Disclaimer: Digimon y todo su universo no me pertenecen (una pena, la verdad)


Repentino

Los ojos no son la única forma de mirar. Se puede ver con las manos, con la nariz, con la boca, con el alma, con la imaginación, con el corazón. Y a Miyako le encantaba crear sin ver. Tenía en su departamento una habitación sólo para crear; estaba sucia y había poco espacio, pero era su habitación favorita.

En su atril colocaba un cuadro en blanco, se vendaba los ojos y con sus manos trazaba lo que su corazón le dictaba. Ella no era buena dibujando, ni tampoco pintando dibujos ya hechos, pero crear sin ver era otra cosa. No tenía límites ni restricciones, no había guía ni había copias. Era expresarse y redescubrirse. Era ser, vivir y sentir en colores, en texturas. Era su secreto, algo que le pertenecía a ella y a nadie más que ella. Hasta que llegó ese día.

El día en que Miyako dejó de crear sólo para ella, fue el día en que decidió dejar su corazón en alguien más. Ella sólo quería ayudar. Y él necesitaba de su ayuda.

El corazón no es el único que ama. Aman también las manos, la nariz, la boca, el alma, la imaginación, las palabras. Y a Jou le encantaban las palabras. Tenía en su dormitorio una biblioteca repleta de libros que él, preso de su logofilia, leía y releía. Leía para evadir lo que sentía, para olvidar su realidad. Hasta que llegó ese día.

El día en que Jou no pudo seguir eludiendo, el día en que el peso de su mundo comenzaba a aplastarlo y él no encontraba libro que resistiera. Ese día la vio a ella. Y ella lo vio a él. No con los ojos, como lo habían hecho hasta el momento, pero con el alma.

Comenzaron con un té, hablaron como nunca —con lo que a Jou le gustaban las palabras—, y acabaron creando en la habitación de arte secreto, con los ojos vendados —con lo que significaba para Miyako revelar aquel secreto—. Y no lo planearon, tal vez eso fue lo maravilloso de su amor. Repentino y para siempre.


Wow, no escribía hace tanto tiempo que ahora se me hace raro leerme.

Quiero agradecerle a SkuAg, por el aguante y por ser tan genial, por salvarme del maldito bloqueo y por alegrarme con su amistad. ¡Te quiero, Sku! La colección entera está dedicada a ti.

A todos, ¡gracias infinitas por leer!