.

Buenaaaaas~ :v

Aquí de nuevo su servidora con un nuevo one-shot de mi pareja culposa: ¡El EliUmi! - Kotori-senpai, lo siento por hacer que Umi te ponga los cuernos ;_; haré T1 en tu próximo evento (?) -

Espero que les guste y… Meh, comiencen a leer ya -w-

.

.

.

Disclaimer: Ni "Love Live!" ni sus personajes me pertenecen. Sólo los he tomado prestados para crear una historia sin fines de lucro (?)


.

─ ¿Quieres que te dé una lección de baile? ─ Alzaba una ceja cierta rubia con el móvil en mano, mientras veía la televisión tumbada en el sofá de la sala. ─ Pero si tú sabes bailar excelente, Umi.

─ Pero mi especialidad es la danza tradicional, ¡Son bailes lentos! Sabes que tengo dificultad para los ritmos acelerados y… ─

─Entiendo, entiendo. ─ Soltó una risilla. ─ Bien, aprovechando que mañana es sábado y que acabo de salir de vacaciones de la universidad… Sería bueno que vinieras a casa para ayudarte. ─

─ E-Está bien. ¿A q-qué hora? ─

─ Mmm… ¿Qué te parece si vienes a la hora de almuerzo para que comamos con mamá y Arisa y después nos quedamos practicando durante la tarde? ─ Respondió tranquilamente.

─ D-De acuerdo. M-Muchas gracias. Entonces te veré mañana, Eli. ─ Su nerviosismo se notaba, como siempre.

─ Vale. Hasta luego, Umi. ─ Sonrió antes de despedirse, como si la tuviera frente a ella y colgó.

Al terminar, su mirada se pierde en la pantalla del celular, viendo la corta duración de la llamada de la peliazul. Se regaña mentalmente por dejar que esa chica le haya robado hasta los pensamientos durante todo su primer semestre universitario. A duras penas logró concentrarse en sus clases para salir con las altas calificaciones a las que acostumbraba llevar. Suspiró profundamente.

─ No puedo creer que aún me pase esto… ─ Susurró en silencio.

Revisó su buzón de mensajes. La mayoría eran provenientes de la ojimiel, seguidos de su mejor amiga y confidente, Nozomi. Algunos de Arisa y otros de Maki preguntando por Nico se habían colado por ahí también.

Su historial de llamadas era igual. Sinceramente, la idea de la arquera estando en su casa la emocionaba a mil.

─ Esperaré ansiosa tu llegada, Umi… ─

Al mismo tiempo que la chica de ascendencia rusa pensaba en su kouhai, la mencionada estaba hecha un manojo de nervios en su habitación, caminando de un lado a otro, con la mente en blanco y a la vez invadida por torbellinos de pensamientos vergonzosos, según ella.

─ Umi, cálmate. Tuviste que pedirle ayuda nada más porque te pidieron en la academia que des una clase de merengue… ─

Pues tenía razón. Ahora, aparte de tener el dojo bajo su cargo, su madre abrió una academia de baile, el cual era tradicional… Hasta hace unos meses atrás.

─ Y todo porque a mi querida madre se le ocurrió la brillante idea de mejorar los ingresos de la familia abriendo esa condenada academia… ─ Exhala aire con cierta resignación.

Mira su móvil, como si esperara a que su senpai le fuera a llamar de nuevo. Cada día se le hacía más grande la necesidad de escuchar su voz. Tan sutil, madura, suave y melodiosa… Todo al mismo tiempo.

─ Eli… ─ Le costaba admitirlo, pero esa simple admiración que sentía hacia ella era demasiado fuerte a estas alturas de su vida. Sabía perfectamente que eso ya había pasado a un nivel mucho mayor comparándolo al de hace un año. La morena se frotó la frente, tratando de despejar su mente.

─ Tengo un mal presentimiento sobre mañana… Espero equivocarme… ─ Tras decir lo último, decidió acostarse, para distraerse finalmente de la chica que le ha arrebatado el corazón.


─ Ah… Una hora más temprano. Era de esperarse viniendo de ti, jaja. ─ Sonreía Eli mientras abría la puerta ante su visita, un poco nerviosa.

─ ¡L-Lo s-si-siento! N-No sabía q-que ibas a e-estar t-to-tomándote el baño e-en estos momentos… ─ Exclamó la menor al ver a la rubia envuelta únicamente en una toalla. ─ V-Volveré u-un poco m-más tarde, así que… ¡¿UWAAH?! ─ Se había dado media vuelta e iba a comenzar a caminar cuando una mano tiró de su brazo bruscamente para hacerle entrar a la casa, desequilibrándola, lo que causó que intentara agarrarse de la chapa de la puerta para evitar la caída, pero no logró nada más que cerrar la puerta y terminar acostada en el suelo… sobre una desnuda Eli.

─ ¡EEEEK! ─ Se escuchó un golpe sordo por todo el pasillo de la entrada.

Umi se petrificó al ver que su cabeza yacía en medio de dos elevados montículos pertenecientes a la mayor. Se incorporó inmediatamente y se volteó.

