Pues eso, que he vuelto con una pequeña historia surgida de un post de Tumblr. (www . johnlocked-star gazer-in- tardis .tumblr post/ 39941 588658). Ya sabéis, quitar espacios.
La razón de mi vuelta es que hoy exactamente hace un año que publiqué mi primera historieta Wolfstar. No sé exactamente cuando me enamoré de estos dos hombres y les di mi corazón para que jugaran con él y lo destruyeran, así que tomaré esa data, 2 de Enero de 2012. Hoy hace un año de mi entrada al fandom! :D Y ojalá cumpla muchos años más con vosotros, stargazers.
Esto es una pequeña historieta compuesta de dos partes, la segunda la subiré a finales de semana a más tardar. La idea principal es que todos nacemos con un contador en la muñeca que nos indica el tiempo que falta para que conozcamos a nuestra otra mitad, la persona a la cual estamos destinados. Cuando llega a cero y la encontramos se mantiene así, mostrando que ya estás cogido.
Este contador no es fijo, sino que va variando con nuestras decisiones diarias y lo que nos sucede. Cuando tu media mitad sufre un dolor muy grave, o muere, lo puedes sentir físicamente. Y si tu media mitad muere, antes o después de que la conozcas, se transforma en un montón de ceros rojos.
Ahora que ya os he contado un poco de que va... A leer! Y no olvidéis decir qué os ha parecido.
1. Nuestra cuenta atrás
Igual que todos los magos y brujas de Gran Bretaña, Sirius Black nació con un contador de alrededor de once años en su muñeca. Exactamente, 11 años y 10 meses. Eso no era de extrañar, ya que es a los once años cuando los jóvenes magos empiezan Hogwarts, y siempre hay una alta probabilidad de que sea allí donde conozcan a su otra mitad, a la persona a cual están destinados.
Una noche de luna llena de cuando tiene seis años, Sirius Black se despierta asustado en su cama. Le duele mucho el hombro aunque no tiene ninguna herida física. Temeroso, enciende la luz y se mira la muñeca, para descubrir que su contador ha aumentado diez años. Permanece en su cama toda la noche, en posición fetal, demasiado asustado para poder dormir.
Lo que Sirius no sabe es que esa misma noche, en la otra punta del país, el niño cuyo contador dice lo mismo que el suyo ha sido mordido por un licántropo en el hombro.
Sirius ya se había acostumbrado a tener el contador más grande que todos los hijos de los amigos de sus padres. Seguro que es un muggle decían, horrorizados. O peor aún, un sangresucia. Sirius se intentaba defender, pero en su interior se preguntaba que qué importaba que su media mitad fuera un muggle, si se querían? La única vez que exteriorizó ese pensamiento le valió un castigo de su madre, y un discurso de dos horas de su padre sobre la pureza de la sangre y los deberes del heredero de los Black, así que aprendió a no decirlo más.
Sirius ya se había mentalizado a tener que esperar más de diez años más para encontrarse con su destinada, cuando de repente su contador bajó a tres meses. Exactamente el tiempo que le quedaba para ir a Hogwarts. Eso se tomó como una gran noticia en la casa de los Black, aunque todos no podían evitar pensar que seguramente era una sangresucia que acababa de recibir su carta.
La noche en que el contador de Sirius disminuyó fue exactamente la misma noche en que los Lupin recibían la visita de un anciano director en su casa, diciendo que no importaba que su hijo estuviera afectado de licantropía, tenía una plaza reservada en la escuela Hogwarts de Magia y Hechizería.
