Hilos del Destino.
Los confines de la Torre del Reloj en medio de Londres, Inglaterra, uno de los complejos más importantes para los practicantes y estudiosos de la magia, considerado por muchos de estos no solo un sitio de estudios, sino una de las bóvedas de secretos del mundo mas importantes que alguna vez haya existo, que algunos cometían la osadía de incluso llegar a comparar con los Registros de Akasha, el origen de toda la información habida y por haber, casi todos tenían en claro que era una idea absurda el solo tratar de ir en contra de los principios de su lugar, por el miedo de acabar con un destino peor a la muerte a manos de la mujer que se había ganado el apodo de 'La Reina de la Torre del Reloj', Lorelei Barthomelloi Vice Directora de la Torre del Reloj, que según las historias decían era de las Magas mas poderosas de esta generación, historia que nadie realmente había podido confirmar sin acabar muerto en el intento.
Pero a pesar de todo aquello existía un nombre que infundía muchísimo mas temor que el de la Reina, después de todo había un cargo por encima del de ella, el misterioso Director del lugar, cuyo nombre era una leyenda en si mismo, Kischur Zelretch, no por el hecho de que se tratara de un mago tremendamente poderoso, que incluso llego a enfrentarse a Brunestud de la Luna Carmesí… en otras palabras al vampiro mas poderoso que haya existido, que se consideraba el Ancestro mas poderoso de todos, sino que había logrado vencerla, sino por algo mucho mas sencillo, su infame sentido del humor y su capacidad de meterse con la realidad para jugar bromas de un tipo muy pesada gracias a su magia Kaleidoscopio.
Quizás era por todos los años de existencia que el hombre acumulo en su existencia prácticamente como un inmortal (beneficios de ser el mismo un ancestro) o por el simple hecho de poseer un poder que lo hacia compararse con los dioses, pero el simple hecho se podía reducir a una sola cosa, el pobre hombre tenia la tendencia a aburrirse con una facilidad suprema, no importaba que hiciera era difícil mantener su atención por demasiado tiempo, lo que en ocasiones como esta conllevaba a la serie de sucesos que afectaría su universo en especifico.
Es que verán, precisamente en su mundo había un hecho que comúnmente ocurría una vez cada 50 años, la Guerra por el Santo Grial, que para el momento no tenia nada que ver con la leyenda del famoso Rey Arturo, no, mas precisamente se refería a un hecho que fue formado de manos de 3 poderosas familias contemporáneas de magos Los Einzbern, los Makiri, y los Tohsaka, La primera una afamada familia de magos y alquimistas de origen alemán, y la segunda dos de las estirpes mas importantes de magos Japoneses, la idea del grial era directa, de funcionalidad bastante simple, cada cantidad de tiempo se ejecutaría una guerra entre magos, 7 participantes escogidos para tomar parte en la guerra, magos de diferentes familias dándole especial prioridad a los fundadores a tomar parte.
Una vez estos estuvieran seleccionados, el divino objeto les concedería la posibilidad de invocar a un Espíritu Heroico, es decir, la oportunidad de llamar a un guerrero legendario para asistirlos en la guerra y en el combate para obtener un deseo, de ahí en adelante el objetivo era matarse los unos a los otros hasta que solo un héroe y un mago quedaran en pie, dándoles así la oportunidad de tener un solo deseo, que no estuviera limitado en lo mas mínimo por la voluntad del mundo, un reto que solo la Magia Real, podría conseguir.
Y por lo que se escuchaba, hasta la fecha el magnifico ritual nunca se ha podido completar, por un hecho u otro este llego a su fin sin que fuera finalizado realmente, habían rumores de que al menos los primeros dos, que la carnicería había llegado a tal punto que ninguno de los participantes vivió para ver el final, en el tercero los Einzbern trataron de ir contra las reglas normales invocando a un Espíritu Heroico fuera de lo común, que acabo con dicho sirviente siendo eliminado casi tan pronto empezó la guerra.
Y ahora las historias del fiasco de la 4ta guerra llegaron a la Torre del Reloj, para empezar, aparentemente uno de los guerreros legendarios invocados se salio control y acabo liberando una criatura similar a Godzilla en las costas de la ciudad, lo cual culmino en una alianza entre todos los otros participantes con tal de deshacerse tanto de la criatura, el espíritu y el maníaco que había invocado aquella abominación.