─ ¡V-VI-VISTETE YA! ─ Tanto sus mejillas, sus orejas y hasta la punta de su nariz estaban totalmente rojizas.

─ S-Sí, l-lo siento. No era mi intención hacer que cayeras… ─ Eli no había previsto esta posibilidad. Realmente se sintió apenada. Pero… La reacción de su kouhai realmente era interesante… Así que decidió jugarle una pequeña broma.

─ Pero no entiendo por qué tanta vergüenza, Umi… Si ambas somos chicas. ─ Entrelaza sus manos justo en la delgada cintura de la arquera, apegándose a ella sutilmente. ─

─ P-POR LAS DIOSAS ¡¿P-PERO Q-Q-QUÉ HACES, ELI?! ─ Parecía que le iba a salir sangre por la nariz al sentir la cercanía de la chica. Una corriente de calor invadió a todo su cuerpo. Su corazón ya latía desbocado y ella no sabía cómo lidiar con esas situaciones.

Eli sopló en su oído delicadamente, un chillido salió de su víctima… Lo que hizo que Eli deseara ver más reacciones de ella, más sonrojos, más suspiros, más…

─ Umi… Eres tan linda… ─ Susurró levemente mientras rozó sus labios al cuello de la avergonzada joven. Umi ya no sabía qué era mover su cuerpo, estaba congelada, sentía que su interior ardía acaloradamente, pero por más que le ordenara a sus brazos y piernas que se movieran, no había respuesta alguna.

─ E-E-E-Eli, por favor… D-Deten… te… Ah… ─ Las manos le temblaban, sus ojos estaban fuertemente cerrados, cada zona que Eli recorría con su boca la derretía… Cada suave contacto estaba haciéndole perder la cordura. Todo era nuevo para ella. ─ E... li... ─

Los suaves gemidos de la menor estaban provocando demasiado a la rubia, terminó apretando un poco más su agarre. Su respiración ya se daba a un ritmo irregular, moría por devorarse a su preciada peliazul. Necesitaba…

─ Umi… ¿No quieres… que… empecemos… nuestra práctica… de… esta manera…? ─ La punta de sus pechos ya comenzaban a endurecerse, Umi lo supo cuando su espalda sintió esas pequeñas protuberancias deslizarse levemente encima de la tela. La menor ni siquiera respondió, probablemente sus pensamientos andaban en las nubes de la perversión. (¿?)

"¡¿Por qué Eli está actuando de esta forma?! Y… peor aún, ¡¿Por qué NO estoy haciendo nada para detenerla?!"

Porque te gusta…

"¡E-E-Eso n-no es cierto! ¡Yo…!"

Ya lo has admitido, ¿no? Estás enamorada de Eli. ¿Por qué no también aceptar que te gustaría hacerlo con ella?

"¡Es que es indecente! Además… No creo que ella sienta lo mis-…"

─ Mamá, ¿Es cierto que vendrá Umi-san? ─

─ Sí. Eli dijo que vendrá a almorzar con nosotras. ─ Se escucharon voces familiares al otro lado de la puerta principal. A Eli se le puso la piel de gallina al percatarse de ello.

"¡No puede ser…!"

Umi había abierto los ojos como platos y en cuestión de segundos, Eli le quitó los zapatos a la joven, tomó su toalla, se cubrió y cargó entre brazos a Umi rumbo hacia su habitación, que estaba en la segunda planta de la casa. Justo cuando su madre había girado la llave en la perilla de la puerta, la joven universitaria había cerrado con seguro la de su cuarto. Llevó a la menor hacia su cama y la sentó cuidadosamente.

─ E-Eso… Me olvidé por completo que ellas llegarían en cualquier momento… ─ Dijo con sumo alivio al no ser descubierta.

Por otra parte, la otra chica no tenía ni la más mínima idea de lo que acababa de suceder, sólo observaba a Eli con la cara completamente roja. Eli la observó y no pudo evitar el sentirse terriblemente avergonzada.

─ O-Oye… ¿Umi? ─ Pasa su mano frente a ella para sacarla de su trance. ─ Ne, Umi… ¿Lo siento por molestarte de esa forma…? ─ No negaba que se sentía culpable por las reacciones que había causado en la arquera, pero tampoco se había arrepentido en lo absoluto, lo disfrutó mucho.

"Ojalá hubiera podido haber llegado más lejos…"

Umi la miró directo a los ojos, sin perder su sonrojo. Volvió a ver al suelo y le dio la espalda a la mayor.

─ T-Tan sólo vístete y bajemos. ─ Eli podía ver perfectamente el borde colorado de sus orejas, podría jurar que humo iba a salir de sus oídos. Se rió ante ese pequeño gesto.

─ De acuerdo~. ─ Y sin más, buscó en su armario algo cómodo mientras la joven de cabellos azulados se acostó en la cama, con la cara cubierta por la almohada de Eli, usándola de excusa para no tener que verla… d-d-de-desnuda.

