el mismo lugar- ¿Qué haces tan temprano por aquí?

-Bueno, es que como estamos en vacaciones y sé que Anna no dejaría que te escabulleras de tus entrenamientos, pues, decidí venir aquí y acompañarte un rato- dijo Manta mientras comenzaba a pedalear en su bicicleta a la par del trote de Yoh.

-Jijiji- Yoh le demostró una sonrisa- es muy obvio que Anna no deje que me tome un día de descanso.

-Pero Yoh-Dono, usted sabe que la señorita Anna lo hace por su bien- dijo Amidamaru apareciendo con su forma chibi al lado de Yoh.

- Si, ¿pero no crees que se tomo demasiado enserio lo del oráculo?- pregunto Manta.

-Hum... A decir verdad no lo sé peque- respondió Yoh tomando aire y recordando el porqué Anna lo obligaba a seguir entrenando aunque las clases habían terminado y el torneo de Shamanes se había pospuesto.

Flashback: tres meses antes…

Esa noche en la posada, Yoh y Anna se encontraban cenando tranquilamente, ( después de que Yoh hiciera la cena cinco veces hasta que fuera el agrado de Anna) cuando Fausto apareció por el umbral de la puerta.

-Disculpen la molestia, señorita Anna, Yoh…- dijo mientras entraba en el comedor.

-Si Fausto, ¿Qué ocurre?- pregunto Yoh con los palillos en la boca.

-Bueno, es que justo iba para nuestra habitación con Eliza y no pude evitar oír el sonido que salía de tu cuarto Yoh.

-¿Un sonido dijiste?

Anna cerró los ojos y se limito a seguir con su cena.

-Sí, y al parecer debe de ser tu oráculo virtual porque…- continuo Fausto al tiempo que sacaba el suyo de color azul de su chaqueta- el mío también sonó hoy y aun no entiendo porque.

Yoh y Anna se miraron y cruzaron una mirada de sospecha. Amidamaru apareció entre medio de ambos y miro hacia más allá de la habitación con una mirada de precaución. El joven shaman se levanto de la mesa y se dirigió hacia las escaleras, directo a su cuarto. En el trayecto pudo sentir el suave "bip- bip" que salía de su habitación. Entro rápidamente y tomo el oráculo naranja que reposaba sobre la espada Harusame.

Observo bien el artefacto y vio que el sonido se apago inmediatamente mientras la pantalla del mismo empezaba a titilar. De pronto el objeto dejo mostrar el nombre de Yoh y su apellido en la pantalla al mismo tiempo en que Anna, Fausto, Eliza y Amidamaru entraron en el cuarto.

-¿Qué significa eso Yoh-Dono?- pregunto Amidamaru desde detrás de Anna.

-No tengo idea, ¿el tuyo también hizo eso Fausto?- dijo Yoh mostrando a todos la pantalla de su oráculo.

-Sí, mostro mi nombre y luego se apago, tal y como lo hizo el tuyo- dijo Fausto señalando la pantalla que se había vuelto negra.

-¿Crees…- comenzó a decir Anna con los brazos cruzados, mientras Yoh volvía la vista hacia su oráculo- que esto sea una señal?

-No lo sé- dijo Yoh mirando a Anna con preocupación- puede que sea una señal de los grandes espíritus, pero por lo que recuerdo después de haber derrotado Hao, el torneo se pospuso y no volvimos a saber nada de la aldea, ni de Silver…- concluyó .

-Será mejor que estemos atentos a cualquier eventualidad con esto- dijo Anna volviendo la espalda hacia la puerta, pero antes de salir se dirigió a Yoh- Más te vale comenzar a entrenar de nuevo, pues si el torneo se reanuda es mejor que estés preparado- y terminando de decir eso salió de la habitación dejando a Yoh atónito con lo que acababa de decir.

A Yoh se le hicieron cascaditas en los ojos T_T

Fin del Flashback

-Oh, ya lo recuerdo- dijo Manta mientras chasqueaba sus dedos- Bueno Yoh, en cierto modo tiene razón Anna, más vale estar preparado por si llegará a reanudarse el torneo.

-¿Tú crees?- dijo Yoh un tanto agitado, mientras doblaba en una esquina a trote ligero.