Luego vendría el hecho de que un heredero de una importante familia, había sido eliminado junto con su esposa a sangre fría por el Asesino de Magos que era otro de los participantes en dicho batalla, además de la muerte de Tohsaka Tokiomi, actual jefe de la familia bajo circunstancias bastante extrañas, dejando por ultimo y no menos importante el incidente que ocurrió casi al culminar el combate entre magos.
El infierno en la tierra que se desato cuando aparentemente el cáliz apareció ante el ganador, en una sola noche un mar de llamas se desato por todo el centro de la ciudad, consumiendo de manera salvaje todo lo que alcanzaba, personas, edificios, absolutamente nada se salvaba de aquellas llamas que parecían existir únicamente para causar sufrimiento, y ya de ello no hacia mas de unos meses.
Suena interesante.-Paso por la mente del hombre de cabellera blanca conforme daba un sorbo a su taza de te de manera relajada en su cómodo sofá, simplemente dedicándose a lanzar miradas inquisitivas a su alrededor mientras meditaba que podía hacer en ese momento y con aquella información.- ¿Como podría hacer esto mas interesante?
Se planteo mentalmente las diversas posibilidades pasando su mano por su barba de momentos, había tantas posibilidades y con aquellas cortas miradas que pudo tomar del futuro la guerra tenia tantas opciones, tantas posibilidades distintas, pero ninguna que realmente le resultase atractiva del todo.
Finalmente opto por levantarse de su asiento dándole una mirada corta a su reloj mirando las manecillas de este de forma atenta por menos de un momento mientras que alcanzaba su bastón con su mano libre, y apenas estuvo aquello hecho una 'puerta' se abrió frente a el, mas que una puerta, parecía un pasaje que llevaba a un pasillo de miles, no miles es un numero que no alcanzaba a describir aquello, eran como si miles de millares de escenas pasaran una al lado de otra crean un efecto de Kaleidoscopio, esa era la magia insignia de aquel anciano, y con un paso este simplemente se desvaneció una vez que atravesó aquel portal, este desapareciendo con el un momento después.
Su simple voluntad hizo que este se colocara en su objetivo, el portal volviéndose a abrir en unas oscuras catacumbas que se ubicaban debajo de alguna ciudad, con el portal abriéndose momentáneamente fue capaz de ver por momentos como las sombras se movían en aparente descontento con la fuente de luz que había surgido en sus dominios, fue momentáneo pero lo suficiente como para que el mago alzara una ceja de curiosidad ante la situación.
Poco común sentir una presencia así en un lugar tan…apartado.-musito para si mismo levantando su bastón del suelo, la pequeña joya que en este estaba colocado iluminando un poco los confines del lugar, molestando nuevamente a las sombras que se replegaron mas a las profundidades de aquel frió lugar.- Interesante…
Sus pasos resonaron en las paredes de roca de la caverna, cada pisada haciendo el mismo sonido conforme mas avanzaba por allí, pero con el sonido de eco también iba acompañado aquella sensación que a cualquier otra persona normal haría que huyeran a todo lo que sus piernas le permitieran del lugar, solo podría describirse como, locura, oscuridad, maldad, a un grado de concentración tan extremo… que incluso el experimentado mago sintió un leve escalofrió en la espalda por un corto instante.
Esto se me hace familiar…-se dijo así mismo con un gesto pensativo mientras continuaba su recorrido, dando pasos sonoros hasta que estos lo guiaron a lo que en vista aparentaba ser la ultimo cámara de aquellas catacumbas, que era también el lugar donde lo peor de aquella presencia se hizo sentir, ya las sombras no reaccionaban a la luz, quedándose quietas contra las paredes que estaban detrás de un objeto que estaba casi oculto entre estas, algo similar a un cáliz... cuya belleza había acabado opacada aparentemente con el pasar de los años.
Oxidado, sucio, como si algo muy oscuro hubiera sido colocado en el y derramado de forma repentina ocasionando todo el daño que ahora sufría, incluyendo aquello, no había duda que aquel objeto era del cual emanaba toda esa horrible presencia que había estado sintiendo desde su llegada, ahora unida a una sensación de centenares de ojos que se fijaban en su persona desde todas direcciones en la recamara.
