Abrí mis ojos. Un molesto rayo de luz entraba por medio de mis cortinas negras. Trate de levantarme, mi cuerpo se siente tan pesado, no puedo moverme, no estoy cansado, solo no tengo ganas de ducharme, comer, salir e ir a clases. No tengo ganas de nada, ni de hablar, sonreír ni pensar. No tengo ganas de vivir. Cada vez se alejan más. Más y más, se pierden… Desde que el desapareció, sin previo aviso. Su silueta se esfumo.
Hace tres semanas recibí la noticia, Tweek había desaparecido. Esa noche, sus padres tocaron desesperadamente mi puerta. Mi madre abrió. Escuché el llanto desesperado, baje. La Sra. Tweak tomo mis hombros sin medir su fuerza. Temblaba. Sus lágrimas llenaban su rostro, jamás había visto a una persona con esa expresión. Solo en películas, pero esto era la realidad. Donde Tweek Tweak no estaba. Recuerdo su desesperación, su miedo, cada palabra cortada que salía por sus labios rompía mi corazón. Me destrozaba. ¡Me daban la noticia que mi novio había desapareció! Todo lo demás es borroso, mis lágrimas no me dejaban ver con claridad. Deje de prestarle atención a las voces, ruidos, a mí alrededor. Para concentrarme en su rostro, en su hermosa y tierna sonrisa. Piel y en su calor. Entre en pánico cuando pensé que, podría jamás verlo de vuelta.
Aquí estoy. Parado frente a la entrada del colegio. Mi madre, ayer antes de dormir me dio un gran y sabio discurso. No me dijo que lo superara. Me dijo;
-"¿Qué bien te hará estar encerrado por dos semanas en tu habitación? Sal, no te quedes sin hacer nada, ¿Quieres respuestas? Búscalas."
Entre otras cosas más. Tiene razón, las madres siempre tienen la razón. Quiero respuestas, quiero saber dónde está Tweek. Que sucedió, si huyo de casa o algún malicioso lo privo de su libertad.
Entre al colegio, no mire a nadie, solo camine hacia mi salón. Donde seguramente el llorón de Clyde se tiraría hacia mí con sus brazos abiertos. Token se pondrá contento, al igual que Stan, Kyle, Kenny y Butters. Sé que lo harán. Esa son la clase de amigos que tengo. Aunque no me relacione bien con los cuatro últimos, no está de más decir que me recibirán con una sonrisa.
Escucho los murmullos, susurros donde impregnan el nombre de Tweek. Ignoro. Les rompería la cara a golpes, como siempre lo hago, pero esta vez lo dejare pasar.
Llegue a mi salón. Y en efecto, como lo predije. Tengo a Clyde en mis brazos y a todos rodeándome. No hacen preguntas, solo sonríen y cuentan sus estupideces diarias. Todo normal. Oh no, no es normal. McCormick no está.
El día termina normal. El gran ánimo de los chicos, realmente me mantienen a pie, no había notado lo buenos que son, lo maravillosos, me di cuenta que no les he agradecido por su amistad, sería demasiado marica, pero lo haré. Por cierto, las peleas entre Kyle y Eric son únicas. Suficientes para distraerme, pero no olvidarme.
Llego a mi casa. Mi madre preparo mi comida favorita. En televisión esta un programa que amaba cuando era niño. Mi familia se reunió a cenar, juntos, como antes. Termine y subí a mi habitación.
Hoy fue un bueno día, conviví con mis amigos, hable con ellos, cene en familia.
Estoy bien, estoy bien… Mi corazón se contrajo. Abrí mis verdaderos ojos. No, no, ¡no! ¿¡A quién engaño?! ¡No puedo estar bien! Quiero ver a Tweek, quiero abrazarlo, oír su voz, tenerlo a mi lado, verlo feliz-
Sin notarlo lagrimas amargas empaparon mi almohada, testigo de mi debilidad desde hace tres infernales semanas- ¡Lo necesito! ¡Necesito a Tweek!
Mi llanto aumento. En la oscura habitación mi desconsuelo rebotaba entre las paredes.
¡No puedo más!
El pánico, el pavor, me comieron vivo. Imaginar no verlo más, no tomar su cálida mano, no oler su especial aroma a café, no… no tenerlo… ¿Por qué no estas, Tweek? Llore hasta desgarrarme la garganta, quedarme afónico por mis gritos. Perdón padre, madre, Ruby, sé que es doloroso verme y escucharme de esta manera. Lo siento.
A las 4:00 a.m. por fin pude reconciliar el sueño. Soñé con él. Estoy tan feliz, ya que, solo ahí puedo verlo y sentirlo.
