Hoooooooola a todas -vamos, que no debe haber ningún chico aquí- Venimos a inaugurar una sección con OC's en Free!

Bien, ya sabemos que nuestras almas fujoshis aman el yaoi y el fanservice -estoy segura que no comenzaron a ver Free! por la trama, pervertidas *cof, cof* yo tampoco *cof, cof*-, pero con una amiga (LikeMyself, búsquenla si quieren (?) comenzamos a escribir y nació esto...

Bueno si, un poco de hetero entre tanto yaoi no les va a hacer mal... Espero que les guste 3

Prologo.

El sacudón de hombros de parte de su gemela la hizo abrir los ojos.

-Kate… Kate, llegamos. –Le dijo su gemela, pero aunque ya hubiese entreabierto los ojos, ésta la seguía sacudiendo- ¡Abre los ojos, bella durmiente!

-¡Estoy despierta! –Dijo apartándose de ella.- ¿Hace cuanto llegamos? –Le preguntó enderezándose en el asiento y refregándose los ojos. -Hace cinco minutos, ¡y no despegaste un ojo desde que dejamos Inglaterra! –Le dijo Charlotte con su característica sonrisa, tomando su bolsito de mano y saliendo al pasillo.

-Exagerada… -Katherine estiró sus brazos y tomó su cartera- no me digas, estuviste despierta todo el viaje. –Le dijo mientras le pisaba los talones.

-¿Es que no estás emocionada? ¡Nuestro primer intercambio!

-Hubiese preferido al menos mirar un mapa para saber dónde estamos paradas…

-¡Tú siempre tan detallista! –Charlotte pasó su brazo por los hombros de Katherine.

-¡Pero sin mí estarías perdida en esta vida! –Le retrucó sonriendo.

-Y tú te aburrirías. Cambiemos de tema… ¿Cómo crees que será la nueva escuela?

Charlotte sacó el brazo de los hombros de su hermana mientras ambas bajaban del avión. Después tomaron su posición habitual, una al lado de la otra, casi tocándose: Katherine a la derecha y Charlotte a la izquierda. Kate lo pensó.

-Mientras tengan una buena clase de arte o un taller, estoy feliz. ¿Y tú?

Lottie hizo exactamente lo que su hermana había hecho.

-Espero que haya un club de gimnasia, como en Inglaterra. No me gustaría perder la práctica… ¿Y si las clases de arte no son buenas? –Katherine suspiró, pero mantuvo su mirada adelante, sin mirar a su hermana.

-Siempre puedo ir a la casa del vecino y hacer un mural en su pared. –Ambas hermanas rieron- ¿Y tú? Si no hay un club de gimnasia, digo.

-Siempre puedo hacer parkour en los tejados de las casas de los vecinos.

Era gracioso, por que Charlotte, que era una buena gimnasta, era algo lenta en cuanto a correr, en comparación con Katherine, que tenía más agilidad. Pero en cuanto al arte… Katherine era una gran artista y a Charlotte no le importaba. No era que no le gustasen los dibujos de su hermana, era que simplemente no le importaba como lo hacía ella, le daba lo mismo hacer un hombre de palito que un cuerpo entero. Ambas fueron rápidamente al interior del aeropuerto y tomaron sus valijas.

-Éste es el momento en el que me agradeces por entrar a la clase de idiomas. –Dijo Lottie, cuando estaban en la puerta esperando un taxi.

Cuando por fin uno se detuvo, ambas hermanas entraron. Kate le dijo una dirección al conductor, y el taxi se puso en marcha.

-Vamos a nuestra nueva casa… -Le dijo Kate a Lottie sonriendo- sabes, lo he estado pensando. Quizá este año podría hacer gimnasia contigo… quizá, no lo sé.

Lottie abrazó fuertemente a su hermana, y ésta le devolvió el abrazo.

Chapter one.

Habían llegado hacía ya dos días, se habían instalado en su nueva casa, que no era ni pequeña ni grande, era una casa promedio, y se preparaban para ir a su nueva escuela. Lottie había insistido en comprar bolsos nuevos para llevar, pero Kate se había negado a comprar algo como lo que Lottie quería: un par de bolsos grandes y femeninos en tonos de rosa pastel. Así que se compró una nueva mochila negra, casi igual a la que ya tenía salvo por unos detalles de líneas rojas al frente.