{¿QuE qUierES?}
Pregunto una voz oscura y profunda, que sonaba como si estuviera en todas partes y en ningún lugar a la vez a los oídos del veterano Ancestro, este simplemente parpadeo un poco no confundido, pero si levemente sorprendido, rara vez se oía una voz de un objeto inanimado de aquella manera y mas curioso que fuera una presencia poseyendo lo que alguna vez fue un sagrado articulo.
Solo un hombre curioso…con una propuesta.-dijo sin ningún tipo de vergüenza Zelretch, su mirada se centraba únicamente en el cáliz que seguía inmóvil en su lugar.
Solo una sonora risa hizo acto de presencia en el lugar, era mas como si miles de personas rieran de forma desesperada a la vez ante un horrendo chiste, pero el silencio no tardo en volver.
{¿UN TrATo COnmiGO?}
Sabes que no es de buena educación responder una pregunta con otra ¿no?- le contesto de forma algo bromista el mago, mirando aun con atención comenzando a notar como detrás del cáliz una figura poco a poco comenzaba a tomar forma, al principio como un ser sin cuerpo, simple y llanamente una sombra con ojos y boca, hasta finalmente convertirse en un muchacho de ropajes leves, que apenas consistían de unos pantalones de aspecto antiguo y una bandana roja en su cabeza.
Vaya…¿así que tienes forma física?-Por primera vez en algún tiempo el anciano mago estaba realmente sorprendido, manteniendo su mirada fija en aquel chico, sin duda notando varios rasgos que resultaban tanto llamativos como perturbadores, una cantidad casi innumerable de marcas, similares a tatuajes que parecían recorrer prácticamente toda su piel, y aquellos ojos, que reflejaban un alma que había sufrido, hasta el punto de que fue empujado mas allá de la locura misma.- ¿Tienes nombre?
Angra Mainyu…-su voz era casi un susurro, pero no daba lugar a dudas, no había ningún tipo de deseo en esa voz, era fácil para el Zelretch comprender con que tipo de persona, o mejor dicho con que tipo de ser estaba tratando, un dios, pero un dios oscuro y torturado por pecados que no cometió, solo para ser castigado como si fuera el responsable de todos los males de este planeta.
En mente ya aquello el poseedor de la magia del Caleidoscopio simplemente se limito a pensar por unos instantes, determinado a continuar con su plan y buscando la manera correcta de hacer entender su punto de vista a 'El mal hecho persona' que tenia en frente en ese momento.- Tu existes dentro del Santo Grial cierto, tu fuiste el que causo el incendio de Fuyuki además…
¿Y que si lo hice? –una sonrisa sádica se dibujo en los labios de su interlocutor, que solo se detuvo a mirarlo atentamente cruzándose de brazos.- Lastima que el fuego no pudo ser mas grande.
A Zelretch no le quedo mas que ocultar su momentáneo disgusto por el momento, mirando a los ojos de aquel ser de forma tranquila.- Tú controlas el Grial desde adentro… ¿qué te parecería hacer la siguiente guerra algo más, Interesante?
Sin duda eso había captado la atención de la entidad que vivía en el grial a juzgar por el leve brillo que se coloco en sus ojos por ese corto momento que la pregunta duro, pero este cambio al momento, sus ojos mirando con detenimiento al hombre ante el.-Y que ganancia podría haber para mi, no me interesa ningún tipo de deseo después de todo, solo me gustaría aquel que ocasione la mayor cantidad de desesperación y caos en el mundo, algo simple como genocidio masivo…
Nuevamente una leve expresión de disgusto recorrió las facciones del experimentado mago, ciertamente, cada palabra de esta cosa no parecía mas que el disgusto de algún asesino serial o un megalómano con un serio deseo de destruir el mundo, pero a juzgar por las historias detrás de este, era fácil saber el porqué.- Bueno, puede que ocurra, pero recuerdas que solo hay 14 posibles deseos, ¿no?
