He vuelto con una nueva historia de Kakumeiki Valvrave, hace tanto que no escribía algo, especialmente de L-elfxHaruto.
Advertencias: AU, yaoi, un poco excéntrica la historia, sin más disfrútenla nwn
Kakumeiki Valvrave pertenece a Sunrise
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- No te mueras, por favor – decía un niño con lágrimas en los ojos
- Es inevitable, además no debes estar triste, es normal que esto pase, así es el camino de la vida
- No me importa cuál sea el camino de la vida, yo no quiero que me dejes solo, por favor
- Vamos quita esa cara – acaricio la mejilla del pequeño, secando sus lágrimas – además nunca estarás solo, siempre voy a estar cuidándote y también otra más…
- Pero si no te tengo a ti, qué sentido tiene seguir viviendo
- Y si no me tuvieras solo a mí, entonces tu vida tendría sentido de nuevo, no te preocupes todo estará bien, yo te seguiré cuidando, aunque lo hare desde un poco más lejos – y dejo caer su mano, cerrando los ojos y dando fin a su vida, escuchándose el enorme grito y llanto del pequeño niño al lado del cuerpo inerte de la mujer
Una mañana brillante, y un muchacho de cabellera castaña iba recostada en paja sobre una carreta, iba feliz y muy relajado, hoy era un día muy bello y el más alegre de su vida, después de tantos años regresaba a su antiguo hogar, ya quería verlos a todos.
El hombre que conducía le aviso que el pueblo ya estaba cerca, por lo que se levantó y si efectivamente, solo unos metros más y ya estaría ahí. Verifico que todas sus cosas estuvieran guardadas y no dejara nada, la carreta se detuvo y el bajo, agradeciendo al hombre en cuestión
- Muchas gracias
- No hay de qué joven, pero ¿cuánto tiempo piensa quedarse? – pregunto preocupado el hombre
- Pienso quedarme a vivir aquí – contesto feliz
- Ya veo, bueno solo tenga cuidado, este pueblo nunca ha sido muy seguro – y con esa advertencia continuo con su propio camino, dejando confundido al castaño.
Camino por el lugar, todo seguía igual, parecía como si nunca se hubiera ido, se detuvo un momento y respiro profundamente, este era el inicio de su nueva vida, escucho unos pasos, no más bien el sonido de cómo alguien corría apresuradamente, pero lo que le hizo girar y ver a la persona fue su voz
- ¡HARUTO!
- ¿Shoko-chan? – recibió un fuerte abrazo el cual acepto gustoso
- Me alegro tanto de verte de nuevo
- Yo también, ha pasado mucho tiempo – ella asintió – he vuelto y me quedare a vivir aquí
- ¿De verdad? – pregunto sorprendida separándose un poco pero sin soltarlo completamente, el castaño asintió – que bien, no te iras… - las lágrimas querían salir de sus ojos, pero se las seco rápidamente – ya no importa, ahora estas aquí y habrá mucho que necesitas saber
- Así es – pero antes de seguir con su plática, escucharon como alguien se aclaraba la garganta y no era nada más y nada menos que Saki Rukino – ¡Rukino-san!
- Hola Haruto, antes que nada podrían terminar su abrazo, la gente se les queda viendo – en efecto, las pocas personas que por ahí transitaban, reían un poco, unas más lo veían demasiado exhibicionista y algunas más comentaban lo hermoso del amor joven.
Rápidamente se apartaron uno del otro con sus rostros rojos de la vergüenza, la peli negra suspiro, pero de igual modo de una manera un poco más suave y afectuosa le dio la bienvenida a su amigo.
- Se ve que no has cambiado nada
- Opino lo mismo Rukino-san – sonrió amablemente – siento que ha sido una eternidad desde la última vez que hablamos – ambas mujeres asintieron – he llegado al pueblo y todo me parece tan igual, que no ha tenido cambio alguno
- No lo creas tanto Haruto, por aquí siempre ha cambios, como por ejemplo la nueva panadería, la librería, muchas, muchas cosas – dijo animada Shoko, haciéndole una señal a Saki, ambas tomaron de cada brazo a Haruto y se lo llevaron para dar una vuelta por el lugar.
