¡Hola a todos! Esta fue mi segunda historia acerca de Bleach y me ha nacido en el corazón, luego de casi 8 años (me he sorprendido al darme cuenta del tiempo), volver a trabajarla y no dejarla en el olvido. Es una historia que busca entretener con leves toques de IchiRuki. Esta historia es para todos los que extrañamos esas viejas peleas.
Reseña: Huevos, harina y chocolate lloverá pronto dentro de la rutina del joven shinigami sustituto.
Línea de tiempo: Esta historia está ubicada al inicio de la saga Arrancar, se podría decir que en medio del relleno.
Disclaimer: Bleach ni ninguno de sus personajes me pertenece. Esta historia ha sido escrita sin fines de lucro.
PD: Si desean leer la historia completa les recomiendo no leer ningún capítulo que no haya sido modificado y esperar a las actualizaciones. En esencia es lo mismo, pero la forma es distinta.
*Modificado el 15/06/2015
"Torota" de chocolate
¿Qué es "torota"?
El sonido de fin de clases se escuchó por todo el instituto Karakura, un coro de ángeles para algunos y para otros, específicamente de la clase de Ichigo Kurosaki, una bomba de tiempo. Los ojos desorbitados y la quijada hasta el suelo era la viva prueba de la no muy alentadora noticia recibida que recientemente nuestros "héroes" acababan de recibir.
— ¡¿Cómo leches quieren que hagamos eso?! — Empezó a reclamar Ichigo con cara de pocos amigos.
— Bueno, ¿entonces a las cuatro verdad? — Preguntó un pelirrojo tatuado, resignado.
— Sí, en casa del naranjito — Respondió la Kuchiki.
— ¿Eh? ¿Y por qué en la mía? — Reclamó el "naranjito", que al segundo de notar el nuevo apodo frunció el ceño molesto. — ¡¿Qué es eso de naranjito?!
— Idiota, ¿será porque tú eres el único que tiene casa? — Respondió Renji rolando los ojos, ignorando la segunda pregunta.
— Qué más da — Dijo con mala cara — Bueno, entonces a las cuatro. Larguémonos de este circo, Rukia — Dijo resignado.
Rukia simplemente se limitó a seguirlo.
Se encontraban caminando uno detrás del otro, cuál mamá gallina con su pollito. Iban camino a casa del pelinaranja e inusalmente, el viaje parecía ya muy silencioso, incluso para el gusto de la Kuchiki. Para Ichigo, parecía algo más reconfortador, una paz momentánea que lo alejaba de su realidad. Lastimosamente, la morena no se pudo reprimir más la duda que le llevaba carcomiendo todo el camino.
— Oi, Ichigo. — Preguntó un poco insegura.
— ¿Qué pasa? — Contestó sin darle importancia.
— Um… ¿Qué es una "torota"? — Preguntó inocentemente.
Ichigo se empezó a despeinar el cabello desesperadamente.
— ¡Joder! ¡Que es torta! — Le respondió de mala gana. Suspiró frustrado. — Esa maldita bruja — Susurró refunfuñando, recordando a la malvada y despreciable persona causante de todos sus males.
Suspiró nuevamente. No entendía por qué tenían que hacerlo sufrir de esa manera. ¡No eran niños de primaria!
~- Flash Back -~
El sonido de cambio de hora trajo felicidad a más de un estudiante del Instituto Karakura. Un joven Ichigo era uno de los beneficiarios que esperaba con ánimos el final de las clases sentado en su carpeta. Sólo un par de horas más.
— ¡Aaah! Sólo una clase más y directo a casa — Ichigo cruzaba sus brazos por detrás de su cabeza y reclinaba un poco su asiento, relajado. El día había transcurrido con tranquilidad. Poco le faltaba para llegar a casa y echarse de panza en su cama.
— No seas tan flojo Ichigo. Vas a engordar — Regañó Rukia mientras señalaba su panza buscando fastidiarlo.
El pelinaranjo bufó. No iba a dejar que ese comentario malograra su día.
— Kuchiki-san tiene razón — Aprobó la siempre sonriente Inoue sin malas intenciones.
A Ichigo le empezó a temblar la ceja, pero decidió ignorar el segundo comentario por la paz.
— Ya ves Ichigo, acepta un consejo cuando te lo dan — Secundó Renji.