Tenía que seguirle el juego un poco mas, era la única manera de conseguir lo que quería, pero razonar con tipos como este no era de su agrado, mas sabia que con esa pregunta despertaría nuevamente la curiosidad de la criatura, y efectivamente a juzgar por la mirada que puso.- Ummm… me lo podría plantear así… aumentar las posibilidades, hacer mas posible que los humanos se maten entre si… Mas Espíritus…
Es igual a mas deseos…más probabilidades.- Intervino el hombre mirando con atención al ser, los tatuajes de este parecían empezar a brillar un poco con la emoción que seguramente sentía en aquel momento, mientras que su sonrisa simplemente se fue volviendo mas salvaje, como la de un pirómano al que recién le entregabas un bidón de gasolina y una caja de fósforos.
Suena increíble…más posibilidad de caos, más sufrimiento a los participantes y más tristeza si llegan a perder.- Al parecer ya era imposible quitarle el gusto ante aquellas ideas al corrompido ser que estaba allí simplemente sonriendo y disfrutando de aquello.
Esta entre tus capacidades hacerlo, espero.- Al escuchar las palabras aquel ser volvió a ser una simple sombra, solo quedando su sonrisa y sus ojos a la vista en aquella masa negra que volvía a fundirse con la oscuridad de la habitación.
Claro que lo esta... ¡Lo DisFrUtARE eNOrmEmENTe!-Su voz de indudable placer se hacia notar, incluso mas ahora que su forma física había hecho acto de desaparición.- Solo necesitare 10 años…y entonces podre empezar todo…Una guerra tan sangrienta que no tendrá igual… pero… ¿Cuál será tu parte del trato…?
Ante aquella pregunta fue el turno del mago de sonreír ampliamente, simplemente comenzando a dar media vuelta mientras dejaba escapar una estridente risa de sus labios.- Es muy simple, conseguir y ayudar a las personas adecuadas para hacer esto lo mas interesante posible… espero que cumplas, yo empezare desde este momento los preparativos. ¡Chao!
Aquella despedida del mago simplemente saco de lugar a la entidad, que simplemente empezó a reír abiertamente a solas en aquella oscuridad, en ese momento tanto por diversión como por la ira que sentía, sin darse cuenta había quedado atrapada en un contrato mágica con el sujeto desde el principio, iba a divertirse, pero había caído por completo en el juego de uno de los bromistas mas grandes de los universos…
Y así fue como Kischur Zelretch Scheinorg desapareció de la vista del corrompido Santo Grial, nuevamente atravesando por aquella puerta entre dimensiones que era su magia sin dejar ningún tipo de rastro de que alguna vez había estado en aquel lugar.
Nuevamente en su oficina dentro de la Torre del Reloj no pudo notar sonreír al ver como varias de sus ventanas entre dimensiones se abrían, dejándole ver a diferentes individuos, cada uno posibles magos para aquella guerra, ese seria su primer paso, encontrar a los individuos exactos y darles el apoyo correcto para la guerra, deteniendo la primera ventana al ver a una niña rubia correr de un lado a otro con un vestido azul perfecto para su tamaño.
La primera Master de la guerra quedo elegida al instante, miembro de una influyente familia, que esperaba por años volver a su antigua gloria que fue arrebata luego de que cometieran un terrible error, quedando sin nada mas que el penoso derecho de ser apodados las Nobles Hienas del Mundo de Los Magos, este fue fácil para el mago, un par de hilos en el destino se movieron, dando como que se volviera una participante en el futuro.
Las ventanas empezaron a danzar nuevamente ante sus ojos, tardando unos instantes en detenerse en un individuo que capto al instante la atención del Gran Mago, un muchacho estudioso, que recientemente había vuelto de una guerra de la que apenas y pudo salir vivo, que estaba siguiendo los pasos de un hombre al que pudo llamar su Rey y darle la justa gloria que este merecía en su época, este era justo el tipo de persona que necesitaba, quizás su experiencia haría las cosas mas interesantes, nuevamente no hubo falta mucho mas que una leve torcedura de las reglas para que fuera elegido a participar.
Y fueron dos…
Los ojos de Zelretch seguían moviéndose de forma acelerada de un lado a otro, debía haber alguien mas que le llamara la atención, centenares de magos de familias nobles pasaban, pero los arrogantes pelmazos no servirían mas que carne de cañón en relación a otras grandes opciones que había, puso su mano en una de las ventanas para detener el acelerado movimiento, quedándose mirando a detalle lo que veía.