Era cierto, había algunas cosas nuevas, pero para él todo era lo mismo y estar con dos de sus más grandes amigas era como volver a su niñez.
Pero algo llamo su atención, en una casa vio como una familia cerraba el lugar, clavando tablas en la puerta e iban vestidos de luto, le pareció muy extraño, y más que dejara flores en ese lugar, iba a preguntarles a Shoko y Rukino, pero en cuanto llegaron a una panadería lo arrastraron ya que debían de prepararle el almuerzo después de tan largo viaje.
- Haruto ¿ya tienes donde quedarte? – el asintió, aun así ambas mujeres se lo llevaron a otro lado – bueno luego iremos a ver tu casa, por ahora ven que te prepararemos algo delicioso, d¿e seguro que tienes mucha hambre ?– dijo Shoko muy animada
- Un poco, además la comida de Shoko-chan es muy rica
- Si, súper sabrosa aunque no sepas que sea – bromeo la peli negra
Llegaron a la casa de la castaña y le dijeron a Haruto que esperara en la sala, observo el lugar y le pareció extraño, en verdad que había cambiado, ahora Shoko viva sola ya que su padre murió hace algunos años por una enfermedad la cual no pudo curarse a tiempo.
Se asomó por la ventana y otra vez vio a una familia sellar su casa con tablas, vestidos de luto y dejando flores, se giró y tanto Shoko como Rukino estaban muy ocupadas, así que aprovechando su distracción salió y lo más rápido posible se acercó a la señora.
- Buenos días – ella no respondió – disculpe mi indiscreción pero, ¿porque ha clavado tablas en la puerta de su hogar y le puso flores ?– en cuanto menciono esos factores la mujer se echó a llorar, el marido de esta se acercó y la consoló, diciéndole a Haruto que la dejara en paz – lo lamento mucho, pero cuando llegue en otra casa hacían lo mismo
- ¿No eres de aquí verdad? – pregunto serio el hombre, el castaño asintió – entiendo, joven será mejor que te vayas de aquí
- ¿Porque? – el hombre se dio cuenta de quienes pasaban por ahí se le quedaban viendo
- No puedo decirte, solo hazme caso, vete entre más pronto mejor – se llevó a su esposa, dejando confundido al castaño, regreso a la casa de Shoko.
- Tal vez deba preguntarles a ellas… - escucho como lo llamaban, entro a la cocina y ya le tenían listo todo un banquete, por lo que ya no pudo preguntarles nada.
El tiempo se les paso volando y debía irse para su casa, tenía una maleta que abrir y muchas cosas más, ya estaba atardeciendo y la noche no tardaría en llegar, se despidió de ambas y emprendió camino para su hogar, en cuanto salió, le pareció muy extraño que todos en el pueblo ya estuvieran en casa, algunos corrían para llegar, otros más golpeaban fuertemente para que les abrieran.
Llego a su hogar, encendió las luces y se fue a su habitación estaba muy cansado, el viaje fue muy largo debía dormir, entro y se recostó en la cama, por la ventana vio unas luces parpadear, se tallo un poco los ojos, de seguro estaba alucinando, si hasta hace un momento se fijó que todos se metían en sus casas, ¿para que saldrían?
Al día siguiente se levantó temprano y ordeno un poco la casa, ya que en verdad estaba sucia, después iría a comprar un poco de comida y luego visitar a Shoko.
Salió de casa, hizo sus compras, comió y otra vez salió, excepto que en la cara de algunas personas se veían deprimentes otras felices y unas más culpables, pero ¿qué pasaba aquí?
El no recordaba que así fuera, muy raro, toco en la casa de Shoko pero nadie respondía, iba a esperarla, pero se encontró con Rukino, quien también se encontraba depresiva, raro, si apenas ayer reían y bromeaban.
En cuanto la peli negra lo vio hizo su mejor cara fingida y le saludo
- ¿Qué haces aquí tan temprano?
- Vine a saludar Shoko, pero no está en casa, ¿sabes a dónde fue?
