¤ Claim: Pakunoda/Kurapika.
¤ Prompt: "Al final, todos terminamos solos".
¤ Extensión: 554.
¤ Advertencia: Spoiler del Genei Ryodan Arc (casi al final).
¤ Notas: ¿Por qué sólo sé escribir puro coso triste? Posiblemente, en otras circunstancias, ellos dos hubieran sido buenos amigos. Para el DTM de Crack&Roll.


―¿Por qué lo has hecho?

Pakunoda se da la vuelta y le mira de tal forma que Kurapika siente como atraviesa fácilmente todas sus defensas. Pero no le importa. Quiere saberlo, quiere entender el porqué lo ha hecho.

Están los dos solos, en el aeropuerto. Leorio se ha llevado a Killua y a Gon, para revisar que no tengan ninguna herida. Los tres le esperaran, ninguno tiene intensión de dejarlo ahí, Kurapika lo sabe y lo agradece. Pero tiene que saberlo, tiene que conocer la respuesta a su incógnita.

Pakunoda se lleva una mano al pecho, sintiendo como la cadena estruja su corazón, el cual late con tranquilidad. Ella tomó una decisión y no se arrepiente de la misma. Sonríe, con tranquilidad y eso desconcierta aún más a Kurapika. No logra comprenderla. O tal vez sí, porque ha notado que no son tan diferentes, pero no quiere aceptarlo. Ella es una araña y él debe de odiarla (pero no puede, por más que lo intenta no puede hacerlo).

―¿Y por qué no? ―responde ella, o más bien pregunta, haciendo que el hunter frunza el ceño. A Kurapika no le gusta que jueguen con él.

―Respóndeme ―exige y Pakunoda siente como la cadena se contrae más, sofocándola un poco. Le mira y Kurapika se estremece sin quererlo. Determinación, enfado, ira, y a la vez comprensión, tristeza, soledad, todo eso puede verlo claramente en sus ojos y siente que se está viendo en un espejo.

―La araña puede sobrevivir sin sus patas, porque tarde o temprano estás volverán a crecerle ―recita mirando al cielo, sin ocultar el cariño y la melancolía que le provoca decir esas palabras, más ahora, después de todo lo sucedido―. La araña también puede sobrevivir sin su cabeza. Pero tarde o temprano morirá y las patas se dispersaran. Pero la cabeza no puede, no debe, morir. No cuando eso significaría perder a mi familia, regresando así a una soledad de la cual me costó tanto escapar ―Hace una pauta y observa fijamente esos ojos azules que no han dejado de examinarla desde que comenzó a hablar―. ¿Qué importa perder una pata si eso significa mantener a salvo la cabeza?

―Pero al final te has quedado sola ―Kurapika se muerde el labio, al darse cuenta de lo que ha dicho sin pensar. Pakunoda relaja los hombros, regalándole una sonrisa tan llena de una ternura que el Kurata recuerda, inevitablemente, a su fallecida madre.

―Al final, todos terminaremos solos. Pero al menos sé que él está bien y eso es lo único que me importa.

La mujer inclina la cabeza, despidiéndose. Se da la vuelta y sigue su camino, palpando sobre la ropa el arma que lleva en el bolso. Ha tomado su decisión y no se arrepiente. Duda que se arrepienta algún día.

Kurapika le mira marcharse, sabiendo que será la última vez que la vea. En su mente se repiten una y otra vez imágenes del pasado. Gira la cabeza, observando a las personas que le siguen esperando. Sonríe de lado, sin querer aceptarlo.

Considera que tal vez, y sólo tal vez, él podría llegar a hacer lo mismo.

Porque siempre es mejor sacrificarse uno sabiendo que así se salva lo que más se quiere (y él ha comprobado ese día que no puede permitirse el volver a perder a su familia).


¿Review? :3