Fronteras
Capítulo 1
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Cybertron… Después de la gran epidemia de las esporas del odio
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La vida pacifica había vuelto a las calles del viejo Cybertron, recobrando su curso con el regreso del antiguo Prime.
-Mucho se perdió en esta catástrofe, pero se gano mucho más-
Las palabras resonaban en cada frecuencia, con el anuncio de esa nueva era dorada, aquella regida por la armonía, de mano con la paz.
No más exilios, no más diferencias. No más guerras.
El alto al fuego entre fracciones se había firmado, los líderes se otorgaron el perdón, intentando un nuevo inicio. Las fronteras se derrumbaron permitiendo que la convivencia entre castas regresara; pero ahora cada una tenía un lugar al cual llamar hogar.
Dos mundos en un universo, dos puntos que aprendieron a coexistir, dos fronteras. Nada más
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La forma de un mecha de cromas claros se divisaba en el puerto espacial del nuevo Cybertron, su llegada había sido un poco prematura; pues con la reciente apertura en las fronteras, la falta de organización era visible en aquel lugar. El ente que había adoptado como forma alterna la de un vehículo terrestre, un lamborgini para ser exactos se mantenía esperando la última revisión mientras protegía el paquete que debía entregar. Él joven mecha era algo paranoico y agresivo, un requisito para poder subsistir en su hogar, por lo que no podía evitar fijar esa mirada purpúrea que componía su visión en cada ente que ingresaba por el mismo punto; sin embargo, ninguno de ellos parecía tener el mismo nivel de revisiones que él.
-El mecha no era tonto, sabía a la perfección el porqué. La historia hablaba sobre las grandes guerras, sobre las divisiones entre castas y grupos, conocía perfectamente lo que la está contaba, con los nombres de aquellos héroes que cayeron peleando por lo que creían correcto.
Tal vez la vida no había sido muy justa; mientras los suyos apenas sobrevivían en su planeta origen, sus contrapartes disfrutaban de lo que fuese su verdadero hogar. La verdad es que a él en lo personal eso no le interesaba, su mundo aún cerrado se centraba en cumplir el trabajo para volver a casa una vez más.
Todo eso era rutina.
-Tú decepticon, puedes pasar- Se escucho la voz del guardia de aduana con frialdad, tal vez la guerra había terminado, pero no todos lo podían superar, el mecha asintió continuando su camino.
La única razón por la que toleraba ese trato agresivo, era para darse la oportunidad de conocer esos detalles que formaron parte de la historia de Cybertron, un lugar al que jamás llamaría hogar. Después de todo era originario de Charr.
Su creación apresurada se dio bajo el mandato de Galvatron, y aunque las restricciones eran claras, su chispa había sido albergada en un cuerpo que jamás fue del todo infantil, quedando atrapado en una edad apenas desarrollada. Un adolescente para la vida humana.
A simple vista el joven bot no difería mucho de los otros mechas, aunque era un poco más pequeño que el resto, su forma alterna le había permitido adaptar en parte su estructura, armándose para sobrevivir en un mundo en ruinas como lo era Charr.
Era cierto que el comercio estaba de nuevo en marcha, era verdad que los Decepticons y Autobots debían ser tratados por igual, pero ¿Cómo superar tantos vorns de intolerancia y guerra?
Seguiría siendo difícil para ambos bandos a pesar de todo.
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WhiteSpark prosiguió su camino ignorando las extrañas miradas o gestos de desagrado, sus experiencias le habían enseñado a no dejarse llevar por cosas sin importancia.
-He venido a traer un paquete de Charr, son componentes para mechas con formato aéreo- Exclamo deteniéndose frente al siguiente punto de control.
Sus insignias moradas resaltaban ante el blanco y negro que dominaba su forma, la marca de las llamas finalizaba el toque, con ese estilo tan singular que usaba, resaltando las peligrosas puertas puntiagudas y mortales que tenía o sus garras.
-¿Armamento?- Le cuestiono su interlocutor.
El lambo entrego sus armas de corto y largo alcance, podría recogerlas después, además no es como si quedará completamente desarmado.
-Adelante- Resonó la orden que le permitió seguir una vez más, liberándolo a la renovaba ciudad de Kaon.
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WhiteSpark recorrió las calles siguiendo el mapa que le facilitaron en la aduana. Las marcas eran claras, con los nombres de las avenidas y calles. La multitud se amontonaba en las callejuelas, mechas y otras especies, fuesen orgánicas o no se mezclaban ignorándose mutuamente. Las luces invadían cada punto iluminando el oscuro paisaje con colores; los sonidos de la música, de las pláticas y de los vehículos acompañaban el espectáculo.
