Encontrando el amor

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Advertencia: Yaoi KuramaHiei

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Capitulo 1: Penas

Después de estar buscando a su objetivo por tres horas los 4 chicos decidieron regresar, una vez que bajaron su guarda 4 Youkais aparecieron rodeándolos. Los enemigos eran muy poderosos y estaban causando problemas a nuestros héroes, pero la llegada de otro Youkai causo la victoria para el enemigo, Yusuke y equipo estaban muy heridos y ya habían sido separados.

Uno de ellos reconoció al pelirrojo como Youko Kurama en su aparición en el torneo, y se le acerco

-vaya, vaya si es nada menos que Youko Kurama, que presa tan fantástica- dijo mientras se le acercaba -sabes muchos pagarían bien por tenerte, tienes muchos enemigos... y muchos admiradores- lo miro con lujuria, lo que provoco que Kurama se preparar para atacar, pero estaba cansado de la lucha anterior y no pudo evitar el ataque que le mando ese Youkai, tirándolo al piso.

Kurama se levanto nuevamente al ver que ese sujeto se acercaba nuevamente, saco una semilla de su cabello pero un segundo ataque lo derivo de nuevo, y sin consideración lo pateo varias veces, al verlo debilitado el Youkai se sentó encima de su víctima.

-incluso como humano eres hermoso- se inclino y coloco sus manos entre la cabeza de Kurama inclinándose levemente para tener una mejor vista del caido.

-oye, déjalo- grito Yusuke que se había recuperado de sus heridas, pero fue atacado nuevamente, al igual que Kuwabara y Hiei que ya se recuperaban.

Kurama estaba ya reaccionando, cuando el Youkai que lo tenía sometido coloco sus brazos a sus muñecas para que no tratara de escapársele, Kurama iba a insultarlo cuando un invasor se introdujo en su boca, el kitsune trato de romper el beso pero estaba muy herido para conseguirlo.

Un pequeño objeto introdujo en su mente un perfecto plan para liberase, concentro su poder espiritual, mientras clavaba su mirada en el Youkai lujurioso, que al verlo tan retador, esbozo una sonrisa que mostraba lo que deseaba hacerle a su víctima. Rompió su camisa y empezó a acariciar su pecho, y cuando se disponía a robarle otro beso, una enorme planta carnívora sujeto la cabeza del Youkai y lo alzo para poder devorarlo por completo.

La sorpresa de los Youkais fue aprovechado por los chicos del Reikai Tantei para eliminar a sus adversarios, una vez derrotados fueron a ayudar a Kurama que aun seguía en el piso.

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Gracias a Yukina, Kurama ya había sanado casi por completo al igual que el resto de los chicos. El pelirrojo se encontraba en este momento en su habitación, sentado frente a su escritorio sumido en sus pensamientos.

Escucho un ruido en dirección hacia la ventana, al voltear vio a un demonio conocido de cabello negro y hermosos ojos rojos.

-Hola Hiei

-hm- y entro a la habitación acercándose a donde estaba el pelirrojo

-pasa, ya sabes que puedes entrar cuando quieras- dijo con sarcasmo

-que haces Zorro?- pregunto al ver que tenia una pluma en la mano y un cuaderno en blanco

-mis deberes-

-y desde cuando una hoja en blanco es hacer tus deberes-

Kurama miro su cuaderno y se percato que no estaba concentrado en lo que hacia. Hiei se sentó en la cama, al no recibir contestación.

Pero que era lo que tenia tan distraído, pues uno era la persona que se encontraba en su cama justo ahora y lo otro su pasado, eso mismo era lo que le impedía concentrarse en lo primero, bueno tal vez no del todo pero si un lastre que lo marcaría para siempre, porque no simplemente los demás no se pueden dar cuenta que él ya no es Youko Kurama, ahora es mas un humano, y que ahora tiene esa gran gama de sentimientos que le hacen ver el mundo de mil formas, aunque a veces el ser el gran ladrón frió y calculador era mas fácil que tener que entender lo que sentía.