Para su mala suerte, el poder oler perfectamente la esencia de su preciada senpai no la ayudaba a calmar sus acalorados sentidos.

"Su olor… Es delicioso…"

Su mente comenzaba a divagar nuevamente en el mar de sensaciones que experimentó hace unos minutos.

"Sé que ella dijo que me estaba molestando pero…"

"Umi… Eres tan linda…"

"La forma en la que me hablaba… No me decía que era solamente eso…"

Sus caricias… Los fuertes latidos de su corazón… La forma en que se apegaba a su cuerpo… Sus… p-p-pechos en su espalda…

"¿S-Será posible que ella también…?"

─ ¡Listo! Umi, ya puedes ver. ─ Dijo Eli, interrumpiendo el dilema mental de la muchacha, haciendo que ésta se sentara y la mirara, ya con un sonrojo menos notorio. ─ Mamá me dijo que iba a comprar un poco de yakisoba cuando le dije que vendrías. No esperaba a que se pusiera contenta con la noticia… Arisa también se emocionó. Les caes muy bien a ambas. ─ Le sonríe con ternura.

"Pero a diferencia de ellas, yo me estaba muriendo por verte…"

─ Oh, ¿En serio? Me alegra escuchar eso… Tu familia ha sido muy gentil conmigo cada vez que nos encontrábamos o venía de visita el año pasado… ─ Sonrió un tanto melancólica al decir lo último.

─ Sí… Desde el año pasado no has venido a visitarme… ─ Dijo mirando al suelo.

"Desde el año pasado que estuve esperando volver a ver tu sonrisa, abrazarte, hablarte de frente, contemplar tus ojos…"

"No he dejado de pensar en ti." Resonaba en la mente de ambas.

─ B-B-Bueno, hemos pasado muy ocupadas, ¿no crees? Jajaja… ─ Intentó animar el ambiente medio tenso que se comenzaba a generar en la habitación. ─ Tú con la universidad y yo con el consejo estudiantil, ya que Honoka nunca hace su trabajo como debe… Tú sabes… ─

─ Pero, si no necesitaras practicar tu baile… Hoy no estarías aquí, ¿cierto? ─ Golpe bajo para la menor. Eso causó que se molestara un poco.

─ T-T-Tú también pudiste haberme visitado en algún rato libre que hayas podido tener los fines de semana, ¿no? ─ Dijo frunciendo el ceño.

─ ¡Traté de hacerlo! ─ Levantó un poco su voz. ─ Pero siempre me decías que para los lunes tenías que hacer "x" o "y" cosa y entonces terminaba evitando ponerte una carga innecesaria al atenderme, además… Fueron muy pocas las veces en las que salimos a comer o algo… Siempre… Siempre tenían que ser después de tus clases, eran muy cortos los momentos y… ─ Su corazón sentía que estaba siendo aplastado lenta y tortuosamente.

"¡Vamos, Eli! ¡No es momento para celos o reclamos, ni siquiera tienes el derecho de…!"

Umi la miró sorprendida al ver que sus ojos brillaban más de lo normal.

─ Eli… ¿Por qué… estás llorando…? ─

─ ¿Eh? ¿De qué hablas…? ─ Sintió cómo sus mejillas estaban siendo empapadas de algo cristalino que salía de sus ojos. ─ ¿Por qué…? ─ Trataba desesperadamente de controlar sus lágrimas, pero por más que se secara con las manos, no dejaban de salir. ─ Yo sólo… Quería pasar más tiempo contigo… ─ Su sonrojo podía competir con el de Umi en esos momentos, se cubrió la cara con la mayor de las penas.

"No… No quería decirlo. Prácticamente me le he confesado. No… No quiero que me odie."

Umi no podía dejar de observarla con perplejidad.

"¿Ella en verdad…? No puede ser…"

─ Eli… Yo… ─ Se levantó, estaba acercándosele cuando…

─ ¡Eli~! ¡Ya está el almuerzo~! Umi ya está contigo, ¿no? Bajen a comer~ ─ Se escuchó la voz de su madre. La mencionada se aclaró la garganta.

─ ¡Sí, enseguida bajamos! ─ La rubia maldice y agradece internamente la interrupción, ya que eso le ayudó a detener su llanto. Ambas no se dejaban de mirar, pero la mayor no quería ser el hazmerreír en esos momentos, así que sonrió.

─ Vamos a comer. ─ Sin esperar respuesta. Salió de la habitación.

"Idiota…"

Umi la siguió en silencio.


Ambas llegaron a la sala. Arisa, al ver a Umi, corrió hacia ella con entusiasmo.

─ Umi-saaaaaan~ ─ La abrazó como una niña pequeña. La mencionada la vio con ternura y acaricia su cabeza.

─ Gusto en verte, Arisa. ─ Luego sonrió a la madre, quien la observaba mientras preparaba la mesa, ponía los palillos junto a cada plato. ─ Buenas tardes, Ayase-san.─ Hizo una leve reverencia.

