heyyyyyyyyyy!! jajaja, aqui estoy otra vez, con otro fic.a se que tengo que seguir el de michigan, mañana lo sigo 8P.
se agradecen coments!
Que Corroe a Gregory House?
1. El Caso
Parr recogía sus cosas. La mesa de la oficina, como siempre, estaba ordenada, impoluta. Salió de su oficina y se cruzó con Sara, su joven compañera.
- Hola Bob, ¿vas a casa?
- Si.
- ¿Quieres que te lleve? Está nevando y hace frío.
- No, prefiero andar. - contestó, abrochándose el abrigo hasta el cuello.
- Bob, ya estás demasiado mayor para estos trotes.
- No te preocupes, no me pasará nada.
De repente, Bob comenzó a toser. Preocupada, Sara se acercó a él y lo sostuvó por los hombros.
- ¿seguro que no quieres que te lleve a casa? o al médico?
- Si, no te preocupes.
Sara se fue preocupada. Y no era para menos. Bob tenía 60 años, y llevaba algunos días resfriado, pero era un cabezota y no quería ir al médico.
Llegó a su casa tras hacer la compra. Pero no subió a su casa, sino que fue hasta la azotea. le gustaba ver el anochecer desde allí.
Arriba vio escondido a un chaval, de unos 12 años, que estaba escuchando música sentado sobre un viejo colchón. Llevaba puesto con un jersey azul y vaqueros y tenía una escayola en el brazo derecho. Miró al chico a los ojos. Eran de un azul intenso, pero al mismo tiempo parecían tristes y cansados, como si no tuviese ganas de vivir.
El viento invernal comenzó a soplar de nuevo. El chico se extremeció y se frotó los brazos.
- ¿Tienes frío?
El chico solo asintió. Bob se quitó la chaqueta y se acercó hasta él. Se la pasó por los hombros.
- Toma. Te quitará el frío.
El chico agarró el abrigo y se envolvió con él.
Se giró y se acercó al muro. Comenzó a toser de nuevo. Le escocía la garganta, y algo pastoso le recorrió la garganta y la boca. Miró la mano. Era sangre. De repente se llevó la mano al pecho. Su corazón, le dolía demasiado. Sentía como se le cortaba la respiración. Y un instante después, se desmayó.
[………………]
La lluvia golpeaba con fuerza en los cristales de su habitación. Se revolvió en la cama. Las sábanas le llegaban por la cintura, y le estaba entrando frio. Sin abrir los ojos, palpó por la cama hasta que encontró las sábanas, y se tapó hasta la barbilla.
Volvió a moverse, y sintió una fuerte punzada en la pierna. Se pasó la mano por la cicatriz, masajeando la pierna, para pasar el dolor.
Como odiaba la humedad. Aquel dolor era insoportable y lo ponía de los nervios. Se dio la vuelta, y estiró el brazo, pasándolo por la cama, esperando encontrar a alguien. Pero lo único que encontró fue un espacio vacío junto a él. Abrió los ojos y, apenado, miró el hueco vacío. No sabía porque, pero se sentía como si le faltara algo.
Se dio la vuelta e intentó volver a dormirse. Pero la sensación de que había pasado aquella noche con alguien no lo dejaba tranquilo.
De repente, el irritante sonido de su teléfono lo hizo sobresaltarse.
¡Ah no! ¡No no no no! ¡ De eso nada! ¡Es mi día libre! ¡No me pienso levantar ni para mear!
Se dio la vuelta y se tapó la cabeza con la almohada para no oírlo. Y acabó saltando el buzón de voz.
"Soy House, no te lo he cogido porque estoy haciéndome el amor. Si te has equivocado, ni se te ocurra dejar un mensaje, y sino, déjale el mensaje a Wilson"
- ¿House? Hey House, se que estás ahí, haciendo el vago, como siempre. No te tapes la cabeza con la almohada y escúchame. Ya se que es tu día libre, pero acaba de llegarnos un caso muy interesante para ti. Ven enseguida.
House se quitó la almohada de la cabeza y volvió a quedarse mirando la ventana, embobado, viendo caer la lluvia. Alli estaba, acababa de hacer su aparición aquello que aquella mañana echaba en falta. Pero seguía sin saber por qué. Cerró los ojos y suspiró, maldiciéndose por lo que iba a hacer.