- No, y no creo que la veas de nuevo
- ¿Qué quieres decir? – pregunto asustado y confundido, la peli negra se regañó a sí misma, se supone que no debía decir nada – Rukino-san, ¿qué está pasando?, merezco una explicación, ayer llegue y todos se portan muy raro, vi a varias personas sellar sus casa y poner flores en la puerta, dime que… hmmm – la peli negra le tapó la boca y le indico que guardara silencio, ya que comenzó a llamar la atención de los presentes
- Estate callado, y sígueme te contare todo, de acuerdo – el asintió, ambos caminaron hasta la casa de Rukino, entraron y la peli negra se aseguró de que nadie la escuchara ni que hubiera algún espía incensario – siéntate, ¿quieres beber algo?
- Un poco de agua
- De acuerdo – volvió con dos vasos, y le entrego uno a Haruto – veras Haruto, desde que te fuiste, durante todos estos años, Shoko y yo aprendimos que este pueblo guarda más cosas de las que uno cree
- No, no te entiendo
- Veras, como te lo digo, cada día del mes, se debe llevar a alguien del pueblo a un lugar fuera de aquí
- ¿Y Shoko fue una de las elegidas? – ella asintió – pero ¿en qué consiste eso?
- Este pueblo, desde no sé cuándo ha sido vigilado por alguien, pero para que ese alguien no le haga nada, cada mes en un día respectivo se le debe entregar una ofrenda, ya se suena estúpido, pero así es, en la noche un día anterior nos reunimos todos y se hace un sorteo, quien salga elegido se convertirá en la ofrenda o sacrifico más que nada
- Eso quiere decir que… - ella asintió - ¡NO!, debemos salvarle
- Imposible, nadie ha conseguido irse y volver, Haruto no lo hagas, arriesgaras tu vida
- No me importa, mientras Shoko este a salvo sacrificare mi propia vida, además que pasara si en el siguiente sorteo tu eres la elegida, sería lo mismo
- Lo sé, pero no podrás hacer nada, ya se la han llevado
- Pues vámonos, dime por donde es y si no yo mismo iré – y se paró ya estaba punto de salir pero Rukino lo tomo del brazo – no me intentes detener
- No lo hago, pero debemos hacer un plan, si vas así como así te mataran, Shoko también es importante para mi
- De acuerdo
La noche llego y en un claro muy alejado del pueblo, la peli castaña esperaba sentada en un improvisado banco hecho de un troco, jamás creyó que llegaría el día, quería seguir más tiempo con su vida normal, estar con sus amigos, con Haruto, lagrimas dieron señal de querer salir, pero estas se vieron detenidas por el ruido de unas ramas romperse, se paró estrepitosamente y con el corazón en la mano espero para ver quién era, pero gran sorpresa se llevo
- Ha… ¡HARUTO!
- SHOKO-CHAN, que alegría, aun no te has ido, me alegra haber llegado a tiempo
- Sí, pero… ¿porque estas vestido como una chica? – al escuchar eso, se sonrojo y molesto – digo… creo que te ves muy linda y eso y jejejeje
- No te preocupes, pero esto es parte del plan
- ¿Plan? – el asintió – ¿qué clase de plan es?
- Uno en el que ahora mismo te regresas al pueblo y te vas de ahí para siempre, yo me hare cargo de lo demás
- ¿Qué?, no, no, ¿sabes lo que estás diciendo?, morirás si te descubren, si saben lo que hiciste
- Y que importa, lo que ellos hacen para vivir no es vida, sacrificar a quienes son más importantes en su vida es cruel, y yo no permitiré que se lleven a quien significa mucho
- Haruto yo…
- No digas nada, ahora vete, Rukino-san te espera junto con el carro – las lágrimas esta vez no pudieron evitar fluir, abrazo fuertemente a su amigo, no podía creerlo, apenas se vieron nuevamente y ahora él se sacrificaría, no era justo, escucharon como un carro jalado por caballas se acercaba, de inmediato Haruto la alejo de ella y le indico por donde debía irse – vamos ya, no hay tiempo
- Seguro… - el asintió – de acuerdo… espero nos veamos en otro lugar y diferente situación
- Yo también – sonrió feliz, respiro profundamente y dejo salir el aire despacio, ahora que se lo pensaba, quizás lo del vestido era demasiado, pero según Rukino debía intercambiar papeles, ya que los únicos que sabrían a quien se había elegido seria en el pueblo, mas no la persona o cosa en cuestión.
