Has sentido esa sensación de no pertenecer a este mundo solo porque no has encontrado ese amor que te hace soñar despierto sin necesidad de mencionarlo.

Yo no lo he sentido aun pero debe ser hermoso y maravilloso poder despertarte sin la necesidad de buscar una excusa para sonreír.

Es algo monótono y rutinario poder continuar sin un lugar a donde dirigirte.

Con quien pasar los fines de semana.

Los días de soledad extrema.

Ser lo primero en pensar y lo último en dormirte.

Buscar un futuro con una persona que comparta los mismos ideales.

Cansada de dar oportunidades a idiotas que no merecen ni un saludo y al final ni le vuelves a dirigir la palabra.

Contestar un simple no, ¿Te bastaría?

Tomando café todos los días, en el mismo lugar, la misma hora, mirando al vacio y sintiendo como te mezclas con él.

¿Le sirvo mas café señorita?- dirigí mi mirada hacia la persona que se atrevió a interrumpir mis pensamientos, un chico alto, de veinte y tantos me miraba con curiosidad desde sus inmensos ojos grises.

No, gracias- le conteste y se alejo dejándome una hermosa sonrisa.

Retorno mi vista hacia el ventanal pero mis pensamientos fueron interrumpidos, abruptos y llenados de una curiosidad nueva, sin saber cómo, mi vista se dirigió de nuevo hacia el chico de ojos grises. Sonrió. Creo que ya acaba de romper una grieta de mi armazón.