El viaje en tren fue entretenido, sobre todo luego de la estación anterior a la cual debían bajarse, desde ahí todo el camino estaba repleto de paisajes hermosos con flores de cerezo desperdigadas por el suelo. Eso de los cerezos parecía ser normal en Japón, pero la visión de tanto rosa les resultaba extraña en comparación a lo gris de Londres. Sí, a Japón, habían ido a parar a Japón. A Katherine no le gustaba mucho la idea, pero tampoco le molestaba. En cambio, Lott habría estado igual de emocionada si hubieran caído en Nueva York o en el medio del Sahara.

La Preparatoria Iwatobi estaba más llena de lo que habían pensado, las chicas hablaban animadas en grupos dispersos por el lugar; los chicos también, pero de manera diferente, hablaban reunidos alrededor de las canchas de tenis o la pista de atletismo que se podía ver un poco más allá. Decidieron ponerse en marcha, ya que faltaban poco más de diez minutos para su primera clase y aún debían pasar por la Dirección a recibir sus horarios de clases, además debían preguntar en que clase les tocaba, y de ser posible encontrar un mapa de la escuela.

Desde donde estaban, en la puerta principal, hecha con dos columnas (más bien prismas, pero a nadie le importa) de ladrillos y luego rejas que rodeaban todo el predio, se leía en el edificio un cartel que decía algo sobre un club de natación, pero Lottie no supo del todo que decía. Vio a Kate inclinando su cabeza hacia la derecha, como si haciendo eso pudiera leer correctamente los kanjis.

-Felicitaciones… a nuestro –Kate, que estaba leyendo, enderezó su cabeza- Club de Natación… por haber pasado… a las regionales. Sí, eso dice. Estoy un noventa por ciento segura.

-Ya te dije que me agradecieras por haberte metido en esa clase de idiomas, eres una maleducada; no lo hiciste todavía.

-Esto… Gracias por inscribirme sin mi permiso en una clase de idiomas al cual no quería ir pero me obligaste a hacerlo de todos modos porque eres estúpidamente persistente- dijo Kate sin convicción, por lo cual sonó a pregunta.

Lottie bufó.

-De nada. De todas formas así me quieres.

Kate se acercó a su hermana y le pasó un brazo por el hombro, el cual retiró luego de unos segundos.

-Vamos-le dijo.

Lott se cruzó por delante de Kate, posicionándose como habituaban hacer, para andar despacio hasta el edificio de la Preparatoria Iwatobi. Las gemelas ya habían recibido su uniforme, que constaba de camisa blanca de manga corta- la cual tenía un detalle de una línea alrededor de cada manga- con un moño rojo que cerraba su cuello, chaleco gris con el logo de la Preparatoria Iwatobi ubicado en el pecho del lado izquierdo, chaqueta negra que también poseía el mismo logo en el mismo lugar, falda tableada color marrón, medias hasta la rodilla de color azul y zapatos marrones. La piel blanquecina de las dos chicas parecía aún más blanca con esas ropas, y su pálido cabello rubio destacaba con la luz solar sobre él.

Lottie caminaba cabizbaja, recontando en su mente todo lo que tenía que preguntar sin dejar que su instinto le ganara y saliera corriendo por la puerta a hacer algo más emocionante que hablar con un tipo probablemente gordo y viejo o fuese quien fuese su director. Necesitaba preguntar sobre el Club de Gimnasia y sobre el de Arte. Estaba segura de que había un Club de Atletismo, porque había visto la pista para correr; pero nada más.

Caminaron a paso ligero por los pasillos, siendo guiadas por instinto hacia la Dirección. Kate, quien miraba más hacia su alrededor-no en posición egocéntrica, más bien por proteger a su hermana, quien caminaba como si le diera miedo y le resultaba muy extraño esa clase de comportamiento en la efusiva de Lott- se dio cuenta de que estaban siendo observadas, de una forma parecida a "¿Y estas dos de dónde salieron?".

