disclaimer: hetalia axis-powers no me pertenece, sino que es propiedad de hidekaz himarua, studio DEEN y shirohata.. ni Gabriel o ciudad del vaticano me pertenecen, dado que es un nombre muy comun que le dan a la representacion de la santa sede entre los fans.

ojala disfruten de esta retorcida idea mia, basada en hechos historicos reales, y otros no tan reales.

Aviñón, junio de 1309.

Gabriel, o como era conocido por toda Europa "la santa sede" había tenido un viaje bastante agotador desde roma, en donde se había celebrado el conclave, que había escogido a Pierre Roger de Beaufort como su nuevo jefe, el cual fue proclamado como Clemente V, quien no tardo en acatar al rey de Francia para que se trasladase a Aviñón. Bastantes humillaciones había sufrido ya por parte del rey de Francia, del canciller Nogaret, para resistir un traslado hacia tierras francesas. Pero aun así, él tenía que obedecer, y a donde fuera el vicario de cristo, también debía acompañarlo su santa sede, o en otros términos, el.

Aviñón era una ciudad bastante grande, rodeada por enormes murallas y un espléndido pero pequeño palacio episcopal, el cual le serviría de residencia dios sabe por cuánto tiempo, pues no sabría cuando regresaría a Roma, aunque un pequeño consuelo es que podría cruzar los pirineos para visitar a su hermano Romano, bajo tutela de España después de que este hiciera una pataleta atroz en Sicilia que Francia no pudo soportar, cosa que aprovecho España a su favor para quedarse con romano.

Entre tanto Francia estaba en la corte del rey Felipe IV el hermoso, ya sabía del traslado del papa y su corte hacia Francia. Después de la humillación de Anagni había conocido a Gabriel, quedando prendado de él, de su ímpetu duro y carácter fuere, a pesar de aparentar la edad de un chico de 18 años. Quien lo viera pensaría que era un muchacho muy joven para el sacerdocio pero ya tenía casi 900 años encima, pero cuando de conquistas se trataba, no importaban los años si no la figura.

Gabriel era parecido a sus hermanos Feliciano y Lovino, solo que él era el mayor de los tres. Su rizo, característico de los hermanos Italia estaba del lado derecho, y estaba algo alicaído por el uso constante del capelo cardenalicio. Siempre portaba un báculo pastoral en su mano, y siempre vestía de rojo. Solo cuando sus superiores morían, para no dejar la iglesia sin cabeza, él se ponía su traje blanco ceremonial, asumiendo como "governatoro de la iglesia", encargado de abrir y cerrar el conclave. Aun así, Francia consideraba al vaticano, con su traje rojo y su actitud espartana y estricta alguien seductor.

Entre tanto, la corte papal después de casi 6 meses de viaje por tierra había arribado a la ciudad de Aviñón. Gabriel se había quedado al lado del papa en la carreta de viaje, suntuosamente decorada con brocados venecianos. Francia salió a su encuentro con el rey y una reducida comitiva.

-es un gusto tenerle aquí, santidad –saludo Bonnefoy al pontífice con un gesto de cortesía desde su cabalgadura.

-Lo mismo digo yo. -respondió el pontífice desde su carreta de viaje, luego se dirigió hacia la representación de la sede petrina y le dijo- Gabriel, me podrías ayudar a bajar de esta carreta, necesito estirar las piernas.

-Por supuesto, santidad.-Le respondió la santa sede a su superior, mientras bajaba del carro y ayudaba al pontífice a descender del carro de viaje.

Entre tanto, Francia dedicaba sus miradas hacia el italiano, que bajo del carro de viaje, asistiendo a su superior con su cayado. Sus vestiduras rojas hacían resaltar la tez canela del italiano. Su mirada altiva y severa, inspiraba respeto, y sus ojos cafés eran tan profundos, como los de un anciano que había visto tantas cosas. Bonnefoy desmonto y bajo, aprestándose a acercarse a Gabriel que estaba al lado del pontífice.