Un niño de cabello blanco, vestido en una capa de viaje que caminaba de manera algo complicada detrás de dos adultos, debía tener poco menos de 10 años pero sin duda hacia el esfuerzo que podía para poder seguir a las personas que avanzaban frente a el, el clima no tenia ningún tipo de clemencia conforme los azotaba esa tormenta, le faltaba un ojo mientras que el otro era de un curioso color amarillo, pero había potencial allí sin duda alguna, esta vez fue cosa mas que de destino, una serie de situaciones guiarían a este chico cuando ya fuera un joven hombre en aproximadamente diez años al lugar correcto en tiempo correcto.
Y van tres…
Le dolió la cabeza un poco en aquel momento, decidiendo por detener las imágenes del todo por un instante, dejando a la vista un anciano decrepito, un vestigio de una era pasada donde la magia estaba casi podrida y corrupta en su mayoría, se detuvo a analizar la situación momentáneamente, cruzándose de brazos y descansando su cabeza en su mano derecha que seguía levantada, sus piernas cruzadas, la derecha levantada sobre la otra mientras prestaba atención a las pequeñas posibilidades, el viejo era un bastardo de primera, en cada una de las diferentes probabilidades era casi la misma historia, un final en manos de algún otro participante.
Pero aun así… Era un carta que decidió dejar este en su lugar, por mas indeseable que el malnacido fuera, su presencia era algo necesario para que muchas situaciones pudieran existir también, finalmente lo dejo marcado… Otro Master, muy a su pesar por lo que haría pasar a otros individuos.
Con ese fueron cuatro…
Con este la ruleta de ventanas solo duro unos pocos segundos girando antes de que el Mago Caleidoscopio la obligara a detenerse, no había muchas maneras de demostrar rabia, pero que su escritorio se rompiera al momento que pusiera su mano en este era una clara demostración de ello, una niña mas o menos de la misma edad que la primera que había visto al empezar, rodeada de gusanos de pies a cabeza, algunos de estos…haciéndole cosas que ningún humano debería sufrir ni en la ficción, mucho menos una niña…se veía rota, como si cada vez le quedara menos esperanza… esta vez le quedo tomar un par de cartas en el asunto al Mago.
Seria duro, pero no le quedo de otra mas que deshacerse de posibles daños en el futuro, el primer objetivo seria ese chico que se hacia llamar su hermano, un incidente haría que muriera joven, pero era mejor eso que el chico trata de violarla luego.
Y lo siguiente, dejando que su magia despertara un poco antes de lo debido, dándole al menos una manera de protegerse del anciano corrupto y sobrevivir a la cosa maldita que habían plantado en su interior…si aquella escoria decrepita, resulto ser el abuelo de la chica.
Quizás seria un poco duro a fin de cuentas en un principio… Pero era su mejor opción al final.
Con ella ya eran cinco…
Era tiempo de tomar un leve descanso de aquello, se estaba poniendo un poco emotivo, pero había alguien mas que no dudo en escoger tan pronto como su rabillo del ojo lo capto, una Einzbern, era sencillo saberlo con tan solo mirar la larga cabellera blanca y aquellos ojos rojos que resaltaban, era una simple niña, pero que cargaba un peso muy grande en sus hombros desde su mismo nacimiento.
Prácticamente había sido condenada desde su primer respiro… Dolor a causa de algo demasiado grande y poderoso como para que su cuerpo lo soportara, Perder el derecho de crecer, como debería haber hecho cualquier otra niña, Perder a sus padres, uno a manos de la guerra, y el otro por culpa de las mentiras de su 'familia' que la utilizaba mas que como un juguete para 'un bien mayor'… que al final le costaría a la pobre homúnculo su vida.
Fue ahí donde Zelretch decidió poner su pulgar de forma un poco mas dura de lo normal, iba a volar la tapadera y dejar que varias verdades llegaran hasta la pobre niña, no había nada que pudiera hacer por el momento respecto a su aspecto físico, quizás luego alguien mas podría ayudarla, pero al menos por ahora al menos tendría una posibilidad de ver esperanza, quizás conocer a su verdadera familia.