─ Es bueno verte de nuevo, Umi. ─ Dijo la sonriente mujer. ─ Tomen asiento. Mi esposo está en un viaje de negocios, así que nos sentaremos todas a los lados. Nadie en los extremos por favor~. ─ Incitó a las tres. Asintieron y se sentaron frente a la mesa rectangular, alcanzaba para un máximo de seis personas. Arisa se quedó junto a Umi, Eli escogió el asiento frente a la peliazul, quedando junto a su madre.

Todas se sirvieron del plato grande que estaba en el centro de la mesa. Conversaron amenamente acerca de cómo le había ido a Umi en su último año, le preguntaron sobre las demás chicas y cómo iban ahora que el grupo se había disuelto. Tanto la chica en cuestión como la hija mayor evitaban a toda costa el cruce de miradas, pues, cada vez que pasaba, un golpe de sonrojo surgía en sus mejillas.

Al terminar, Arisa arrastró prácticamente a Umi para ver películas con ella y junto a su hermana. No sintieron el tiempo y así se pasaron hasta las seis de la tarde. La pobre peliazul casi pegaba el grito hasta el cielo cuando se vino a dar cuenta, todo gracias a un estruendoso sonido que anunciaba la venida de una poderosa tormenta eléctrica.

─ ¡NO ES CIERTO! ─ Miraba su reloj de mano desconcertada. Cuando vio hacia una ventana pudo ver que todo ya estaba oscuro casi en su totalidad. Estaba comenzando a caminar hacia la puerta principal cuando nuevamente alguien la detiene.

─ Umi, tranquilízate. Pronto va a comenzar a llover y no has traído paraguas. Al menos deberías esperar a que pase lo más fuerte. ─

─ ¡No! ¡Debo irme ya! ¡Mi madre me va a matar en cuanto sepa que no practiqué absolutamente nada y será peor si llego tarde! ─ Trataba de soltarse de la rubia, pero ella le abrazó fuerte, dejando a una Umi congelada.

─ Por favor… Umi, no te vayas. ─ Apoyó su cabeza en el hombro de la chica.

El techo comenzó a resonar con las caídas potentes de las gotas que el cielo empezaba a derramar.

─ Llamaré a tu madre para explicarle todo. No es tu culpa… ¿Sí? ─ Umi no respondía, pero tampoco se alejaba de ella. ─ Comenzaremos a practicar en seguida. Ve a mi habitación y yo llegaré dentro de unos minutos. ─ La menor sólo se dedicó a asentir.

─ Gracias. ─ Tomó una de sus manos y la acarició levemente antes de soltarla e ir al teléfono de la casa para realizar la llamada.

"Definitivamente debí decir que no. Y en todo caso, ¡¿Por qué rayos estoy obedeciéndole sin siquiera pedirle alguna explicación?!"

"Sólo quería estar más tiempo contigo…"

La peliazul se dirigía a regañadientes a la habitación de su senpai.

"Realmente quiero saber a qué se refería exactamente con eso…"

Caminaba a paso lento, viendo perdidamente el suelo.

"¿Estaré malinterpretándolo todo? A lo mejor ella me lo quiso decir en plan de amigas… ¿verdad?"

Llegó al lugar, abrió la puerta.

"Aunque yo no la veo como tal…"

Se sentó en el suelo, recostando su espalda en el borde de la cama.

"Lo peor es que no me puedo deshacer de estos sentimientos, son tan problemáticos…"

Su rostro denotaba melancolía.

"Me duele el corazón con sólo pensar en ella…"


─ ¿Umi? ─ Eli entra al cuarto, cerrando la puerta tras de sí. ─ Tu madre me dijo que estaba bien que… ─ Lo último se le fue en un hilo de voz, pues dejó de hablar al ver fijamente a la contraria, quien estaba con los ojos cerrados. ─ Tonta, te dormiste antes de siquiera comenzar a practicar. ─ Susurró sonriente, acercándose a ella.

─ Te estoy escuchando. ─ Respondió mientras abría los ojos con lentitud.

"Solamente estaba tratando de pensar en otra cosa que no fueras tú, ¿sabes?"

─ Sólo estaba descansando. ¿Podemos empezar con la práctica? ─ Preguntó, levantándose de a poco.

─ De acuerdo. ─ Buscó su celular y lo conectó al equipo de sonido que tenía a la par de su escritorio, sobre un cajón de madera, donde guardaba su ropa interior y cosas de maquillaje. Ambos muebles estaban cerca de una de las esquinas de la habitación. Por ahí había una ventana, que les avisaba que la lluvia parecía un torrencial que no acabaría pronto, hacía mucho ruido en el tejado. ─ ¿Estás lista? ─

─ S-Sí. ─ Dijo un tanto insegura.

─ Okay. ─ Buscó entre sus listas de reproducción algunas canciones de merengue que había guardado desde hace años y que aún gustaba de ellas. Por ser bailarina profesional, había aprendido a disfrutar de la música variada. ─ Ven aquí. ─ Le dijo cuando ya tenía todo preparado.

