- Todos los personajes pertenecen a Rumiko Takahashi, para su creación "Ranma ½". Esta humilde servidora los ha tomado prestados para llevar a cabo un relato de ficción, sin ningún afán de lucro.

- Espero que los fanáticos de esta serie, así como de sus personajes me disculpen por las libertades que puedo tomarme para la creación de esta historia. Tratándose de un relato nacido de mi imaginación, puede que los personajes no se comporten de acuerdo a los cánones preestablecidos por su creadora original.

-Agradezco a todos los que se tomen la molestia de leer esta historia. Gracias de antemano por su tiempo y paciencia.



"La flauta mágica"

* * *

Capítulo I

"La diosa Benzaiten (1)"

Parecía que sería un día bastante normal en el barrio de Nerima. La mañana se presentaba templada, aunque a comienzos de primavera, el clima aún no se afianzaba del todo, pero prometía ser uno de esos días agradables en esa estación siempre impredecible.

Las personas que a esa hora transitaban por los alrededores, parecían no asombrarse demasiado al mirar al cielo y ver como un objeto volador de colores azul, rojo y negro sobrevolaba a toda velocidad con dirección aparentemente desconocida.

Todos ya estaban más que acostumbrados a ver a uno de sus jóvenes vecinos recorrer el barrio por los aires, gracias a las gentiles caricias que su linda prometida solía regalarle, por lo que generalmente, al observar aquella repetitiva escena, lo único que algunos decían era un poco entusiasta: "mira, allí va el joven Saotome de nuevo. Me pregunto en dónde aterrizara esta vez, ojalá no lo haga en el tejado de mi casa".

Y sí, ahí iba el joven Saotome de nuevo, sobrevolando los cielos de Nerima con dirección oeste. Ciertamente, esa mañana se le había pasado bastante la mano en los cariñosos insultos que le había prodigado a su prometida, por lo que ella no había dudado ni un segundo en mandarlo a volar para alejarlo de su vista.

Fue así como el joven artista marcial de la trenza estaba a punto de aterrizar en las cercanías de un antiguo Templo, ante la atónita mirada del anciano monje encargado del lugar.

-Pero qué… ¡cuidado! –alcanzó a gritar el monje, pero era demasiado tarde, Ranma se había estrellado contra una antiquísima linterna de piedra, haciéndola mil pedazos.

-¡Hay!... ¡hay!, ¡hay!, ¡hay! –comenzó a gritar el monje con ambas manos sobre su cabeza, mientras corría agitado alrededor de la linterna destrozada y su inesperado visitante caído del cielo-. ¡¿Pero cómo osas destruir una reliquia como esta?!

El chico de la trenza quedó un tanto desconcertado, el anciano estaba más preocupado por el estúpido monumento de piedra que se encontraba hecho trizas bajo su espalda, que por su propia integridad física.

-¡Hey!, ¿ni siquiera me va a preguntar cómo me encuentro?

-Para qué, te ves en perfectas condiciones, en cambio mi preciosa linterna… ¡oh, qué desgracia! –comenzó a gimotear el anciano-, quítate de una buena vez –continuó acercándose a Ranma, para luego tirar bruscamente y con una fuerza que en apariencia no poseía del brazo del muchacho.

-Ya, no tiene para que ser tan amable… sólo espere a que –Ranma se fue incorporando de a poco, pero de pronto, notó que algo se había adherido a su espalda-, ¿qué es esto? –preguntó tratando de alcanzar el objeto que parecía tratarse de un palo o algo similar.

-Déjame ver muchacho –contestó el monje girando a Ranma bruscamente-, ¡No puede ser! –gritó para alejarse lentamente con una mano en su boca y apuntando al chico con la otra.

-¡Qué!, ¡¿qué tengo?!, ¡¿es algo malo?! –decía el chico mientras trataba de alcanzar desesperado lo que fuera que tenía en su espalda. Finalmente y después de mucho trabajo, logró alcanzar el objeto y lo tomó con ambas manos para observarlo con detenimiento-, esto es… es…

-La flauta… -murmuró el monje, para luego gritar con júbilo desmedido mientras agitaba ambas manos a los lados y reía como un loco-, ¡es la flauta mágica!, ¡la flauta mágica!

-¿Flauta mágica?

-Sí, es una antigua leyenda, ¡nunca creí que fuera cierta!, y ahora tú… ¡has encontrado la flauta mágica!

-¿Se puede saber de qué está hablando?

-¿Cómo es posible que no conozcas la leyenda? –contestó el monje con otra pregunta.

-Si supiera de qué leyenda me habla, le podría decir si la conozco o no.

El anciano monje se calmó en apariencia, cerró los ojos y levantó el dedo índice de su mano derecha para dar énfasis a las palabras que iba a decir.