Llevaba ya seis, necesitaba unos mas…
Con unos minutos ya de descanso decidió seguir su juego de ruleta, con cada vez menos opciones hubo una que le llamo la atención, en este momento era simplemente una adolescente, bastante joven y aun en entrenamiento, a pesar de todo hacia lo posible por ir mejorando un poco mas cada día.
Prometedor, muy prometedor la verdad, pensó el mago asintiendo un par de veces al ver aquello, la chica tenia quizás tanto potencial como el del niño de cabello blanco, pero había algunas cosas en el futuro que sin ninguna duda le causaría problemas, quizás hasta llegaría a costarle un brazo… Literalmente.
Un par de movimientos de hilos en el destino por aquí…un par de giros en el destino por allá, solo evitar que conociera a cierto maldito sacerdote falso, y la chica seria un rival de temer en la guerra que estaba por venir.
Una mas, iban ya 7 Magos…
Normalmente las reglas limitaban a los magos a solo este número… aunque quizás a como Angra Mainyu había torcido las reglas para la diversión de ambos, existía la probabilidad de estirar un poco más las apuestas…
No duro mucho antes de dar con un nuevo, candidato…y candidata…espera ¿qué?
Por un momento fue algo complicado de entender, parecía como si la misma lógica se saltara la realidad en más de una oportunidad con lo que veía, ella era invocada por alguien más para participar en la guerra… Esta había sido traicionada y utilizada en más de una ocasión y todo acabo con ella finalmente esperando su muerte luego de asesinar a su propio Master.
En la desesperación un hombre apareció a ayudarla, este un asesino, apático y casi carente de toda emoción, pero finalmente eso era lo que ella necesitaba, lo mas extraño era es que esa persona no estaba ni siquiera en este mundo aun… Como si fuera un designio divino que tuviera que aparecer en un futuro no muy lejano.
Si, no había que ni siquiera pensarlo mucho, no importaban los problemas, estos dos tendría su puesto asegurado, aun con el hecho de que podría hacerle daño alguno podrían desempeñar un papel divertido en esta obra.
Así fue como ella quedo con el puesto numero ocho…
Tohsaka, había pasado bastante tiempo que no había visto ese nombre, era mas que obvio que se tratara de esa familia al ver a la niña de cabello negro en coletas que se encontraba en ese momento en la ventana creada por su magia, sabios, honestos quizás demasiado para su propio bien a ser sinceros, aun recordaba como había dado como regalo a un chico llamado Nagato, uno de sus Códigos Místicos, era un prueba para el, una tarea dejada a su familia hacia un par de siglos ya, y por mas que lo pensaba se daba cuenta que le había dado un desafío imposible.
Pero por el momento no era su prioridad aquello, Era natural que por ser parte de una de las familiar fundadora aquella niña ya tenia el puesto en un futuro para convertirse un Master, pero había algo raro con los hilos de tiempo en torno a ella, estaba ligado a alguien mas casi que de forma obligatoria, incluso en sistemas de múltiples universos parecía que no podía evitarse, era ella y esa misteriosa figura, un hombre de piel bronceada y cabellos blancos cuyos sueños lo habían llevado hasta el limite de la cordura.
Esa niña era otra participante obligatoria, no había como obviar aquello…y no había necesidad de cambiar nada.
Con el participante número nueve decidido, la misma magia del Caleidoscopio empezó casi a colapsar sobre si misma para completa sorpresa del Director de la Torre del Reloj, cada imagen iba dirigida al mismo objetivo, cambiando de forma regular como antes, pero sin importar lo que este hacia las imágenes siempre guiaban al mismo individuo al final, pero era como si las imágenes se saltaran entre si, todas las posibilidades, todos los quizás, se resumían en este solo chico y para el mago era fácilmente ver cada posible detalle en torno a el…
Perdió todo en las llamas, sobrevivió donde todos los demás no tuvieron ni la mas remota posibilidad de hacerlo, el fuego lo había moldeado para convertirse en algo grande, rescatado por otro de los que vivieron en aquel infierno, había quedado marcado por un ideal ajeno que acabo volviendo el suyo propio, esforzándose hasta el mas mínimo momento para convertirse en su sueño… Un héroe.
