La guerra se ha desatado...

Una encarnizada batalla se libera en la enorme capital del imperio de cristal, por el derecho a la libertad... Liberarse de su opresor...

El tirano Rey Sombra...

Los mejores guerreros habían caído ante el, pero hoy todo es distinto, en medio de la noche, las nubes cubren en cielo rojizo... El presagio del destino...

Dios mio...

Pronto llegará la libertad?

Cada guerrero, guardia real, civil lucha en esta batalla, no importa a cuantos derroten.

Si no acaban con Sombra... Todo habrá sido inútil...

Y la última esperanza, yace en los hombros de 2 seres... Cada uno dispuesto a obtener una sangrienta venganza en contra de el emperador.

Las espadas no dejan de sonar, gritos agónicos se oyen a lo lejos... El cruento sonido de la guerra, desesperados guerreros ansiosos de ver a Sombra muerto...

Pero solo 2 tendrán la oportunidad de enfrentar al Rey cara a cara...

Hoy es el día del destino...

En la sala del trono yace sombra esperando la victoria, esperando el cesar del combate y que su capitán mismo le traiga a Celestia completamente vencida ante el...

En la única ventana alta donde la luz de luna pasa, y la tenue luz roja de los cielos ilumina el salón...

El vidrio es destruido completamente, alguien entro.

Entre cristales completamente destrozados se ve la silueta de una yegua...

Cae en medio de la sala, vistiendo una larga gabardina reforzada con metal, empuñando una arma sin hoja, una mango sin espada...

Agachada y con la vista baja, se levanta y da cara a nada menos que a Sombra.

El rey con esos ojos rojos, vacíos, la observa detenidamente,viendo aquella bella silueta ante él, con algún interés, pero con una malévola sonrisa

-Mmmm... Hasta has sido digna de llevar tu apellido... Digna del apellido... Reinford- halaga a su intrusa con mucho interés.

Pero ella no muestra interés... Más sólo en matarlo.

-Yo soy Loretta Reinford... Hija de Gabriel y Mina... Vengo aquí para vengarme por lo que le hiciste a mi hermano... Y por todo lo que has hecho!- afirma, apuntando firmemente a Sombra con su arma.

-Cómo piensas hacer eso niña? Ni siquiera eres hija de aquellos... Eres una abandonada, adoptada... -Loretta bajo la vista enfadada y triste-Tu hermano que era un Reinford de sangre pura no pudo conmigo... Que te hace creer que tu podrás?-

Sombra se levanta de su trono con mucho orgullo, observa a Loretta...

-Morirás... Aquí y ahora... Y tu hermano no podrá salvarte!- afirma tomando una forma semi humana.

-¡¡Eso ya lo veremos!!- grita Loretta desafiando al Rey a un combate mortal.

Sombra camina lentamente hacia ella, pero antes de que el combate pueda empezar se escucha el sonido de la puerta, el rechinido de las bisagras se oyen, las puertas se han abierto.

Entre un resplandor se ve la silueta de un guerrero, un dragón...

(Haciendo una pose increíblemente genial)

Un dragón de escamas moradas y verdes, llevando consigo un peto de metal negro y un traje rojo, sus escamas eran duras como el acero. Y su larga cola con una punta fina como lanza, sus ojos cuyo iris era color mostaza y su esclerótica era negra.

Un dragón concebido con magia oscura...

-No... No puede ser...- Loretta observa sorprendida al guerrero que acaba de aparecer.

-Nero... Es bueno volver a verte... Hijo...- dice Sombra con una pequeña sonrisa.

El dragón escucha cada palabra... Pero estrujar fuertemente su puño al escucharlo decir...

Hijo

Pero... Todo esto tiene un comienzo...

Continuará...