Se fijó en el abultado vientre de cinco meses de la mujer. El verla así no le agradó, definitivamente no.
—Así que… ¿Tendré un sobrino?— preguntó, tratando de sonar alegre. Pero no podía, el que Hinata esperase un hijo de Naruto no le agrada en absoluto.
—O sobrina — dijo Naruto, haciendo que un dolor punzante penetrase el corazón del Uchiha —. Una linda niña igual que su madre, ¿No suena mal, verdad Hinata?—…
La señora Uzumaki sonrió levemente, dando por sentado estar de acuerdo con su esposo.
—Naruto-kun — llamó su esposa —. Boruto tiene ganas de mas chocolate— dijo sonriendo.
— ¿Boruto?— cuestionó el Uchiha.
—Así se llama, en caso de ser hombre— contestó la de cabellos azules.
Naruto se retiró de la sala, en busca del chocolate para saciar el antojo de su mujer.
El ambiente se puso tenso. Ni Sasuke, ni Hinata querían decir palabra alguna; puesto que alguno de los dos terminaría llorando. Y no era el Uchiha, precisamente. Él clavó su mirada en la barriga de su acompañante.
—Rompiste tu promesa — dijo luego de esos segundos en silencio. Cerró los ojos, analizando la situación.
—No, tú te fuiste y me dejaste. ¿O es que ya se te olvidó?— era cierto, la noche en la que había partido a su misión; su promesa se rompió.
—Me hubieras perdonado…
— ¿Te escuchaste tu mismo, Sasuke? — reclamó enojada —. No existe el "hubiera".