-vas a seguir viendo esa hoja o qué?- pregunto Hiei al no ver reacción en el estudiante

Kurama despertó de sus pensamientos, cerro el cuaderno –creo que dejare hasta aquí mi tarea, que te parece si dormimos- se dirigió al armario y saco un saco de dormir que extendió en el piso, Hiei sin mas se acomodo en el y se durmió, pues aun estaba cansado de la reciente pelea. Kurama se metió a su cama y cerro los ojos pero le costaría trabajo dormir como últimamente le ha pasado.

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Al amanecer el invitado a dormir ya no estaba, eso no era extraño para el dueño de la habitación y solo se dispuso a arreglarse para ir a la escuela.

En las cercanías del templo de Genkai un medio Koorime estaba recostado en una rama, pensando todavía en lo que vio ayer y le hizo sentir, era un sentimiento como si le estuvieran robando algo que apreciaba mucho, tuvo deseos de torturar para luego matar a aquel Youkai que había aprisionado a su "compañero de trabajo", no era para el extraño herir y matar, siempre lo hizo para defenderse, pero porque esta vez eso mas que un gusto, se sintió como un profundo deseo, una necesidad de "venganza". No lo entendía pero estar cerca de ese zorro le hacia débil, lo confundía pero no podía estar lejos, cada vez que se alejaba de él sentía que algo le faltaba.

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Koenma había reunido nuevamente al grupo para informar de una nueva misión, Yusuke, Kuwabara, Botan escuchaban atentamente lo que les decía el príncipe del reikan, pero Kurama no podía dejar de pensar en aquello que tanto le hacia sufrir su corazón. Porque tenía que ser tan cobarde, porque tenía que tener ese pasado, pensaba con dolor.

Mientras que un demonio de ojos rojos veía de reojo a aquel ser que le confundía, pero que en cierta forma le otorgaba una dulce paz., lo veía serio imperturbable, sin saber que en ese momento la mente de aquel que tenia toda su atención, se debatía con sus sentimientos.

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La nueva misión, un grupo de Youkais que estaban causando alborotos en el ningenkai, sus crímenes no eran graves pero nunca faltaba las precauciones de mas, Por eso la larga "conversación" pues los chicos querían algo mas interesentes, y no unos rivales debiluchos. Como no había necesidad de que todo el equipo participara Hiei se salio en clara muestra de no participar, Kurama no contesto y también salio, nadie dijo nada al respecto y la misión fue encargada a Yusuke y Kuwabara.

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Como todas las noches, Kurama esperaba la llegada de Hiei a dormir, aunque no todas el medio Koorime lo hacia, al pelirrojo eso no le importaba mientras lo tuviera cerca, y para su felicidad esa fue una noche mas, temida por el hecho de que no había misión para ellos ni excusa para verse.

-Buenas noches Hiei- saludo abriendo la ventana para que su invitado entrara

-hm- contesto y se dirigió a la cama a sentarse pues aun era temprano para que el zorro se acostara.

Silencio acompaño esa noche pues ambos estaban tratando de aclarar sus pensamientos, uno no entendía lo que sentía, y el otro lo entendía demasiado como para temerle. "Pero ¿como algo así puede ser temido?" se preguntaba, solo su pasado le permitía mantenerse en calma, pero no era ese su principal problemas; Youko nunca murió sigue vivo y atormentándolo, sin sentimientos y burlándose de las personas.

Los sentimientos no deben temerse, pues ellos son los que nos dan fuerzas, no nos hacen débiles, "pero confunden y ciegan a las personas" pensaba Hiei, ¿de algo sirven?, no lo sabia pero no podía dejarse llevar, él no es débil, él es niño prohibido no necesita de la gente, y menos de un zorro traicionero, debilitado por sus sentimientos, pero entonces… porque volvía?.

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Continuara

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