-Según un antiguo manuscrito –dijo adoptando una voz solemne y calmada-, hace mil quinientos años, la diosa Benzaiten extravío su flauta mientras daba un paseo por la tierra. Desesperada, trató de encontrarla pero no lo logró. Siendo esta flauta un instrumento muy querido para ella, decidió ofrecer una recompensa, fue así como la flauta extraviada adquirió poderes mágicos que harán aparecer a la diosa frente aquel que esté destinado a recibir la recompensa por devolver el instrumento a su legítima dueña.

-¿Recompensa?, ¿qué clase de recompensa?

-El deseo que esa persona quiera solicitar a la diosa.

Ranma se quedó mirando al monje con cara de no haber creído una sola palabra, luego miró la deteriorada e insignificante flauta de bambú y comenzó a reírse a carcajadas. El anciano monje se puso rojo de furia y empezó a dar golpes con uno de sus pies en el suelo, mientra agitaba sus brazos a ambos lados.

-¡De qué te estás riendo muchacho insolente!

-¿De verdad espera que le crea una historia tan absurda?, ¡es lo más gracioso que he escuchado en el último tiempo!

-Si no crees lo que te digo, devuélveme ese instrumento.

-No, yo lo encontré y aunque dudo mucho que este tonto trozo de madera haya pertenecido a una diosa, voy a quedármelo para comprobar lo que me dijo.

-¡La diosa se presentará sólo al indicado! –dijo el monje dando un paso adelante en una clara señal de que estaba dispuesto a enfrentarse al joven.

-¿Y usted cree ser el indicado? –dijo Ranma tomando la misma postura desafiante del monje.

-Dame la flauta y lo sabremos –contestó el monje acercándose más al joven y tomando el trozo de bambú por uno de sus extremos.

-Primero dígame cómo sabe que se trata de la flauta de esa diosa –siguió Ranma tomando la flauta con su otra mano.

-Porque los antiguos pergaminos dicen que el instrumento tiene la marca de la diosa.

-Y se puede saber ¿cuál es esa marca?.

-Esas tres flores de oro que ves al lado de la boquilla –dijo tratando de quitarle la flauta a Ranma de las manos, cosa que no consiguió.

-Cualquier flauta puede tener unos adornos grabados.

-Déjame probar y lo sabremos –contestó sonriendo de medio lado y extendiendo su otra mano.

-¡Oh!, ¡qué no es la diosa la que viene bajando en esa nube! –dijo el chico de la trenza indicando un punto en el cielo a espaldas del anciano

-¡Qué!, ¡¿dónde?! –exclamó el monje soltando la flauta y girando rápidamente para mirar en la dirección en la que le indicaba Ranma.

-Ahora probaré yo –fue la respuesta del chico de la trenza dándose la vuelta y llevándose la boquilla del instrumento a los labios, para luego soplar con fuerza por el tubo, tratando de emitir algún sonido.

El ruido estridente y chillón que emitió la pequeña flauta casi logra dejarles sordos.

-¡Qué fue eso! –gritó Ranma alejando la flauta de sus labios.

-La leyenda dice que la flauta emitirá un dulce y armonioso sonido en manos del indicado. Claramente, tú no eres el indicado –dijo el monje en forma burlesca.

-Bien, puede que tenga razón, pero si dejo que usted intente hacerlo, ¿me dejará hablar con la diosa y pedirle un deseo?

-Sí, después de todo tú encontraste su querida flauta y yo me conformo con presenciar su divina belleza –dijo el monje con una cara que al joven le recordó mucho la expresión que Hapossai ponía cada vez que se acercaba a una linda jovencita o adquiría una nueva prenda íntima.

-Confiaré en usted. Tome, puede intentarlo.

El anciano tomó la flauta entre sus manos y temblando la llevó a sus labios, luego de dudar por algunos segundos, sopló por la boquilla… con el mismo resultado que había conseguido Ranma, el instrumento emitió un sonido estridente, chillón y además, un poco más elevado que el anterior sonido.

-¡Ya pare, deje de tocar! –gritó Ranma arrebatándole la flauta al anciano-, definitivamente, usted tampoco es el indicado. No me queda más que pedirle a otra persona que me ayude.

-Debes tener cuidado.

-¿Por qué?, cualquiera estaría dispuesto a tocar esta cosa si le digo que aparecerá una diosa frente a él.

-Sí, pero la leyenda dice que sólo tienes cincuenta oportunidades para devolver la flauta a su dueña, ya llevas dos y si no encuentras al indicado entre esas cincuenta personas, los poderes que le fueron otorgados a la flauta desaparecerán... –dijo en tono solemne y luego, apuntando al pecho de Ranma continuó- ¡Y grandes desgracias caerán sobre los que hayan fracasado en devolver la flauta a su dueña!