-Yo creo que si, al fin y al cabo Silver nos dijo aquella vez que el oráculo reacciona según la voluntad de los grandes espíritus, así que si algo ha pasado es normal que les sea comunicado a todos, ¿No crees?

- Si puede ser que estés en lo correcto, aunque aun no dejo de pensar en lo que ocurrió…

-¿A qué te refieres?- pregunto Manta con curiosidad al ver la expresión que adopto Yoh.

- A la batalla con Hao… Es que aun hay algo que no termino de entender ¿Hao se apodero realmente de los grandes espíritus?

Manta y Amidamaru permanecieron en silencio pensando en las palabras de Yoh.

-Pues…- Comenzó a decir Manta para romper el silencio - yo no lo creo amigo. Si Hao se hubiera apoderado de ellos realmente, se habría convertido en el Shaman King y creo que ninguno de nosotros estaríamos con vida, ¿no crees? Además todos vimos como luego de tu ataque, el espíritu de fuego estallo y no vimos rastros de él, ¿lo recuerdas?

-Sí, eso cierto Yoh-Dono- argumento Amidamaru.

-Yoh… yo creo que te sientes culpable- dijo Manta.

El shaman se sorprendió por las palabras de su amigo, sabiendo que aquellas guardaban algo de verdad. El era una persona muy calmada y rara vez perdida el control con respecto a las situaciones, pero en el caso de la pelea con Hao, el sabia que sino hacia algo todos acabarían muertos.

-No lo sé- atino a decir Yoh- Yo creo que todos tenemos la opción de tomar nuestras propias decisiones, la opción del perdón también la tenemos y la voluntad de juzgar las acciones de los demás, pero… No me gusta pensar en lo que hice, al fin y al cabo Hao era mi hermano.

Manta se sorprendió mucho por las palabras del castaño Shaman, que ahora se había detenido en medio del camino y la luz del sol le hacía sombra en su rostro. Amidamaru observo a su amo.

-Creo que no deberías sentirte culpable Yoh- dijo Manta- si tú no lograbas detenerlo, nadie iba a poder hacerlo y como ya te dije, nadie estaría con vida. A veces los humanos sacrificamos cosas para poder hacer el bien y salvar a sus seres queridos, y tu amigo lo hiciste. A pesar de que Hao tomo tú alma sin tu consentimiento, tú confiaste en ti mismo, en todos los que te apoyamos y en esa cruda pelea saliste victorioso salvándonos a todos… Yo creo que Hao no hubiese escuchado a alguien, ni siquiera a ti que eras su hermano. Bueno esa es mi opinión… Yoh.

El joven castaño miro a su amigo que se encontraba frente a él y lo miro por un momento reflexionando sobre las palabras que le había dicho. Luego levanto su frente y esbozó una pequeña sonrisa.

-A fin de cuentas todo salió bien, ¿verdad?- dijo Yoh volviendo a retomar el paso de trote.

Manta suspiro.

-Se ve que eres una persona muy compasiva Yoh…- dijo para sí mismo y comenzó a pedalear nuevamente para alcanzar a su amigo, acompañado de Amidamaru.

-Gracias Manta- dijo Yoh observando al pequeño.

-¿Eh? ¿Porque?

-Por lo que acabas decir, en cierto modo no había entendido bien lo que me había pasado en ese momento, pero ahora ya lo entiendo- Yoh sonrió.

-Pues no es nada, sabes que esa ha sido mi opinión, nada más…

-Sí, pero es bueno escuchar opiniones de los demás.

-Sí, supongo que tienes razón- dijo Manta sonriendo y consultando su reloj- Bueno Yoh, debo ir a una de mis clases especiales, te veo en la tarde ¿Quieres?

-Claro no hay problema Manta, espero que a Anna no se le ocurra que corra en la tarde también. Hum, si le preparo un rico almuerzo…- dijo Yoh mientras le dirigía una de sus típicas risitas a su amigo.

-Jajá, no cambias más Yoh- dijo Manta riendo mientras se alejaba en su bicicleta por el parque y saludaba al shaman con una mano.

Yoh se estiro un momento y luego comenzó a correr nuevamente.