La peliazul se le acercó. Eli presionó al "Play" y con una mano, tomó la de Umi, mientras que, con la otra, tomaba su cadera. La chica evitaba cualquier contacto visual con la mayor. Ésta levantó una ceja al verla avergonzada.

─ Umi, ¿Qué sucede? ─

─ E-Es que… N-No estoy acostumbrada a bailar a-a-así… ─ Miraba hacia la ventana con las mejillas coloradas a mil.

"No pongas esa carita tan adorable, Umi… No ahora, por favor."

─ ¿Ah, sí? Pues bueno, hoy tendrás que acostumbrarte si quieres aprender a bailar esto… ─ Luchó con todas sus fuerzas para no aprovecharse de la situación.

─ ¡¿E-E-Eh?! ─

─ Tú sólo sígueme los pasos ─ Rio y aceleró el paso, halando a Umi al centro de la habitación, donde había más espacio.

Umi trataba de no tropezarse con la mayor, estaba demasiado nerviosa.

─ Tu cadera no debe de estar rígida. ─ Decía palmando el lugar con delicadeza. ─ Debes dar un paso a la derecha, uno hacia atrás, a la izquierda y luego vuelves hacia adelante. Y ten en mente que lo tienes que hacer rápido, este ritmo no es para personas lentas. ─ Le decía mientras la guiaba lo mejor que podía. Se ganó un par de tropiezos sobre sus dedos gordos la mayoría de veces.

Umi no soportaba la vergüenza al sentirse tan manca para este tipo de cosas. Definitivamente no estaba familiarizada con ser la aprendiz, por lo general era ella la que enseñaba, comenzaba a sentirse angustiada porque no le salían los pasos a la primera. Para colmo, no es una persona muy paciente para aprender algo, si no lo asimilaba rápido, se terminaba frustrando con facilidad.

─ E-Eli, esto no está funcionando… Y-Yo no p-puedo bailar esto… ─ Dijo cansada. Separándose de ella.

Si bien es cierto que el no maniobrar bien el baile le tenía angustiada, la cercanía extrema de su senpai no la ayudaba en lo absoluto, sobretodo, porque escenas de lo sucedido por la mañana le comenzaban a inundar la mente de nuevo.

─ C-Creo q-que mejor voy a c-cas-… ─ Dijo yendo a la puerta, cuando en un abrir y cerrar de ojos, estaba nuevamente siendo abrazada por la más alta.

─ Tú no te vas a ningún lado. ─ Dijo susurrándole al oído, estando detrás de la chica.

─ ¿E-Eli? ─ Su cara ya no podía estar más colorada de lo que ya estaba.

─ Vas a aprender, sí o sí. ─ Dijo mientras sus manos recorrieron sus brazos hasta llegar a entrelazar sus dedos con los de Umi. ─ Sólo cálmate y déjate llevar, ¿Quieres? ─

─ S-Sí. ─ Posó su mirada al suelo y dejó que Eli tomara control total de sus movimientos.

─ De acuerdo. ─ Y sin soltarse de ella, comenzó a moverse lento al principio, perdiendo la coordinación con la música acelerada que resonaba en la habitación.

Al cabo de unos minutos, ambas se acoplaron al ritmo y comenzaron a sincronizar tanto sus manos, caderas y pies. Eli no se despegó ni un segundo de la menor, y como impulso, posó sus labios en el cuello de la muchacha, sin moverlos de ahí. Umi pudo sentir cómo cada una de sus vértebras eran invadidas por una corriente que causó que su cuerpo se acalorara en un pestañeo.

Así pasaron los segundos, los minutos…

Ambas estaban cubiertas de sudor, causa de la sesión intensa del baile sumado con la proximidad de sus cuerpos. El sonido de la lluvia se había vuelto más fuerte que la música en sí. Pero ellas ignoraban todo lo que les rodeaba en ese momento.

Eli ya estaba a su límite, sentir a Umi en todo su esplendor la habían encendido como al mismo sol, y, sin mediar palabra alguna, dejó de moverse y abrazó la cintura de Umi. La joven ladeó su cabeza para mirarla con sorpresa, pero casi se desmaya cuando sus labios sintieron los de la rubia sobre ellos.

"¡¿Pero qué…?!"

El besó comenzó con movimientos torpes y temblorosos, la mano de Eli tomó cuidadosamente su mejilla para profundizar el contacto. Por más que quisiera reaccionar, Umi sólo tenía los ojos cerrados y dejaba que la lengua de la chica la invadiera a su merced y jugueteara con la suya. No podía negar que el sabor de la boca ajena era exquisito, la calidez que ambas generaban era algo inexplicable, algo inaudito. Algo que quería aumentar…

Al paso de los segundos, tuvieron que interrumpir el momento que parecía eterno, por culpa de su necesidad de aire. Cuando se separaron, cayeron en cuenta lo que acababa de pasar, ambas con sus rostros teñidos de un rojo más intenso que un tomate avergonzado. (¿)

─ ¡U-U-UMI! ¡Y-YO… YO NO QUERÍA…! ─ Trataba de "arreglar" lo que acababa de cometer.