-¡Y hasta ahora me lo dice! –espetó el joven artista marcial indignado.

-¡Estabas tan entusiasmado como yo! –contestó el monje dando un paso adelante.

-¡Sí, pero qué pasa si no logro encontrar al indicado! –gritó con más ímpetu Ranma.

-Seguramente moriremos –dijo el viejo encogiéndose de hombros para quitarle importancia al asunto.

-¡Qué!

-O tal vez sean sólo supersticiones –continuó, observando el cielo con cara interrogante.

-¿Eso quiere decir que no está seguro? –dijo Ranma apretando los dientes y conteniendo las ganas locas de asesinar al molesto monje.

-Cuidado jovencito –volvió a apuntarle el monje con su huesudo y arrugado dedo índice-, los antiguos pergaminos…

-¡Los antiguos pergaminos pueden estar equivocados!.

-Es una posibilidad.

-Es una posibilidad –repitió Ranma en forma irónica, negando con la cabeza.

-¿Acaso tienes miedo jovencito?

-¡Ranma Saotome no le teme a nada!… -dijo el joven con convicción, luego pareció pensarlo mejor y miró hacia el suelo-, bueno, sólo a los gatos, ¡pero esto no tiene nada que ver con gatos!.

-Entonces, te recomiendo que te apresures en buscar al indicado, porque una vez que la flauta ha emitido el sonido por primera vez, tienes sólo hasta las doce de la noche del día siguiente para que la diosa aparezca y si no logras que eso suceda, ¡grandes desgracias caerán sobre..!

-¡Ya déjese de tonterías!.

-No son tonterías, lo dicen los antiguos pergaminos.

-Que usted no sabe si dicen lo correcto –ironizó el chico.

-Dicen lo correcto, pero a veces la interpretación es la equivocada. Aún así, la flauta existe y eso comprueba que la leyenda es cierta.

-Bien, creeré en lo que me dice por última vez.

-Entonces ¿qué esperas?, ¡ve en busca del indicado!, no hagas esperar a la bellísima Benzainten.

-Sí, ya lo sé –dijo Ranma guardándose la flauta dentro de su camisa mientras se disponía a salir del Templo.

-¡Qué Benzaiten te ayude! –dijo el monje viendo como su inesperado visitante desaparecía. Luego se llevó una mano a su barbilla y con su dedo índice comenzó a darse pequeños golpecitos en sus labios en una acción meditabunda-. ¿Era la flauta que tenía el poder de conceder un deseo o la que tenía el poder de arruinar tu vida y la de tus seres queridos para siempre?. Debí haberle dicho que sólo tuve oportunidad de leer la mitad del pergamino... hummm, dejaremos que el joven averigüe los poderes de la flauta solo.

Notas finales:

1.-Hola de nuevo...

Bueno, tuve la intención de hacer un one shot pero... quedó en eso, sólo la intención. Me di cuenta de que me extendía demasiado escribiendo y no había logrado narrar ni siquiera la cuarta parte de las ideas que tenía para entregar con éste escrito, así es que decidí transformarlo en una pequeña historia, con capítulos cortos, para todos los que quieran arriesgarse con este nuevo escrito.

2.- (1) Benzaiten o Benten es la única mujer de los siete dioses de la suerte, en realidad se trata de una diosa de procedencia hindú, que fue adoptada por las creencias japonesas. Es la patrona de la música y las artes, así como de la belleza, la fertilidad y las artes femeninas (he sabido que también se le atribuyen poderes con respecto al amor). Generalmente aparece representada como una mujer muy hermosa tocando una Biwa (instrumento de tres cuerdas parecido a un laúd) y algunas veces, acompañada de una serpiente blanca o representada con ocho brazos (simbolizando sus muchos talentos).

Si bien es cierto, esta diosa aparece como uno de los afortunados dioses de las artes marciales que acompañan a Kirin (uno de los siete) en la película de Ranma ½ - "Chugoku Nekonron Dai-kessen! Okite-Yaburi no Gekitô hen" o "¡Gran batalla en Nekonron, China!" (1991), bajo el nombre de Monlon, en este fic no tendrá el papel que le otorgaron para esa película en particular, así como este escrito tampoco tiene nada que ver con la película ya mencionada. Bajo esta premisa, en mi invención, los personajes nunca se han encontrado con Benzaiten o Benten, por lo que seguramente, mí diosa (si es que llega a parecer) será muy distinta a la creada por Rumiko sensei y compañía.

Hecha la aclaración, me despido por ahora.

Gracias de antemano a los que llegaron hasta aquí y recuerden que pueden dejar sus comentarios, buenos o malos, da lo mismo, me encanta recibirlos. Será hasta pronto.

Cuídense mucho y buena suerte!

Madame De La Fère – Du Vallon.