Vio el cielo con nostalgia, jamás se imaginó que al ir al lugar donde había vivido por tanto tiempo seria el mismo en el cual sería el fin de su vida. El carro se acercaba y este se detuvo enfrente de él, vio como un hombre mayor bajaba de la parte de adelante y abría la puerta
- Entre por favor – el asintió, y así lo hizo, por dentro sí que era elegante y costoso, se sentó y escucho como la puerta era cerrada y el carro comenzaba a andar de nuevo, observo por la ventana y en verdad que el paisaje era lúgubre.
Pudo notar que entre más se adentraba el camino se hacía más complicado, ahora entendía eso de que nadie volvía, al parecer solo se podía cruzar en carro, escucho como se detenía y la puerta era abierta, bajo y lo último que le escucho decir al conductor – discúlpeme y entre a la casa – el asintió y agradeció, viendo como el hombre se iba cual rayo, vio la imponente mansión que estaba frente a él, subió las escaleras y como pudo alzo un poco el vestido, quizás Rukino había exagerado con el largo, pero a penas subió sentido como alguien lo observaba, eso le dio escalofríos, se giró, pero no había nadie, seguro eran los nervios, si seguro, la puerta de roble estaba frente a él, dio algunos golpecillos y esta se abrió, entro y las luces se encendieron, revelando un hermoso y enorme vestíbulo, quedo muy impresionado, era como estar en otro mundo, escucho los pasos de alguien venir, trago saliva y espero, giro y bajando por las escaleras venia un hombre de cabellera plateada, a leguas podía notar que era frio y calculador, y temió que este se diera cuenta.
- Buenas noches – saludo el peli plateado, Haruto no respondió – ¿acaso es sorda o no me escucho?
- No… - respondió quedito y tratando de hacer más delicada la voz – discúlpeme…
- ¿Sabe porque está aquí? – él negó, lo que extraño al peli plateado – así que solo subió al carro, bajo y entro aquí sin preocuparse en lo que tendría que hacer
- Honestamente así es
- Bien, entonces sígame para que hablemos – el castaño asintió.
Haruto se acercó al muchacho y este le extendió su mano para que la tomara, dudoso acepto, comenzaron a caminar, el castaño estaba nervioso, rezaba a todos los dioses porque no se diera cuenta, además que sería lo que iba a decirle, tenía razón no sabía que estaba haciendo ahí, lo único de lo que estaba seguro era que debía salvar a Shoko que ahora era una especie de sacrificio, pero y si lo descubría debía buscar una buena forma de irse de ahí.
Llegaron a una enorme biblioteca y el muchacho le indico que tomara asiento, él obedeció y se sentó algo desconfiado, le ofreció una taza de té y la tomo algo desconfiado y nervioso. El peli plateado se sentó frente a él y lo analizo de pies a cabeza.
- ¿Que… sucede? – pregunto nervioso el castaño
- Eres una chica muy extraña, venir y sin saber a qué?, realmente eres de ese estúpido pueblo – él asintió – eres idiota
- Perdón?, pero creo que ha empezado a ser muy grosero, usted me trajo aquí para explicarme la razón del porque vine
- Es muy simple y no necesito de tanto tiempo para decirle, usted será mi cena por el siguiente mes y de esa manera ese pueblo repugnante podrá tener otros 30 días de paz
- ¡¿QUE?! – se levantó asustado , como era posible que el lugar donde vivió durante tanto tiempo y al que volvió, fuera tan cruel y egoísta
- Sorprendida – él también se levantó – pero así son las cosas, para la supervivencia de la mayoría, siempre se debe dar algo a cambio, entiendes una vida por muchas mas
- Eso es… eso es… usted es el único culpable, ha hecho sufrir a muchas familias, usted no tiene una poco de consideración
- ¿Consideración? Y porque debería de tenerla para con humanos tan estúpidos, mentirosos, despreciables, si en verdad hice sufrir a familias, entonces respóndeme algo, ¿Por qué no hicieron lo imposible por salvarlas?