-Aun me deben de faltar como mil kilómetros, ¿verdad Amidamaru?- le pregunto al espíritu mientras se reía.

-La señorita Anna le dijo la cantidad que debía de correr hoy Yoh-Dono, ¿No eran 20 kilómetros?

-Tienes razón, me lo dijo T_T - dijo Yoh sonriéndole al espíritu samurái, mientras doblaba en otra esquina.

Continúo así, hasta un poco antes del mediodía, cuando con un último suspiro se sentó en el banco del parque después de haber bebido suficiente agua de la fuente. Se estiro y apoyo la cabeza sobre sus manos, sentía todo el cuerpo cansado después de haber corrido tanto y hasta incluso ya empezaba a gruñirle el estomago del hambre, al fin y al cabo solo había desayunado un panecillo esa mañana.

Se levanto del lugar donde estaba y comenzó a caminar para ir hasta la tienda más cercana a comprar las cosas para el almuerzo. Amidamaru lo seguía de cerca.

-Yoh-Dono, ¿usted cree que compensando a la señorita Anna, esta lo deje salir por la tarde?

-Jijiji, supongo que si Amidamaru- dijo Yoh mientras detenía el paso frente a una tienda- Hace rato que no salimos con Manta a dar un paseo vespertino, además Anna también podría venir, ¿No crees?

Amidamaru sonrió, mientras Yoh entraba en la tienda y tomaba un canasto para comenzar a reunir lo necesario para el almuerzo de ese día. Luego de hacer las compras se apresuro a llegar a la casa, no quería que Anna se enfadara por si llegaba tarde y se pasaba la hora del almuerzo.

-¡Ya llegue!- anuncio Yoh en el recibidor mientras se quitaba sus sandalias y las pesas de entrenar.

-¡Buenos días Don Yoh!- dijo una voz proveniente de la habitación contigua a la que a Yoh le resultaba un tanto familiar…

-¿Ryu?- pregunto mientras tomaba la bolsa de las compras y se disponía a ir a la cocina, pero algo se le vino encima y lo único que atino a decir fue un ¡Ay! .

-¡Que gusto volver a verlo Don Yoh!- dijo Ryu abrazando a Yoh con fuerza y tratando de que su fleco no golpeara al joven.

-Es un gusto también volver a verte amigo- dijo Yoh sin aliento cuando Ryu lo soltó finalmente.

-¡Que sorpresa!- dijo Amidamaru apareciendo en su forma de espíritu, mientras enfrente de él se aparecía Tokageroh- Hacia mucho que venían a vernos.

-Si eso es cierto, hacía tiempo que no nos visitaban chicos- dijo Yoh con una sonrisa- ¿Cómo han estado?

-De maravilla Don Yoh, hemos recorrido unos cuantos kilómetros y visitando a nuestros amigos. En el último viaje estuvimos en Hokkaido con HoroHoro y Pilika, les ha ido bien con el tema del campo de Fuki, les ha quedado muy hermoso- comentaba Ryu mientras los dos se dirigían hacia la cocina acompañados por Amidamaru y Tokageroh en su forma chibi.

-Buenos días Fausto, buenos días Eliza- les dijo Yoh a la pareja que estaban leyendo un libro de medicina medieval- Prepararé el almuerzo enseguida.

-Oh, no se preocupe Don Yoh, Ryu con espada de madera se encargue de eso- dijo Ryu poniendo su puño contra su pecho y tomando la bolsa que Yoh llevaba en sus manos.

-No te preocupes Ryu, de todos modos tu recién acabas de llegar y eres nuestro invitado- dijo Yoh sonriendo- Por cierto, ¿No han visto a Anna?

-No, no la hemos visto- Dijo Fausto levantando la vista del libro- Según tengo entendido salió esta mañana pero no dejo ningún recado o una nota y cuando regresamos no vimos que estuviera por aquí.

-¿Estará en su habitación?- le pregunto Ryu a Yoh.

-Tal vez, puede que este viendo televisión en la sala, ya sabes cómo es Anna. Iré a ver donde se encuentra…

Yoh salió de la cocinay se dirigió a las escaleras, una vez arriba llamo a la puerta de la habitación de Anna.