La susodicha sólo la miraba perpleja, ni siquiera era capaz de balbucear.

Eli rápidamente se va directo al equipo a detener la música. Cuando iba a desconectar su móvil, una mano la detiene.

─ ¿Umi? ─ Mira a la dueña de orbes café dubitativa. La peliazul se apropió del pequeño objeto y navegó entre las canciones hasta encontrar su objetivo. La tormenta no dejaba de resonar en el lugar, pero decidió dejar la música a un volumen bajo, para que, cuando cesara el ruido, no despertara a nadie. Pues, se había dado cuenta que ya eran las once. Aparte que, regresar a su casa ya no era una opción viable.

─ S-Sé que… Sé que no es verano. Pero debo decirte a-algo muy importante… ¡Y-Y será mejor que no me interrumpas! ─ Agarró el cuello de la blusa de la mayor con ambas manos, obligándole a inclinarse hacia ella para encontrarse directo con su mirada. La ex-presidenta del consejo estudiantil abrió los ojos como platos cuando la canción comenzó a sonar.

Todo el verano deseando verte; el verano de este año
Es una historia sobre nosotras dos…

─ Vuelvo a aclarar, que no es la estación adecuada para esta canción pero… ─

-
Así que no huyas, No tengas miedo
Cuando nos miramos a los ojos, es una tormenta de amantes…

─ Esa tormenta es la que ahora mismo estoy sintiendo que me invade… ─

… Quiero amarte fervientemente.

─ Yo… ─

-
¡Sí! ¡No! ¡Di que sí! El amor
Acepta toda mi pasión convertida en amor.

─ Yo también quiero pasar… más tiempo con Eli… ─

-
¡Sí! ¡No! ¡Di que sí! La respuesta
Tu corazón de seguro me dará la respuesta.

─ Quiero pasar más tiempo con mi senp-hmmng … ─

Eli se apoderó nuevamente de los labios de la menor antes de siquiera terminar la oración. Umi simplemente abrazó su cuello, para corresponderle con el mayor de los gustos. Con el rostro sonrojado y con mucha pena estaban ambas, pero eso ya no les importaba, la necesidad de sentirse cerca la una de la otra ganaba sobre cualquier otro asunto pendiente.

-
… Mi cuerpo está llamando, te está llamando a ti
No me dejes, eres mi único amor.

Las manos de la joven universitaria acariciaban el sedoso y oscuro cabello de su preciada kouhai. Se quedaron quietas cuando se enfocó en atraerla más a ella para profundizar el beso.

Los huéspedes de sus bocas danzaban juguetonamente, el roce era exquisito, el sabor de los besos era altamente delicioso. ¡Santo cielo! ¡Nunca habían experimentado algo tan majestuoso como eso!

-
… Es una historia sobre nosotras dos
Así que no huyas, No tengas miedo
Cuando nos miramos a los ojos, es una tormenta de amantes.

Se daban cortos recesos para luego volver a la ardua tarea de besarse desesperadamente. Para sorpresa de Eli, Umi la estaba llevando hacia la cama lentamente, con leves y tímidos empujones. La chica retrocedía dócilmente, entendiendo las intenciones de la arquera.

-
… No iré a casa, eso quería decir
Avergonzarte hace que mi corazón se acelere, ¿eso está mal?
-

Cuando llegaron al objetivo, la mayor decidió "voltear" la situación.

-
¡Sí! ¡No! ¡Di que sí! Enamorada
Una vez arrastrados por la pasión del amor
¡Sí! ¡No! ¡Di que sí! Esto es real
-

─ Umi… Yo… ─ Dijo mientras recostaba a la mencionada, sin separarse mucho de ella, quedando encima.

-
… Quiero compartir contigo de un sueño extremo
Mi cuerpo está llamando, te está llamando a ti
Eres mi destino, mi único amor.

─ Te amo. ─ Entrelazó su mano con la ajena y continuó degustando de los labios de la joven.

El corazón de Umi no podía latir más deprisa. Esas dos palabras bastaron para que todos sus pensamientos se centraran únicamente en la persona que tenía sobre ella. La abrazó acogedoramente, con las manos temblorosas… Y con todo y nudo trabado en su garganta, le contestó entre besos.

-
… El aroma que desprende tu corazón me tienta
Así que no huyas (no huyas), No tengas miedo (no tengas miedo)

─ Te amo, Eli. ─ Estableciendo un contacto íntimo entre sus miradas, se dijeron un millón de cosas más. Besos con sonrisas se hicieron presentes.

-
El amor es una tormenta, una tormenta de amantes.

Finalmente, Eli comenzó el juego peligroso separándose de la boca de Umi para dejar que la suya viaje a través de caricias por el mentón de la chica, dejando pequeños chupetes en cada porción de piel que se interponía en su camino. Se tomó su tiempo para bajar por el cuello, ganándose un suave gemido que su víctima no pudo controlar. Esto provocó que la rubia gritara victoria en sus adentros.

-
¡Sí! ¡No! ¡Di que sí! El amor
Acepta toda mi pasión convertida en amor.