Katherine estaba segura de que esa no era la razón del comportamiento extraño de Lottie no era a causa de las miradas. Hacía casi dieciséis años que aguantaban la misma cara tonta y exclamación estúpida: "¡Ustedes son idénticas!". Claro que eran idénticas. Gemelas. GE-ME-LAS. La gente muchas veces parecía no entenderlo. Y luego estaban los que las confundían todo el tiempo. Aunque eso a veces resultaba bastante divertido.

Una chica de su altura venía corriendo desde la izquierda mirando hacia atrás, y Lott, quién aún caminaba cabizbaja no la vio. Kate si lo hizo, pero sus reflejos no alcanzaron para impedir que la chica golpeara con su cuerpo a su hermana, haciendo que cayera al piso. A pesar de eso, los reflejos si alcanzaron como para agacharse a máxima velocidad e impedir que la cabeza de Lottie rebotara contra el piso, poniendo un brazo entre estos dos. La chica cayó con la cara contra el piso, y se golpeó la frente, un par de chicas se acercaron entonces. Fue entonces cuando Kate se detuvo a mirarla. Tenía el cabello color violáceo-rojizo atado en una coleta alta, y el cerquillo sobre su cara ahora estaba desordenado. Sus ojos eran casi del mismo color que su cabello y de lo que ahora era su frente, porque se estaba tornando roja por el golpe.

-¡Gou! ¿Estás bien?

-Algo así -contestó la chica junto a Lottie-. Yo… Esto, lo siento -movió su cabeza para mirar a Lottie, quien se estaba levantando del piso algo conmocionada por la sorpresa del impacto. Luego observó el brazo de Kate, justo entre el piso y la frente de su gemela. La chica que parecía llamarse Gou miró a Kate, y a Lottie. Y luego a Kate de idénticas -susurró.

-Eso parece, ¿no? -Dijo fría Kate, un tanto enojada porque había atropellado a Lottie, a quien no parecía importarle en lo más mínimo. El bolso de Lott había quedado un par de pasos más allá, alguien lo devolvió, pero Kate no prestó atención.

-Pues sí, somos gemelas. Soy Charlotte, pero dime Lottie o Lott, o como prefieras. Y este iceberg es la fría de mi hermana, su nombre es Katherine. Somos nuevas y…

-Lottie, cállate que la vas a asustar. Tu nombre es Gou, ¿verdad? -Dijo Kate con expresión un tanto aburrida.

-Kou -contestó ella-.

-Bueno, Kou. ¿Sabes dónde queda la dirección? Vamos con unos minutos de atraso… y debemos preguntar un par de cosas antes de entrar a clases.

-Voy hacia allí a hablar con la profesora de Literatura, puedo llevarlas si quieren- les contestó Kou, o Gou. Vaya uno a saber. Las dos chicas asintieron mientras le tendían una mano a Kou para que pudiese levantarse del suelo.

-Ustedes no son de aquí, ¿verdad?-comenzaron a caminar siendo guiadas por la chica de cabello de color dudoso- Quiero decir, se nota. No me refiero a que sean raras, bueno, en realidad si destacan; o sea, son gemelas demasiado idénticas y-el tono de voz de Gou comenzó a disminuir conforme hablaba cada vez más rápido-… Lo siento. Siento haberte empujado, venía distraída y no pude verte. Y…

-No te preocupes, estoy perfectamente- contestó Lottie con una sonrisa-.

El resto del camino fue silencioso, Gou dejó a las hermanas en la puerta de la dirección mientras iba a buscar a la profesora justo en la puerta de enfrente.

Tocaron la puerta y un hombre algo mayor les abrió.

-¿Charlotte y Katherine Highwood?

-Así es. –corearon ambas hermanas asintiendo.

-Por favor, pasen y tomen asiento. –Les dijo el hombre haciéndose a un lado y extendiendo el brazo, dándole espacio a las hermanas para pasar. Intentó no sorprenderse al ver lo idénticas que eran, pero supo que falló cuando notó la mirada de Kate.

Las gemelas entraron silenciosamente y caminaron hasta el par de sillas que había frente al escritorio. El director había cerrado la puerta detrás de ellas y se sentó en la silla detrás del escritorio.