Pero finalmente, Ichigo no pudo evitar el mirar mal a Renji.
— ¡Hiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiimeeeeeeeeee! — Dijo una siempre dispuesta Chizuru, abrazando por atrás a la inocente Inoue, pero fue rápidamente rechazada por una súper patada proveniente de Tatsuki.
— Ah, tú y tus ataques lésbicos, ¿es que nunca vas a cambiar? — Comentó una frustrada Tatsuki.
— Oye Yumichica deja de mirarte al espejo — Decía un irritado Ikkaku ante la actitud de su compañero.
— Sí Yumichica, llevas todo el día con ese espejo, ¿verdad Taicho? — Acusó Matsumoto.
— Es que no puedo evitarlo, soy tan bello. — Yumichica se admiraba al espejo con ojos soñadores.
— Dejen de hacer tonterías — Soltó un irritado Hitsugaya, tratando de no meterse en la situación.
— ¡I-chi-gooooooooooooo! — Se acercaba un contento Keigo, tratando de acosar nuevamente a su amigo.
— Hablando de tonterías — Ichigo le dio de lleno en la cara al pobre Keigo con su puño.
— ¡Ichigoo! ¿Por qué me rechazas así? ¡Desde que están en grupo…! — Señaló al disparejo grupo de Ichigo, Rukia, Inoue, Tatsuki, Ishida, Chad, Renji, Matsumoto, Toushiro, Ikkaku y Yumichica - ¡Me tratas así! - Acusó.
— A mí no me acoples. — Se quejó el más bajito del grupo.
— ¡Parecen los yakuzas! ¡Di algo Misuiro!
— Te estas imaginando cosas, Asano-san — Respondió muy tranquilo mientras leía un libro.
El Pobre Keigo abrió los ojos a más no poder.
— ¿A-Asano-san…? — Dijo antes de esconderse en un rincón mientras un aura negra lo rodeaba.
Las cejas de Ichigo empezaron juntarse un poco, en símbolo de molestia por la situación dentro de su clase. Buscó a Ishida con la mirada para alejarse un poco del teatro que tenía presente. Sus cejas se relajaron y su boca se curvó en desaprobación.
— Oye Ishida, ¿qué estás haciendo? — Los ojos curiosos de Ichigo se acercaban al chico de gafas.
— ¿Qué no ves? — Preguntó ofendido el Quincy — Estoy terminando mi obra de arte — Respondió como quien critica a un iletrado.
Ichigo se encrespó y miró el mantel que estaba en las manos del joven de gafas (anda que el mantel de verdad era hermoso), pero el mal sabor de boca no se iba a quedar ahí.
— Ah claro, después de todo no sirves para otra cosa — Buscaba desahogarse por el tonito con que le respondió — Con esas manos de nena… — Le picó.
— ¡¿Qué dijiste?! — Se levantó indignado el Quincy.
— ¡Hola a todos! — Gritó una mujer de aspecto joven que acababa de entrar por la puerta. Como nadie parecía hacerle mucho caso la mujer decidió vociferar. — ¡¿Pueden hacer el favor de callarse y sentarse?!
Los alumnos se acomodaron en sus asientos y se callaron al escuchar la prominente voz de aquella mujer. Qué buenos pulmones debía tener.
— Así está mejor — Dijo la mujer acomodándose los lentes — ¡Bien! Como se habrán dado cuenta toca clase de historia, pero el profesor Kano no pudo venir porque está enfermo, entonces me rogo, ejem, pidió amablemente para que yo tomara su hora y así poder torturar, ejem, digo moldear sus jóvenes mentes. Entonces en vez de historia, tendremos clase de taller.
Todos empezaron a murmurar y el bullicio empezó, otra vez.
— ¡SILENCIOOO! – Todos callaron — Bien, pensaba dejar la hora libre, ya que mañana y pasado también tendremos taller — Murmullos — Pero la primera impresión que me han dejado ha sido la de un conglomerado de vagos y como me han caído tan mal, les dejaré un trabajo que me divertirá. Ya que este taller es de cocina tendrán que traer mañana un pastel. Y tiene que ser uno bueno o desaprobarán en la nota del año en actitud, en historia y por supuesto en taller. Y como ya saben, si desaprueban tres asignaturas, pues repetirán el año. Podrán escoger uno de los tres pasteles que yo escogeré para cada grupo.