Descendió por su clavícula, encontrándose con una estorbosa blusa, de la cual, se deshizo en un par de segundos. Pues le resultó muy fácil, ya que era de a botones. No pudo más que derretirse por el increíble sonrojo de Umi al verle sólo el sostén.

─ Eres hermosa… ─ Susurró, muy cerca de su oído, haciendo que su cálido aliento le causara escalofríos a la joven debajo de ella. ─ Umi… Eres hermosa… ─ Decía una y otra vez, y no sólo porque eso era lo que pensaba en esos momentos, sino también porque aprovechaba el distraerle para quitar esa molesta prenda que no le dejaba contemplar la majestuosidad de esos pechos que deseaba conquistar.

Al lograr su cometido, un sobresalto de Umi la interrumpió cuando sus labios se dirigían a ese lugar.

─ E-Espera… Eli… ¿N-No crees que d-deberíamos d-do-dormir ya? ─ Dijo tratando de cubrirse con los brazos.

Ella sólo alzó una ceja, para luego reír.

─ Tú me has quitado el sueño, ahora tendré que castigarte por ello~. ─ Respondió con un tono levemente burlesco.

Pudo sentir a la perfección la dulce reacción de Umi cuando colocó sus labios en una de las cimas de los delicados montículos, haciendo que ella soltara otro hilo de voz, causa del placer que le proporcionaba su lengua al tentar esa zona tan sensible que recién se había expuesto.

Unos pícaros dedos molestaban al otro pezón, la ojimiel estaba perdiendo el dominio de sus reacciones y movimientos. No dejaba de repetir el nombre de su amante a cada suspiro.

Cuando Eli consideró que había pasado un tiempo prudencial prestándole atención a la parte superior, viajó con su lengua, trazando círculos en el plano y delicado abdomen de la contraria. Segundo tras segundo, bajaba lentamente hasta que se topó con el botón que aseguraba el agarre de los pantalones de la muchacha.

-
Mi cuerpo está llamando, te está llamando a ti
No me dejes, eres mi único amor.
-

─ Eli… Por favor… Detente… ─ La menor gemía ahogadamente. Su mente le reprochaba que no debía ir más lejos, debían parar.

"Esto es demasiado indecente."

─ ¿Ho~? … ¿Estás segura que quieres eso~? ─ Desabrochaba sigilosamente los pantalones. ─ Tus lindas reacciones me dicen perfectamente lo contrario, Umi. Y yo… Te quiero comer to-di-ta. ─ La cautivadora y profunda voz de la mayor bloqueó las súplicas de la contraria instantáneamente.

Ganando la batalla, desliza y se deshace de la prenda con todo y bragas, exponiendo a la actual vice-presidenta estudiantil en su totalidad. Su cabeza estaba a punto de estallar por la enorme vergüenza que sentía en ese preciso instante.

─ Por el amor al chocolate, Umi, eres demasiado hermosa… ─ No pudo evitar sonrojarse de golpe al echarle un vistazo total a su preciada chica, ahí, apenada, indefensa, tímida, mirándola fijamente, con la respiración entrecortada y su entrepierna comenzando a derramar el agua bendita que la caracteriza como mujer. Se relamió los labios y besó cada pedacito de piel que conformaba su vientre. Trazaba garabatos con las yemas de los dedos en sus muslos.

Cuando posó sus labios en el comienzo de la tierra prohibida, inhaló el olor de la esencia de Umi lo más profundo que pudo, para luego depositar incontables besos en aquel pequeño paraíso.

─ ¡AH! ¡E-ELI! ─ Los gemidos se volvieron muy sonoros cuando sintió que su intimidad estaba siendo penetrada por una curiosa lengua. La incesante caída de gotas de lluvia les hacía el enorme favor de ocultar su momento de felicidad.

Eli adoraba saborear ese manjar que tenía a su disposición. Los sonidos lujuriosos que Umi dejaba escapar de su garganta la hacían perder el control de sus impulsos y comenzó a succionar ese pequeño paquete de nervios que se alojaba en la hendidura, quien estaba luchando por sobresalir, duro y calientito, para ser devorado por la dueña de las caricias que le habían provocado su despertar.

Umi arqueaba su espalda y se agarraba de las sábanas lo más fuerte que podía, casi enterraba las uñas en ella, debido a las intensas corrientes de placer que la boca de su senpai generosamente le regalaba.

─ ¡AH! ¡E-Eli…! ¡Si sigues así, yo voy…! ¡AAAAH! ─ Un fuerte espasmo liberó toda su energía en cuestión de segundos.

Eli degustaba cada gota de líquido cristalino que escapaba de su cuerpo.

La peliazul cayó rendida, sin nada de fuerzas, ojos entrecerrados y tratando de tomar grandes bocanadas de aire.

La mayor, después de haber limpiado esa feminidad con su propia lengua, buscó el rostro de la joven, para mirarla una vez más.

-
…Cuando nos miramos a los ojos, es una tormenta de amantes.

─ Umi… ─

─ E-E… li… ─

-
… El amor es una tormenta, una tormenta de amantes.