-Bienvenidas a la Preparatoria Iwatobi, señoritas Highwood. –Las saludó- Espero que como estudiantes de intercambio disfruten la instalación. Aquí tienen sus nuevos horarios –El director le dio a cada una un papel, que misteriosamente, contenía los mismos horarios y salones. Las hermanas los tomaron, pero al leer los nombres los intercambiaron- Bien, señoritas, espero que disfruten su primer jornada en la preparatoria, ¿Alguna pregunta?

-¡Si! –Saltó Lottie, que a decir verdad había estado bastante tiempo esperando para preguntar- ¿Hay un club de gimnasia… o de arte?

-Lo siento chicas, pero si a lo que te refieres con Gimnasia es a Gimnasia Artística, no tenemos. En cuanto al de arte tiene los cupos llenos. –Ante esas palabras las hermanas se miraron mutuamente, diciéndose con la mirada "¿Y ahora, qué hacemos?"- Pero aún así tenemos lugar como en el de Atletismo y el de natación… Pueden unirse al que deseen.

-¿Cuánto espacio hay en cada uno? –Preguntó Kate, girándose hacia el director.

-Bueno, hay sólo un espacio libre en el de Atletismo, ya que un estudiante lo dejó; pero hay mucho en el club de natación, es un nuevo club.

-Gracias, de todos modos. –Dijo Kate, y las dos se pusieron de pie y se dieron vuelta.

-Que tengan un buen día. –Les dijo el director mientras Lott abría la puerta. Las dos se voltearon al mismo tiempo.

-Gracias. –Respondieron al unísono y dejaron el lugar.

Al salir, notaron cómo los pasillos se iban vaciando lentamente, Kate bajó la mirada a su hoja de horarios y Lottie le sonrió. Mientras Kate seguía leyendo, Charlotte la tomó por el brazo y la arrastró por el pasillo recorriendo y girando en las esquinas que había memorizado de un mapa en la dirección.

-Me sorprende que estés tan feliz cuando nos acaban de decir que no hay un club de Gimnasia… De verdad creí que querías ir-dijo Katherine, tropezando detrás de Lott, casi cayendo sobre ella.

-¡Eso lo solucionamos después!-respondió sin dejar de arrastrar a Kate- ¡No está bien que las nuevas alumnas lleguen tarde!

Después de dar dos vueltas y subir unas anchas pero no tan largas escaleras, Lott arrastró a Kate, que se dejaba llevar, moviendo apenas los pies para que su hermana no se esforzara tanto; mientras tanto, ella observaba carteleras e incluso una vitrina en la que tenían diferentes premios de la escuela. Al cabo de un par de minutos, Lottie se detuvo frente a una puerta. Ella se asomó por la ventana de la puerta y miró hacia adentro.

-¿Está el profesor?-Preguntó Kate, juntando su cabeza con la de Lott. El profesor al parecer aún no llegaba, pero Lottie no se movió- ¿Qué pasa Lott? Has estado rara desde que llegamos…

-Es que… estoy acostumbrada a la gente, Londres es grande, pero… Esto, esto es un descontrol. ¿Cuántas personas hay por clase? Como treinta al menos, y hay más de una clase por curso, ¡está completamente lleno!

-Todo irá bien Lottie…-Kate intentó animar a su hermana-. Además estamos en Japón, quiero decir… ¿qué esperabas?-enarcó una ceja y rió levemente. Su hermana rió también.

Las dos se apartaron del vidrio simultáneamente y Kate abrió la puerta. Intentando no llamar la atención, las dos se escurrieron al otro lado de la puerta. Cuando estuvieron del otro lado, sintieron todas las miradas en ellas. Bueno, no eran todas las miradas, pero si las suficientes como para cohibirlas. Vieron al mismo tiempo dos asientos libres en el fondo de la clase, última fila, junto a la ventana. Se movieron a paso ligero entre las filas de bancos con chicos de su edad hablando animadamente y los que no lo hacían estaban mirándolas con cara de "Son clones" sentados en ellos. "Lamentable" había pensado Katherine, que caminaba cabizbaja evitando miradas que la frustraban desde tiempos inmemoriales. En cambio, Charlotte, que ahora se le había pasado su momento de "vergüenza", sonreía y paseaba su vista entre sus nuevos compañeros de clase. Cuando se sentaron, una mujer joven abrió la puerta.