-Habría mentido si hubiese dicho que no le agradaba aquel lugar, alejado de lo que era Charr. Sin embargo tampoco sentía que encajaba en ese punto, con tantos mechas a su alrededor. Con tanto movimiento y despreocupación. Sonaría ridículo pero extrañaba esa constante tensión con la que se había desarrollado.
La desconfianza fue la clave de esa larga supervivencia, su existencia se basaba en la violencia y el odio por igual; sin embargo también comprendía que necesitaba socializar con otros para seguir adelante.
Sus pensamientos se detuvieron al llegar a su destino, un punto no muy vistoso, el cual parecía desaparecer de la vista de los presentes con la sencillez de su diseño. Sin pensarlo más el mecha entro al lugar notando que no era más que una vivienda común para los que ahí habitaban.
-Vengo a entregar un pedido- Dijo usando su tono frio, pero al mismo tiempo inmaduro.
La forma de otro ente se hizo presente, tomando la caja que el deportivo llevaba, coloco una tarjeta con créditos en su mano.
El ser no se veía imponente, pero la experiencia en el comercio era más que evidente, mientras analizaba el contenido con extremo cuidado.
-Buenas piezas, creadas por ingenieros decepticons- Exclamo el comprador, -Cosas así son difíciles de encontrar por estas zonas- prosiguió, mientras el mensajero esperaba la orden de retirada.
-Es bueno que podamos adquirirlas en su lugar de origen- Afirmo el mecha para sí.
WhiteSpark no replico ignorando por completo las palabras del otro, su atención se centraba en una imagen cercana, la cual adornaba el muro con la forma de algunos voladores.
-¿Son seekers?- Pregunto finalmente sacando del trance a su interlocutor, el dueño del lugar vio como el lamborgini caminaba hacia las escenas retratadas para admirarlas, no eran más que las formas de algunos tetrajets en el aire.
-Lo son- Afirmo el mecha de mayor edad-Fue en los tiempo de la gran guerra, eran seres elegantes y mortales, muchos los admiraban, otros los odiaban- Continuo el ente.
-Ya veo- Fue la escueta respuesta.
El deportivo blanco no continúo con la conversación, el tiempo apremiaba y su autorización estaba a punto de expirar.
-SI no tiene nada para mí, debo marcharme- Exclamo el auto con un toque molesto.
El mecha negó guardando la mercancía.
-Espero más suplementos en 6 Ciclos- Dijo el ente entregando la otra parte de la paga.
WhiteSpark se disponía a salir, cuando su radar se activo, de inmediato el mecha salto hacia un punto cuando un gran boquete hecho por un misil se abrió, las ventanas fueron destrozadas por un grupo armado, el cual estaba ahí por el dueño del lugar.
-¡DECEPTICONS!- Se escucho la afirmación de uno de los agresores el cual apunto contra el lamborgini.
-Siempre tienen que estar inmiscuidos en los malos asuntos- Continuo otro.
WhiteSpark los miro molesto, ¿Cómo se atrevían?- Se dijo levantándose para salir de ahí. Uno de los guardias quiso detenerlo, pero él de inmediato correspondió atacándolo. Los mechas al ver lo que sucedía no dudaron en abrir fuego, y mientras uno se defendía bien contra todo el grupo, la ventaja no estaba de su lado.
-¡El me obligo!- Se escuchó el grito desesperado del comprador, quien al parecer buscaba salvar su chasís acusándolo.
-Maldito Traidor- Refunfuñó el lambo furioso, olvidando a los guardias para extinguir la chispa de aquel que ahora sería su objetivo principal. El movimiento fue rápido, pero antes de que el filo de la garra degollara al mecha, un golpe derribo al deportivo, seguido por otros más. El grupo lo acorralo sin piedad hasta dejarlo en el fuera de línea momentáneo.
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-La justicia no existe, es tan sólo un concepto efímero-
La frase favorita del lamborgini resonó en su procesador antes de ese abrupto final.
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El mecha volvió en línea, sus ópticos enfocaron la oscuridad rota por la leve iluminación de las celdas; estaba en detención y él lo sabía perfectamente.
Su visión se ajusto a la escases de luz mientras revisaba los daños que su estructura había sufrido con el ataque.
-¡Eres un verdadero desastre!- Se oyó otra voz a su lado, el mecha maldijo su falta de atención, pensando en el costo que habría tenido eso de haber estado en el viejo Charr.
Sin replicar viro lo más rápido que pudo, topándose con algo que jamás pensó observar.
La forma alada de un seeker le miro, con esos clásicos ópticos rojos y el mismo símbolo que él, en las alas.
-¿Te agrada?, acabo de reintegrarlo al grupo- Prosiguió el volador como si nada pasara.
-¿Cómo era posible?, el lambo quería preguntar mil cosas, pero se guardo sus comentarios volviendo su atención a las barras, alguien tendría que venir tarde o temprano.