Los ojos de los jóvenes estudiantes se les salieron de órbita, mientras se les desencajaba la mandíbula.
— Pero… yo no sé hacer pastel… — Acotó preocupada Michiru.
— Pues tendrán que aprender, tienen 24 horas a partir de este momento. — Contestó duramente la maestra — ¡Ah!, y por supuesto no podrán comprar el pastel ya que todas estarán cerradas – Sonrió maliciosamente. — ¡Y ni se les ocurra pedirle a alguien que lo haga, que mañana tendrán que repetirlo en clase!
Otra vez las pobres caras de los estudiantes se deformaron.
— Pues bien, escogeré los grupos — Miró a sus alumnos — A ver, Tú — Dijo señalando a un bulto en la esquina. Keigo. — Tú – Señala a Chad — y… Tú — señala a Mizuiro — Ustedes son el grupo uno y pueden escoger entre estos tres pasteles — Escribe en la pizarra "Grupo 1" y los tres pasteles a escoger — Bien el siguiente grupo…
(…)
— El grupo siete serán tú — señala a Renji — Tú — señala a Rukia — y am… tú — señala a Ichigo — Sí, así como en Naruto, el macho, la fresa y el idiota –dijo señalando finalmente a Ichigo.
— Hija de tu... — Maldijo indignado.
— Dijiste algo am… — Busca en la lista, que tenía fotos de cada uno — ¿Kurosaki? — Lo fulminó con la mirada.
— ¿Yo? nada — Respondió algo nervioso. — Bruja — susurró con su cara de mala uva.
— Bien y el último grupo son esos cuatro que sobran — Dijo señalando a Matsumoto, Toushiro, Tatsuki e Inoue.
— ¿So-sobra? — Repitió el capitán de 10º escuadrón, que no estaba acostumbrado a ser tratado como la sobra, mientras su teniente celebraba con un grito agudo.
~- Fin del Flash Back -~
Ambos jóvenes se dedicaron a permanecer cada uno en su respectiva cabeza, hasta que finalmente llegaron a la residencia Kurosaki. Entraron por la puerta, como últimamente venían haciendo, y no por la ventana como solía hacer clandestinamente Rukia antes de vivir indefinidamente en casa de los Kurosakis.
Al entrar ambos jóvenes se sacaron los zapatos y el menor gritó un "ya estoy en casa", pero el saludo no fue devuelto. Una musiquita un tanto "extraña" distrajo a ambos. Se miraron curiosos. El inusual ruido parecía provenir cerca de la sala. Conforme cruzaba el umbral y tenía una mejor audición de la letra, al pelinaranjo se le iba deformando la cara.
— ¿Pero qué cojones? — Preguntó el siempre educado shinigami sustituto al verse fuera de contexto. Rukia lo miró curiosa.
Una Yuzu preocupada con las mejillas algo sonrosadas fue corriendo a recibirlos.
— Onii-chan, Rukia-chan — Una preocupada Yuzu se acercó con premura a ambos — Onii-chan tienes que pararlo, Karin no puede detenerlo.
Ichigo hizo un sonido de confusión y levantó una ceja.
Se dirigió fiel a la confianza que le tenía a su oído para poder descifrar exactamente qué estaba escuchando. Fue seguido por su pequeña hermana y por la shinigami hacia donde la musiquita se escuchaba más fuerte: las escaleras. Estaban a punto de subirlas cuando algo los detuvo, una escena un tanto fuera de lugar estaba siendo montada teniendo a Karin y a su padre como protagonistas.
— ¡¿Pero qué carajo?! — Fue todo lo que pudo exclamar cortésmente ante la indignación.
— ¡Mueve el ombligo, mueve oh, oh, oh! Ya verás qué divertido. ¡Sólo baila, baila! *
— ¡Te digo que dejes eso viejo! — Una avergonzada Karin intentaba quitarle la radio que tenía en sus manos el jefe Kurosaki. — ¡Das vergüenza!
El padre de familia estaba con un vestuario salido de un video pop de los 90. Se escuchaba que de la radio salía una musiquita que más parecía de una fiesta infantil.
— ¡Que no Karin! Debes relajarte y divertirte. Siempre andas con cara de mala uva, ya hasta pareces Ichigo. — Dijo el padre sin notar que su hijo mayor estaba presente.
