Disclaimer: Jotaká Rowling se hizo famosa escribiendo en una servilleta. Yo mejor hago dibujitos, pero para mí que no funciona. No sé, tendremos que seguir en ello. Ya os aviso si hay algo.
Siempre hay una primera vez
Está un poco asustada, eso hay que reconocerlo. Pero bueno, tampoco podía pedir más, ¿no? Es decir, que es su primera vez. Es normal que esté nerviosa, que sude y le mire, insegura. Al fin y al cabo, Ron tiene mucha más experiencia, y Hermione no puede evitar sentirse pequeñita, a su lado. Frente a él, que la observa con algo de impaciencia, y una sonrisita burlona en los labios. ¿A que no te atreves?, parece decir.
Aunque, mirándolo bien, es estupendo que él sepa lo que se hace. Más que nada porque eso le da seguridad, a ella, porque, cuando Ron le guía –cuando le coge las manos, la agarra por la cintura- Mione se tranquiliza un poco, y un miligramo del peso instalado en su estómago desaparece. No podría haber hecho esto, con cualquier otro; Ronald Weasley hace que sea fácil, cómodo. Normal, incluso tan tarde en su vida, a sus diecinueve años.
Lejos quedan ya la guerra y los mortífagos; incluso Hogwarts no es más que un recuerdo. Llevan viviendo juntos año y medio. Se conocen. Se aprecian. Y Hermione confía en Ron lo suficiente, sí, sin duda. Aunque le da un poco de vergüenza, todo esto, porque ya son mayores y siguen un poco igual, con ese pique infantil en el que ella es la sabelotodo empollona y él, el cabezota, el que no entiende pero se hace querer.
-¿Estás lista? –y ella asiente, y cierra los ojos, respira hondo, para prepararse mentalmente. Vamos, se dice. Tú puedes- Iremos despacio, de todas formas –le dice él, al oído. Y la besa, y sigue hablando, para tranquilizarla, quizás. Como si eso sirviera de algo-. Por si acaso. Hasta que te sientas cómoda.
Ella asiente, de nuevo. Y empiezan; es una sensación mareante, al principio, un poco demasiado invasiva. Nunca había sentido nada igual, eso es cierto; Ginny tenía razón, todo este tiempo. Lástima no haberle hecho caso antes. Y es que se siente genial, el aire en la cara, y el aliento de Ron contra su pelo, y el roce de piel y manos. Quiere besarle, pero le da miedo parar todo esto. Y entonces es él quien la besa, recorriendo sus labios con los propios, con infinito cariño. Y todo sabe más dulce, todo se siente mejor. Porque confía en él, y él en ella, y se quieren y se conocen. Todo lo demás da igual.
-Más rápido –suplica ella, al cabo de unos minutos. Ron sonríe, y obedece. Un buen chico, siempre; ahora, el corazón les late más rápido, a ambos.
Cuando acaban, cuando pisan el suelo, de nuevo, Hermione le sonríe.
-Ha sido estupendo.
-¿Lo mejor que habías probado? –inquiere él, con picardía, y ella le besa.
-Casi.
El primer vuelo en escoba, y, al acabar, sólo puede pensar que hay cosas –como Ron contra su cuerpo- que merece la pena probar.
Uhm... Raro raro. Sí, habéis acertado: momento de inspiración divina, en que las musas, aburridas de inspirar a grandes genios, se dieron un garbeo por mi casa. Preparo un bizcocho muy rico, ¿sabéis? Aunque no debió de salirme muy bien, visto lo visto...
Don't really like this pairing. Pero es que eran los que más mejor me quedaban, para esto. Y algún momento bueno tuvieron que tener, después de todo.
He decidido empezar con la psicología inversa... Así que, si queréis hacerme feliz, NO me mandéis reviews... ¿Funciona? Espero que sí.
En fin, ya sin más ni más, me despido. Hasta la semana que viene, a más tardar. Digo yo.
Daenerys Pendragon