- Bueno… quizás no… digo…
- Ves como no puedes responder algo tan simple como eso, la supervivencia es lo que importa más que nada y al final la culpabilidad los invade hasta mas no poder, que hipócritas
- Eso no es verdad, aquí el único malvado es usted – se paró del sillón, su cara mostraba todo el terror que por su cuerpo corría en ese instante, el peli plateado solo veía las reacciones del castaño, así que quería escapar, pues bien, hasta donde podía llegar en 5 minutos.
El castaño viendo su oportunidad salió de la sala y comenzó a correr a la puerta pero estaba cerrada, busco cualquier otra salida, pero nada, excepto por una sombra, si una mano que le indicaba que le siguiera, no tenía otra opción, así que fue le siguió, no tenía muchas oportunidades, con el largo vestido que traía le resultaba difícil el poder correr, debió haberle dicho a Rukino que no fuera tan largo.
Muy agitado se detuvo para recuperar el aliento, parecía que se adentraba más y más en ese lugar, de nuevo vio la sombre y le siguió, encontrándose con una ventana abierta, y esta daba perfectamente al jardín, no se lo pensó dos veces y brinco a través de esta, la falda se le rasgo un poco, pero no le importo, tenía que salir de ahí, corrió y corrió, casi podía volver a sentirse a salvo y aun mas, podría volver a Shoko y Rukino, pero antes de poder seguir corriendo, sintió una enorme fuerza que le hizo caer contra el suelo y que esta misma mantenía su cuerpo inmovilizado, para cuando acordó se encontró de nueva cuenta con el chico de cabello plateado y ojos violetas.
- Parece que no llegaste muy lejos verdad, realmente me crees idiota
- ¿Qué quiere decir? – en eso la parte superior del vestido fue rasgada, respondiendo a la pregunta del castaño. El peli plateado se quitó de encima y después lo tomo por el cuello, sosteniéndolo en el aire, la cara de Haruto perdía color – su…suelte… gah…
- Realmente la gente de ese pueblo es estúpida, supongamos que creí este basura de teatro, dime que ibas a hacer después, matarme, no verdad, así que finalmente se revelan, me sorprende que tuvieran tanto cerebro como para hacer esto, sabes, cualquier hombre humano caería en esto, pero sabes yo no lo soy, ni un humano y mucho menos alguien tan repugnante que se satisface con el cuerpo de alguien más, no, yo solo los uso a ustedes como mi comida y nada más – presiono más el agarre en el cuello de Haruto – tienes algo que decir antes de morir
- Yo… seré… guh… su… comida… guh… - una imperceptible sonrisa se posó en los labios del hombre
- Que estupidez, y ¿porque aceptaría eso?
- P…porque… usted… nunca… guh… dijo… que tenía que ser mujer… verdad… guh – al castaño le estaba costando mantenerse consciente, ya no podía sentir su cuerpo
El peli plateado se lo pensó un rato, sin dejar de presionar el cuello del castaño, era cierto, solo les había dicho que quería un humano cada mes o sino todos morirían, lo de enviar mujeres jóvenes fue idea de ellos, soltó al castaño del cuello y este cayó al suelo, no se podía mover y sus ojos estaban pesados, lo único que alcanzo a ver y escuchar antes de desmayarse fue…
- Está bien, acepto, pero ten por seguro que en cuanto pase el mes, ese estúpido pueblo desaparecerá de una vez de este mundo
El olor a flores frescas hizo al castaño despertar, muy despacio trato de levantarse, su vista estaba muy borrosa y distinguió una sombra, pero no sabría decir si era un hombre o una mujer, asustado intento pararse para defenderse, pero esta persona se le acerco y se lo impido, haciendo que volviera a recostarse
- ¿Quién eres?
- Shh… - puso un dedo en los labios del joven – por ahora descansa, has tenido un día muy ajetreado, no te preocupes yo te cuidare, por ahora duerme
- Si… Zzzz…
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Espero les gustara, y gracias por leer nwn