Ichigo hizo gala a la descripción de su padre y frunció el ceño, cascarrabias. La shinigami empezó a reir. ¡Qué divertida familia! En su vida vería una escena como esa en el palacio.
— ¡Achikitaun, Achikitaun! — Cantaba con alegría el Isshin. Parecía que lo disfrutaba.
— ¡Que lo sueltes! — Las mejillas de Karin ardieron de vergüenza y enfado.
Intentó con mayor ahínco quitarle la radio, pero era inútil, su padre era más alto que ella. Sus esfuerzos terminaron en un elevo de volumen innecesario (teniendo en cuenta lo alto que ya es escuchaba), haciendo que la música ya no sólo se escuchara en dentro la casa, sino en toda la calle.
— ¡Y tú me dices que pa que pa que pare de bailar! ¡Y yo te digo que no pue no pue no puedo parar!* — Cantaba, y estaba seguro que se burlaba también, el viejo.
Eso fue la gota que derramó el vaso. El hijo mayor no aguantó más y le metió una fuerte patada a su padre que lo hizo rodar escaleras abajo.
— ¡Eres gillipollas o qué, joder! ¡Todos los vecinos nos van a escuchar y después me van a preguntar cosas raras cada vez que salga por tu culpa!
— ¡Onii-chan tiene razón! — Corroboró Yuzu, que tenía experiencia.
— ¡Sólo te gusta avergonzarnos! — Exclamó una furiosa Karin.
— Es que ustedes no saben divertirse como Madona o Britney Spears*. ¡Qué importa lo que digan los demás! ¡Liberen el alma y el corazón como la bella Rukia-chan que no tiene vergüenza!
Rukia que hasta ese momento miraba a un lado del salón sin entender muy bien que pasaba se sobresaltó al oír su nombre. Esta distracción fue aprovechada por el padre de familia a fin de alcanzar la radio que misteriosamente no resultó dañada. Ichigo hizo gala de sus reflejos y pateó la radio haciéndola volar por la ventana a miles de kilómetros lejos. Los ojos del padre Kurosaki empezaron a empañarse de lágrimas.
— ¡Mi, mi radio! ¡¿Cómo es que son tan crueles?! ¡Es rentada! — Buscó apoyo con la mirada — Rukia-chan, tú me entiendes ¿verdad? — Dijo tomándola de las manos, aún con sus ojotes de gato atropellado.
— Ah… — La Kuchiki, que antes reía con diversión fue tomada de sorpresa, pero salvada por el pie de Ichigo sobre la cara de su padre a fin de alejarlo de Rukia.
— ¡No metas a Rukia en tus delirios!
— ¡Ni mi tercera hija me defiende! — Se quejaba el hombre mayor arrastrándose hacia el póster gigante de su esposa para armar una escena dramática. - ¡Nadie me comprende! ¡Mi propia familia me rechaza! – Le lloraba al póster. — ¡Crueles!
Los hijos del hombre decidieron ignorar la escenita. Los ojos de Ichigo saltaron con un brillo de esperanza al ver a su hermana menor.
— Yuzu, tú sabes hacer pasteles, ¿verdad?
— Claro — Sonrió — ¿Por qué preguntas?
— Es que tenemos que hacer uno de tres pasteles, pero no sabemos cómo, ¿crees que nos puedas enseñar?
— ¡Estoy segura que podré ayudarles! — Contestó alegre Yuzu como quien acaba de aceptar un desafío — ¿Cuáles son las tres opciones?
— Ah bueno… — Intentó recordar — Creo que no las anoté — Dijo revolviéndose el cabello nervioso. Rukia lo miró con desaprobación y decidió que era momento de molestarlo.
— Pero qué despistado eres Kurosaki-kun, tienes suerte de tenerme a tu lado porque yo sí las anoté — Se burló Rukia con esa melodiosa voz que tanto irritaba al pelinaranja.
— Zorra — susurró.
— Déjame ver la lista – Dijo Yuzu – Veamos… - Empezó a leer – Pastel de acelga, mmm Torta de champiñones y poro, ¿torota de chocolate?… — Dijo sin estar segura de lo que estaba leyendo — Ah, ¡torta de chocolate! — Exclamó feliz Yuzu. — ¡Este será el pastel!
Ichigo suspiraba aliviado ya que parecía que Yuzu conocía la elaboración de la torta de chocolate. Pero la voz de Karin interrumpió los pensamientos tranquilos del sustituto.
