Capitulo I: la propuesta.
"No puedo creer que esto me suceda a mi" me dije al ver que mi trabajo acerca del comportamiento humano se había borrado de mi computador. "estoy segura que lo guarde, alguien debió hackear mi maquina" lagrimas de impotencia amenazaban con salir de mis ojos, las contuve y estuve a punto de darle un golpe al computador cuando escuche unos golpes en la puerta del dormitorio.
"Bella, ¿estás bien?" dijo la voz de un chico, Edward, era hermoso, no había porque dudarlo, un completo donjuán, todas las chicas del campus estaban sobre él, excepto una, yo.
"No" dije incapaz de contener las lagrimas traicioneras que salieron de mis ojos.
"Oh Bella, no llores, ¿Qué sucede?" dijo luego de entrar a la habitación, era un increíble amigo, era una faceta que las chicas no conocían de él, me abrazo y su aliento rozaba mi cabello, me sentía a salvo con él, era quien siempre me apoyaba, no éramos los mejores amigos, pero sabia el significado de la amistad.
Como lo dije antes, Edward era el clásico donjuán, tenía un hermoso cabello rojizo despeinado con el cual jugaba constantemente, unos maravillosos ojos color verde esmeralda que hipnotizan a cualquiera que los vea, un increíble cuerpo como de dios griego y una picara sonrisa que haría desfallecer a cualquiera.
"Maldito computador" dije mientras secaba mis lagrimas, solo escuche una risa burlona, me soltó y se recostó en el marco de la puerta "No guardo mi trabajo de psicología y el profesor Hudson no lo aceptara después"
"Todo estará bien, estoy seguro que encontraras la manera de solucionarlo" dijo mientras se acercaba de nuevo a mí y limpiaba con la yema de su pulgar una lagrima que caía en mi mejilla.
Nos quedamos viendo por unos momentos mientras el sonreía, pero no esa picara sonrisa que lo caracterizaba, si no una genuina sonrisa, una que solo le daba a sus verdaderos amigos. Nos separamos hasta que escuchamos el sonido de unos nudillos que tocaban a la puerta, había olvidado que Edward la había dejado abierta. Cuando nos volteamos, nos dimos cuenta que era mi compañera de cuarto Jessica, era un miembro del club de fans de Edward o mejor dicho su presidenta, se aclaró la garganta y alzo las cejas como diciendo que tenía algo que explicarle, puse mis ojos en blanco y vi como Edward se alejaba e iba hacia la puerta, se despidió pero antes de salir dijo "Bella, debo hablarte de algo privado, ¿podríamos reunirnos en la cafetería del ala este de la universidad?"
"Por supuesto" respondí y se marcho de inmediato, pose mis ojos en Jessica esperando a que empezara con el interrogatorio.
"¿Se puede saber qué era eso?" dijo cruzando sus brazos sobre su pecho, solo quise reír pero no me quería ganar un golpe.
"Era un amigo ayudando a una amiga" respondí para tranquilizarla, al parecer cualquier chica que se acercara a Edward estaba en grave peligro.
Ignorándola me puse a buscar la copia a mano – que estaba segura que tenia - del trabajo, tarde al menos dos horas en copiarla de nuevo e imprimirlo, estaba terminando cuando escuche esa canción tan conocida – mi favorita - que servía de tono de llamada en mi celular, corrí hasta el celular y sin siquiera ver el identificador de llamadas conteste.
"¿Diga?"
"¿Quieres hacerme esperar o simplemente lo olvidaste?" la voz masculina dijo al otro lado de la línea
Diablos "No lo olvide" dije "En este momento voy hacia allá, lo siento"
"si te apresuras no habrá ningún problema" dijo cortando la llamada.
Cerré el celular, tome una chaqueta y salí hacia la dichosa cafetería.