-Buenos días-dijo ella. Era casi tan baja como las gemelas, tenía una melena color café hasta los hombros, y ojos del mismo color. Llevaba una camisa blanca y un saco en tono verde pastel sobre ella-. ¡Hoy tenemos nuevas alumnas con nosotros!- anunció con una sonrisa-. Señoritas Highwood, ¿pueden acercarse? Chicas, yo soy su profesora de Literatura, Miho Amakata.

Las hermanas se miraron entre sí, para segundos después ponerse de pie e ir hasta el frente. La profesora Amakata les tendió una tiza a cada una. Dudaron en tomarlas, pero al final lo hicieron y escribieron sus nombres. Primero en katakana (puesto que es lo que se usa para escribir palabras extranjeras) y luego en las letras a las que estaban acostumbradas con bonita caligrafía. Después se giraron hacia la clase, sacudiendo el polvo de tiza de sus manos.

-Yo soy Katherine Highwood, pero pueden decirme Kate.

-Y yo Charlotte Highwood, llámenme Lottie, Lott o como gusten mientras no me digan Charlie.

-Somos estudiantes de intercambio de Inglaterra.

-Nacimos de una ciudad llamada Manchester y…

La puerta se volvió a abrir, pero esta vez entraron dos chicos que debían de tener su edad. El primero era alto. Muy alto.

O así lo veía Lottie, estaba segura de que si se paraba a su lado le llegaría al pecho con algo de suerte. Tenía el cabello castaño claro… ¿o era rubio oscuro? No es el caso. Tenía el cabello claro y le tapaba la frente. Sus ojos –y esto fue lo que llamó la atención de Lott- eran de color verde. De un jade profundo, tal y como los que ella misma poseía, al igual que su hermana. El otro chico era un tanto más bajo que el primero; tenía el cabello negro oscuro, y un mechón caía desordenado sobre su frente. Los ojos de este chico eran azules y profundos como el mar. Podías ver el alma del chico si te los quedabas mirando, Kate estaba segura de eso.

-¡Perdón por llegar tarde! -Se apresuró a decir el chico de ojos verdes, mientras les daba empujoncitos al otro. A las hermanas les pareció oír algo parecido a "Esto es lo que pasa cuando demoras tanto en el baño y luego quieres desayunar caballa, Haru", pero no comentaron nada y sonrieron para sus adentros por lo chistoso de imaginarse al chico cocinando y al otro implorándole irse.

Ambas se giraron hacia ellos. El chico más alto levantó la mano en forma de saludo y Charlotte le sonrió ampliamente; el otro chico y Kate mantuvieron la misma expresión, pero los ojos de ella estaban clavados en los de él.

-Lamentamos haberlas interrumpido-La voz del castaño se hizo escuchar, haciendo que Kate dejara de pensar en el color de los ojos del morocho; aun así, su mirada no se desvió. El chico alto le dio un codazo al otro.

-Si –el susodicho inclinó su cabeza para leer la pizarra- Charlotte y Katherine…

Kate sintió un color que apenas le subía a las mejillas ante la mención de su nombre completo viniendo del chico.

-Que sea la última vez, Haruka, Makoto. Tomen asiento por favor. Chicas, pueden sentarse-dijo La profesora Amakata.

Los chicos pasaron por delante de las gemelas en dirección al fondo… donde estaban sus cosas. La mochila negra de Kate estaba apoyada sobre la mesa. El bolso de Lott colgaba a un lado de la mesa de al lado.

-Disculpa –dijo Charlotte enroscando uno de los rubios rulos que estaba sobre su hombro en el dedo índice de su mano derecha-. No sabíamos que se sentaban aquí, y nadie nos dijo nada…

-¿No han traído los bancos para las chicas? -Preguntó la profesora-. Supongo que de momento…

-¿Nos sentamos en el piso?-interrumpió Lott.