─ Eres una pervertida. ─ Se rió.

─ Gracias por arruinar el momento. ─ Hizo un leve puchero, desviando la mirada de ella. ─ ¿Ahora ya estás contenta? ─ Preguntó con un toque de "indignación".

─ ¿Mmm? ¿Sobre qué? ─ Levantó las cejas, confundida.

─ S-S-Sobre c-ca-castigarme y… y c-com-comerme… ─ Balbuceaba con su característico sonrojo.

─ Mmm… Sip. Estabas deliciosa. ─ Sonrió ampliamente.

─ ¡C-Cállate! ─ Pone sus manos en las mejillas de la rubia, apretándolas un poco fuerte. Pega su frente a la de ella. ─ Pero qué bien que ya estás contenta, Eli. ─ Sonrió pícaramente. A la susodicha se le congeló el corazón, ese gesto le dio mala espina. ─ Porque ahora me toca el postre a mí. ─ Y se dedicó a devorar sus labios mientras le comenzaba a desvestir.

─ ¡¿U-UMI?! ─

.

.

.


─ Mmng… ─ Eli abrazaba cómodamente a la morena, quien fue despertada a causa del leve sonido que la chica emitió. Abrió despacio sus ojos, y al percatarse que no era ni su cama, ni su habitación, y que no estaba sola, se sentó de un brinco, viendo espantada la situación.

"¡No puede ser…! ¡Estoy frita!"

─ Voy a morir… Voyamorirvoyamorirvoyamorir… ─ Sus ojos se volvían espirales por la desesperación. ─ Mi madre definitivamente me matará… ─ Y susurraba cosas sin sentido alguno, cosa que devolvió a su senpai del mundo de los sueños.

─ ¿Umi? ─ La miró de reojo, y al verle que estaba en posición fetal a la par de ella, se sentó y la observó fijamente. ─ ¿Qué pasa? ─ Levantó una ceja, divertida.

─ Perdóname madre… Nomematenomematenomematenomemate… ─ Decía repetidas veces, con lágrimas bajando como cascadas por sus mejillas.

Eli no pudo evitar estallar a carcajadas cuando descubrió el motivo de ese repentino comportamiento. Umi la miró molesta.

─ Umi, eres tan linda~ ─ Siguió riéndose por unos segundos más.

─ ¡No te rías de mí! ─ Le reprochaba la menor.

─ De acuerdo, está bien~. ─ Rió una vez más y se aclaró la garganta. ─ Ayer, cuando llamé a tu madre, le dije que te ibas a quedar aquí. ─ Toma el mentón de la arquera y le regala unas tímidas caricias. ─ Te lo habría terminado de decir, pero estabas "dormida" cuando entré a la habitación y cuando te levantaste, estuviste apurada con lo del tema del baile. ─ Acortó la poca distancia que había entre sus rostros, Umi se volvió una estufa… de nuevo.

Eli se levantó rápidamente y se vistió.

─ Claro, que si tu madre decide matarte por haber pasado una intensa noche conmigo, no dudes en que tu príncipe Ayase llegará a tu rescate~. ─ Le guiñó el ojo justo antes de salir de la habitación y cerró la puerta un segundo antes de que el poderoso almohadazo supersónico le pudiera alcanzar.

─ ¡ÉSTA ME LAS PAGAS, ELI! ─ Dijo con la cara completamente roja. Luego suspira. ─ No entiendo cómo me enamoré de este príncipe tan idiota. ─ Sonrió con ternura.

"Pero es MI idiota."

FIN :v

.

.

.


¿Y bien?

¿Qué tal me salió? :'v

No le puse de título "Storm in Lover" o "Tormenta de amantes" porque me pareció muy típico entre ellas (?) y planeaba poner a Umi como dominante pero yo no controlo mis pensamientos así que doña rusa sexy se aprovechó del inocente mar. lulz

Plus, no puse la canción completa. Sólo las partes que más me convenían ;V

No tienen idea de lo que me costó escribir esta cosa. Ni idea de por qué pero ya qué lel

Disculpen por no andar activa por aquí. Los bloqueos mentales se han apoderado de mí y… -cofcofschoolidolfestivalcofcof- bueno, a pesar de que estoy de vacaciones de la uni, pos mi mente traicionera me ha dejado ignorada, además de haber olvidado mi contraseña para poder entrar por aquí y don correo se negaba a recibir el mensaje para restablecerla xD

Es que soy de poca memoria ram -hastaseleolvidanlosnombresdesusamigoslol- y bueno, ya no doy más excusas porque de nada me sirve (¿)

Quiero saludar a Naofu por aquí, porque sé que ama el EliUmi con todo el cocorito (¿) y, en parte, quise hacer esta historia para que la leyera, ojalá y lo haga (?)

Esperaría poder continuar mis demás historias en esta semana. Ojalá doña inspiración no me deje valiendo pito antes de volver a la uni ;_;

Muchísimas gracias por leer, y espero que les haya gustado ^^

¡Nos leemos en otra historia!