Para su infortunio el chico nunca tendría un maestro decente si dejaba las cosas como estaban y aquello no era algo del agrado del sonriente Zelretch que se preparaba para hacer otra de sus famosas jugadas para alterar la base de la realidad.
Su primer movimiento no fue directamente con el chico, sino con su padre, El Asesino de Magos, maldito por haber sido prácticamente bañado por la corrupción del grial, quizás… un movimiento en su sistema mágico por aquí, no evitaría su muerte después de todo, era algo necesario para moldear al chico, a menos hasta cierto grado, un par de años extras le ayudaría al chico a mejorar, necesitaba a un maestro decente y esta era su mejor opción en ese momento.
Pero tenia que buscar una manera de que el chico consiguiera empezar pronto a mejorar, si no lo hacia, bueno solo podía decir que el resultado sería muy decepcionante.
Un movimiento en el subconsciente gracias a usar su magia en esta parte del cerebro fue bastante sencillo, aquello le generaría una pesadilla muy vivida, un pequeño vistazo profético al futuro de un tal vez, eso sería más que suficiente esperaba para que este fuera más atento y se preparara realmente…
Y por ultimo, estaba ese minúsculo detalle, Una Reality Marble, un Origen fuera de lo común, una habilidad que lo volvería un verdadero monstruo en el campo de batalla, todos y cada uno de ellos limitados por la misma razón, Circuitos Mágicos, bloqueados y de tan mala calidad que le hacían sentir pena ajena por el chico, tenía la capacidad de incluso poder hacerle cara a un Espíritu Heroico de bajo nivel por su cuenta.
Era un desperdicio de capacidad dejarlo como estaba, y el riesgo de que el chico se matara en el proceso de conseguir ese poder por su cuenta era demasiado alto como para dejarlo al azar, así que la última jugada del Gran Mago fue hecha, usando su propia magia, un poder mas allá de las limitaciones de los magos actuales el decidió dar inicio al que seria su mayor proyecto desde hacia años.
Llegar al Origen del chico sin dañarlo, dejándolo tal cual estaba y en perfecto estado.
Mantener en su interior aquella funda de espada también.
Aquella realidad causada por su propia naturaleza distorsionada no seria si quiera tocada.
Y finalmente encontró los circuitos, 27 bastante atrofiados, apenas útiles para algo, arreglarlos a su máximo potencial fue pan comido, llevarlos a su límite incluso más, pero su trabajo no estaba terminado aun, en estos momentos el chico podía resistir sin problemas una capacidad de 1000 quizás 1200 unidades prana aproximadamente.
El siguiente paso sería el mas difícil sin duda, poco a poco sintió como podía escuchar gritos de dolor, seguramente provenientes del chico que esta recibiendo un procedimiento de niveles extremos, 2, 4… quizás un poco mas, 8, 10, la estructura seguía estable debía llevar todos y cada uno a su limite máximo, 20, 23, el numero aumentaba de forma consistente, en aquel momento el chico debía estar resistiendo un nivel de dolor similar a ser bañado en metal ardiente en estado liquido 30, 34…finalmente se detuvo, sabia que el chico no resistiría nada mas de ese punto, al terminar el diminuto numero de circuitos había aumentado de maneras increíbles, raras entre los magos actuales incluso
79 Circuitos, todos y cada uno de ellos perfectamente funcionales, con un potencial máximo de hasta 3800 unidades de prana quizás un máximo de 4000… había convertido al chico en un verdadero cañón mágico.
Finalmente con aquella acción realizada sus ventanas entre dimensiones fueron finalmente cerradas, se sentía quizás un poco cansado, crear circuitos mágicos funcionales desde cero era algo que hasta el mago mas novato sabia era algo cercano al suicidio, pero el lo había logrado con facilidad única, ventaja que muy pocos magos de esta época tenían.
Podría ser que había jugado mucho con el destino, era natural sentirse un poco culpable ante aquello, pero con su tarea ya cumplida el simplemente opto por reposar en su silla de forma tranquila, mirando los libros en su oficina de forma tranquila.
Ahora simplemente le quedaba descansar y esperar, serian unos largos 10 años, pero valdría la pena ver el resultado de sus 'pequeñas' jugadas, y sabia que todo aquello seria más que suficiente como para volver aquello un verdadero espectáculo.