-Si, en realidad no me importa, me da exactamente igual -Dijo Katherine con su rostro casi inexpresivo, tomando su negra mochila y caminando un par de pasos hasta llegar a la pared del fondo de la clase. Dejó su mochila contra la esquina, apoyó su espalda contra la pared, y estaba a punto de dejarse deslizar cuando recordó que andaba de falda y que si lo hacía cualquiera que estuviera mirando… bueno, vería cosas que era preferible que no se vieran. Kate no estaba acostumbrada a usar faldas, ella más bien prefería usar deportivos, cosas que le permitieran estar cómoda y no tuviera que preocuparse por que podría llegar a verse si hacía algún movimiento "inadecuado", como patear a alguien por ejemplo. ¿Qué haría si tuviera que patear a alguien? Katherine no lo sabía.

"Es porque eso no es adecuado para una chica -había dicho su hermana-, las faldas te obligan a ser femenina Kate, por eso las usan. Y tú vas a hacerlo también". Era una tortura. Entonces, ¿no era libre de despatarrarse en el piso? Evidentemente no.

Estuvo un rato pensando en cómo llegar al piso sin que se le viera nada. Cuando se le ocurrió que podía ir hacia adelante y arrodillarse, era algo tarde. El chico alto, que parecía ser Makoto había estado viendo su cara de incomodidad, y ya se había levantado de su asiento y venía hacia ella.

-¿Y si tú te sientas en mi lugar por hoy?- Le dijo amable mientras le tendía una mano-. Soy Makoto Tachibana. Gusto en conocerte… ¿Charlotte?

-No, Kate -dijo tomando su mano-.

-Lo siento, es realmente difícil darse cuenta…

-No te preocupes, que estamos acostumbradas. Esto, ¿en serio puedes quedarte aquí?-Al ver que el chico asentía, sonrió agradecida-. ¡Gracias!

Katherine volvió a tomar su mochila y se dirigió hasta el banco del castaño, que aparentemente era el contiguo a la ventana, ya que el chico de ojos azules, quién por deducción era Haruka, ya estaba sentado ahí, hipnotizado mirando a través de esta. Miró hacia atrás y vio como Lott se sentaba en el suelo con gracia.

"Al fin y al cabo, ella es la gimnasta-trató de animarse Kate-".

-Entonces, tú si eres Charlotte-dijo el chico que estaba junto a ella en el piso-.

-Milagro no me has confundido con Kate-contestó ella-.

-En realidad, ya me la confundí a ella contigo. Supongo que no me presenté. Soy Makoto.

-Tú ya sabes mi nombre…

-Bien chicas, espero que puedan adaptarse pronto-dijo la profesora-. Ahora me gustaría poder comenzar con la clase, así que silencio por favor.

Todos callaron, y Lott no fue la excepción.

La clase pasó. Dos veces, un tanto avergonzada, Lottie se había visto obligada a pedirle a Makoto que le repitiera lo que la profesora Amakata había dicho; pero él había girado su cabeza, y le había contestado con una sonrisa amable.

Kate, por su parte un par de metros lejos de Lottie, ni siquiera había intentado hablar con Haruka, pues sabía que no habría servido de nada. Se levantó del banco que le había prestado Makoto. Estaba frustrada. Haruka no le había dicho ni "hola" cuando se sentó junto a él. "Tú hubieses hecho lo mismo", se dijo después, mientras cerraba el libro de texto y se ponía de pie para encontrarse con su hermana.

-¿Cómo te fue?-Le preguntó feliz Lottie. Kate suspiró.

-Le entendía menos a la profesora de Matemáticas de Londres.

Ambas rieron y Lottie pasó su brazo por los hombros de Kate. Ella le sonrió, pero la sonrisa de Lottie era más amplia, y a Kate le daba gracia lo bien que conocía la "cara de soborno" de su hermana.

-No me digas-Kate saco el brazo de su hermana de sus hombros-, olvidaste el dinero para la comida.

-¡Si! ¿Trajiste dinero de más? –Lottie juntó sus manos como si estuviese rezando- ¡Por favor! No me dejes morir de hambre.