-permítame ayudarle eminencia…

-no es necesaria su ayuda, gracias joven.

-¿me puede decir su nombre eminencia? -le pregunto el francés al clérigo italiano.

- cardenal Gabrielle Filipino Vargas.

-no, Monsieur su otro nombre, se quién es usted pero necesito confirmarlo.

-Y yo también se quién es usted, signore, así que las presentaciones no serán necesarias –contesto la santa sede desafiante.

"aaah es arisco y rebelde, al menos el mayor de los Italia será un reto digno para mi" -pensó Francia con deseo mientras se saboreaba lascivamente al italiano.

"dios, tu sabes cómo haces las cosas, pero por favor, que esto no sea permanente"-pensó la santa sede, ya con el los tres hermanos Italia estaban por fuera del territorio que les corresponde.

Ya lo habían humillado bastante en anagni. Recordaba ese día con amargura, estaba junto con el papa Bonifacio, cantando las Vísperas de la tarde cuando un pelotón del ejército francés dirigido por el canciller Nogaret había penetrado en la iglesia en la que el papa y el estaban orando. Todo fue rápido. Gabriel tomo su báculo pero sus superior le dijo con voz serena y decidida.

-Gabriel, no quiero violencia

-pero santidad…

-simplemente hay que dejar que el señor obre.

Los franceses entraron en la iglesia, encontrando al papa con sus vestiduras ceremoniales. Gabriel por su parte no soltaba su báculo, y lucia sus vestiduras cardenalicias limpias y prístinas. Gabriel reconoció entre el pelotón a un chico, de unos 20 a 23 años, de cabello largo, con una leve sombra de barba en el mentón y una profunda mirada similar a la suya. Sin embargo, su atención estaba fija en el canciller Nogaret, quien se acercó directamente al pontífice, y sin mediar palabra lo abofeteo.

Gabriel miraba atento la escena hasta que Nogaret había abofeteado a su superior. Reacciono impulsivamente con su báculo y empezó a usarlo como arma, golpeando a los soldados que habían sido enviados por el rey francés para arrestar al papa. Este al ver a Gabriel golpeando a los soldados que lo llevarían bajo arresto lo detuvo.

-GABRIEL, BASTA

-PERO SANTIDAD, SU PERSONA HA SIDO ULTRAJADA

-NO IMPORTA LO QUE HAGAN CONMIGO, TU NO PUEDES MANCHAR TU NOMBRE CON ACTOS DE BARBARIE.

Lo soldados habían reducido al papa y lo habían encadenado. Gabriel por su parte soltó su báculo y se postro en tierra de rodillas.

-señor, esta es tu voluntad, aquí está tu siervo dispuesto a cumplirla.-musito Gabriel en una corta oración mientras los soldados lo sometían a la fuerza.

Francis miraba la escena absorto, la voluntad decidida del italiano lo impacto, tenía que tenerlo cerca, tenía que ser de él. Meses después el papa falleció a causa de los malos tratos en Anagni. Se había convocado entonces a un nuevo conclave en el que resulto siendo elegido el cardenal Roger de Beaufort, quien decidió trasladar la sede de Roma a Francia. Gabriel, aterrorizado le suplico a su superior que lo considerara, él quería quedarse allí pero la presión a la que estaba sometiendo el rey Felipe a la santa sede era considerable, o era trasladarse allí, o era ver repetir de nuevo lo sucedido en Anagni.

El francés buscaba de todas las formas estar cerca del italiano, que no se despegaba ni un segundo del pontífice. Bonnefoy quería, ansiaba estar cerca de Gabriel, pero el sentimiento no era reciproco. Después de los hechos de Anagni, lo que menos quería ver era al francés acosándolo.