— ¡Yuzu! ¡Haz tu mochila, ya nos tenemos que ir! — Gritó Karin desde la segunda planta.
— ¿Irse? — Repitió Ichigo desesperanzado.
La pequeña dio un respingo — ¡Es verdad! — Observó la cara de su hermano y se sintió culpable — Lo siento onii-chan, iremos a hacer un trabajo en casa de una amiga y nos quedaremos a dormir allí, pero les dictaré la receta — Ambos shinigamis empezaron a buscar papel y lápiz cuando el timbre sonó.
— Ha de ser Renji — Comentó Rukia.
— ¿Ya son las cuatro? — Se preguntó Ichigo.
— Yo abriré — Avisó Karin — ¿Uh? — Inspeccionó al sujeto de arriba abajo — Tú. Me resultas extrañamente familiar — Decía mientras un vago recuerdo de Renji disfrazado de policía apareció en su memoria.
— Hola — Contestó algo nervioso.
— Renji, llegas muy temprano — Llamó el pelinaranjo viniendo a salvarlo — Ah, Karin, él es un amigo del instituto, nos obligaron a hacer el trabajo juntos, y ya ves.
— Cabrón… — Maldijo por el mal trato recibido.
— Hola… Um… — Saludó Yuzu.
— Abarai Renji — Saludó también el tatuado.
— Renji, ya que estas aquí, tú anota — Dijo de pronto la morena pasándole hoja y papel.
— ¿Eh? — Dijo el tatuado incrédulo. Es que apenas llegaba lo ponían a trabajar. – Rukia, tus modales se atrofian cuando estás cerca de este sujeto – Señaló a Ichigo.
Yuzu y Karin miraron curiosas por la extraña familiaridad con la que trataba la morena al pelirrojo.
El sustituto decidió pasar por alto su comentario.
— Si ya escuchaste, Yuzu se tiene que ir y no tiene tiempo para tus tonterías — Secundó Ichigo.
Rukia e Ichigo empezaron a andar hacia la cocina en búsqueda de comida. Karin subió a la segunda planta.
— Esto es explotación — Susurró Renji que empezaba a escribir lo que Yuzu le dictaba.
(…)
— …No lo olviden tiene que estar en horno por 35 minutos a 180 grados, pero si se les hace mucho problema vayan…
— ¡Yuzu! Si no te apuras me iré sin ti — Llamó Karin desde la puerta, lista para irse.
— ¡Pero aún no he hecho mi mochila! — Se quejó Yuzu
— Aquí la tengo, vamos. — Karin le señaló la mochila que llevaba en mano. Yuzu sonrió al verla.
— ¡Ya voy Karin-chan! ¡Adiós Onii-chan, Rukia-chan! — Gritó hacia la cocina. Rukia e Ichigo se acercaron a despidirse de la joven — Abarai-kun. — Se despidió Yuzu.
— Adiós, Yuzu. — Respondieron los tres a coro.
— Recuerden que les he dejado cena y si se les hace mucho problema, mejor compren el pastel — Se despidió Yuzu siendo empujada por su gemela.
Karin le lanzó una última mirada desconfiada a Renji antes de irse.
— Comprar el pastel… Esa no es mala idea — Comentó el pelinaranja.
— ¡Ichigooo, Rukia-chan hoy me toca guardia! Cualquier cosa avísenme. — Apareció un Ishiin completamente renovado, ignorando al tercero en escena. Cuando estuvo en la puerta de la casa paró y metió su cabeza. — ¡Aprovechen! — Le guiñó un ojo el jefe Kurosaki a su primogénito.
Renji alzó una ceja ante el comentario. Ichigo le tiró un zapatazo con las mejillas sonrosadas.
— Bueno — Dijo la morena, ignorando completamente la actitud de terceros — ¡A hacer Torota! — Sus ojos brillaban con emoción.
— ¡Que es torta!
¡Adiós a su buen día!
Bueno, espero que haya sido de su agrado. Pronto espero terminar de corregir toda la historia y colgar el final que lo tengo escrito hace ya varios años.
* La canción que canta el mayor Kurosaki es Mueve el ombligo – Christellfue una canción muy popular en el 2003 para los niños. En un momento de la canción se hace alusión a las cantantes pop Britney Spears y Madona.