Katherine tomó su mochila sin mucha ceremonia y de uno de los bolsillos sacó una carterita. La abrió esperando sacar más dinero del que en realidad tenía, pero cuando lo contó se dio cuenta de que sólo llevaba dinero para su almuerzo, nada más. Lott seguía esperando que le entregase dinero, pero Kate volvió a guardar los billetes.

-Sólo tengo mi dinero… No alcanzará para las dos.

Los brazos de Lott cayeron de forma pesada, igual que sus hombros y su cabeza.

-Parece que me moriré de hambre hoy.

-Ya comerás algo, siempre lo haces. –Kate volvió a guardar el dinero en su cartera y salió de la clase, con Lott pisándole los talones.

-¡Pero yo quiero comer! –Se quejó cuando llegaron al umbral de la puerta.

-Tuviste que haber pensado en eso cuando estábamos en la puerta de casa.

Ambas empezaron a recorrer el lugar, ya que no tenían que comer (sería una maldad de parte de Katherine estar comiendo mientras Charlotte se moría de hambre), un paseo no estaría mal para ignorar el vacío de sus estómagos. En el recorrido, pasaron cerca de la vitrina con algunos premios; los habían de distintos tipos: Atletismo, Arte, Matemática, etc. Y todos con la foto del club a su lado.

-Eh, yo conozco a dos personas del club de Natación. –Dijo Lottie sonriendo y apuntando a la foto. Kate movió sus ojos hacia dónde apuntaba Lott.

En la foto había cuatro chicos en traje de baño sonriendo… en realidad, sólo sonreían tres de ellos, uno estaba mirando la piscina detrás de ellos.

-Al parecer, esa es la cara que tiene siempre… -Dijo Kate, para que Charlotte no notara que estaba un poco embobada con la vista del chico con el torso desnudo.

-Si está en el club de natación, ¡me sorprende que te sorprenda que tenga músculos! –Y en ese momento Kate se dio cuenta que falló.

Con la única persona con la que fallaba intentando no mostrar sus emociones era Lottie, quizá fuese por los dieciséis años que pasaban juntas a toda hora, sin contar los ocho meses dentro del vientre materno. Siempre habían sido inseparables, y habían hecho lo mismo sin darse cuenta. Desde decir lo mismo, hasta vestirse inconscientemente de la misma forma, había un estrecho lazo entre ellas.

Kate golpeó suavemente el brazo de Lottie.

-Sigamos caminando. –Le dijo pasando a su lado.

Lottie miró por un instante más la foto y después dio rápidos pasitos hasta estar a la altura de su hermana. Siguieron caminando, y sin saber cómo, llegaron hasta la azotea. Las dos pusieron su mano en su frente para hacer sombra a sus ojos, no estaban acostumbradas a tanto sol. Ese era un día de verano comparado con el cielo gris de Inglaterra. Pero no estaban solas en la azotea: encontraron, sentadas a la sombra, a la chica que había chocado contra Lott, Gou, y a su amiga, las dos comiendo. El estómago de Lottie rugió y ella se llevó las manos a éste.

-Katy… ¡tengo hambre! –Se quejó ella, pero Kate sólo cruzó los brazos sobre su pecho.

-¿Y que quieres que haga si…?

-¡Hola! –Saludó Gou, sacudiendo el brazo hacia ellas- ¡Acérquense!

Las hermanas se miraron un segundo, pero fueron junto a ellas. Al ver su comida, el estómago de Lottie volvió a rugir, y también el de Kate, pero el de ella era más callado y no tan quejoso y sonoro como el de Lott.

-Lamento haberte chocado en el pasillo, de vuelta, -Le dijo sonriéndole a Kate.

-En realidad… -Dijo Lottie sonriendo- me chocaste a mí, pero no importa.

-Kou, quisiera hacerte una pregunta. –Interrumpió Kate, yendo directo al grano- ¿Cómo hacemos para unirnos a un club?

-¿Su primer día y quieren unirse a un club? –Katherine abrió su boca para decir algo, pero no llegó a decir nada por que la pelirroja siguió hablando:- No hay nada de malo con eso, tranquila, simplemente deben hablar con alguno de los integrantes del club, ¿A qué Club quieren unirse?

-Natación. –Respondieron las dos al mismo tiempo.