Se deshizo del lio de sábanas y fue a darse una ducha antes de ir al hospital.
[……………………]
- ¡Me cago en la…. – grito House, furioso, en la entrada del hospital.
Todos se apartaban de su camino, mirándolo temeroso. House caminaba con paso decidido hasta Cuddy, que lo esperaba muy tranquila. Ella nunca temía a su mirada, era la única que la sostenía. Se colocó delante de ella.
- ¡Me sacas de la cama en mi jodido día libre! ¡Ya puedes tener un caso interesante, porque si no…
- Cállate House.
Dos palabras. Dos malditas palabras fueron suficientes para conseguir que la bestia que tenía dentro se calmara. Cerró los ojos y respiró hondo.
- Vámonos a mi despacho.
La siguió hasta el despacho. Cuddy cerró la puerta, y House se sentó en el sofá. La pierna le dolía bastante, y se tomó una vicodina antes de hablar.
- Hoy era mi día libre. ¿Por qué diablos me has llamado? Dije que me llamaran solo si ocurría algo importante, como…no se, que Foreman se volviese blanco…o que tu fueras a hacer un striptease, aunque en ese caso preferiría que fuera en mi casa… - vio la cara seria de Cuddy, y su expresión cambió. – Pero por tu cara diría que es un enfermito.
Cuddy le tendió la carpeta azul que sostenía.
- Robert Parr, 60 años. Estaba en la azotea de su edificio cuando comenzó a toser sangre. Y luego se le paró el corazón. Ha estado en el Hospital General, pero no sabían que le pasaba, asi que me pidieron que te encargases del caso.
Muy despacio, House se levantó y se acercó cojeando hasta Cuddy, alargó la mano, y cogió la carpeta. Sin darse cuenta, al hacerlo, rozó la mano de Cuddy. Se quedaron mirándose, sujetando la carpeta. Nerviosa, Cuddy soltó la carpeta y se separó de House.
- Ve a hacer tu trabajo, yo tengo una reunión.
Llegó a la sala de diagnóstico. Entró y dijo:
- Enfermito nuevo. Parr, 60 años. Tuvo un ataque al corazón y ahora está medio comatoso. ¿Por qué está aquí y no en la morgue?
- Porque había un chico. Llamó a urgencias y llegaron a tiempo.
- Vaya, entonces, gracias a ese chico, tenemos un nuevo enfermito al que poder torturar. – cogió la taza de café que le tendía Cameron. - ¿Síntomas?
- Fiebre, tos, mareos. Parecía estar resfriado. Lo de la sangre era nuevo.
- Eso debe de ser anemia. Ponedle algo para el resfriado, y hacerle algunas pruebas de coagulación, mientras le ponéis coagulantes. Y también hacedle pruebas de orina y un cultivo completo.
Los tres se levantaron, y House los detuvo.
- ¡Eh, lacayos mios! ¿Quién os ha dicho que vayáis los tres? Chase solo se basta. Foreman, tu al piso del paciente.
- ¿Y yo a pasar consultas? – preguntó Cameron.
- No, tu te vas con el morenito. Buscad algo que pueda decirnos que enfermedad tiene.
Cada uno fue a hacer lo que House les había ordenado, mientras House se ponía a hacer malabares.
Chase estaba junto al hombre. Acababa de ponerle los medicamentos, y estaba tomando las muestras para hacerle las pruebas. Estaba profundamente dormido, casi en coma.
Foreman y Cameron entraron en el piso del paciente. Todo estaba en orden, bastante más limpio de lo que podría esperarse de un hombre mayor. Lo único que parecía más desordenado era el salón.
- ¿No te recuerda un poco a la casa de alguien? – preguntó Foreman.
Había una vieja tele, y una pequeña mesa frente a un sofá. En una mesa también había varios archivadores. Sobre al mesa pequeña, una cascara de naranja, un plátano, pan y un vaso de leche. Y algunas de las fichas del juego Scrabble. Solo algunas sueltas, tiradas sin ningún sentido sobre la mesa: Lo fotografiaron todo, cogieron muestras de agua, comida…incluso se llevaron las piezas y los archivadores.