Las dos comitivas se encontraron a mitad de camino, cerca de Aviñón. Bonnefoy escoltaba a los clérigos, los cuales habían decidido caminar el resto del viaje, era solo una milla para llegar y la mayor parte del viaje lo habían hecho en las carretas de viaje. Gabriel entre tanto, cantaba junto con los monjes las tercias que correspondían a la tarde, mientras Bonnefoy miraba lascivamente al vaticano cantar junto los monjes. Su voz suave y tersa le trastornaba los sentidos, se sentía como si deseara que ese ángel fuese suyo.

"aaaah, Gabriel, tu voz es tan poderosa y a la vez tan suave, sin dudarlo te haría territorio francés definitivamente…" pensaba Francia de la voz de la santa sede, "tienes que ser mío, Gabriel, mío, mío y solamente mío" se repetía mentalmente.

Entre tanto, Gabriel mientras dirigía el canto de las tercias pensaba en la perturbadora y sórdida mirada del francés.

"señor, tu sabes bien que no me gusta estar en esta situación, pero en fin de cuentas tengo que obedecer a mis superiores, pero ese bastardo francés sacrílego me intimida".

Luego sin venir a cuento, Gabriel detiene los cantos de las tercias, mirando a Francis con un gesto furico y desafiante, y amenazándolo con su báculo le dijo:

-atrévete a seguir mirándome de esa forma, y rogaras a dios que yo no esté aquí más, ¿Capisci?- amenazo al joven de cabellos largos, mientras blandía su báculo hacia el cuello del francés.

-Gabriel, como crees que haría tal cosa, -Le respondió el francés al italiano con fingida sumisión, pero excitado por el ímpetu de la santa sede.

"desearía que me mostrara su otro báculo MMMMM, que no daría por eso, es igual que su hermanito, mmmm, igual de arisco y rebelde.". Pensó el francés inflamado cada vez más de deseo.

Después de casi dos horas de viaje, en las que el papa, Gabriel, los monjes y cardenales de la comitiva habían ya cantado por el camino todo el breviario, llegando ya a las sextas, consiguieron llegar a Aviñón, en donde fueron recibidos por algunos nobles, clérigos y los demás pueblerinos.

Gabriel quería llegar al palacio episcopal y descansar, había sido un viaje demasiado largo, lo necesitaba con urgencia. Después de llegar, el pontífice instalo su sede y su corte provisoriamente en el palacio del arzobispo de la ciudad, mientras se construyera una edificación digna de él. Era ya de noche, y deseaba descansar, por lo que se dirigió hacia los aposentos que se le habían preparado, los cuales eran contiguos a los de su jefe. El cuarto era bastante amplio, había una pequeña biblioteca con libros de oraciones y unos cuantos libros de poemas, un laúd para tocar, un oratorio y una cama bastante amplia. Después de cerrar la puerta, y orar un rato en el oratorio de su cuarto, soltó su báculo, se quitó el capelo que había llevado puesto todo el día, se quitó la sotana, y se puso ropa de dormir (es el único de los tres hermanos Italia que duerme con pijama). Lo que no sabía la santa sede en ese momento era que alguien lo estaba espiando.

notas del autor:

A la pataleta que se reiere en el fic, de parte de romano, se hace alusion al levantamiento de las visperas sicilianas, en contra del dominio frances, cosa que le costo a francia sicilia, y que aprovecho la corona de aragon a su favor para conquistar sicilia y el sur de la peninsula.

La "humillacion de anagni" sucedio debido a las discrepancias entre el rey frances y el papa.,, un año despues escogen a un cardenal frances como papa, trasladando la sede como se menciono.

Francia no respeta ni al vaticano.

Las visperas son los rezos de la noche de la liturgia de las horas, las cuales son: maitines por la mañana, tercias al mediodias, sextas al atardecer y visperas por la noche. se suelen cantar en cantos monocordes o gregorianos.

el canciller Guillermo de Nogaret existio, fue uno de los principales instigadores de la disolucion de la orden del temple y el traslado de la corte papal a aviñon.

Por avor comentar, al menos opinen si es bueno o malo... si no cometan, gabriel se les aparecera por la noche y les dara una paliza con su baculo... Estan advertidos