Pareja que no escribo tanto pero igual :3

Pareja: AlemaniaxItalia.
Disclaimer: Hetalia y todos los personajes que lo conforman no me pertenecen. El respectivo dueño es Himaruya Hidekaz.
Advertencia: Italianos hartos (?)

Feliciano podía hacerse la blanca paloma, pero realmente ya estaba que echaba la torra de pizza abajo de la pura desesperación, se lo había dicho en la cara a Alemania: Ludwig, ti amo, eres la pasta que alegra mi estomago.

¡No podía ser más explícito, Lud era malo, malo!

Y allí estaba, no lo podía creer, el viejo truco, compartir un tallarín largo hasta juntar sus labios... no funcionaba, buscaba y buscaba y nunca sacaba el que quería, Feliciano va a estallar, casi nadie lo ha visto enojado, pero puede darse.

–¿Sucede algo, Italia?–

Y esa pregunta lo hizo estallar, se paró poniendo los brazos en los costados de la mesa, el alemán alzó ambas cejas, se veía "rudo", ese italiano se veía rudo, apocalipsis.

Y, tomando un tallarín con un tenedor lo metió en la boca de Lud quien lo miraba confundido, luego, con el mismo tenedor se llevo el otro extremo a su boca, para luego, de una manera más bien ortodoxa acercarse comiendo la deliciosa pasta hasta llegar a los dulces labios del alemán.

Éste abrió los ojos, casi dejando de respirar, la boca más deliciosa que ha tenido la oportunidad de probar era esa, casi sintió ganas de llevar su mano a la nuca y meter su lengua dentro de esa húmeda y linda boquita italiana.

–Feli-Feliciano...–susurraba impactado aún sintiendo el dulce sabor del castaño después de separarse en sus labios, estremeciéndolo.

–¿Aún no lo comprendes Ludy?–susurró algo apenado.

Se paró en frente de él, que aún yacía en el banco anonadado por el acto tan... extraño de su fiel amigo. El italiano miró nuevamente al alemán, ya no intentaría más tácticas italianas, ahora se lo diría alemanamente.

–Lud, quiero ser la patata que mueles con tu cuerpo...–

Y el alemán casi pareció estallar en colores ante esa proposición que entre ellos se entendían, y, dejando las vergüenzas de lado, también quería hacer puré a Italia, pero no precisamente a golpes.

Al menos, no dolorosos, muy, muy placenteros.

N.A: Oh, si un sexy italiano o un macho alemán me dicen eso me derrito, creo que todos entendieron la indirecta del puré... ¿verdad? ¡espero que les gustara!