Wilson estaba en su despacho, revisando lo que tenía que hacer aquel día. Tenía una reunión del consejo…
clik (una piedrecita en la ventana)
ver a algunos pacientes…
clik (otra piedrecita)
un par de biopsias…parecía que sería un día tranquilo
clik (otra piedrecita)
Siempre que le dejaran.
- ¡House, entra ya! Que me acabarás rompiendo el cristal.
House abrió la puerta, y se sentó delante de Wilson. Se quedaron mirándose un momento.
- ¿Qué quieres House? – le preguntó Wilson.
- Nada. Me aburro.
- ¿No puedes ir a molestar a tus patitos?
- Estan haciendo pruebas y hallanando la casa del enfermito. Estoy solo y aburrido, vamos a comer algo.
- No House. Tengo trabajo.
- ¡Venga ya!
- Vete a pasar consultas si estás aburrido House, que yo tengo una reunión, hoy no estoy para tus tonterías.
- ¡uuuuuuuuuu! Hoy nos hemos levantado con el pie izquierdo.
- Eh, eres un poco pesado ya.
- Joder Jimmy, ¿Qué he hecho? Si acabo de llegar, no me ha dado tiempo a nada.
- Y encima te haces el loco.
- ¡¿Pero que he hecho?!
- Nada House, nada.
House se levantó, extrañado, y se fue a su despacho.
Foreman y Cameron regresaron al hospital horas después. House se dedicaba a hacer malabares con el teléfono, su bola del 8 y la pelota de tenis, mientras Chase se entretenía con un crucigrama, terminando de comerse su bolígrafo.
- ¿Qué me traéis siervos míos? – preguntó, mientras dejaba sus malabares.
- A las pruebas les quedan una media hora, pero el hombre parece estar mejor. – dijo Chase.
- ¿Y la pequeña Cameroncilla? No la veo por aquí.
- Esta llevando las pruebas al laboratorio. – contestó Foreman.
House se fijó en él. Estaba raro.
- Foreman, ¿Qué te…
Pero entonces se fijó. Con los ojos muy abiertos, se puso a señalarle el cuello.
- Aaaaaaa!!! Eso es un chupetón!!! Foreman tiene un chupetón en el cuello!! Se acaba de tirar a Cameron!
Cameron entró en ese momento en el despacho de House. Todos se le quedaron mirando.
- ¿Qué?
- Nada, nada. – contestó House, sonriendo maliciosamente.
Miró a Chase, que se había quedado muy pálido.
- ¿Estás bien Chase? – preguntó House.
- S…si. – tartamudeó Chase.
Cuddy iba caminando por el pasillo, para pedirle unos informes a Wilson, cuando escuchó un pitido. Se giró, buscando su fuente. Era el paciente de House, que estaba entrando en parada cardíaca. Entró rápido en la habitación y le puso una inyección de epinefrina. Esperó, pero al momento se estabilizó. Estaba revisando sus constantes cuando, de repente, sintió una mano que la sujetaba de la muñeca. Miró hacia abajo y vio como dos ojos grises la miraban fijamente.
Cuddy entró corriendo en el despacho de House, sorprendiéndolos a todos. Le faltaba el aire, y no conseguía decir nada.
- Tranquila cariño, no sea que te de un chungo y me toque de hacerte el bocaboca. – le dijo House.
Cuddy respiró hondo y dijo.
- Ha hablado.
- ¿Quién? – preguntó Foreman.
- Vuestro paciente en estado casi comatoso. Tuvo una parada cardíaca leve, y cuando lo solucioné, despertó del coma, y me habló.
- Venga ya Cuddy. – contestó House de forma rápida. "no puede ser" pensó. "Si estás comatoso no hablas". - ¿Y que te ha dicho?
- House…Greg House… - contestó.
Cuddy miró a House a los ojos, esperando ver alguna respuesta en ellos.
Foreman, Cameron y Chase se volvieron hacia House, sorprendidos. ¿House conocía al paciente? ¿De qué?
House se había quedado impresionado. Aquello era imposible. Nadia le había dicho su nombre al paciente, ni a él le sonaba el nombre del enfermo.
- No es posible. – dijo, mirando a Cuddy.
(Tu Bi Continui, Que En Vikingo Significa... Continuara)
