De haberle preguntado cualquier otro año, Hikaru hubiera respondido que esta era su temporada de fiestas favorita. Desde las luces adornando las calles, los villancicos que sonaban a cada esquina o en cada tienda y los adornos de las calles, recordándote uno a uno de las fiestas que habían de celebrarse durante las próximas semanas.
Cualquier otro año, Hikaru de manera entusiasta estaría adornando su hogar con miles de luces de colores, ideando la reunión perfecta para la noche de navidad y tendría ya listos los regalos que daría a cada una de las personas importantes de su vida.
Cualquier otro año, Hikaru estaría sumamente contenta. Cualquier otro año, mas no éste.
Este año, a diferencia de los anteriores, Hikaru no había ni siquiera mirado en dirección de la caja navideña que se ocultaba en su armario durante el resto del año; no tenía un solo regalo listo, y no había planes para una cena de navidad perfecta.
Este año, en vez de sonreír cada vez que sonaba un villancico de fondo, su corazón se estrujaba, y ver las calles de la ciudad lindamente adornadas no le causaba la mínima anticipación de la temporada.
Este año, a diferencia de los anteriores, Hikaru pasaría las fiestas sola en su ya no tan nuevo apartamento. Aquel que su ex esposo le había comprado meses antes como compensación y como parte del acuerdo de terminación de su matrimonio.
Y es que si era sincera consigo misma, Hikaru no sentía siquiera ganas de realizar algo que, no solo no sería apreciado por nadie, sino que paso a paso le recordaba a él.
Las luces de colores le recordaban como una tarde de noviembre encontraron el bazar prenavideño donde las adquirieron. Las bromas que hicieron y lo difícil que fue elegir unas de entre todas las diferentes series que se encontraban en venta.
Recordaba como las usaron por primera vez adornando el pórtico de su casa y como año con año las utilizaron como parte de la decoración de otras partes de su casa.
El árbol y las esferas compartían la misma suerte. Claramente recordaba como ella quería un árbol color verde lo mas cercano a uno natural, mientras que Lantis quería uno color blanco que contrastara con todas las esferas y colores que le pudieran colgar. Al final, consiguieron el que aún conserva Hikaru. Una mezcla de árbol verde con destellos blancos que al final parece dar la impresión de nieve discreta entre sus ramas.
Todo estaba perfectamente empaquetado, tal y como lo recibió el primer día junto con el resto de las cosas que venían con el nuevo apartamento.
Hikaru quiso deshacerse de ellas, pero quizá por sentimiento al final, las conservó.
Sus amigas, probablemente percatándose de su bajo ánimo y tratando de remediarlo, habían intentado invitarla a sus propias celebraciones navideñas, prometiéndole no tocar el tema de su divorcio y solo enfocarse en los viejos tiempos, allá cuando estaban en la preparatoria y todas se conocieron.
Olvidaban quizá que fue gracias a Emeraude, una chica que a veces compartía el almuerzo con ellas, que tanto Fuu como Hikaru habían conocido a los que tiempo después se convirtieron en sus esposos. Y que gracias a esto fue que Umi algún tiempo más tarde, también conoció al hombre con el que se casaría el próximo verano.
Y quizá también habían olvidado que era imposible no recordar a Lantis si tanto Eagle como Ferio estaban en constante comunicación con quien, a pesar de todo, era uno de sus mejores amigos.
No, Hikaru no tenia intención de asistir a ninguna de esas cenas.
De hecho, el único plan que Hikaru tenia para la noche de navidad era volver temprano a casa, pasear a Tsukiko e intentar dormir temprano en ese frio apartamento que ahora se veía forzada a llamar hogar.
Se perfecto que no debería empezar algo si tengo mil cosas mas pendientes, pero pues el llamado a la semana de parejas fue mucho, y pues heme aquí.
pero no teman, la historia ya esta terminada. asi que solo tendrán que esperar unas horas (porque no quiero postearla toda al mismo tiempo) para leerla completa.
Espero sus comentarios... y jitomatazos.
besos!
