Resumen: Él busca, todavía busca. Él mira las estrellas todas las noches, preguntándose si ella aparecerá: La chica de los dedos mágicos y los ojos de profundo iris. Ella espera a que él la rescate. Él está en busca de su hermosa "sonrisa". Ella deposita todas sus esperanzas en el, él deposita sus esperanzas en ella. El ciclo continua mientras ellos dependen el uno del otro, incluso cuando se han separado. El Actor y la Pianista: sus pensamientos, su separación, su historia…

"El Actor y la Pianista"

Solo, abandonado

Míranos desaparecer lentamente con el tiempo

Desconocido, todavía desconocido

Olvidado, perdido, y dejado atrás…

el actor ----

Sus ojos sin iris miraron a través de un viejo telescopio. El estudiaba las estrellas, aquellas estrellas falsas que tentaban hasta a él más sabio de los hombres a creer en ellas. El hombre de cabello oscuro apartó su vista de aquellas hermosas mentiras y se sentó en el frío suelo Ruso. Desde que ella se fue, el dejo de preocuparse por su aspecto. Su cabello le había crecido hasta los hombros, descuidado y enmarañado. Una puntiaguda barba surgía de su mentón. Desde aquella noche, el había estado buscando decididamente la única cosa que podía traerle de vuelta su preciosa sonrisa: el núcleo del meteoro. Tan cerca, ¡él estaba tan cerca! En algún lugar de ese país el lo encontraría, él tenía que encontrarlo.

Frustración y ansiedad carcomían su alma, o lo que quedaba de ella. El hombre llamado "Li" verdaderamente había dejado de existir. Su acto, su careta, estaban destruidos; el ya no tenía necesidad de ello. Ella lo aceptaba por quien era, con todo y sus decisiones torpes e irracionales. Ella aceptaba al hombre llamado "Hei". Su nombre hacía eco en su mente "Yin". Yin y Hei, blanco y negro…

Espera por mí, ¿Esperarás por mí?

Te necesito a mi lado

Hazme un espacio

Con los brazos abiertos…

la pianista ----

Sus ojos carentes de emoción miraron inexpresivos el paisaje estrellado frente a ella. Quietud, silencio, paz; nada era jamás perturbado en ese lugar de silencio. Ella era como una princesa, una princesa de las estrellas falsas. La chica levanto su brazo, sus ojos ciegos parpadeando hacia la luz blanquecina que emanaba de los cuerpos celestes. Cabello blanco reposando en perfectos rizos sobre su hombro y pecho. ¿Vendrá él? ¿Vendrá a rescatarla? El Shinigami Negro, ella confiaba en que él se la llevara de este lugar de tristeza. Ese hombre llamado Hei que hacía latir su corazón de piedra, que la ayudaba a sonreír.

Lagrimas rodaron por su rostro pero ella no sentía tristeza. Oh, aquellas dulces emociones, ¿Por qué estaban tan fuera de su alcance? Justo frente a ella, ella podía sentirlas rogando por adentrarse. Había una manera en la que ella podía expresar sus sentimientos: la música. La sensación de esas teclas marfil en su piel de porcelana, la energía que palpitaba a través de su cuerpo mientras sus delicados dedos danzaban, el poema que la envolvía mientras tocaba, pero mas que nada, el saber que él estaba escuchando su obra de arte acariciando el viento…

Ante los recuerdos, ella estiró sus labios emulando una sonrisa. Él siempre sonreía cuando ella hacía eso, ¿Estaría sonriendo ahora? ¿Era él capaz de verla? La luz blanca brilló a través de sus ojos ciegos. Ella podía percibir débilmente esa expiadora luz de luna. Yin, ese era su nombre simplemente. Ella mantenía los recuerdos de Kirsi. Ella quería ser como Kirsi, con los sentimientos y las emociones.