-¿Anna?-la llamo el joven shaman mientras golpeaba la puerta. Al ver que no respondía hacia el llamado decidió entrar- ¿Estás ahí?- dijo con apenas la cabeza asomada por la puerta y se quedo inmóvil, impresionado por lo que vio. Trago grueso mientras comenzaba a parpadear. Comenzó a sentir una especie de calor que le subía por las mejillas y lo hacía entrar en trance.

-Yoh…- dijo Anna con una voz suave, que hizo que el shaman no pudiera articular palabra.

-¿Si?- dijo Yoh con total inocencia parpadeando varias veces, cual niño lo descubren en algo que no debería estar haciendo.

Al ver que no se movía, o siquiera atinaba a cerrar la puerta, Anna le arrojo un jarrón por la cabeza haciendo que el joven shaman se cayera de espaldas.

Los inquilinos que se encontraban en la cocina, suspiraron al escuchar el estruendo que provenía de arriba

-Yoh-Dono- dijo Amidamaru mirando hacia arriba T_T

-Idiota- dijo Anna acomodándose su clásico vestido negro y cerrando la puerta, dejando al pobre Yoh tendido sobre el piso de madera.

Anna acababa de darse una ducha después de volver de caminar esa mañana y estaba en su habitación cambiándose la ropa, cuando Yoh se apareció. El joven shaman, con toda su inocencia la estaba buscando pero lo que menos pensó es que se iba a encontrar con su prometida con la mitad de su torso desnudo con unas finas gotas cayendo de su dorado cabello. Eso fue lo que hizo entrar en un estado de shock y que no pudiera articular palabra, pero al parecer Anna no se había percatado del estado de su prometido y sin pensarlo dos veces le arrojo el jarrón para que este pudiera cerrar la puerta de una vez.

-No fue mi intención Anita- decía el adolorido Yoh mientras se incorporaba y se frotaba la cabeza- lo siento.

Anna salió de la habitación y cerró la puerta a sus espaldas para encontrarse cara a cara con el castaño.

-¿Cuánto corriste hoy?- pregunto mientras salía caminando hacia las escaleras

Yoh se incorporo como pudo, pues el dolor en cabeza iba en aumento, parecía que le iba a salir un chichón.

-Los 20 km que me señalaste, al igual que ayer o tal vez un poco más- respondió Yoh caminando detrás de su prometida mientras ambos bajaban las escaleras.

-Mañana haz el doble y si no lo haces te quedaras sin cenar.

-Pero Anna, yo…- comenzó a decir Yoh mientras bajaba el último escalón

-Sin peros y espero que el almuerzo esté listo- termino de sentenciar Anna, para entrar en el comedor.

-Muy buenos días tenga usted Doña Anna- saludo Ryu desde cocina- el almuerzo ya está listo, si quiere ir tomando su lugar…

-Sí, gracias- dijo Anna secamente, sabía que Yoh no se salvaría del triple entrenamiento por haber escapado de hacer el almuerzo.

Yoh entró pesadamente al comedor y se dirigió a la cocina donde se encontraba Ryu.

-No se preocupe Don Yoh, creo que con esto Doña Anna quedara encantada y no estará molesta con usted.

-No es eso Ryu, yo tenía que encargarme del almuerzo de hoy y ahora me tocará hacer el triple entrenamiento por lo que hice T_T

-¿Se refiere a lo que sucedió hace un rato arriba?

-Si- dijo Yoh lamentándose y con cascaditas en los ojos y caminando pesadamente hacia el comedor junto a Ryu que llevaba una gran bandeja con el almuerzo.

Todos se sentaron a la mesa a disfrutar del almuerzo que Ryu había preparado, obviamente este no había perdido sus habilidades culinarias a pesar de ser un viajero.

No muy lejos de la pensión, un sujeto bastante inusual contemplaba la escena del entorno amistoso con ojos sigilosos. Estaba encima de un árbol y vestía unas ropas muy anticuadas, que casi parecía una armadura y una máscara dorada cubría todo su rostro…

-Disfruta de este momento Yoh Asakura, pues luego de que termine contigo no tendrás tanta suerte como para volver a sonreir…