-Sólo quería ver su celda antes de partir- Continuo el Jet hablando consigo mismo, WhiteSpark no tenía idea de lo que hablaba el volador, pero su preocupación era otra. ¿Cómo salir de ahí?.
El seeker no espero más levantándose del punto para aproximarse al muro metálico, -Dike morirá cuando sepa de lo que se perdió- Prosiguió el Jet apuntando hacia el muro, el deportivo sonrío con ironía notando la posición de combate que su contraparte adoptaba.
-¿Qué vas hacer?, volarlo con la fuerza de tus laser- Murmuro el auto recibiendo una sonrisa burlona por parte del seeker, quien de inmediato materializo sus armas del sub espacio cargándolas para disparar.
El lambo apenas tuvo tiempo para lanzarse al piso, cubriéndose con la placa de recarga, antes de que el loco volador destrozará por completo el lugar.
-¡SUPER!- Grito, mientras las llamas consumían sus alrededores.
-¿Acaso estás loco?,¡ pudiste eliminarnos!- Grito el deportivo notando el boquete que el disparo creo.
-Como si ese toquecito pudiese hacernos algo- Confirmo el Jet saltando por el hueco, su compañero de Celda escucho el sonar de las alarmas, probablemente no tardarían en acudir al lugar.
De inmediato se aproximo al agujero aún caliente, notando la altura a la que se encontraban.
-Rayos- Se dijo, maldiciendo su falta de recursos, él había marchado a ese punto, tratando de conseguir algunos créditos para reparar sus sistemas de vuelo, un detalle con el que la mayoría de los suyos contaban fuesen modelos aéreos o no, pero ahora le sería imposible hacer algo así.
A lo lejos la forma de un Mig.29 terrestre se diviso envistiendo ese púrpura que aprendió a reconocer.
-Tal vez- Se dijo el auto retrocediendo lo más que pudo sin tocar la entrada de la celda, los pasos apresurados de los guardias sonaban a lo lejos, con el eco que enunciaba esa llegada inminente.
WhiteSpark no lo pensó, dejándose llevar, se transformo acelerando a todo antes de saltar. La forma clara del auto con las llamas atravesó el espacio creado por el arma del volador.
Un suicido eso podría ser, la desesperada acción de un condenado o la simple reacción de un mecha sin sentido de la auto preservación.
El vehículo prosiguió su paso, como si pudiese volar, cuando el impulso se termino, sin más el lambo se transformo mientras caía, buscando algo de donde sostenerse. Sus garras se impactaron en un muro cercano, llevándose consigo parte del metal que lo integraba, las marcas recreadas por la extrema fricción se divisaron, junto con una serie de chispas y mucho dolor.
-Argh- Murmuro el joven mecha consciente de que su velocidad no disminuía lo suficiente, si seguía así no lograría sobrevivir a la caída.
Sin otra salida, se impulso nuevamente usando la poca fuerza que aún poseía para alejarse del muro, cambiando un poco la dirección, para intentar buscar algo con que parar.
-No hay nada- Se recrimino a sabiendas de su error, el piso se acerco cuando algo lo hizo parar. Sin comprender lo que había pasado, el mecha de cromas claros diviso a su salvador. Sus extremidades inferiores quedaron a milímetros del piso, de manera impresionante.
-De nada- Comento el Seeker bajándolo a tierra.
White lo observo sin saber cómo replicar.
-Sí, se … que se causar fuertes impresiones, pero…- Antes de que el Mig. Pudiese finalizar, el mecha trato de agredirlo, pero la falta de energía y la impresión lo dejaron fuera de comisión, después de todo no dejaba de ser un sparkling aún.
-¿Qué fue lo que hiciste ahora?- Resonó la pregunta, con la forma de otro volador a la vista.
-¿Qué te hace pensar que fui yo?- Respondió el mecha purpúreo inocentemente.
DarkWar negó levemente señalando el caos a los alrededores.
-¿Por qué crees?-Respondió el F-18 notando al decepticon terrestre.
-¿Estaba en detención?- Prosiguió Dike analizando los daños que el joven deportivo presentaba.
MindMaster asintió.
-Eso imagine- Fue la simple respuesta; el tiempo podía hacer muchas cosas y a pesar de que la guerra se había acabado, ellos sabían cuando debían intervenir y cuando no. La experiencia era ahora su aliada, las niñerías se esfumaron con el tiempo, dejando en su lugar la seriedad de la situación con el análisis táctico del guerrero líder.
-Tráelo- Ordeno el jet verdoso alejándose.
Había cosas que no cambiaban después de todo.
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Continuara…
Notas: Para todos los que se preguntarón ¿Que fue de los seeker que protagonizaron su parte al lado de la Unidad Avalanche?.
