¡Hi!
Aquí me tienen de nuevo, molestando por estos rumbos. Esta es una nueva historia que se me ocurrió mientras veía la serie Ghost Whisperer, me pregunté como sería adaptarla al fandom de Ranma ½ y bueno… ya veremos como avanza.
Habrá, romance, suspenso, drama, lime, lemmon, de todo un poco. Creo que no tiene caso aclarar que es un Universo Alternativo, pero lo haré de todas maneras, además de que espero tenga aceptación.
He vuelto al fandom gracias a Josciel, es una pequeña muy insistente y aunque no lo he hecho con las historias que deseaba igual espero el relato le guste, no solo a ella sino a todo aquel que lo lea. ¡Por favor! Dejen reviews, en verdad no saben cuan feliz se siente un escritor al saber que su historia es leída.
Este capítulo será corto, digamos que es una pequeña introducción, trataré de hacer más largos los que vienen, claro que todo depende de la aceptación que tenga. Me he alargado mucho y estoy restándoles tiempo, así que no me queda más que esperar que les guste lo que he escrito y nos vemos en la próxima actualización.
Se aceptan críticas constructivas, más no insultos.
Disclaimers: Los personajes no me pertenecen, si no a su creadora Rumiko Takahashi.
ALMAS PERDIDAS.
Capítulo 1
Primer Caso.
"La muerte no nos roba a los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente."
Francois Mauriac.
− 0 −
Se despertó temprano, como lo hacía desde que tenía memoria.
Sus párpados se abrieron, revelando a unos hermosos ojos avellana. Observaba el cielo falso de su habitación como si se tratara de lo más interesante.
Miró el reloj sobre su mesita de noche, las seis de la mañana. No abriría hasta la ocho de la mañana, tenía tiempo de sobra.
Escuchó el maullido de su gato, segundos después saltó a su cama y comenzó a ronronear frotándole la cabeza en su brazo derecho.
Sonrió.
− Supongo que tienes hambre, Agnes. – le dijo al gato, este solo maulló.
Se despojó de las sábanas y se levantó de la cama, para ir hacia la cocina.
Tomó la bolsa que se encontraba sobre la nevera y le colocó comida en el plato al gato. Aprovechó para encender la cafetera, regresó a su habitación para tomar una ducha.
Mientras se duchaba, hizo repaso mental de sus tareas ese día, tenía una entrega en la tienda, además de que debía revisar mercadería que también le llegaría esa misma mañana y un inventario que hacer.
Tendría un día bastante ajetreado, esperaba no tener ningún "inconveniente" es lo que menos deseaba ese día.
Ató la toalla y caminó hacia su habitación para vestirse.
Lo hizo con rapidez, terminó de arreglarse.
− No se te olvida algo hermanita.
Una voz cálida la distrajo, giró levemente su cabeza para observar a la dueña de esa voz.
Una sonrisa se formó en sus labios.
− ¿Qué se me puede olvidar Kasumi? – le preguntó.
La aludida sonrió de manera maternal e hizo una negativa.
− Desayunar, siempre olvidas hacerlo Akane – reprendió o más bien lo intentó porque su voz sonó preocupada en lugar de dura.
Rió, su hermana mayor siempre fue así. Siempre cuidándola, a pesar de todo…
− No tengo tiempo, lo haré en el trabajo.
La castaña hizo otra negativa, siempre era lo mismo, todas las mañanas.
Sin decir nada, desapareció.
Akane, terminó de arreglarse, tomó su bolso y salió de su departamento. Llegaría con el tiempo justo para abrir el local.
Se estacionó frente al local, apagó el motor y bajó de la camioneta, para abrir el local encontrándose a su amiga y empleada.
− Hola Akane – saludó con una sonrisa.
− Buenos días Shampoo – correspondió el saludo - ¿Día de guardería?
− Sí – dijo en suspiró la chica de cabellos púrpura - ¿Qué tal tu fin de semana? – preguntó entrando en el lugar.
− Aburrido como todos – contestó – Acomodaré la mercancía de hace una semana, ¿podrías estar pendiente de la llegada de las cajas?
La mujer asintió con una sonrisa y colocó el letrero de abierto.
Akane se quitó el abrigo y dejó la cartera en un armario para después encaminarse para comenzar a acomodar las prendas.
− ¿Dónde estoy?
Una voz fina y angustiada. La vio, en una esquina…
…una chica menuda de cabellera rubia y ojos color miel. Portaba un vestido de cóctel en color azul rey, movía la cabeza para todos lados e inspeccionaba el lugar.
− ¿Qué hago aquí? ¿Estaba en una fiesta? ¿Qué pasó?
Musitaba la chica, miró a Akane y sonrió esperanzada.
− ¿Sabes donde estoy? – le preguntó acercándose.
Akane asintió.
− Estás en un mi tienda de ropa – respondió.
− ¿Cómo llegué aquí? – inquirió confusa la chica.
Cuando estaba a punto de responder, Shampoo llegó atraída por los ruidos.
− ¿Con quién hablas Akane? – le preguntó Shampoo viendo hacia todos lados sin encontrar nada.
− Conmigo… recordaba todo lo que tengo que hacer hoy – le contestó con una sonrisa nerviosa que por fortuna, su amiga no notó.
− ¿Necesitas ayuda?
− No, yo puedo Shampoo – manifestó con una sonrisa despreocupada.
La campanilla de la puerta sonó.
− Voy a atender.
Shampoo se retiró y Akane esperó hasta que estuviera lejos para volverse hacia la figura que la miraba sin entender.
− ¿Por qué no me vio? – indagó con angustia la chica.
Los ojos de Akane se cubrieron con un velo de tristeza.
− Porque estás muerta.
Continuara…
